Cuatro
Estar encima del escenario era sin dudas una de las mejores sensaciones del mundo. Quizas al principio todo sea nervios, las expectativas acompañaban a las nubes en el cielo y ciertamente cada concierto debía ser mejor que el anterior.
Pero tras dar inicio, cuando el cuerpo y el show se hacen uno, solo tiene que sentir la melodía y aquellas canciones para dejarse llevar.
JiMin amaba bailar, amaba mover su cuerpo con cada nota alta o baja que resonaba en el amplio ambiente, se dejaba guiar solo por los recuerdos de una coreografía practicada y las notas mentales bajo ciertos sonidos.
Si, era un sueño hecho realidad.
Toda su mente se desconecta para transportarse a otro mundo donde su timidez se iba y dejaba su lado más sensual salir a flote para dar la cara.
No eran solo los pronunciados movimientos de su cadera o su voz mayormente aguda cautivando a miles.
Era también el dejar ser libre su alma, tirar a la basura el estrés y solo seguir su camino hacia la grandeza, pero sobre todo, lucirse, porque sabe que tenía l mirada de más de uno sobre su figura, aunque había una que lo hacía sentir como una marioneta.
No en el mal sentido, De ser por él, aquel rapero podéis tirar siempre de sus cuerdas.
Se sentía tan impulsado cuando una sonrisa orgullosa pintaba aquellos finos labios al verlo, solo a él. JiMin era ciertamente más cercano a YoonGi ahora.
Los rumores corrían rápidamente, y para nadie había Sido sorpresa el hecho de que ambos se hayan convertido en una de las parejas más populares entre los fans.
Quizás JiMin tenía un poco la culpa, quizas también la tenía YoonGi, pues solía ser el menor quien insinuaba siempre que querían hacer proyectos juntos, pero su querido Hyung nunca lo limitaba, yabsea de trabajo o personalmente, YoonGi no ponía un alto a Park.
¿Cuál de los dos tenía entonces la lengua más filosa?
De reojo, volteó para ver a aquel pálido hombre, como había predicho, su mirada estaba solo sobre él, era maravilloso, simplemente magnífico.
Sonrió girando en el aire para caer con elegancia sobre uno de sus pies empinado, moviendo sus brazos como el suave aleteo de una mariposa.
¿Y Min? Min solamente se limitaba a admirar lo talentoso que era Park, sus ojos oscuros no abandonaban la figura estilizada, porque era imposible conocer a ese chico y no quedar siendo esclavo de su ser.
¿Que acaso JiMin no se cansaba de llamar la atención de todos?
Parecía que no, porque mientras los raperos esperaban su turno de entrar en acción, los vocalistas se Lucian pero como siempre, dejando cierto protagonismo en JiMin y JungKook.
Aún así, se complementaban de una manera absurda ¿Cómo era posible que un hombre pudiera moverse con tal gracia? A pesar de que ambos bailaban a la par, El mayor era más delicado, más representativo de una feminidad, mientras que Jeon, quien hacia casi exactamente lo mismo, se veía más masculino. Quizas wrab sus rasgos físicos.
No entendía, solo sabe que aquel joven bien podría confundiste con una deidad si es que se viste algún día de blanco completo.
Vaya pulcritud la que debería descansar en aquellas prendas solo para asemejarse a la belleza inhumana del chico y quizás, lograr elevar más está hasta el puesto de deidad.
Cuando los vocalistas terminaron su presentación, era turno de los raperos de lucirse.
Cambiaron de lugares en el escenario, compartieron una mirada cómplice de euforia total y nerviosismo, también satisfacción.
Cada vez mas tensión, cada vez más insinuaciones.
¿Que tan largo sería el aguante de ambos?
Estaban a poco tiempo de descubrir la respuesta.
Faltana poco, porque sus miradas se cruzaban en demasía mientras Miles de ojos se fijaban en ello.
JiMin solo necesitaba un pequeño empujón antes de lanzarse, estaba tan cerca, y YoonGi no parecía querer detenerlo en ninguna manera.
Si el límite no existe ¿Entonces qué lo detiene? Quizás su mala autoestima, pensaba demasiado en la opinión de los demás. Pero aveces, solo en pequeñas ocasiones, al ver aquellos ojos rasgados, lo único que quería es volverse la mejor persona del mundo para que su Hyung se fije solo en él.
Es un pensamiento egoísta, pero habían tantas mujeres y hombres mejores. Tantas formilades figuras y personalidades, alguien que desborde confianza y sea el tipo exacto que buscaba Min.
Él no era perfecto, no estaba ni cerca de serlo, tampoco tenía la mejor figura o rostro, ni hablar de la actitud, pero no sé desanimaba tanto, poseía algo de ventaja, podía ver a su platónico todo el tiempo, podía enamorarlo de una manera más humana y menos mecánica. Definitivamente no era necesario ser el prototipo que buscan los demás, aunque él igualmente lo ansía, sería su mejor versión y así, ganaría el corazón cálido de ese hombre.
Sabe que lo haría, porque YoonGi lo trataba con tanto cariño, sus miradas eran cálidas y más de una vez lo había nombrado su favorito.
Lo sabe porque sus canciones secretamente, aveces son continuas a la otra, quizás cantándole podria decir tantas cosas que no salen de sus labios con simpleza.
Ese pálido hombre es la perdición JiMin, y aunque le cueste, mandaría todo su juicio a la basura de ser necesario.
No era una obsesión, era un sueño. Él conocía sus límites y si no se podía, tendría que confirmarse con lo feliz que vivió intentando.
—Estuvo Genial, YoonGi Hyung.
El pálido lo observó con esa sonrisa tan peculiar de encías al aire, ambos se abrazaron por la adrenalina del momento y los demás miraban sus actos más que orgullosos de la presentación que habían ofrecido.
—No más que tú, Little Prince.
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