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Entonces... allí estaba.

Un año más, un álbum más. Allí estaba, sentado en una mesa que en nada se diferenciaba de las otras mesas que habían sido desparramadas por el lugar, escuchando a sus miembros hablar y reír a carcajadas, como si estuvieran dentro de una pequeña burbuja que sólo alcanzaba a cubrirlos a ellos cinco y que los separaba del resto del mundo.

Tal vez realmente fuera así, pensó mientras se acomodaba casualmente la llamativa chaqueta que llevaba esa noche y se arrellanaba en su asiento. Doce meses más habían transcurrido, y el grupo contaba ahora con un año más de carrera, un año más de experiencia. Aunque había sido verdaderamente extenuante, finalmente se las habían ingeniado para poder llegar al final de otro año de proyectos y giras constantes.

Jiyong sonrió ligeramente cuando alcanzó a oír un comentario que Taeyang le había dirigido a Daesung, pero desvió la mirada cuando vio que un grupo de jóvenes se encaminaba hacia la mesa que estaba unos metros más atrás de la suya. Como era de esperarse, el grupo de chicos reaccionó como todos los demás solían hacerlo: se congelaron perceptiblemente al verlos en su mesa, para acto seguido dedicarles una catarata de reverencias torpes y nerviosas que no parecían tener final. Él siempre se aseguraba de devolvérselas, aunque muy dentro de sí no pudiera evitar sentir que esos rituales de cortesía eran demasiado solemnes para su gusto. Sabía que Big Bang era considerado un grupo referente para las nuevas generaciones de idols, pero siempre terminaba preguntándose si de verdad se verían así de distantes a ojos de todos los demás.

Por el rabillo del ojo divisó que Seungri bailaba animadamente al ritmo de una de las últimas canciones de moda, y sonrió mientras sacudía la cabeza. No, definitivamente no deberían parecer tan inalcanzables con personas como él en el grupo. Claro que, tener a TOP como otro de los miembros era una historia diferente. Ese hombre sólo parecía acudir a esas premiaciones de fin de año para no diezmar al grupo, ya que, aunque podría decirse que disfrutaba del espectáculo, no interactuaba mucho con el ambiente ni con las personas que tenía a su alrededor. Daesung y Taeyang, por otro lado, siempre encontraban la manera de poder sacarle el máximo provecho a la velada, intercambiando comentarios ocurrentes y chismes varios que él, a pesar de querer genuinamente disfrutar del show, no podía dejar pasar.

Recorrió a sus miembros con una mirada silenciosa una vez más y aceptó para sus adentros que esos eventos serían un asco si no los tuviera para que le alegraran la noche. Después de todo, recordó mientras retomaba su tren de pensamientos anterior, nadie más parecía estar dispuesto a interactuar con ellos. Al menos no voluntariamente, observó mientras alzaba una ceja al reparar en que varios adolescentes de una mesa cercana que hasta entonces habían estado mirándolo con un mal logrado disimulo desviaban la mirada apresuradamente al saberse en evidencia. Todos, excepto uno; un joven apuesto de aspecto amigable, quien le sonrió sin rastro de timidez alguna mientras le ofrecía una pequeña reverencia desde su asiento antes de que uno de sus amigos, a todas luces avergonzado, lo jalara sutilmente del brazo para que se volteara y dejara de mirar.

La escena le resultó divertida, por lo que sus labios dibujaron una sonrisa, enternecido por esos chicos que le recordaron esa época en la que él y Youngbae solían mirar a sus sunbaes con la misma mezcla de admiración y timidez, preguntándose si algún día llegarían a ser como ellos, si algún día podrían llenar un estadio o hacer una gira nacional.

Esos días parecían tan lejanos ahora... sólo el recuerdo de las interminables horas de práctica y de las veces que se había sentido desfallecer lo mantenían en contacto con aquella parte de sí que creyó que nunca lo lograría. Porque, sí, hasta el mismísimo G-Dragon creyó que no lo lograría en algún punto del camino.

Pero allí estaban, una vez más, muchos años después de haber debutado, recibiendo reverencias y furtivas miradas de admiración. Ser un modelo a seguir podía llegar a ser un peso descomunal, pero Jiyong sabía que no tenían otra opción. Sin embargo, rió para sus adentros al pensar en que esos jóvenes ahora los miraban como si fueran una especie de semi-dioses, cuando TOP estaba en silencio pensando en quién sabría qué; Taeyang estaba, como todos los años, jugando con Daesung a adivinar quién ganaría cada categoría; Seungri se contentaba con moverse al ritmo de la música o con saludar a los invitados, hubieran reparado en su saludo o no; y él... bueno, él sólo podía pensar en que había comenzado a sentir hambre, como todo ser humano que se hubiera mantenido en actividad desde tempranas horas de la mañana y que no probaba bocado alguno hacía horas.

El pensamiento lo hizo reír en voz alta, pero el sonido de su risa fue ahogado por el estridente griterío que suscitó la llegada de uno de los grupos masculinos más populares del ambiente. Los miembros de EXO fueron entrando a la zona de las mesas uno tras otro y colocándose en la que había sido asignada para ellos, ubicada a unos metros de la de Big Bang. Las fans del grupo de SM comenzaron a chillar con renovado ímpetu cuando varios de los miembros las saludaron con la mano, y los flashes de las cámaras se volvieron una desenfrenada catarata de luces que inundaron el lugar.

Jiyong se acomodó en su silla con aire distraído, sin poder evitar que sus ojos vagaran hacia uno de ellos en particular. Era la primera vez que lo veía en persona desde que su nombre se hubiera vuelto de interés personal para el líder de Big Bang. Ahora que lo tenía frente a sí, se percató de que no sentía animosidad alguna hacia él. Sin embargo, tampoco podía decir que le inspirara simpatía o ternura, como lo hiciera el joven de momentos antes. Parecía estar divirtiéndose con sus amigos, riendo por algo que uno de ellos había dicho. De repente, una canción de Big Bang comenzó a sonar a manera de ambientación y todos ellos, como si lo hubieran planeado con antelación, empezaron a bailarla con alegría.

No se dio cuenta de que su mirada seguía clavada en ese chico, que en ese momento estaba atareado abriendo una botella, hasta que su mejor amigo, sentado junto a él, se inclinó levemente para poder imponer su voz ante la música que estaba resonando a todo volumen.

— Jiyong, deja de mirar al niño. Harás que se ahogue con el agua.

Él salió de su estupor y, comprendiendo a lo que se refería, soltó una risa sofocada. El otro volteó la cabeza hacia EXO con una sonrisa de complicidad plasmada en el rostro y agregó:

— Además, está bailando nuestra canción —Jiyong amplió su sonrisa por los comentarios suspicaces de Taeyang, pensando en que, de todas maneras, ese joven no podía tener ni la más mínima idea de por qué se había dedicado a observarlo con atención. Eso era algo que desconocía por completo, lo cual extrañamente y de una forma retorcida le provocaba cierto placer al saberse dueño de un hecho que sólo él y sus miembros conocían. Sin embargo, antes de que pudiera seguir por esa vía de pensamiento, Taeyang volvió a inclinarse en su dirección—: Y creo que encontrarás más interesante que él a la persona que está llegando ahora.

Jiyong desvió la mirada con rapidez y se encontró con la delicada figura de una mujer que, con aire un tanto inseguro, caminaba hacia una mesa que estaba ubicada entre la de ellos y la de los recién llegados. Esta vez estaba sola, sin la compañía de sus miembros, lo cual explicaba su evidente incomodidad. La mujer caminó por delante de la mesa de EXO, llevándose algunas reverencias al pasar, pero principalmente las miradas de todos.

Y no era para menos, reconoció él. Esa noche se veía simplemente increíble. Llevaba una minifalda de color negro que se ajustaba perfectamente al contorno de sus piernas, y una camisa de encaje transparente del mismo color que dejaba entrever el top que cubría sólo parte de su torso. El resto era pura piel, y Jiyong se sintió tensionar por el deseo que le provocó dicha visión.

Su cabello castaño estaba suelto y lacio, y caía como una elegante cascada por todos lados, mientras la dueña de dicha presencia se concentraba en poder caminar con esas botas de taco aguja hasta la mesa que una persona del equipo de producción había preparado para ella.

Jiyong fue incapaz de quitarle los ojos de encima, por lo que se limitó a seguirla con la mirada. Entre lo oscuro de su vestimenta y la seriedad de sus facciones, el aura que emanaba de ella se le antojó misterioso... y muy, muy sexy.

Cuando la mujer en cuestión apartó la silla en la que pretendía sentarse, Jiyong pudo notar con toda claridad el cambio en su postura corporal. Taeyeon detestaba (y él no creía que esa palabra fuera una exageración en este caso) encontrarse en el centro de todas las miradas, especialmente cuando tenía que hacerles frente estando sola. Había llegado al recinto de las mesas con una evidente cantidad de tensión alojada sobre sus hombros, pero ahora parecía haberse relajado un poco, aunque él seguía siendo perfectamente consciente de los recatados suspiros que ella emitía cada tanto.

Taeyeon hizo ademán de sentarse de una vez por todas, pero sin previo aviso volteó el rostro y lo atravesó con la mirada. En ese segundo, Jiyong contuvo la respiración, atento a cada uno de sus gestos. Sin embargo, ambos sabían que no había mucho por hacer. Se encontraron siendo incapaces de romper esa conexión visual, pero igualmente incapaces de dirigirse al otro con naturalidad, ya que todos sus movimientos estaban siendo captados por un centenar de despiadadas cámaras.

Jiyong esbozó el fantasma de una sonrisa, y entrecerró los ojos al divisar que ella se la devolvía con disimulo antes de ocupar su silla. Él soltó un suspiro, recordando lo difícil que le resultaba estar en el mismo lugar que ella y no poder comportarse como le gustaría.

Dejó que sus ojos vagaran libremente por su espalda, por su cintura, por sus piernas, y muy pronto se vio inmerso en una marea de intensas emociones. Ojalá pudiera acercarse a ella. Ojalá pudiera sentarse en su mesa. Ojalá pudiera hablarle y disfrutar del sonido de su risa. Ojalá pudiera tomarla de la mano y abrazarla cuando ganara un premio. Pero Jiyong sabía demasiado bien que estaba torturándose a sí mismo con esos pensamientos. Desear lo imposible sólo terminaría haciéndolos sufrir. La realidad era que, les gustara o no, debían permanecer en el mismo lugar, respirando el mismo oxígeno y paseando los ojos por las mismas cosas, pero sin demostrar emoción alguna por el otro.

Había salido antes con celebridades, así que no podía decir que ésta fuera la primera vez que se encontraba en una situación semejante. Sin embargo, todo, absolutamente todo lo que experimentaba con Taeyeon se sentía diferente.

— Si no dejas de mirarla le harás un agujero en la espalda.

La intervención de TOP lo sacó de su ensimismamiento. Cuando finalmente apartó la mirada de Taeyeon, reparó en que todos sus miembros estaban mirándolo; algunos, con sonrisas suspicaces, otros, con expresiones de genuina preocupación. TOP sonrió ligeramente y se encogió de hombros, como habiendo dicho todo lo que tenía para decir.

Jiyong sacudió la cabeza, pero no pudo evitar sonreír. Sin embargo, no emitió comentario alguno porque sabía que sus miembros se divertían a su costa en eventos de esa índole, y no pretendía darles más material del cual poder nutrirse.

Dos actores aparecieron en el escenario y comenzaron a recorrer la descomunal pasarela que conducía a los micrófonos desde los cuales anunciarían una de las primeras categorías de la noche. Los mejores rookies del año ya habían sido premiados, así que ahora sería el turno de la categoría "Mejor video musical". Taeyang le hizo un comentario al pasar sobre lo mucho que tendrían que caminar para llegar a los micrófonos si ganaban ese trofeo, pero el líder reaccionó con indiferencia. Al verse ignorado, el otro repitió el comentario hacia el resto de los miembros, quienes ahora se encontraban prestándole atención a la pareja de actores, pero tampoco obtuvo respuesta alguna, por lo que, un poco enfurruñado, decidió cruzarse de brazos y esperar.

Sin embargo, Jiyong alzó una ceja. El comentario aparentemente frívolo de su amigo le había hecho recorrer con los ojos la distancia que los separaba del escenario y el camino que deberían hacer para llegar hasta allí. Definitivamente tendría que pasar junto a la mesa de Taeyeon en su camino a los micrófonos. Bueno, pensó, no era como si eso fuera a servirle para algo. No podía detenerse a besarla delante de todo el mundo, aunque estaba claro que sería todo un espectáculo.

Mientras veía que los actores procedían a presentar a los nominados, soltó un suspiro pronunciado. Al menos podría verla de cerca, y eso ya era algo.

Pero cuando los presentadores comenzaron a generar suspenso y a jugar con el sobre que contenía el nombre del ganador, decidió que no... eso no sería suficiente. Si ahora sabía que contaba con semejante oportunidad, no la desperdiciaría. En absoluto.

Al cabo de unos instantes, el griterío de la gente se incrementó y los artistas de las mesas que tenían alrededor se pusieron de pie para aplaudirlos. Un poco aturdido por lo repentino del anuncio, Jiyong imitó a sus miembros y se dispuso a ponerse de pie para dirigirse hacia el escenario.

Siempre se sentía de la misma, extraña manera. Una mezcla de emociones hacía nido en su garganta, impidiéndole hablar con facilidad. No importaba cuántos años pasaran o cuántos premios ganaran, siempre se sentía como la primera vez. Sólo era un premio. Una estatuilla que nada valía en sí misma. Pero su significado, el hecho de que la gente aún los aceptara y quisiera, era lo que lo llenaba de nerviosismo y emoción a un mismo tiempo.

En un momento se encontró junto a la mesa de Taeyeon. Ella se había puesto de pie, por lo que su figura bordeaba grácilmente esa especie de pasillo por el que estaban transitando. En un impulso, deseando que no se hubiera equivocado al tomar semejante decisión, la tomó de la mano con rapidez y presionó contra su palma, mirándola de reojo para comprobar si sus reflejos eran tan rápidos como él esperaba. Para su alivio, a pesar de que le pareció verla un tanto confundida en un primer momento, Taeyeon hizo gala de su legendaria templanza y colocó una máscara de indiferencia sobre su rostro, al tiempo que sujetaba con fuerza el papel que él había colocado en su mano. Esperó pacientemente a que todo el mundo hubiera vuelto a sentarse e hizo lo propio, tratando con toda su fuerza de voluntad de no ceder ante la curiosidad.

Cuando Big Bang finalizó su discurso de aceptación con una acertada broma por parte de Seungri que hizo reír a la mayoría de los presentes, Taeyeon alzó una ceja al notar que tanto Jiyong como Taeyang y Seungri no parecían estar encaminándose de vuelta hacia la mesa que les había sido asignada, sino que se desviaron y bajaron por una escalera que se encontraba a un costado del escenario. TOP y Daesung, en cambio, pasaron por su lado como una exhalación y se acomodaron en sus asientos sin mayor dilación. No parecían sorprendidos por la ausencia de los otros tres, por lo que Taeyeon supuso que habrían sido informados de dicho movimiento.

Cuando un grupo femenino comenzó su presentación y las luces de la zona de las mesas se apagaron, Taeyeon consideró que ese sería un buen momento y se apresuró a abrir el papel que había estado sujetando con discreción, semi-ocultándolo contra sus piernas para que ninguna cámara indiscreta pudiera captarlo. Cuando lo abrió, una sola línea pulcramente escrita en la letra de Jiyong rezaba:

Camarín 18. No preguntes por qué.

Continuará...

-o-o-o-o-

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