Uno

Recuerda vagamente que fue su profesor de danza quien lo animó a participar del casting para hacerse Trainee de una nueva banda de chicos.

Siempre había sobresalido en el baile, más si era contemporáneo o el ballet, sinceramente amaba la danza y la expresión en la misma, como podía expresar a todos lo que sentía solo con el balanceo de su cuerpo.

Todo era más fácil cuando lo que tenía en frente era a sus profesores, pero en ese momento, sentía sus manos temblar sobre el picaporte de la puerta, pues estaba a punto de presentarse y se sentía morir.

Debía tener confianza, las cosas podrían salir bien, de una manera u otra, habían visto en él, el suficiente talento como para alentarlo en ir allá.

Fue su turno y el mundo pareció detenerse, todos lo veían mientras caminaba hacia en frente siendo el único objeto de entretenimiento en aquella sala, y aunque sentía su garganta seca y su cuerpo traicionarlo, tenía que intentarlo.

—Mi Nombre es Park JiMin.

~•~°~•~

Todo fue lágrimas desde ese momento, no sabía si se debía a la tristeza o a la felicidad.

Sus notas, aquellas que tanto había practicado hasta forzar sus cuerdas vocales, aquellas que tanto tomó en cuenta habían sido un desastre. Su voz se cortó tantas veces que solamente pensó en tirar todo y salir corriendo, arrepentirse de haber escuchado la propuesta de participar en primer lugar.

Pero tomó el valor suficiente e hizo lo que mejor sabía hacer, bailar.

Aquello fue su salvación, había conseguido el visto bueno de los jueces, pero aún así, no fue suficiente para tener un puesto asegurado. La misma empresa le había dejado en claro eso, por lo que tenía que practicar, necesitaba dar todo de sí para poder llegar a cumplir su meta. Sería un integrante de esa banda aunque tenga que practicar día y noche.

Desde ese momento, su horario era bastante monótono, solía pasar horas ininterrumpidas practicando, lo hacía más que cualquiera, si su único talento destacable era bailar, entonces deseaba perfeccionarlo lo suficiente.

Siempre más, siempre un poco más, nunca sería bastante.

Giros, saltos, música, canto, llanto, frustración.

—JiMin —Levantó su vista limpiando de inmediato sus ojos al escuchar que lo llamaban, frente a él estaba uno de aquellos trainee de la empresa, Hoseok, había hablado algunas veces con el chico, siempre le pareció muy amable— Necesitas beber agua, descansar de vez en cuando.

Mordió su labio inferior al escuchar eso, sí, lo sabía, pero incluso sabiéndolo su apetito se iba gradualmente y olvidaba que su cuerpo necesitaba recargarse para tener energía, así que agradeció en silencio con una sonrisa la botella de agua que se le ofrecía y miró hacia arriba relajándose unos momento.

—Puedo quedarme contigo hasta que te vayas, he notado que la mayoría del tiempo estás sólo.

Era preocupante, no solo él, sino varios habían notado el estilo de vida obsesivo que comenzaba a llevar el chico, era dañino, mucho.

—No es necesario, solo quiero mejorar, tú ya eres lo suficientemente bueno, no hay necesidad de que te quedes hasta tarde, además, ya tienes tu puesto asegurado.

Dejando de lado el agua que sobraba en la botella, se puso nuevamente de pie para volver a reproducir la música, mirándose en la gran pared cubierta de espejos.

—Entonces déjame ayudarte.

El chico de Busan quería declinar de la oferta, pero sabe que aquel joven había participado incluso de competencias de baile, aún le sorprende saber que JYP no lo aceptó, es decir ¿Qué tan estrictos eran los requisitos para ser un cantante?

Asiente tomando eso en cuenta y ambos empiezan a hacerse compañía mutua mientras danzan, aveces Jung se encargaba de corregir al menor, pero se aseguraba de hacerlo de una manera tranquila y amigable, conocía la perseverancia del chico y lo único que no quería era alterarlo sabiendo lo frustrado que se encontraba.

Pero pasando las horas, ya debía descansar, así que con una promesa vacía de Park, decidió irse creyendo que el chico haría lo mismo, ir a dormir unas buenas horas para tener energía suficiente al otro día.

¿Cómo le explicaría JiMin que únicamente había dormido tres horas ese día cuando su cuerpo no dio más y tuvo que buscar aire de manera urgente? O mejor pregunta aún ¿Cuando tardarían en enterarse de eso?

No lo sabe, pero la única motivación que necesitaba estaba en ver qué cada vez, era relativamente mejor y cuando se relajaba lo suficientemente, su voz era lo suficientemente dulce y llamativa.

Un día en especial quiso vestir de manera cómoda, tenía un pantalón de chándal, botas de montaña, un suéter y un gorro, poseía cierto gusto hacia aquellos accesorios y nunca estaba de más verde bien.

Aunque algo o mejor dicho, alguien llamo su atención, vestido de manera muy similar, estaba un chico que quizás había visto anteriormente, su piel era pálida, bastante, casi de su misma estatura y ojos casi inexistentes, vagamente le recordaba a un gato por lo rasgados que eran estos.

No fueron los únicos en notar el parecido de sus outfits, sino que varios comentaban sobre ello.

Posiblemente esa fue la primera vez que lo vio, en ese instante, el interés no era demasiado, pero aveces, cuando veía a Hoseok hablar animadamente con aquel Hyung en sus tiempos libres, sentía curiosidad sobre él.

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