第5章 | Familia...





No estás solo, científicamente hablando creo, porque en realidad sí que estás solo.

- ¿Que?

Aunque, de hecho, estás volviéndote loco, por lo que no debes preocuparte por la soledad, después de todo estás hablando contigo mismo en este momento jaja, perdedor.

- Así que... estoy en el infierno.

¿Qué es lo que quisiste decir con eso? :)

- Quisiera que Daruma Ujiko estuviera aquí.

¿Por qué quieres a ese calvo en tu subconsciente?

- E-espera... ¿Estoy vivo?

Si... así es.

- ...

Lo siento, en serio lo siento, ni yo quería esto.

Hasta luego.


































































| 𝕮 𝖆 𝖑 𝖔 𝖗 𝖉 𝖊 𝖘 𝖈 𝖔 𝖓 𝖔 𝖈 𝖎 𝖉 𝖔 |


[... 未知の熱 ...]

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-[ N a r r a d o r ]-


- Kai -

- Kai - Kyojuro habló.

- ¡¡Kai mi muchacho!! - Esta vez gritó.

El mencionado abrió los ojos, vio a Kyojuro y en silencio comenzó a mirar alrededor, no estaba en el bosque, ni en casa de Kyojuro.

- Es una buena noticia que hayas despertado, aunque parecías ahogarte - Kyojuro estaba serio.

Cuatro grises paredes de concreto, ese era el lugar donde se encontraba Kai, acostado en una camilla con muchos tubos conectados a su interior, sus brazos y piernas estaban enyesados por lo que no se podía mover.

Entonces habló.

- Mi... mi mamá... - Musitó el chico con la voz débil, ojeras en los ojos y una mirada opaca perdida.

Hubo un momento de silencio antes de continuar.

- Rengoku-san, las personas- ¡Ugh! - El rostro de Kai era indescriptible, esto hacía estremecer a Kyojuro de manera horrible en su interior al verlo sufrir.

- Las personas que estaban cerca mío, Rengoku-san ¿Qué sucedió con ellas? - Aunque ya lo sabía, la razón de preguntar se debía a la irracional esperanza que tenía el chico de que sus seres queridos no hubiesen fallecido.

En otras palabras, en ese momento era un niño que no quería creer que estaba vivo y su familia no.

Kyojuro calló un segundo, pero como dicen; el que calla otorga, Kai dedujo aquello que no podía decirse con palabras.

Y el sentimiento fue devastador.

- ... lamento decir esto, pero casi nadie en el pueblo logró vivir... pido que me disculpes, Kai mi muchacho - Kyojuro se arrodilló, en pose de dogeza.

- ¿Por qué...? Y-yo... - Kai miraba hacia un costado tratando de ocultar su rostro tanto como su inmóvil cuerpo se lo permitiera.

- Debe ser difícil de asimilar, pero-

- Rengoku-san.

- ¿Qué sucede? - Kyojuro alzó su mirada.

- ¿Por qué yo si estoy vivo? - Lágrimas salían del rostro de Kai, una mueca de indescriptible tristeza era lo que se veía en la cara del pequeño.

La sorpresa era evidente en el rostro de Kyojuro, pero no dejaría que su aprendiz sufriese solo, si tan solo fuese posible, él sufriría en su lugar.

- Después de que todos los... demonios... desaparecieran, también lo hizo el hombre de cabello blanco, seguí el rastro de los sobrevivientes hacia la montaña, en ese momento la montaña se destruyó y una habitación de metal emergió de esta, ahí estabas tú y tu familia.

- [Supongo que nos sacó para que no nos aplastase la montaña] - Pensó Kai.

- Yo... ha-hablé con mi padre, consiguió a alguien con un quirk capaz de curarte, en realidad, demasiado rápido... pero las personas que estaban contigo no sobrevivieron.

- [No...]

- ¿Por qué es que yo... estoy vivo y ellos no? ¿Cómo es que eso es justo para-

- Kai - Kyojuro lo interrumpió, no podía permitir aquel desprecio hacia su vida.

Su madre no lo crio para permitirlo.

- Tu familia... ellos sonreían, no digas que no debes vivir, después de todo esto es mi culpa, por esa razón, no tengo tiempo para lamentarme - Kyojuro estaba serio, su fuerte convicción se percibía en la habitación.

- Puede que... haya gente perdida en el bosque... - Las lágrimas no abandonaron el rostro de Kai, pero entendía lo que quería decir Kyojuro.

- Cuando vuelva, tengamos una charla - Kyojuro le sonrió y se dirigió a la puerta de la habitación.

- Y una cosa más

- El hombre que te curó detesta la suciedad, en realidad, odia demasiadas cosas así que por el momento te pediré que mantengas un perfil bajo, como si fueras aire - Aquello último lo dijo sonando algo agraciado, se retiró de la habitación dejando a Kai en aquella camilla.

- ...


[¿Qué fue lo que hice mal?]


[No tienen la culpa ¿Cómo se supone que debo superarlo?]


[Rengoku-san, aunque me mostraste lo que debía de hacer, no me enseñaste a tolerar este tipo de dolor...]


- M-mamá... - Con una temblorosa voz, Kai cerró sus ojos incesantes de tristeza para dormir.


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En el momento en que Kai entró al laboratorio


Todos los cazadores desaparecieron


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"¡¡Muéstrales a todos lo increíble que eres papá!!"

Rui no supo en qué momento se encontraba de vuelta en su hogar.



"No hagas algo que no te emocione el resto de tu vida mocoso... créeme que te arrepentirás"

Por un segundo, Bon se estremeció de emoción.



Las veces que Bon visitó el hogar de Rui son contadas, pero aun así fueron suficientes para deducir donde se encontraban tanto él como el propietario de la casa.

Y, aun así, esta vez no se sorprendieron con el hecho de que cambiaron de lugar de manera repentina.

Inspeccionaron el lugar un momento y cuando estaban por retirarse, escucharon la voz de un intruso.

- Entonces, el mono viejo es el que más ganas tiene de morir fu fu fu - Ambos, quienes miraban hacia la puerta, voltearon y encontraron a Sid, parado frente a ellos y con sus manos en los bolsillos de su pantalón negro.

- ¿De qué estás hablando? - Bon, algo inquieto por lo que dijo el enmascarado se animó a preguntar.

- Tu al parecer tampoco estás tan lejos de ese viejo, debe ser porque solo eres un niño [Enserio, ¿Qué pasa con estos monos infantes? Son todos unos ignorantes] - Sid tocó su instrumento, pero esta vez lo que cambió no fueron ellos, sino la casa de Rui.

- ¡Whoaah! - El suelo debajo de Bon se expandió y separó, por lo que casi cae de no ser porque Rui lo atrajo a donde él estaba parado.

Rápidamente tuvieron que saltar de ese lugar pues también se separaba, no cayeron en cuenta sobre la zona que se estaba formando en el lugar donde estaban hasta que dejaron de esquivar muebles y paredes flotantes.

Ahora el interior de la casa de Rui parecía no tener sentido alguno, todo estaba fuera de lugar y levitando en medio de la nada, no hubo más tiempo para quedarse mirando cuando muchos objetos afilados comenzaron a perseguirlos.

- ¿No son demasiados cuchillos de madera Rui-san? - Bon hacía mortales hacia atrás contra las paredes flotantes para impulsarse y esquivar los cuchillos.

- Ni siquiera tengo cuchillos de madera en mi hogar Bon, además míralos bien - Rui también esquivaba, pero a su vez destrozaba lo que ahora eran picos de madera.

Bon afiló su vista y divisó a su alrededor, no solo las paredes, sino que ahora también el suelo se agrietaba y transformaba intentando dañarlos, además de los objetos y muebles que había en la casa, aunque en este momento ya no parecía una casa.

- ¡Rui-san a un lado! - Rui dio un salto girando de manera horizontal y destrozando de un golpe en el aire al gran armario que se acercaba a él a toda velocidad.

Bon no pudo salir de las paredes que iban a tragarlo por lo que comprimió grandes cantidades de aire a sus costados.

Las paredes se destrozaron al instante y los trozos se dirigieron a un lugar en específico.

Sid, quien se sentaba en un sillón flotando encima de ellos fue abrumado por el gran torrente de aire y los trozos de madera que casi impactan con el de no ser porque movió el sillón en el último momento.

- Grrr, estúpidos monos ¡Ya verán! - Sid chasqueó los dedos.

De inmediato, todos los objetos destrozados comenzaron a rearmarse y juntarse, un enorme pico se generaba desde donde hubiese suelo y atacaba a toda velocidad contra quien estuviera más cerca.

Ambos coordinaron movimientos y mientras esquivaban, movían el suelo arrastrando los pies antes de saltar, luego de desviar con un golpe el enorme pico de madera Bon lo partió en dos con ráfagas sucesivas de aire.

Ahora ambos estaban parados en una enorme plataforma la cual hicieron ellos al mover las partes flotantes de suelo y paredes.

- Bon, debemos hacer algo con ese hombre de ahí arriba.

- Tiene buena reacción así que un ataque rápido no surtirá efecto, hay que confundirlo primero.

Rui asintió, entonces Bon se separó de él y comenzó a saltar entre los muebles grandes mientras que Rui lanzaba pedazos afilados de madera rota hacía Sid.

- ¿Ah? Fu fu fu ¿Qué intentas hacer viejo? Está bien que no seas apegado a nada, pero en verdad, ¿Ni siquiera a tu propia vida?

- [Eso es peligroso] - Sid alzó ambas manos y su instrumento apareció, rápidamente lo tocó haciendo sonar una nota aguda.

Bon sintió como su cuerpo pesaba un poco más, Rui también lo sintió, sin embargo, no tanto como el menor, aunque su ropa se estaba rasgando un poco.

- Cuidado al moverte Bon, la gravedad aumentó, ¿Si lo entiendes? - Rui volteó a ver a Bon, el cual mantenía su velocidad normal al expulsar aire de todos lados.

- Ja ja ja, como se esperaba de Bon, eres asombroso hijo - Sin saberlo, la emoción de Bon aumentaba a cada momento.

- [¿Qué es esto que siento? Es... increíble]

Bon soltó unas cuantas risas antes de seguir en las esquivadas, analizó nuevamente la zona, era como un lugar fuera de la realidad, donde parte de la lógica no actuase alrededor de ellos, entonces notó que el lugar se expandía.

Debían acabar con esto rápidamente.

- Si nos demoramos será más difícil vencer a ese hombre, debemos apresurarnos Bon.

- ¡Bien! - Ahora sí que estaba emocionado.

Se separaron y desde diferentes lados comenzaron a lanzar cosas contra Sid, el cual solo lo esquivaba moviendo el mueble donde estaba.

- [Son molestos... creo que no pasará nada si me excedo un poco]

Sid alzó su brazo derecho y chasqueó los dedos, la gravedad alrededor de Bon aumentó de golpe haciendo que este saliera disparado hacia abajo rompiendo el suelo debajo de él.

Rui se enfadó.

- ¡¡GRRRAAAGH!! - Rui incrustó sus dedos en una enorme viga y la levantó, el abrigo que llevaba resultó un poco más rasgado, se colocó en posición de tiro y la lanzó contra Sid. La viga destrozó un lado del sofá por lo que Sid casi cae de este.

- JA JA JA AHORA ESTÁS SOLO MONO VIEJO, SERÁ HORA DE QUE TE ARRASTRES POR TU VIDA Y-

Sid no pudo continuar gritando cuando de imprevisto se encontró con Bon suyo.

Con un gran golpe de aire comprimido mandó a Sid directo hacia abajo donde lo esperaba Rui el cual lo golpeó en el estómago siendo expulsado a un lado y cayendo de costado.

- Haah... haa... Bien Rui-san - Bon aterrizó a un lado de Rui, tenía cortadas en la frente y las mejillas.

- Espero que tus pies estén bien.

- [M-maldición, a este paso me desharé... al diablo todo, ya estoy comenzando a desaparecer, maldito Ujiko debiste darme más sangre de ese Deadpool barato]

Sid comenzó a aplaudir apuntando en dirección a ellos y con el aire generado del aplauso los empujó muy lejos.

- ¡Rui-san! - Bon usó su quirk para detener el golpe que se iba a llevar Rui contra una pared, sin embargo se estaba cansando, su límite estaba llegando.

- No tengas miedo Bon, mira su brazo - Rui tomó el hombro de Bon y señaló hacia Sid.

Sid no podía levantar el brazo pues dentro de su chaqueta se estaba deshaciendo.

- Si podemos dejarlo fuera de combate ya no podrá traer más demonios - Rui se desabrochó su abrigo y se puso en pose de pelea, junto a él, Bon respiraba hondo sintiendo una corriente eléctrica por todo su cuerpo, rio de manera nerviosa, la adrenalina abrumó a Bon.

En un instante Rui comenzó a moverse en zigzag golpeando objetos para que impactasen contra Sid mientras que Bon trataba de asestarle una ráfaga de aire comprimido.

- [No puedo acercarme tanto, aún con una mano manipulará el aire que genero a mi alrededor si estoy muy cerca, si hace eso la gravedad aumentada me matará]

Rui corrió directamente contra Sid el cual lo vio venir y le lanzó un estante enorme, aunque fue en vano pues Bon lo destrozó y junto a Rui se dirigía a él desde otra dirección.

Sid entonces tocó el suelo haciendo que se dividiera y de este saliesen picos de madera, esto no los detuvo y siguieron corriendo contra él.

Desesperado, Sid lanzó un grito con los decibeles amplificados empujándolos, aunque recibió un golpe en el rostro de parte de Rui.

- ¡Gghhaah! ¡Mis oídos! ¡R-Rui-san! ¡¿Estás bien?! - Las orejas de Bon sangraban, además de que su ropa estaba desgarrada.

- Bon... no importa lo que suceda ahora, acabemos con este tipo... ¡Juntos! - Rui sonreía ampliamente, aunque por sus labios corría algo de sangre.

- [El sonido me golpeó primero... eso destrozó mi pulmón, querida, pronto estaré contigo, pero antes tengo que cumplir un deber aquí]

- ¡¡S-Si!! - Apenas pudo escuchar aquello, pero eso lo llenó de emoción, ignoró el zumbido en sus oídos y arremetió contra Sid enviando ráfagas de aire tan potentes que destrozaban el suelo delante de él.

Rui pisó fuerte y de un salto ya casi estaba al lado de Sid quien sostenía su máscara para que no se cayera, apenas pudo esquivar el golpe que venía en su dirección, pero ya no pudo con las ráfagas de aire que venían contra él.

En un último intento de escapar tocó su instrumento y se teletransportó al único lugar intacto dentro del espacio de la casa de Rui... el altar

- Ahh... haah... ya verán... con esta tontería los voy a matar - Sid estaba deshaciéndose, tenía que acabar con esto de una vez por todas.

Rui tembló, ya no podía moverse tan rápido como para detenerlo, el miedo lo invadió por un instante, por suerte estaba Bon a su lado.

- Eso... no es una tontería - Bon apretó sus puños hasta que saliera sangre de ellos.

De pronto, todo su cuerpo se tensó, dejando a la vista venas que recorrían el rostro, los brazos y hasta las piernas.

Estaba concentrando su quirk a niveles astronómicos.

- [Ya lo entiendo... entiendo lo que querían decirme... mamá y... asqueroso papá] Eso es... ¡¡EL RECUERDO DE SU FAMILIA!! - Bon lanzó un grito desde el fondo de su ser.


Y por un instante, Sid se vio estremecido por su voz.


"Espero que pienses bien lo que harás, solo tienes una vida, no la malgastes en banalidades, estúpido"

"Nosotros siempre te apoyaremos, tu madre te quiere, Bon"


- Esta es la manera que quiero de vivir mi vida... ¡¡Y moriré por ella!! - Bon frunció el ceño y sonrió, el aire generado alrededor de Bon era increíblemente fuerte.

- ¡¡T- ¡TÚ, MONO!! DEJA DE DECIR TONTERÍAS, ¡NO DEBERÍAN SER TAN DESPREOCUPADOS!

Sid no pudo tocar el altar, pues su otro brazo se había deshecho cortesía de una ráfaga de aire tan rápida que ni él pudo sentir.

- [Esto es... la presión...]

Rui aprovechó el desconcierto y se acercó por su costado acertando un golpe mortal mandándolo a volar.

Mientras caía de espaldas contra el suelo pudo ver a Bon cayendo sobre el con su cuerpo cubierto por aire.

- [¿De la muerte...?]

- JAJAJA MONOS DE MIERDA PUEDO ALTERAR MI ESTRUCTURA Y REGENERARME, ¡¡USTEDES NO PUEDEN CONTRA MI!!

- [¡Es ahora o nunca! Esto puede costarme la vida... ¡Pero lo haré por la familia de Rui-san!]

- Gracias mamá, viejo de mierda, Rui-san y... par de tontos ¡¡Kai y Rika!! ¡¡MALDITA SEA LOS AMO A TODOS!!


- ¡¡¡LLAMARADA EXPIATORIA!!!


Bon, usando una concentración insana hizo acelerar el oxígeno alrededor de el creando llamas e impactando contra Sid.

El cual se había desintegrado.

Bon se levantó e inmediatamente fue junto a Rui.

- Lo-lo logramos Rui-san... salvamos a tu familia... - Bon respiraba agitadamente, pero con una sonrisa.

- Bon, t-tu... tu pequeño rostro... - Rui temblaba y le costaba hablar.

Bon pudo salvarse apenas, su abdomen estaba descubierto pues se había quemado esa parte de su ropa, además de que su cuello tenía marcas de quemaduras de segundo grado y sangre seca sobre su párpado derecho, en sus mejillas las cortadas estaban cauterizadas y sus brazos estaban colorados por la temperatura.

- N-no te preocupes por eso Rui-san tu familia-

- ¡¡Tú también eres parte de mi familia!! ¡¡No quiero que mueras también!! - Rui sentía como la vida se iba a través de sus palabras.

- O-oh... ah ha haaa... q-que feliz me hace escuchar eso... t-te lo agradezco - Bon estaba sollozando levemente.

Resignado, el hombre supo que este era el máximo propósito de Bon, protegerlos a todos...

- Ahhh, realmente tu... eres tan asombroso... y-yo también te lo agradezco - Dijo Rui temblando al hablar, ambos se apoyaron el uno al otro y caminaron hasta el altar, se sentaron delante de este y se abrazaron.

- Si es junto a Rui-san... la muerte no me asusta - Ahora Rui también sollozaba.

- Quizá tienes razón mi pequeño Bon, aunque llore... de hecho siento paz...

Al unísono, ambos articularon sus últimas palabras que, sin embargo, no eran de despedida.


- Gracias por darme una familia otra vez


Y en ese momento, en medio de las llamas que consumían la casa devuelta a la normalidad, tanto Rui como Bon, abrazados frente al altar por última vez...

Murieron, juntos, como una familia...


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En algún lugar de Shizuoka


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La meseta de Nihondaira, aquí, un hombre alto caminaba por el lugar con las manos en los bolsillos de su pantalón azul oscuro, dirigiéndose al centro de teleféricos de esta, su cabello café oscuro hacía juego con su polera color negro

Este hombre poseía un aspecto de poca accesibilidad..

Caminando entre la multitud sin destacar mucho, a excepción de su altura y su blanca piel, su expresión notablemente seria pero calmada, con algunas ojeras en su rostro, aunque bastante apuesto.

Terminó encontrándose con un conocido suyo y ambos subieron en el vehículo turístico.

La hermosa vista que ofrece la noche por estos lares cautiva a todo aquel que se encuentre presente.

- UOOHH, ¡Oye mira esto, es asombroso! Quisiera poder ver el monte Fuji otro día - El otro hombre lo llamaba.

- ¿Ah? Si yo- ¿Eh? - El hombre café se quedó paralizado por un momento.

- ¿Qué sucede? O-oye, ¿Estás bien?

- ¿Lágrimas? ¿Por qué...? No lo entiendo, ¿Qué es esto? - El hombre comenzó derramar lágrimas por montones, pero no emitía sonidos.

Trataba de secárselas, fallando pues estas no paraban de salir.

El hombre se agachó, hasta tener una especie de epifanía que lo hizo mirar al horizonte por la ventana del teleférico.

- Él... él esta...

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- Bien... gané de nuevo, ahora quiero que me digas tu nombre - Kai se encontraba en su camilla, con una expresión inamovible de su rostro.

Jugaba cartas con una mano fuera del yeso que la recubría, aunque tenía algunas vendas en ella.

Al parecer se dio cuenta de que su brazo estaba en buen estado, por irreal que sonara.

- E-es... - La pequeña niña con la que estaba jugando tartamudeó para presentarse.

- Eri... niña mala te dije que te quedarás con el viejo - Un hermoso hombre de cabello negro corto con una mascarilla del mismo color se asomaba por la puerta con intención de entrar en la habitación.

- Y-yo... lo siento - Eri, quien estaba parada con las manos apoyadas en la camilla bajó la cabeza.

- Chisaki-san no te enojes por favor, la niña dijo que el "abuelo" la envió a verme - Kai mantenía su mirada seria y su tono calmado, la niña parecía tímida así que ayudarla no haría mal.

Las costumbres no se olvidan por más que uno se encuentre perdido.

- ... bien, Eri ve a tu habitación, pronto tendrás una revisión médica - Al igual que Kai, el hermoso hombre pelinegro hablaba de manera calmada.

Eri se retiró de la habitación sin decir otra palabra, entonces ambos comenzaron una conversación, aunque quizá solo era Kai.

- Entonces... Kai-kun, ¿Quién es esa niña?

- No me llames así niño, ¿Por qué sacaste la mano del yeso? Eres tan problemático - Kai Chisaki, el adulto encargado de revisar a Kai se estaba colocando guantes... Aunque ya llevará unos puestos

- Lamento eso, pero al menos ya están bien ¿Verdad?

- Si, tienes razón - Entonces Chisaki comenzó a quitarle los yesos de manera brusca.

- ¡¡O-oye espera Chisaki-san me va a doler!! NO... ¿Eh? - Por un momento Kai se asustó.

- Bien, ya te puedes largar niño, no te quiero ver por aquí nunca más o te mataré - Chisaki agarró la camilla y la arrastró hasta la entrada.

- Eso fue muy riesgoso Chisaki-san, pero dime ¿Cómo es que ya estoy bien? - Kai bajó de la camilla y trató de ayudarlo.

- Creí que no te darías cuenta... que problemático, no te lo diré solo lárgate.

- Bien, entonces nos vemos - No iba a reprocharle, no obtendría nada y pues no iba a lidiar con molestias ahora, así que Kai se separó.

- No, no nos veremos nunca, asegúrate de que no suceda o te mataré.

Kai caminaba por los largos pasillos de la mansión donde había sido tratado, estaba perdido en muchos sentidos.

- Me pregunto... ¿Qué es lo que debo hacer ahor... - El cuerpo de Kai cayó de cara contra el suelo, se había desmayado.


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Unos yakuzas después

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-Jefe ¿Quién es ese niño? - Kai comenzaba a despertar.

-¿Es fuerte? Quisiera que me pegue para comprobarlo - Quizá aún era muy temprano para despertar, pensó.

- Dejen al niño en paz, es un huésped temporal - Kai pensó que una buena manera de olvidar todo lo vivido sería sabiendo más sobre su situación aquí.

- Hola - Con un apagado pero sonoro saludo Kai mostró a todos en la habitación que estaba despierto.

- Viejo, ¿Para qué me- - Chisaki entró en la habitación, ambos pelinegros llamados Kai se miraron, sin emociones en su mirada.

- Ah, Chisaki quiero que me expliques como es que el niño ya puede moverse si apenas ayer había llegado con partes que le faltaban en todo su cuerpo.

Ni con esas el rostro de Kai vaciló.

- Me pediste que lo curara, si no rehacía toda su estructura el habría muerto, además fue muy molesto, al parecer su quirk hace que su sistema esté en llamas, literalmente - Kai estaba callado analizando lo que decían, aunque le costaba concentrarse.

- Pero encontraron al niño tirado como un trapo sucio en los pasillos - Eso último pudo evitar decirlo, es lo que pensó Kai.

- Oye, ¿Te desmayaste verdad? Debes tener el estómago vacío, come esto - Un hombre robusto y con una máscara de pájaro le susurró a Kai, dándole un envoltorio de galletas abierto.

- Rappa... no me importa si le das comida, pero al menos dale algo mejor, el jefe dijo que es un huésped - Un hombre vestido con un haori gris oscuro y de cabello rubio recriminaba al robusto.

- Gracias por las galletas - Kai había dejado de escuchar la conversación anterior para concentrarse en los dos que estaba viendo.

- Que bueno que te gusten... ahora quiero saber si eres fuerte así que sígueme.

- Espera Rappa, es un protegido del jefe, no quieres matarlo y causar problemas, ¿Verdad?

El mencionado Rappa lo pensó un momento antes de asentir.

- Aaah, supongo que Tengai tiene razón... que mierda esto, me voy - Rappa caminó hacia la puerta para retirarse.

- Adiós niño, espero que no te metas en problemas con Chisaki si no quieres morir - Tengai también se retiró.

- ... - Ahora Kai estaba perdido nuevamente en sus pensamientos, sería una larga espera hasta que llegara Kyojuro.

- Oye niño, el apuesto joven de aquí te dará algo de comer así que síguelo y si te encuentras con una niña trata de no asustarla - El mencionado líder era un hombre de avanzada edad, le recordaba un poco a Rui.

- ¿Eri? - Preguntó Kai, sorprendiendo al anciano.

- ¿La has visto?

- Si, vino a la habitación donde estaba y jugamos cartas un buen rato, es una niña muy educada - Aunque dijera esas cosas buenas, Kai mantenía una expresión calmada.

Se le hizo raro, pero era bueno que el muchacho al menos se abriese a la opción de hablar.

- Entonces es así... me alegro mucho - El hombre sonrío sentado en su oficina.

A ojos de Kai, aquel hombre en verdad le recordaba a Rui.

- Bien, se lo agradezco mucho señor - No era fácil olvidar que todos los que conoces están muertos, ya quería que Rengoku llegará para hablar con él.

Ambos pelinegros salieron de la habitación y caminaron por los pasillos de la mansión. El mayor delante del menor.

- Acordamos que te mataría si te veía de nuevo... - En realidad, Kai sintió que lo querían matar en verdad, se tensó un poco.

- Pero el viejo y yo acordamos otra cosa, así que escucha atentamente niño.

- De acuerdo - Kai rápidamente se calmó.

- Te salvé la vida con mi quirk, en pocas palabras te desarmé y te volví a armar, aunque obviamente faltaban unas diminutas piezas, pero no debo preocuparme por pequeñeces que no afectarán en nada, mucho menos si eres tú

Ahora Kai podía darle una razón al por qué sentía como si le faltara algo.

- Ya veo... gracias - Kai seguía serio.

- Bien, agradecido y callado, aunque estarías mejor tres metros bajo tierra, pero al parecer el viejo le debe un favor al ruidoso hombre que te trajo, que desperdicio, como sea sírvete lo que quieras en la cocina, igual casi nadie come lo que hay ahí - Al llegar a la cocina ambos divisaron a una niña sentada en la mesa.

- Eri, te dije que fueras a tu habitación, tienes una revisión pendiente.

- El doctor dijo algo sobre pérdida de sangre y azúcar, por lo que me mandó a comer algo, pero no alcanzo nada - Sonó como una niña tímida cuando hace una travesura, aunque ella no hubiera hecho algo, eso por un momento enterneció a Kai.

- Toma - Kai, quien si llegaba a las repisas le extendió una manzana a la pequeña.

- Gracias - Eri la tomó y fue a sentarse para comer.

- Bien, el viejo dijo que si algo así pasaba los vigilara, pero me voy... [Si llegara a activar su quirk... el niño seguramente desaparecerá]

- Adiós Kai-kun - El Kai de ojos rojos despidió al mayor.

- Niño de mierda - Musitó el mayor antes de irse.

Eri miraba a Kai en silencio mientras que él buscaba algo sin éxito alguno, entonces al chico se le ocurrió preguntar.

- Oye ¿Sabes dónde está el pan? - Preguntó Kai.

Eri soltó un sonido de impresión, casi soltando su manzana.

- Ten cuidado, si se te cae una te daré otra, pero será comida desperdiciada la del suelo, aunque... - Eri dejó de escuchar a Kai cuando empezó a divagar.

Ella pensaba en sus palabras.

- [Me dice que haga algo... pero si no obedezco, ¿No pasará nada?]

- Canasta... - Eri señaló con su dedo una canasta en lo alto de una repisa, la cual Kai no podía alcanzar.

- Oh... ya veo - Kai miraba a Eri, esta pensaba que había dicho algo malo pues no dejaba de mirarla.

- [No estoy cumpliendo bien mi papel de ser aire... soy tan inútil...]

- ¿E-estas bien? - Eri se animó a preguntar, aunque mantuvo algo más de distancia por precaución.

- ¿Ah? S-sí, iré por el pan, ¿Quieres un poco? - Eri no parecía querer responder, quizá porque los ojos de Kai parecían los de un pez muerto.

- No llego... [Ahora también soy inútil para comer pan...] - Kai soltó un suspiro.

No podía siquiera alcanzar a aquello que él quería.

No podía hacer nada.

- Quiero morirme - Susurró Kai para sí mismo, aunque Eri lo escuchó.

Y en su cabeza, un conflicto nacía.

- ¿Por qué... quieres morirte? - Era la pregunta de Eri, con un tono de impresión y duda.

Kai encontró otro error ahí, esas no son cosas que hablas con una pequeña.

- No sé a qué te refieres

Pero Eri era una niña, no olvidaría eso fácilmente.

- Pe-pero por que... - No encontraba lógica a lo que decía Kai, ella sentía que moría constantemente cada día, jamás pensó que alguien deseara estar en su lugar.

En el lugar de alguien maldito.

- [Siento que quiere decirme algo...] - El pelinegro vio un atisbo de inquietud en la niña, ya sabía cómo tratar con algo así.

Era hora de cambiar el tema.

- Bien, tengo hambre, pero no alcanzo el pan, así que... - Kai tomó a Eri y la sentó en sus hombros, acercándola a la canasta de pan.

- ¡Whoaah!

- Vamos Eri, toma la canasta si quieres que te baje.

- Pe-pero yo... ¡waah! - La pequeña hizo un sonido de sorpresa por la altura, pegándose a los cabellos de Kai con sus manos.

- [Es bastante tierna] - Pensó Kai.

Por la movida, Eri dejó caer su manzana, o lo poco que quedaba de ella lo cual era apenas el tallo y algo más, justamente Kai iba a hablar por lo que abrió la boca y los restos de manzana cayeron dentro.

Hubo un silencio por unos instantes.

- ... - Kai se comió los restos, porque en verdad tenía hambre.

- Oohh - Eri estaba algo asombrada, sus ojos brillaron un momento al verlo atrapar la manzana con su boca.

- Te dije que sería un desperdicio si la comida cae al piso, ahora agarra la canasta, tengo mucha hambre - Kai la alzó un poco más y Eri agarró la canasta, entonces la bajó.

- ¿O-otra vez...? - Eri sostenía un pan en su mano, Kai dedujo que quería lanzárselo por lo que no le dio muchas vueltas y abrió la boca.

- Oooohh - Al lanzarlo, Eri pudo ver los filosos dientes de Kai.

- Aghh - Kai se atragantó con el pan, lo cual Eri no sabía por lo que se le hizo gracioso.

Lo serio vino cuando Kai comenzó a ponerse morado, por suerte Eri lo movió un poco y este tragó el pan volviendo a su color normal.

Ambos se miraron y luego rieron entre dientes, Eri tapaba su boca con sus dedos y Kai simplemente sonreía de manera nostálgica.

- [No era lo que esperaba, pero estoy satisfecho...]

Estuvieron hablando mientras comían todo lo que hubiese en la cocina, más que nada Kai quien no había comido nada desde el día anterior, alguien infantil como a Kai no se le haría difícil charlar con menores.

Él era un hermano mayor después de todo.

Luego de eso, Eri fue llamada por Chisaki, aunque ella no quería ir, no dijo nada y se fue en silencio.

Kai la miraba irse, luego de un rato de mirar a la nada simplemente se volteó y caminó sin un rumbo en específico, solo caminar entre los pasillos, hasta que al pasar un rato encontró un balcón.

Se acercó a él y divisó desde este, su sorpresa fue gigante al ver el paisaje.

Miles de luces de colores y neón eran más que visibles en el panorama, junto a los enormes edificios y el sonido de los autos circulando por las pistas y puentes, la gente que caminaba por las calles debajo de él y...

Un hombre increíblemente musculoso saltando entre edificios vestido con mallas ajustadas de color azul y que reía incluso más fuerte que Kyojuro.

No le dio mucha importancia hasta que vio como de un golpe mandaba a volar a unas personas y luego las atrapaba, mucha gente se juntó en el lugar donde estaba el hombre mientras gritaban su nombre en alabanzas.

- ¡¡All Might!!

- ¡All Might está aquí! ¡Estamos salvados!

- All Might viólame.

- [Que-]

Kai juraba que solo quitó la mirada un segundo del rubio, pero este ya tenía a una multitud de personas rodeándolo, celebrando su llegada y alabándolo a todo pulmón.

Se asomó un poco más por el balcón apoyándose sobre la baranda de este con sus manos y colgando de los pies, como el tonto que es se habría caído de no ser porque alguien lo agarró de la cabeza y lo jaló hacia adentro.

- Eres al que dicen el protegido del jefe ¿Cierto? - Un joven de cabello rubio claro y complexión delgada se dirigía a Kai.

- Si... y tú eres un hombre... - Kai quería parecer serio, pero solo se hundía aún más en su idiotez.

- En verdad eres tonto, Tengai tenía razón, tú mismo podrías matarte si te quitaban la mirada, eso sería un problema, no vuelvas a acercarte al balcón - El chico se retiraba mientras comía un pan, Kai se dio cuenta de esto.

- ¡Hey, eso era mío! - Kai fue con el adulto y trató de quitárselo.

- ¡Tch! Niño estúpido, quítate o te golpearé - El chico sacudía su cuerpo para sacarse de encima a Kai.

- ¡No! Es todo lo que me queda, ¡Moriré por el!

- Esas son tonterías, ¡No deberías decir eso con tanta facilidad! - El rubio cortó la mejilla de Kai con un cuchillo que llevaba y luego lo pateó.

Kai se levantó en silencio, sintiendo el ardor por su mejilla.

Estaba harto.

Harto de jamás alcanzar lo que quería.

- ¿A QUIÉN LE IMPORTA? TE DIJE QUE QUIERO MORIR - Kai se volvió a tirar contra los pies del joven, pero antes de llegar fue neutralizado por este agarrándolo del cuello.

- ¿Qué sabes tú? No conoces la dureza de la vida en la sociedad...

Kai trataba de zafarse sin éxito golpeando su brazo.

- No... no la conoces, pero aun así... quieres morir, ¿Cierto? - La fuerza de Kai bajaba, ya no intentaba zafarse, Kai dejó de moverse por voluntad propia.

El rubio lo soltó y dejó el pan encima de Kai, entonces fue al balcón, presionando un botón arriba del marco de la puerta, la cual hizo que de las barandas saliesen púas.

- Déjame matarte... cuando tengas mi edad - Con eso dicho, el rubio se retiró y nuevamente Kai se quedó solo.

Kai se tomó del cuello recuperando el aire.

Y pensando en aquello que le dijo el rubio, tentador, pero demasiado tiempo quizás.

- [¿Podría tomar esto como un motivo para seguir viviendo?]

Suspiró nuevamente para levantarse.

- Meh, tengo sueño así que dormiré, igual el hombre musculoso en mallas ya se fue... - Kai se recostó en un sofá y cerró los ojos.


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-[ K a i ]-


Me pregunto cuánto tiempo más tendré que quedarme en esta casota, una bendita semana y Rengoku-san apenas se aparece, creo que tiene entre manos algo muy grande con lo que lidiar.

Es muy aburrido estar aquí, pienso esto mientras devoro lo que haya en la cocina, es el único lugar que recuerdo además del balcón, quería ponerme a dormir un poco más hasta que vi que Eri pasaba.

Me alegré por esto.

- ¡Que on... da - Hasta que vi que venía con Chisaki, ese tipo me daba algo de miedo la verdad.

El hombre al que llaman "Jefe" me contó que su quirk es muy fuerte por lo que trato de no meterme con él.

Con nadie en realidad.

- H-hola - La pequeña Eri me saludó... algo no está bien.

Fue eso lo que sentí, aún si me equivocaba, quería jugar con ella.

- Oye, Chisaki-san, ¿Puedo jugar con Eri? - Ambos me miraron, con reacciones muy diferentes.

Chisaki seguramente me veía con asco, debe ser porque mi boca estaba sucia por la comida...

- No, chinga tu madre - Fue lo último que me dijo Chisaki antes de irse, aunque Eri se quedó parada, me miraba con un brillo en sus ojos...

Ahora que la veo bien ¿No tiene demasiadas vendas encima?

- Eri, vamos a hacerte una revisión ahora - El brillo se fue con las palabras del hombre, Eri solo asintió y musitó un "si".

Antes de voltear en un pasillo ella volteó a verme... sus ojos eran tan parecidos...

- E-espera... - Susurré antes de correr para alcanzarlos.

- ¿Hmm? Niño... suelta su mano ahora - Estaba atemorizado, pero no soltaría su mano.

Tomé valentía y pregunté.

- ¿P-puedo confiártela? - Estaba sudando, pero traté de dar mi mejor cara.

Si yo no podía mostrar valentía, ¿Cómo esperaba que Eri lo hiciera?

- ¿Quién te crees que eres? Vete ya antes de que me enoje de verdad - Fue Eri quien soltó mi mano de inmediato, aunque no puse mucha resistencia, solo me quedé parado.

- ¡¡E-Eri!! - Grité, o eso creo, no podía distinguir de la realidad con el miedo que había pasado.

Por suerte ella volteó de inmediato sin detenerse de avanzar.

- ¡Déjame... déjame trenzar tu cabello... cuando crezca!! - Chisaki ignoró mi proposición, pero esa niña... me miró y sonrió, esa era una promesa.

Ahora tengo un objetivo, averiguaré que es lo que hace que Eri se sienta triste y se lo diré al jefe, no podrá desobedecer lo que él dice.

¿Verdad?



つづく

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