第25章 | Doncellas con secretos
╠═══════════╬═══════════╣
Centro comercial Kiyashi
╠═══════════╬═══════════╣
– Oh vaya...
– Lo veo y no lo creo... kero
– ¿E-es por eso que no podía venir con nosotros al centro comercial?
– Ochako-chan, quisiera justificarlo, pero ya que las tres vinimos temprano y no hay nada que hacer todavía... le dejaré la decisión a la vicepresidenta, kero
– ¿Qué piensas, Momo?
– ¿Momo-chan? Kero
– ... sigámoslos
– P-Perdona, no te escuché bien ¿Dijiste algo?
– ... dije que hay que darles seguimiento... y desentrañar el arcano fundamento de su alienación hacia nuestra clase el día de hoy, antes de que los demás discentes lleguen al punto que establecimos como manifestación congresal...
– ...
– ...
– O sea que los sigamos hasta que estén todos reunidos
– Ah, ok
| 𝕮 𝖆 𝖑 𝖔 𝖗 𝖉 𝖊 𝖘 𝖈 𝖔 𝖓 𝖔 𝖈 𝖎 𝖉 𝖔 |
[... 未知の熱 ...]
.
.
.
╠═══════════╬═══════════╣
El día de ayer
╠═══════════╬═══════════╣
.
.
.
.
Tras los exámenes de fin de ciclo, donde casi todos aprobaron, aquellos quienes reprobaron ahora mismo estaban festejando en su salón como si fuesen la población argentina un dieciocho de diciembre de 2022. Era normal, su profesor había indicado que todos recibirían el "premio" por, supuestamente, pasar la prueba práctica.
– Pero igual tendrán clases extra, mucho más duras que las normales – Añadió Aizawa, derribando olímpicamente la emoción de los chicos.
Aunque la mayoría de la clase estaba más interesada en lo suyo, ya que ellos sí pasaron.
Y algunos otros estaban enfocados en el asiento vacío al final de la primera fila...
Toc toc*
– [Toc toc... me recordó a ese gato que vi en internet...] Pase... – Anunció Aizawa, dejando correr la puerta del aula.
– Buenas tardes profesor...
– Homura, creí que no vendrías hoy... – Mencionó Aizawa, decepcionándose al ver a su alumno. – [Si tan solo hubiera sido un gato...] – Pensó.
– [¿Por qué se puso tan decepcionado cuando me vio...?] B-bueno, es algo tarde, pero de todas maneras creí que no le gustaba que nos saltásemos las clases... – Se excusó Homura con una sonrisa nerviosa, siendo ignorado por Aizawa.
– Ya va a ser hora del receso, deja tus cosas y- espera, ¿Por qué justamente llegaste para antes de descanso...? – Preguntó el maestro, deteniéndolo antes de entrar.
– P-por que...
Ring ring* (Hoy estamos muy SFX gente🦆🎩)
Por suerte para Homura, el timbre ya había sonado, lo que significaba que a su profesor no le importaba más lo que le sucediera a menos que él mismo lo diga.
– Por cierto, UA no dice nada sobre el aspecto porque sería irracional, solo sobre el uniforme, pero que yo sepa, tú no viniste con un tatuaje el primer día a mi clase... – Mencionó el profesor retirándose para ver videos de gatos en internet. – [Y gracias por ser amigo de Shinso...]
– P-pero no es un-
– ¡Homura! ¡Si viniste- ¡WHOAH! ¡Jajaja! ¿Eres un niño de jardín que quiere destacar? ¿Por qué te tatuaste una grieta en la mejilla? – Preguntó Denki saliendo del salón.
– Al final ni siquiera podré entrar a dejar mis cosas... y no es un tatuaje, es una- eh... herida, creo... – Murmuró Kai, tratando de explicar que la tefrosis por usar tanto su quirk se había extendido hasta su mejilla, por alguna extraña razón.
– Parece que tu cara se estuviera partiendo, ¿Estás entrando en la pubertad tardía o algo así? – Se burló Mineta alcanzando a los otros dos.
– ¡Que no! ¡Es por usar mucho mi quirk!
– O sea que...
– No
– Podemos decir que...
– No se atrevan a decirlo
– ¡¡Te partiste por andar de caliente!!
No solo se escucharon las risas de sus amigos, sino que, justamente el trío de tontos pasaba por el salón 1b, en donde los alumnos también se burlaron del pelinegro.
Y tras la penosa escena de Homura tratando de ignorar las risas con la cara roja de vergüenza, este procedió a explicar su condición mientras almorzaban.
– Ya veo... entonces, ¿Cómo es que viniste en primer lugar? – Preguntó Denki con un moretón en su ojo, por alguna razón.
– Recovery me dijo que la tefrosis en mis pies desapareció... pero luego apareció la marca en mi mejilla que baja hasta el medio de mi espalda que no me deja moverme bien... – Mencionó Homura, comiendo con dificultad su tazón de fideos.
– Pero para pegarnos si estás bien, maldito patón... – Murmuró Mineta con las mejillas tan hinchadas que opacaban su rostro.
– ¿No te duele? – Preguntó Yui a un lado de Kai en voz baja.
– No, pero si lo tocas sí me va a doler – Acotó Kai alejándose un poco de Yui, parecía que quería sacarlo de quicio haciendo exactamente lo opuesto a lo que dijo.
– ¡Tch! Llorón... – Se quejó Shinso quien temblaba por el dolor muscular, tampoco se había salvado de las consecuencias de tal enfrentamiento.
– ... por cierto, Homura, me he estado preguntando, si estás tan mal, ¿Por qué viniste? – Preguntó Ojiro señalando a su herida en la mejilla.
Todos los presentes en la mesa voltearon a esperar la respuesta de Kai en silencio.
– [¡¿Nadie le dirá que es grosero?!] – Se preguntó Kai indignado.
Cuando a ellos les convenía no importaba la falta de modales que abundase en el lugar.
Resignado, el chico suspiró con pesadez.
– E-es que... bueno, ya saben, hay esos días en que... m-me... quería saber... cómo estaban todos – Murmuró Kai mirando a otro lado.
Ese no era su día, le estaban pasando muchas cosas vergonzosas.
– Ah – Farfullaron todos en la mesa.
– ¿Q-qué? Después de los exámenes no pude ver a nadie – Se excusó Kai.
– Pero te dejamos una canasta de frutas y pan en tu casa... – Mencionó Ojiro.
– Y solo pasó un día, no es tan grave – Acotó Kaminari.
– Está bien está bien, lo entiendo, la próxima vez entonces no me preocuparé por nadie – Señaló Kai cruzándose de brazos, o al menos como pudiese.
Aunque la molestia le duraría poco.
Inmediatamente después de decir eso, todos a su lado se unieron en un abrazo hacia el pelinegro.
– ¿Q-qué-
– Ni una palabra de esto a nadie... – Gruñó Shinso mirando a otro lado.
– No digas eso Homura – Pidió Kaminari.
– ¡Esas bromas no son graciosas, pendejo! – Gritó Mineta pegando su mejilla a la cabeza de Homura.
– Creo que entiendo por qué hicimos esto, jaja – Rio Ojiro por la situación en la que se encontraban.
– ... tonto – Musitó Yui con un puchero, también abrazando a Kai, al igual que todos.
Ese almuerzo fue uno muy bonito, a palabras de Kai, la calidez en su ser se sentía reconfortante e incluso no sintió dolor por la tefrosis.
Y ahora, luego de unas cuantas clases más, el último día del primer ciclo de estudios en UA daba fin con el firmamento pintándose de anaranjado y los alumnos alistando sus cosas para irse.
Ah si, y armando planes para el día siguiente también.
– ¡Vamos al centro comercial en grupo!
– ¿Eh? ¿Y Homura-kun? – Preguntó Uraraka.
– Homura-chan ya se fue... kero
– Hay que avisarle por mensaje – Sugirió Midoriya.
Pero mientras la clase averiguaba de dónde sacar el número del pelinegro, este se encontraba saliendo a paso lento de UA.
Debía irse temprano si quería cenar temprano.
– ¿Necesitas ayuda? – Una dulce voz se oyó detrás del pelinegro, quien al voltear no vio a nadie.
Hasta que sintió un pellizco en su brazo.
– ¡O-oh! ¡Jajajaja! ¡Lo lamento Yui! Ando distraído y olvidé que podía bajar la cabeza... – Se excusó Kai tontamente.
La chica solo volteó la mirada con seriedad, soltando un "Hm..." como respuesta.
– Oi... ¡Espera! Esta es la primera vez que nos topamos a la salida desde que iniciaron las prácticas heroicas – Kai la siguió hacia las afueras de UA, donde nuevamente se iban a casa por el mismo camino. –Es bueno volver a este tipo de aires...
– Sucedieron... cosas
– ¿En serio? ¿Qué clase de cosas?
– Que tonto, podrías al menos intentar deducirlo... – Fue lo que respondió Yui evasivamente.
Demasiado para el gusto de Kai.
– [No parece que en verdad quiera decirme, así que querrá burlarse de mi cuando le responda... ¡Entonces no voy a caer! ¡No le respondas cualquier cosa Homura!]
Kai se había preparado para responder y no quedar humillado más de lo que ya estaba en tan solo medio día.
– Es porque... ¿Me extrañabas...?
...
...
Ciertamente, su boca y su cerebro no estaban para nada coordinados en el momento en que los necesita.
O quizá nunca.
Sin embargo, un resultado incluso más inesperado que su respuesta, fue ver que Yui simplemente se quedó en un tímido silencio evitando el contacto visual del pelinegro y juntando tiernamente los brazos.
Se sentía avergonzada.
En ese momento, con un tierno toque rojizo en las blancas mejillas de Yui, viéndose magnífica en cada facción de su rostro que los ojos de Kai pudiesen apreciar, empañada por la paleta de naranjas y amarillos del atardecer, fue que el chico quedó sin palabras...
Ni siquiera algo tonto que comentar.
Tan solo quedó estático al verla allí sentada mientras esperaban el tren, nerviosa como una doncella...
¿Enamorada? Vaya idea la que pasó por la mente de Kai.
– Quieres... ¿Quieres ir al centro comercial? – Preguntó Yui en voz baja, haciendo notar el esfuerzo que tuvo para invitarlo, su actitud era tan vacilante como su hermosa tez que se tintaba cada vez más de rojo imitando a un tomatito, como si le fuese imposible ocultar lo inquieta que se sentía junto al alto.
– ... s-si... – Fue lo único que respondió Kai alargando la vocal por lo atontado que estaba.
Pero al oírlo afirmar, incluso de manera tan vaga, una inmensa felicidad invadió a Yui tal y como el calor creciente en su pecho reconfortando su euforia, haciéndola voltear a ver a Kai rápidamente con su rostro expectante de rojo y sus vibrantes ojos azulados.
Ignoraba la razón de su sentir, pero le encantaba.
Y por alguna razón, Kai entendió aquel mensaje, quería oír de nuevo su respuesta por lo que se recompuso en su interior para darle lo que quería.
– Mañana hay asueto así que podemos ir – Respondió el pelinegro instintivamente, esos ojos azulados parecían brillar increíblemente cuando le respondió de nuevo.
Sintió que no podía negarse a ella, al menos este momento.
Yui le regaló un tierno asentimiento y el "¡Hmm!" más alegre que había escuchado, volviendo su mirada hacia el tren que estaba por llegar a ellos.
Al pasar y tomar asiento, los chicos se sentaron juntos, aunque Yui sabía que a Kai le gustaba ver hacia la ventana, como si fuese un niño pequeño.
Pero esta vez tan solo veía hacia el frente al igual que ella, de inmediato notó la tensión en el rostro del pelinegro.
– Luces cansado – Mencionó la chica, acercándose un poco más al pelinegro.
– Es que fui con Recovery antes de salir de la escuela, creí que con su ayuda podría deshacerme más rápido de la tefrosis y recuperar energías con el almuerzo... – Al terminar su frase, Kai dio un largo bostezo, mostrando sus afilados dientes.
Que tonto; es lo que iba a decir Yui para burlarse de él y sentirse más calmada... .
Aunque, bueno, el hecho de sentir como su corazón comenzaba a latir alocadamente por tener la cabeza de Kai descansando en su hombro tampoco estaba tan mal.
De hecho, eso se sentía mucho mejor, pero no iba a admitirlo.
Mas aún así... parecía que la chica de ojos azules iba a estallar de sentimientos que la hacían sentirse bien. Internamente claro, ya que por fuera la chica seguía con su semblante impasible, solo que, para el más observador, notaría como su cuerpo temblaba de la emoción.
A Yui se le hacía muy difícil evitar tensarse y controlarse.
Probablemente estaría sonriendo en su mente hasta que llegaran a su parada.
.
.
.
.
.
.
.
.
╠═══════════╬═══════════╣
Actualidad
A dos horas de la reunión de la clase A
Centro comercial Kiyashi
╠═══════════╬═══════════╣
– Y eso que tuviste que colgar a Mineta en la salida para obtener el número de Homura, Tsuyu-chan... – Mencionó Uraraka dirigiéndose a su amiga rana.
– Que Homura no se entere...
– Tsuyu-san, ¿Podrías proveerme de ese contacto? – Preguntó Yaoyorozu con extrema seriedad.
– Ok, eso sí entendí, kero
– ¡Oigan! ¡Se están yendo a una tienda de ropa! – Informó Uraraka interrumpiendo el traspase del contacto de Kai de las otras dos chicas.
Eso activó la alarma de las tres chicas al instante.
¿Podría ser que...
– ¿Están saliendo? – Se preguntaron Uraraka y Tsuyu.
Yaoyorozu solo guardó silencio y asimismo los siguió.
Mientras que con los pelinegros; ambos estaban discutiendo.
– Creí que iríamos por objetos para el campamento... – Se quejó Kai, siendo arrastrado a la tienda de ropa.
No tenía buenas experiencias con esos locales, y Yui tenía una buena parte de la culpa.
– [Si yo me arreglé para salir conti- quiero decir, si yo vine bonita, tú también debes venir bonito, más de lo que ya eres lo cual sería difícil pero- ¡QUIERO DECIR!] Ugh...
Yui se falló a sí misma evitando pensar en el pelinegro.
Porque estaba decepcionada, el día del baile se veía elegante, creyó que era parte de su estilo, quizás, pero era un error pensarlo solo por salir con él una vez y verlo en uniforme casi todos los días.
En casa de sus abuelos, que quedaba al lado de la de Kai, la chica solo tenía ropa que parecía ser para una chica que se iba a casar o ir al baile más lujoso del siglo, por lo que le tomó mucho tiempo vestirse para salir sin verse tan ostentosa y no parecer que quería que la elogiara.
Aunque fuese su objetivo, secretamente.
– ¿Qué tiene de malo mi ropa? – Preguntó el muchacho mirando sus fachosas prendas.
Yui solo guardó silencio, mirando a su camiseta... la cual decía "Panadería Rengoku".
– [¡Pfft! Kai de negocios...] Tonto – Ordenó Yui en idioma Yui, llevándole una camiseta diferente al pelinegro, que no era tampoco la más decente que hubiese.
Primero se iba a divertir un rato...
Y luego de hacerlo vestirse tonterías, le llevó una camisa que sí le había interesado verlo usando, era bonita a su parecer, se imaginó al largo y esbelto Kai usándola...
Si, probablemente estaría bien que él la usara el resto del día... o para siempre.
– Oye... ¿Siguiente por favor? – Llamó Kai, cortando el río de pensamientos secretos que tenía la pelinegra y estirando su mano para recibir lo que ella tuviese en manos.
La chica sacudió su cabeza y dejó de apretar la prenda para entregársela a Kai, esperando a que el chico corriera la cortina, sin embargo, cuando pasaron cinco minutos Yui se comenzó a desesperar.
– [¿Eres una chica? Es solo una camiseta, ¿Qué te toma tanto tiempo?]
– Kodai... ¿No hay una talla más grande? – Preguntó con molestia.
– [¡¿Cómo que otra talla?! No me digas que la rompiste] – La chica instintivamente abrió la cortina para ver si Kai no la había embarrado con la camisa tan increíble con la que había fantaseado.
Pasaron unos segundos de frío, donde nadie dijo nada, sus expresiones hablaban por sí mismos.
– ¡¿Qué está haciendo?! – Se preguntaron las tres chicas que veían de lejos a Yui abriendo el lugar donde se cambiaba Kai.
De igual manera, el trío de fisgonas, sin nada mejor que hacer se movieron instintivamente para ver mejor lo que estaba sucediendo entre esos dos.
– ¿Qué haces? Trae otra talla por favor – Pidió Kai mientras se colocaba la camisa que promocionaba su panadería.
Fue en ese momento que Yui se dio cuenta de un detalle mucho más importante que el pelinegro sin camisa, y era que ella había usado si quirk en la prenda.
Sus pómulos tomaron un rojizo mucho más prominente y, tomando la prenda, simplemente se retiró un segundo al baño, obviamente no le dijo nada a Kai y lo dejó allí esperando.
– ¡Viene para aquí! – Susurró la vicepresidenta alarmada.
– ¡Tsuyu-chan! ¿Qué hacemos- ¡¿Tsuyu-chan?! – La mirada de la castaña se dirigió hacia donde en verdad se encontraba su amiga rana.
– Acabo de desarrollar una nueva habilidad para evitar el cringe, lo siento chicas – En el momento en que vio a Yui llegando, Tsuyu se había hecho invisible de repente.
– ¡La traición hermano! – Exclamó Uraraka indignada, sin darse cuenta de que Yui ya se había ido y ni las había topado.
Sin embargo, la tercera chica tampoco estaba cerca.
– ¿Hmm? ¿Kodai? Esa camisa me gustó un poco debo de admitirlo, ¿Si la compro podemos salir ya? Me di cuenta que mi camiseta no era la más adecuada para este momento, l-lamento haberme enojado contigo yo-, q-quizá estoy hablando demasiado...
Y así sin más, Kai guardó silencio, aunque no duraría mucho tiempo.
– Oye al menos di algo, 'che enana de- ¿Eh? ¿Yaoyorozu? – Inesperadamente, la chica azabache estaba delante suyo.
Con una afilada mirada sobre el pelinegro.
– Homura-san, ¿Quisieras tomar algo?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
– Oye... luces deprimida, sé que puedes tener todas mochilas que quieras, ¿Pero no te gusta ninguna de aquí? – Jiro Kyoka interrogaba a su amiga que yacía sentada en uno de los pocos asientos que la tienda ofrecía.
– No... la que me gusta no está disponible... – Murmuró Yaoyorozu con la cabeza recostada sobre una pequeña mesa que ella misma creó.
Aunque quizá no se refería a mochilas.
– Entiendo... ¡Ah, esta me gusta! – Jiro señaló una mochila con un diseño peculiar.
Totalmente negra, pero con un rayo amarillo fosforescente justo arriba del orificio para los jacks...
Curioso.
Tras escuchar aquello, la pelinegra extendió su mano, mostrándole su tarjeta a la rockera.
– ¿Qué- ¡Esp-Espera!, solo quería saber qué piensas, no que me la pagaras – Exclama Jiro rápidamente.
– Ah... de acuerdo... – Lentamente, guarda su tarjeta.
El silencio se hace presente, al menos para la pelinegra, que no escuchó para nada el hecho de que su amiga rockera le dijo que iría a pagar la mochila.
Ella estaba en otro mundo.
"¿Eh? Tan de repente... lo siento Yaoyorozu, pero ahora quedé en esperar a alguien que... probablemente fue al baño sin avisarme..."
"... ... ... e-está bien"
"L-luces decepcionada..."
"N-nos vemos, Homura-"
"Oh, por cierto, Shinjuro-san me dijo que debía invitarte a un tal Tanabata, aunque no tengo idea de lo que sea, ¿Tú sab-"
"Siete de julio"
"¿Huh? ¿Qué significa eso? ¡E-espera- ¿Por qué sales corriendo?!"
Yaoyorozu suspiró pesadamente, no sabía siquiera porqué había ido a interrumpir la supuesta cita de Homura y Kodai, pero sentía que no estaba bien... para ella.
Y que luego este viniese con que quiere salir con ella el día del Tanabata, ¡Era un día antes del campamento escolar!
Pero mucho más importante, Tanabata era...
– El día de los enamorados... la noche más romántica de Japón... – Susurró Momo con una aguda y dulce voz, tiñendo sus mejillas con un carmín adorable.
Ciertamente, ¿En qué estaba pensando Shinjuro? ¿Qué se le metió a la cabeza como para decirle eso a Homura?
Y no, no creía que el pelinegro le pudiera mentir, al menos no tan descaradamente.
Si ni siquiera era capaz de mentirle a los niños pequeños con los que se encontraba a las afueras de UA, no podía engañarla a ella.
Y sí, sabía que Homura Kai ocultaba muchas cosas, pero ese no era asunto suyo, mucho menos cuando él fue quien le ayudó cuando estaba hundida en su dolor...
Tan solo él...
– Hmmg~ Deja de pensar en eso... – Se reprochó la pelinegra soltando un quejido de vergüenza y frunciendo el ceño.
– ¿Pensar en qué? – Preguntó Jiro, apareciendo "repentinamente".
Momo soltó un pequeño grito de la impresión.
– N-nada, ¿Ya terminaste de comprar? ¿Qué compraste? – Preguntó, con una sonrisa inocente sin saber que la había embarrado.
Se supone que fueron por mochilas...
– Ah-, este- q-quiero decir... – Momo entró en pánico evitando mirar a su amiga.
La cual se reía de ella en silencio, hasta que decidió hablar antes de que la pelinegra se hundiera aún más.
– Con que Tanabata eh... – Mencionó la chica al aire, logrando ver la reacción que esperaba de su acompañante.
– ¿C-Cómo lo-
– Momo, lucías como un cachorrito abandonado, bonito, pero deprimente... así que como la amiga que soy, decidí invadir tu privacidad y te escuché hablar sobre cierta noche del siete de julio...
Como era de esperarse, la pelinegra entró en pánico, mirando a todos lados cerciorándose de que nadie conocido estuviera cerca.
Jiro tomó asiento a un lado de su amiga y proceder a conversar sobre el "problema" que esta tenía.
– ¿Quién es el bastardo? O bastarda, no te juzgo, ¡Ja! Ja ja... – Bromeó Jiro, disfrazando su gran interés con una risa más fingida que las peleas de la WWE.
– No es lo que crees, e-es solo que... no lo entiendo... no me gusta, pero creí que al menos éramos más cercanos, ¡Como amigos, obviamente! ¡Ja ja! Sin embargo, parece que se distancia de mi sin que me de cuenta... ¡¿Y luego me dice que quiere ir conmigo al Tanabata?! ¡Es muy confuso! ¡Es muy despistado! ¡Es muy...! Ugh...
La chica tomó una gran bocanada de aire luego de decir todo eso a gran velocidad.
– Debes agradecer que tengo buen oído, cualquiera no podría haber entendido lo que dijiste
– ¿Q-qué piensas...?
La rockera se queda callada un segundo antes de saber que decir.
– No sé, jamás he estado enamorada – Respondió con simpleza.
– ... Kyoka, no te conté esto para que solo te rieras... y no estoy enamorada, uuugh~ – Comentó la chica con pesadez.
– Falta contexto Yaomomo, si me dijeras quién es podría...
– Primero que nada, no me gusta, él fue quien me invitó al-
– Así que es un él... ¿Lo conozco?
– ¡Que no! Escúchame, nadie de la clase se debe de enterar, porque sería un malentendido innecesario que-
– Y es de nuestra clase... re-fácil, Todoroki, ¿Cierto? ¿Él te invitó al Tanabata? – Preguntó con sorpresa.
Inmediatamente, Momo tapó la boca de su amiga con su mano, mirando a todos lados.
– Y-Ya quisiera que fuese Todoroki-san... – Mencionó la chica, mirando hacia otro lado con las mejillas rojas.
– Entiendo... y dices que no estás enamorada, entonces es tonto, y está en la clase... – Inmediatamente, a la Jiro se le vino a la mente su "amigo" Kaminari, con quien la azabache había hecho las prácticas heroicas.
Una mueca de incomodidad se hizo presente en su semblante.
– No es Kaminari – Respondió inmediatamente Yaoyorozu, notando cómo la angustia se iba del rostro de su amiga.
Ella también era demasiado obvia.
Era su momento de atacar... y no pararía en toda la tarde.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
- [ Y u i ] -
Mi nombre es Yui Kodai, y soy una chica confundida...
Estoy usando una camiseta que combina con la de un chico... pero es, sinceramente horrible.
Los dos llevamos puestos productos merchandising de la panadería donde trabaja mi... ¿Amigo?
– ¡Yui! ¡Mira! ¡Esta tira en mi bolsa de papas dice que me gané una hamburguesa gratis! – El chico del que hablo, y con quien estoy regresando a casa, me agitaba de un lado a otro.
Como si tuviera la edad mental de un niño...
¿Debería de decirle que esas tiras promocionales en las papas son una estafa?
– Haa...~ – Verlo suspirar con esa alegría me hizo saber que no era mi problema, si, era eso.
No es porque me parezca increíblemente lindo el hecho de verlo sonreír.
Nop... para nada.
– Adelante, úselo señora
Interrumpiendo mis amistosos pensamientos, sentí que Homura se levantaba de su asiento para dejárselo a una anciana... la cual parecía verlo con una sonrisa picaresca.
Yo también me levanté pues había otra anciana que llevaba un suéter a juego con el de la otra anciana...
– ¡Pfft! – Ahogué una risa al leer lo que decían sus prendas.
She is "Mine" y She's "Craft"
Sin embargo, mi mirada fue a parar con el semblante de Homura, el cual e repente estaba sonrojado y mirando hacia otro lado con molestia.
– El mundo es tan pequeño...
– ¿Es él?
– Por supuesto, ¿No lo ves? Tiene cara de ser el que recibe...
¿De qué están hablando esas señoras?
Cuando volví a mirar en la dirección de Homura, pude ver que estaba frunciendo los labios y sus ojos parecían estar en llamas.
Está avergonzado... ¿Es por eso que aprieta la baranda con tanta fuerza? Su mano la va a torcer.
Su venosa mano...
– ¿Yui? ¿Te sientes bien? – Me preguntó, ignorando a las dos mujeres que cuchicheaban.
– ¿Eh? S-Si... – Instintivamente, cubrí mi rostro con mi mano, sentía mucho calor... no lo entiendo...
Quizá yo...
– Huuuh... ya veo...
– ¿Resultó ser todo un bait?
– Creí que tenía una historia jugosa aquí... algo como Dokyuusei
Por alguna razón, estas dos mujeres sonaban decepcionadas al vernos interactuar, y una mencionó un anime sobre boys lo... ¡¡UN MOMENTO!!
De golpe, volteé a ver a Homura, sentía que mis ojos estaban extremadamente abiertos de la impresión.
Él... a él no le gustan las...
Por alguna razón, saber eso me generaba una tremenda presión en el pecho, no me gustaba esta sensación...
– T-tú... Homura... – Lo llamé, a lo que este se acercó a mi rostro, ignorando ese detalle, le pregunté si era lo que pensaba.
Por favor, esta vez no quiero que me digas que si... no quiero...
Estos sentimientos... ni siquiera sé que son lo que me causas... no pueden terminar aquí...
Apuesto a que mi cara estaba al extremo roja, sin embargo, al susurrarle mi pregunta, Homura se puso de la misma manera que yo.
– ¡Oye vieja! ¡¿Qué tonterías le cuentas a Kodai?!
– Aaagh... es tu culpa por tener cara de uke, niño de cristal
– ¡De todas maneras, dijiste que no le ibas a decir a nadie sobre el tonto malentendido que creaste tú sola!
– ¡No le hables así a mi chikistrikis! ¡Ella solo ahoga sus penas con Yaoi!
Aún si Kai discutía con las señoras de manera tonta por mí, del alivio sentí que un par de lágrimas salieron de mis ojos, entré en pánico en ese momento.
Rápidamente quise secármelas, pero fue muy tonto de mi parte, debido a que el tren se estaba moviendo bruscamente...
Ah... que triste déjà vu...
O eso pensaba, de verdad no sé porqué, pero era tonto de mi parte creer que él no me iba a agarrar...
Él no iba a permitir que me cayera... después de todo es tan grande... es tan...
– Tee hee~ – Solté un pequeño sonido feliz que no sé ni de dónde salió, me tenía completamente atrapada entre sus brazos, aún si hace unos instantes estaba discutiendo con esa señora.
Él me tenía...
– Yui, ¿De verdad te encuentras bien? ¿Por qué te sueltas así de repente? Cielos... ¿Qué haría yo si tú te- ¿Eh? – Ignoré su reproche y me apegué a él envolviéndolo con mis brazos.
Hundí mi rostro en su pecho, escondiendo mi boba mueca que trataba de ser una sonrisa.
– Oye... esto tampoco está tan mal... pero si tan solo la acorralaras más contra la pared... – La anciana fujoshi de hace unos momentos ahora estaba comentando lo que estábamos haciendo.
– Bueno, un ship hetero de vez en cuando no está mal, ¿Verdad?
Era una vieja metiche, pero creo que gracias a ella puedo estar así con él...
¡Espera! ¿Qué estoy haciendo? ¡Ya estamos en nuestra parada!
– Vieja, adiós – Informó Homura arrastrándome fuera del tren.
Yo ni siquiera me despedí, solo salí junto a él antes de que se pasara de largo.
Y aquí nos encontrábamos, caminando de vuelta a casa... tomados de las manos...
– Homura...
Lo llamé, pero al parecer mi voz no llegó a él.
– H-Homura...
Aún nada... me está escuchando, ¿Verdad?
– Kai...kun... – Llamé, entrando en pánico y llamándolo con honorífico al final.
Sentí que su agarre se hizo más fuerte en mi mano, pero él se detuvo, sentí un temblor en su brazo.
Se tardó un poco en voltear a verme, pero cuando lo hizo, una sonrisa socarrona era lo que me mostraba.
– ¿Qué sucede? – Preguntó divertido.
Comprendí lo que sucedía al ver esa estúpida cara suya.
– Y-ya puedes soltar mi mano – Me estaba molestando, inflé mis mejillas con molestia por eso.
– ¿Eeeeeh? Pero si no sabes ni sostenerte en el tren... ¿Cómo vas a caminar así...?
Suenas preocupado por mi, ¡Pero solo te estás riendo en silencio! ¡Tonto! ¿Cómo puedes pasar de verte tan genial a ser así de molesto...?
Luces tan estúpido en momentos como estos... no sé como puedes provocar que la gente se sienta cómoda a tu lado...
– Oye Kodai...
Te he estado viendo, desde el festival te he estado viendo... portas unos dientes tan afilados que cortas la tensión con tus palabras... pero una sonrisa tan cálida que reconfortas a aquellos que van detrás tuyo...
Los haces sentirse bien... los salvas...
– Es curioso, puedo recordar fácilmente que este es el mismo camino por donde volvimos del baile de Senjuro
Lucías melancólico en ese momento. Me pregunto si a mi también...
No
Con esto ya es más que suficiente.
– Y fue aquí que levanté mi mirada al cielo para ver la luna...
Mi nombre es Yui Kodai...
– Pero ahora la luna aún no ha llegado... y siento que, aunque está allí todas las noches, no soy capaz de verla...
Y soy...
– H-Homura, yo no...
– Kodai, yo-
– ¡Yui! ¡Aquí estabas! ¿Y quién es ese chico? – Antes de que él dijera algo más, una voz adulta nos hizo voltear a ver de donde provenía.
Sabía de quien era esa voz, lo cual solo pudo hacerme sudar frío...
Mi cara se tensó, y mi cuerpo actuó por instinto, soltando su mano y evitando ver a ninguno de los dos.
– Kodai, ¿Lo conoces? – Ignoré su pregunta, o más bien, no fui capaz de responderle.
Después de todo, mi interior estaba entrando en pánico, no era capaz de sentir u oír nada.
Pero ese hombre pudo pasar a la fuerza todas mis defensas...
– ¡Yui! ¡Vámonos ya! ¿Qué te dije de escaparte a la casa de tus abuelos? – Me tomó de la muñeca y me llevó de la mano.
Se sentía diferente de cuando lo hizo Homura...
– Y-yo... – En un torpe intento de formular palabra, musité lo primero en lo que pensé.
– Oye, no hables...
Fue lo único que me dijo, no fui capaz de hacer otra cosa por mi misma en ese instante.
– Este... ¿Hola? ¿Usted es el papá de Yui? Es-
– Guárdate tus formalidades para otra persona, solo aléjate de ella si no quieres problemas, tú...
Pude notar que mi padre se ahorró varios comentarios sobre Homura, porque no tuvo que bajar la vista para meterse con él.
Sin embargo, lo que me sorprendió fue ver una mano posándose sobre la de mi papá, deteniéndolo de llevarme a rastras.
– No nos hemos presentado, me llamo Kai... y usted parece estar intimidando a Yui...
– ¿Huh? Suéltame niño...
Debería decir lo contrario, pero no lo sueltes Homura.
Pude verlo fijarse en mi... no lo soltó para nada.
– Usted suelte a Yui en este instante o sino- ¿Eh? – Homura trató de tomarlo del hombro, pero mi padre utilizó su quirk.
La mano de Homura se desvió hacia un costado encendida en fuego, haciendo que perdiera el equilibrio, pero antes de caer mi padre lo sostuvo y le inyectó algo sin que nadie más lo notara.
Luego de eso, Homura cayó al suelo...
Cobarde...
Maldito cobarde...
Pero no soy nadie para reprocharle...
Después de todo...
Mi nombre es Yui Kodai
Y soy una asesina
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
- [ N a r r a d o r ] -
╠═══════════╬═══════════╣
Kanagawa
8:00 PM
╠═══════════╬═══════════╣
– ¡Tch! Oye tú... ¿Quién te crees para hacer esperar a Chisaki-san? Aunque él se demore tú tienes que estar puntual
Cuatro paredes grises, dos sillones y una puerta, ese es el lugar en donde un hombre de no menos de 5.4 pies de altura se encontraba, siendo interrogado por un hombrecillo.
– ... – No respondió, el foco en medio de la habitación le molestaba.
Puesto que su luz se reflejaba en su frente descubierta por las entradas de su cabello.
– ¡Responde pedazo de cal-
– Irinaka... – Una gruesa voz detuvo el tiberio que causaba el adulto con tamaño de bebé.
– ¡Chisaki-san! Ya está aquí... – El susodicho frotó sus manos entre sí mientras bajaba su tono a uno más complacido.
– Lamento la demora... tuve un pequeño intercambio de ideas con unos chicos a las afueras del establecimiento...
La manera en la que Chisaki se ajustaba los guantes solo hacía ver que maquillaba sus letales acciones con metáforas en su hablar.
– Huh... menos mal, no me gusta cuando los niños creen estar a la altura de un adulto, hablando de más... – Mencionó frívolo, mientras le echaba una rápida mirada a Irinaka.
Chisaki tomó asiento en un sofá al frente del hombre al mismo tiempo que hacía que su hombrecillo se retirara fuera de la habitación.
– Luces tenso, si deseas puedo hacer que traigan algo de té... – Consideró Chisaki, aunque más sonaba como una mofa hacia el hombre.
– Seamos breves, en mi bolsillo tengo un frasco con algo que puede ser de tu interés... si sabes a lo que me refiero...
Chisaki vaciló al ver el pantalón del hombre, descuidado y sobre todo sucio... le repugnaba... pero su piel aún no se erizaba por la cercanía.
Cerraría el trato antes de que "un desliz suyo" hiciera que ese hombre jamás volviese a ver la luz del día.
– Que irónico... que me comparen contigo en el bajo mundo por algo tan vulgar como peleas callejeras... da igual, ¿Podrías repetirme qué es lo que quieres?
– Trabajen esa muestra... sabrán que lo que yace en ella podría beneficiar la calidad de ese producto suyo... además del nuevo en el que están trabajando...
El ambiente se puso pesado tan rápido como terminaron de hablar.
– ... quizás... no seas solo peleas... Fujio Ko-
– Ya ya... solo dame el cargamento de muestras sin ningún costo y juraré no decir nada... después de todo, el Hassaikai de ese hombre también fue mi hogar alguna vez... – Una sonrisa ladina se escapó por los labios del tal Fujio.
Y sus azulados ojos brillaron en contraste con los dorados de Chisaki.
De pronto, grandes estalagmitas de concreto salieron desde el pie del yakuza, sin embargo, en vez de atacar a Fujio, se dirigieron hacia una pared, deteniéndose antes de quebrarla.
Chisaki suspiró antes de volver a hablar.
– Qué irónico, un gran quirk en un hombre tan pequeño... y con una estupidez colosal... – Insultó Chisaki sin pelos en la lengua.
Fujio solo hizo una mueca de molestia para tomarse de la frente y respirar hondo, estresarse de más solo empeoraría las cosas para él y su pérdida de cabello a temprana edad.
– Bien bien... haz llegar media docena, es todo lo que necesito de todas maneras... créeme, yo también quiero pagarle a ese hombre
– Tenemos un trato entonces... por cierto, si me entero de que esto es una farsa... no solo tú sufrirás... no me importa si UA respalda la seguridad de tu hija...
Y sin hablar de más, ambos pelinegros cerraron el trato.
Fujio procedió a retirarse, no sin antes dejar en la mesa un tubo de cristal con sangre en ella.
– Por cierto... normalmente no me interesaría lo que le sucediera, pero... ¿De dónde crees que saqué esa sangre...? – Preguntó Fujio, deteniéndose en el marco de la puerta.
– ... he de cambiar la imagen que tengo sobre ti, tal parece que entiendes cómo es que en verdad se deberían de usar a los quirks y a las personas infectadas con el asqueroso síndrome del héroe...
– Lo que digas... solo no la dañes tanto o sino se perderá el único lugar de donde saco ese oro rojo... – Y así sin más, el hombre fue llevado por un asistente hacia la salida.
Al pasar unos minutos, en los que Chisaki desinfectó el frasco con un atomizador y lo revisó detenidamente, Irinaka entró al lugar.
– Jefe... ya se fue ese idiota... – Avisó el pigmeo, sentándose en un banco para estar a ala altura de Chisaki sentado en el sofá.
– ... no vayan a amenazarlo, quiero que lleves esto al laboratorio y me digas qué clase de cosas hay en esta sangre...
– ¿Qué sucederá si lo que encontramos es a lo que se refería ese irrespetuoso?
– ... estaré encantado de hacer un trato más amplio con él...
– Te mantendré bajo vigilancia...
– Fujio Kodai...
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
– ¿Ya despertó?
– Un momento mujer... acabo de levantarme del trono...
– No le llames así a cuando sales de cagar, ¡Ve y revisa al chico!
– ... ¿A quién?
– ... no sé, ¿De qué estábamos hablando?
– ... hoy hice una bien grande...
– Entonces a ti te toca limpiar el retrete
– ¡A mi nadie me toca! Soy una mujer decente
– ¿Eso no me hace lesbiana? ¿Sabes? Eso no era lo que decías hace cuarenta años, señor sadom-
– ¡ESTÁ BIEN, FUE SUFICIENTE! – Luego de volver en sí al escuchar un par de voces cotorras, Kai se levantó de imprevisto.
Su cerebro le gritó que si no lo hacía iba a escuchar algo que no quería...
– Oh... ese chico... – Fue lo que dijo la vieja voz masculina.
– Ya recordé... a él le toca limpiar el trono – Mencionó la otra voz, perteneciente a una anciana.
Kai miró en todas direcciones antes de levantarse del sofá en el que estaba, aunque tropezó y cayó por falta de fuerza.
Estupefacto, Kai solo atinó a tratar de pararse de nuevo con dificultad, se sentía increíblemente débil...
Miró a quienes estaban frente a él, una pareja de ancianos vestidos con suéteres de diseño manga.
El anciano tenía unos anteojos de círculo bastante grandes, los únicos cabellos que tenía formaban una perfecta "M" en su nuca, justo como Homero Simpson.
Y la anciana, que acariciaba la calva de su pareja tenía el cabello recogido en una trenza con jopo, se notaba que se había tintado con negro.
Ante tal peculiar aspecto, Kai pudo sentir que podía relajarse un poco con los extraños viejitos.
– ¿D-dónde estoy...? – Preguntó, cayendo de trasero al sofá.
Los ancianos se miraron, formando un silencio realmente tenso para el pelinegro, tal parece que su situación era más seria de lo que imaginaba...
Así que Kai también se puso serio... muy serio y-
– Tengo gases... – Fue lo que respondió el anciano con simpleza.
Bueno, Kai también tenía gases cuando cenaba frijoles...
– Mi gordo, te dije que no comieras ciruelas si tenías el estómago vacío...
Y hablando de estómagos vacíos, el de Homura comenzó a sonar, claramente pidiendo comida.
– ¿Quieres quedarte a cenar? Ya llamamos a tu familia, dijeron que vendrían en un rato – Mencionó el anciano con gentileza.
– P-pero... esperen, ¿Qué? ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué fue lo que sucedió? – Preguntó Kai algo nervioso.
– Huh... muchacho, no puedo creer que no conozcas a tus vecinos – Reprochó la mujer, haciendo que Kai se avergonzara por su actitud.
– ... ¡E-entonces ustedes son los abuelos de Yui! – Luego de pensarlo mucho, esos adultos tenían cierto parecido a Yui.
Decir cosas tan desvergonzadas con un rostro tan calmado frente a él... jamás confundiría esa característica de su amiga...
Un momento, ¡Yui!
– C-creí que Yui vivía aquí con ustedes...
– ¿Yui? Nah, ella solo viene aquí cuando tiene tiempo libre... – Mencionó su abuelo sin tomarle mucha importancia.
O eso aparentaba
– ¿Eres su novio? – Preguntó la anciana.
– No, es solo que mientras salíamos-
– Uuuuuh... ¿Y así dices que no son novios? – Se burló el anciano.
– Déjenme terminar, un hombre con entradas vino y se la llevó, ¿Era su padre? Lo último que recuerdo fue que me dormí antes de tocar a ese tipo... – Kai estaba preocupado, podría no ser lo que él pensaba.
Y eso lo estaba poniendo ansioso.
Los ancianos, quienes estaban preparando la mesa para recibir a sus invitados, se detuvieron al instante, quedando estáticos por unos casi eternos segundos.
– ¿Ojos azulados...? – Preguntó el anciano de repente, recibiendo una afirmación de Kai.
La pareja se mostró agotada por la noticia, y el anciano se tomó de la frente antes de volver a hablar.
– Si... ese es su padre... no tienes de qué preocuparte...
– P-pero... [No suenas para nada tranquilo...]
Antes de que Kai refutara, la puerta sonó, indicando que ya había llegado la familia de Kai.
Ya con las fuerzas recuperadas levemente, Kai se ofreció a abrir, preguntándose en el camino qué fue lo que sucedió, aunque algo tenía claro, tenía que ver totalmente con el padre de Yui.
– ¿Huh? Ninguno de los ancianos vino a recibirnos, ¿Sino tú?
– ¡Kai mi muchacho, espero que la hayas pasado bien en tu cita!
– ¡Hola Kai!
Eran la familia Rengoku quienes estaban en el marco de la puerta, entrando y saludando cordialmente.
O eso era lo que creía Kai.
– ¡¿Huh?! – Fue lo único que pudo preguntarse Kai al ver a las demás personas que estaban ahí.
– ¡Homuraaaa! – Saludó Denki, alzando su mano para chocarla con Kai.
– P-perdón por la intromisión... – Pero lo más impresionante fue ver a Yaoyorozu a un lado del rubio.
Un poco de la angustia de Kai se había ido al ver a sus amigos.
– ¡Chicos! ¿Qué hacen aquí? – Preguntó Kai con una sonrisa alegre.
– Yo los invité, supe de Kyojuro que aprobaron... y como su maestro, es mi deber conmemorar la primera victoria en solitario... – Mencionó Shinjuro, depositando una gran olla en medio de la mesa.
–[Eso explica por qué los ancianos solo estaban preparando entradas...] – Pensó Kai viendo como Shinjuro y Kyojuro sacaban pescado de una hielera y lo ponían encima de una parrilla con sal.
Senjuro ya se había puesto a revisar lo que había en la mesa, como si de un artista a su cuadro se tratase.
– ¡Ya veo! ¡Así que lo tenían planeado! – Aludió Kai alegre.
– Bueno, como no viniste al centro comercial quería ir a tu casa... y pues...
– Con lo sucedido con Midoriya-san, a Kaminari-san le dio miedo andar por la calle él solo así que yo lo acompañé... ¡Y-Y trajimos sushi! – Tanto Momo como Denki tenían una caja de sushi cada uno para aportar a la cena.
Ignorando lo mal que quedó Kaminari, Kai preguntó qué sucedió con Midoriya, enterándose de que el líder de la liga de villanos lo había amenazado a plena luz del día y tan solo hace unas horas atrás.
Al parecer los horarios de Kai y su clase se habían alineado para dejarlos totalmente desinformados unos de otros, vaya situación.
Ya en la mesa, luego de agradecer por la comida, Kai y compañía se disponían a cenar, aunque como era de esperarse, no podía ser simplemente todo armonioso si estaban tantos inadaptados sociales.
– ¡Bastardo! ¡No te comas todo el besugo! – Inquirió Shinjuro hacia su hijo mayor, quien solo engullía el pescado mirando hacia otro lado.
– ¡Quien toque el tofu perderá un dedo! ¡Se los advierto! ¡También va para ti mujer! – Gritó el anciano Kodai.
– ¡Primero deja de zamparte el salmón que estaba guardando para el final! ¡Cebo con complejo de Simpson!
– ¡No tiene sentido que solo comas el sushi que tú mismo trajiste! – Kai estaba tratando de quitarle algo del alimento a Kaminari quien se lo comía como un animal.
– ¡Pues tú deja de llenar ese tupper, que vives a un lado de esta casa! ¡ESO SI QUE NO TIENE SENTIDO! – Respondió Denki.
Solo Yaoyorozu y Senjuro comían en silencio, aunque, de manera cómplice, ellos se robaban los cortes más generosos y las verduras más cocidas, cosas de saberle a la comida fina.
Y en algún punto, Denki terminó comiendo pez globo, el cual había sido mal preparado, haciendo que cayera de cara a la mesa.
– ¡Kaminariiiii! – Chilló Kai tomando a su amigo en brazos, creyendo que se había muerto.
– Pero Kaminari-san puede...
– ¡Tengo una pala en mi cobertizo! ¡Tráiganla! – Interrumpiendo a Yaoyorozu, la anciana Kodai señaló la puerta que daba al jardín de su hogar.
– Deja eso vieja, lo voy a cremar aquí mismo... – Informó Shinjuro activando su quirk.
– ¡Pues llévame con él! ¡La vida no tiene sentido sin un Kaminari en ella! – Alegó Kai con llanto y mucha expresividad cómica, como un actor renacentista haciendo el ridículo.
– Premio doble... – Murmuró Shinjuro sonriente.
– ¡Esp- esperen! ¡La parálisis muscular del veneno ha sido nulificada por la fisiología de Kaminari-san! – Antes de que cometieran alguna locura, Yaoyorozu hizo uso de la razón, haciéndoles ver a todos que Kaminari solo estaba durmiendo.
– Oh, cierto, los músculos del niño amarillo no podrían tensarse a tal punto de dejar de respirar si tiene electricidad corriendo por todo su cuerpo... JA JA, mala mía – Admitió Shinjuro, continuando con su comida como si nada.
Así como todos en realidad.
Y ya siguiendo con la cena, Yaoyorozu se acercó a Kai para hablar sobre ciertos eventos durante los días de gracia antes del campamento de UA.
Además, aprovechaba que los adultos estaban o medio muertos o medio ebrios, y Senjuro había caído preso del sueño, era casi la privacidad que ella quería.
– [¡Fríamente calculado como diría el héroe número uno de Latinoamérica!] – Pensó Momo con una sonrisa, aunque no fuese el caso en absoluto.
Y tras una serie de conversaciones y un diestro uso de relaciones lógicas llegaron a donde la pelinegra quería discutir con Kai, principalmente.
Que todo eso se resume en hacer tiempo hasta reunir el coraje para preguntar por su "salida".
– Y-Y ha-hablando del T-T-Tanabata... – Tartamudeó Yaoyorozu juntando los dedos como una inocente niña.
– [Así que de eso era de lo que quería hablar...] Cierto, ¿Sabes qué es eso?
Las sospechas de Yaoyorozu se fueron por el caño al recibir tal pregunta luego de estar casi toda la tarde sopesando las intenciones de la invitación.
Solo era una salida divertida para celebrar su victoria, aunque no lo supiera.
– E-es una festividad que se celebra el siete de julio...
– ¡Ooh! ¡La conozco! – Exclamó Kai, poniendo nerviosa a la chica.
¿Al final si tenía otras intenciones?
– ¡En mi pueblo le decíamos la noche de las estrellas! Aunque yo solo lo recuerdo porque es el siete del siete – Mencionó Kai con gracia.
Oh bueno, no era lo que esperaba, pero Momo estaba satisfecha, la salida podría ser divertida, ¿Verdad? Para relajarse antes de ser llevados por UA a donde fuese...
Que tampoco confiaba en eso luego de que dijeran que ahora el destino no se sabría hasta llegado el día del viaje.
– [Espera, ¿Dijo pueblo?]
– ¿Debería invitar a más personas? – La cuestión en la cabeza de Momo fue cortada al instante cuando escuchó que Kai estaba considerando añadir más personas a "su salida".
Instintivamente ella tomó su mano y dejó salir una mueca de disgusto.
– V-Vayamos solo los dos... – Fue lo que declaró la azabache interrumpiendo a Kai.
– ...
– [¡¡¿Q-Qué acabo de decir?!!] – En su mente, Yaoyorozu se moría de vergüenza, aunque por fuera estuviera tan cerca de Kai.
– E-Está bien
Se vieron a los ojos, siendo que el silencio se extendió tanto como para ignorar que los adultos los estaban viendo, aunque no serían ellos quienes los interrumpirían.
La cabeza de Denki cayó directo al regazo de Kai, haciendo que ambos pelinegros miraran hacia dicho lugar.
– Vaya... y pensar que su niño era tan jugador eh, Shinjuro-kun – Mencionó el abuelo Kodai.
– No solo nuestra nietecita, sino que también apunta a la hija de los Yaoyorozu – La abuela Kodai se tomó de la mejilla como si eso fuese un acto tierno.
Viejos fríos la verdad.
– Hum, si claro... – Shinjuro no le tomó ni la mínima importancia, tal y como los demás Rengoku.
Kyojuro solo atinó a sonreír.
– Entonces... ¿El siete? – Preguntó Kai con una sonrisa, depositando su mano en la cabeza de Denki.
– Si... no faltes... [Sé que no debería, pero...] – La mirada de Yaoyorozu se posó sobre lo cómodo que se veía Denki y su tonta cabeza descansando sobre las largas piernas de Kai.
¡POR EL BIEN DE LA CIENCIA! Fue la excusa perfecta para Yaoyorozu en su mente.
Y así, se dejó caer sobre el regazo de Kai, fingiendo sueño al igual que Denki.
– Si querías dormir solo debiste decirlo – Sin mucho qué decir, Kai depositó otra mano sobre Yaoyorozu, notando que ella en realidad no estaba dormida.
Porque ella no podía controlar el sonrojo que estaba creciendo en su rostro, Kai solo atinó a reír ignorando aquello.
Y pues donde caben dos, caben tres, Senjuro era ese tres.
El pequeño también se puso a dormir en medio de ellos, ahora Kai era la almohada de los chicos.
Luego de unos minutos, Yaoyorozu también había caído dormida presa de la comodidad que era dormir sobre el alto, dejando a Kai contemplando las caras serenas de sus amigos debajo suyo.
Por un instante, una calidez familiar inundó el pecho de Kai.
– ... ¿Mamá...? – Musitó Kai inconscientemente, tocándose la mejilla.
Kai fue sacado de su delirio al sentir una mano en su hombro, era el abuelo Kodai que estaba ebrio.
– Kai-kun... cielos... ya entiendo a mi nieta, tienes ese aire tan maduro, pero actúas como un bebé tonto... ¡Hic! Sal conmigo por faviors
Los ojos de Kai se pusieron en blanco al escuchar las tonterías de ese viejo.
– Vaya... teniendo una aventura en mis narices eh, viejo... – Mencionó la anciana con una mirada serena.
Mientras Kai aguantaba a los viejos ebrios, Kyojuro se llevó a Senjuro a la casa para hacerlo descansar en su habitación y, a su vez, los demás esperaban a que vinieran por Kaminari y Yaoyorozu.
Un sonido en la puerta hizo saber que alguien había venido, y quien abrió esta vez fue Shinjuro, encontrándose con un hombre alto, de semblante serio y bien parecido de cabello negro.
El padre de Kaminari.
– Buenas noches, vengo por Denki, soy su padre – Se presentó.
– Huh... [Aunque trate de ocultarlo... tiene buenos músculos...] Si, seguro, soy Shinjuro, tutor legal de uno de sus amigos... ¡Hey! ¡Ya vino el papá del amarillo!
– [Papá del amarillo...] Yukio Kaminari, un gusto – Ignorando el apodo, Yukio le extendió la mano para estrecharla a Shinjuro.
– Un gusto también, el cabello largo le queda bien... [Aunque su sentido de vestir sea dudoso, este hombre es educado, ¿Por qué su hijo es tan irritante enton-]
Al instante en que Shinjuro tomó la mano de Yukio, el adulto se había quedado callado, casi con una mirada de estupefacción.
– [Inconscientemente... mi vista se desvía a otro lado...] –Pensó nervioso. – Gracias, aunque olvidé cortármelo esta semana... por eso es tan largo – Respondió el hombre rascándose la nuca, con el serio semblante que lo marcaba.
Aunque esas palabras solo hacían que Shinjuro analizara más al pelinegro delante suyo.
– Buenas noches señor, es un gusto
Kai trajo a Denki cargado en su espalda, saludando al padre de su amigo y entregándoselo.
– Un gusto también joven
– Eeehh... Kai-kun, solo hubieras despertado al niño amarillo y te hubieras quedado a mi lado... – Mencionó el abuelo Kodai haciendo el ridículo.
– A mi no me gustaría que me despertaran luego de esa cena, así que calladito viejo – Alegó Homura.
–Gracias por cuidar de este chico. –El adulto agradeció y cargó con su hijo en su espalda. – [Por fin hiciste un buen amigo, Denki...]
Yukio terminó por retirarse, perdiéndose en la oscuridad de las calles nocturnas junto a su hijo.
– Su padre era bastante serio –Comentó Kai yendo al sillón en la sala de los Kodai con Yaoyorozu quien había despertado.
– Me pregunto de dónde es que Kaminari-san sacó esa actitud tan enérgica
– Pero me alegro que al menos parece que tenga alguien responsable que lo cuide
De repente, Kai escuchó una pequeña risa venir de su amiga, volteando a mirarla con una cara divertida.
– Jem... ¿Qué?
– Jaja, nada... siempre tienes esa clase de preocupaciones con tus amigos, es lo lindo de ti –Halagó Yaoyorozu con una sonrisa, dejándose llevar por el ambiente cómodo que tenía con Kai.
– ¿A-Ahh... eso crees..? –Preguntó avergonzado, mientras se rascaba la cabeza con modestia.
– Sí.. –Afirmó, mirando hacia la puerta por donde se había ido Denki con su padre. –Me pregunto... si ahora ya no necesitaré de esas cosas
– ... bueno, con la maravillosa que eres no sé si lo quieras, pero nunca está de más apoyarse en los demás, ¿No?
Ella volteó hacia él, con una mirada diferente.
– ¿S-Soy maravillosa?
– ¿Y yo lindo?
La chica no pudo evitarlo, se sonrojó, dándose cuenta de lo que dijo hace unos instantes.
– Jaja, creo que Yaoyorozu es Yaoyorozu y ya, no puede haber mejor halago para alguien tan capaz y elegante como tú
Kai no pudo ver la expresión que hacía la pelinegra, pues se volteó bastante rápido.
– Homura-san... ¿Puedo... volver a apoyarme en ti...?
Creyendo que se refería a lo que hablaron, Kai afirmó sin duda alguna.
– ... [¿Eh?] – Kai sintió el peso de Yaoyorozu caer sobre su regazo, pero esta vez solo con ella, quien se atrevió a mirarlo a los ojos mientras sonreía.
– Homura-san... en verdad eres alguien lindo
– N-No soy lindo, soy pura maldad
– Jaja, ya quisieras, solo tienes el aspecto de un delincuente a veces
– Jeh, me lo decían bastante
– Pero un delincuente lindo –Yaoyorozu tomó a Kai de la mejilla.
– ¡Q-Que no!
– ¡Jajajajajaja!
Luego de un buen rato, los padres de Yaoyorozu mandaron a un chofer para que se la llevara, aunque, por alguna razón, este mismo pidió que Shinjuro fuera con ellos.
Era obvio que los padres de la chica querían hablar con el adulto.
– Me niego, quiero dormir y hoy hay fubol en la tele... – Aclaró Shinjuro.
– Tenemos comedias románticas y sake – Informó el chofer con tranquilidad.
– Hijo de perra, cuenta conmigo – Fue lo que respondió al instante.
– [¡¡Qué fácil te compraron hombre!!] ¡Nos vemos Shinjuro-san! – Se despidió Kai, siendo abrazado por el anciano Kodai.
Y ahora tan solo quedaban Kai y lo abuelos, como al inicio.
El pelinegro iba a despedirse de una vez, pero la abuela le pidió ayuda para subir a su marido que yacía tirado en el suelo medio inconsciente por el alcohol.
Por suerte no estaba sucio ni vomitado, era un anciano fuerte al menos.
– Yyy... ¡Arriba! – Farfulló Kai cargando al hombre en su espalda y subiéndolo, siendo seguido de cerca por la abuela Kodai.
El silencio era acogedor, como era de esperarse de el hogar de una pareja que ha estado enamorada toda la vida...
Toda la vida...
De repente, el anciano en la espalda de Kai comenzó a temblar y apretó su agarre en el joven.
– ¿Viejo? – Preguntó Kai por aquella repentina acción.
– Kai-kun... – El tono afligido del hombre de repente puso tenso el ambiente.
– ¿Qué sucede? – Preguntó Kai, estaba confundido.
– Oda... por favor no lo hagas... – Pidió la anciana Kodai en voz baja.
Sabía de lo que era capaz el hombre en un estado tan débil.
– Ya estoy muy viejo, Kai-kun... pero he sido muy feliz con mi mujer a mi lado... al igual que mi hija y... y mi dulce nieta...
– Oda... – Aunque supiese que estaba mal, la anciana no pudo evitar que su esposo dejara de hablar.
No quería que dejara de hablar...
– Ella es una niña muy especial... no es capaz de pedir ayuda por sí misma, pero si de sufrir en silencio por el bien de otros... y yo no quiero eso... así que, te lo pido por favor
– ¿O-Oda-san? – Kai se estaba alarmando, parecía que el hombre estaba perdiendo fuerza.
– Y-yo también... te lo suplico, Homura-kun, por favor... – Resignada, la abuela Kodai tomó a Kai de la mano.
Temblaba mucho.
– Por favor, Kai-kun...
Esa noche, sin saberlo, una muy peligrosa petición fue llevada hacia el camino de Kai.
La cual, tarde o temprano, haría estremecer a la sociedad...
つづく
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top