Lisa

Día 1, no es tan malo como pensé que sería.

Escuche que hoy los chicos saldrían a comer después de una sesión de fotos.

Era el momento perfecto para ir a sus camerinos y buscar mi cámara.

Al final, mis padres no sabían nada del artefacto pero a mi aún me intrigaba.

Llegue justo a tiempo, me puse a revisar los estantes, cajones y todos los lugares donde creí, eran perfectos para esconder una cámara.

Pero para mi mala suerte,  el destino no estaba de mi lado y las horas en el reloj tampoco.

Al poco tiempo me sentía algo extraña como si me observaran.
Ya saben esa sensación de incomodidad,  como si hubiera un fantasma cerca o algo parecido en este caso.

Gire un poco hacia la puerta y definitivamente, él tenía la mirada fija en mí.

Con sus labios contuvo una sonrisa  cuando voltee a verlo,  estaba cruzado de brazos y parado de forma algo graciosa en el marco de la puerta.

No hizo nada más que una mueca y sonrió de lado, para luego entrar y sentarse en medio del desorden que había hecho en su camerino.

Debo admitir que me sonroje a penas verlo y cuando sonrió fue peor.

¡Aish!  ¿Pero qué me pasa? Yo no soy de las chicas que se sonrojan tan fácil, menos no con la sonrisa de un chico tonto como ese.

Siento que estoy en una lucha conmigo misma.

¿Lo peor?
Voy perdiendo.

En fin,  tal vez si sea mi "Crush".

Por otra lado soy ingeniosa y sé de varias técnicas infalibles para convertirme en el crush de mi crush.

¿Confuso?
Si un poco, pero como dije no soy de las chicas que esperan,  ser impaciente es una de mis virtudes.

Y si dije virtudes,  no lo cuento como defecto.

¿Por qué?
Contestaré con otra pregunta ¿A quién no le va bien un poco de impaciencia para agilizar las cosas?

Continuará...