Capítulo 38

Gerard quería morirse cuando escuchó a Frank mentir descaradamente frente a todos.

No estaba seguro de absolutamente nada, no entendía una mierda. Se suponía que habían quedado en algo, ya la decisión estaba tomada y cuando Frank dijo todo lo contrario sintió tanto enojo en su cuerpo que cuando fue su momento de decir su verdad, respondió de la manera más ácida e hiriente diciendo que no tenía absolutamente nada con ese pasante, que fue algo de una sola noche y que no volvería a pasar. Vio las lágrimas acumularse en los ojos de Frank y corrió fuera de la oficina cuando dieron por terminada la reunión.

La cabeza le empezó a doler, y el pecho le ardía. Llevaba las manos empuñadas y cuando abrió la puerta de su oficina, empezó a desquitarse con cada una de las cosas que tenía ahí dentro. Tiró todos los papeles que tenía en su escritorio al suelo, pateó su silla muchas veces e inclusive tiró una taza al cuadro que pintó de las manos de Frank tomando las suyas cuando estuvo en el hospital. El corazón le dolía y unas cuantas lágrimas llenas de frustración corrieron por sus mejillas mientras su pecho bajaba y subía. ¿Qué había pasado con Frank? hasta esa mañana parecía que todo estaba bien teniendo en cuenta lo que habían decidido días atrás, pero literalmente lo traicionó. Le dio una patada en el culo y lo dejó encerrado en ese lugar del demonio, negándole la libertad que añoraba y haciendo que se quede en ese sitio infernal de donde intentaba huir.

Es que no entendía... parecía tan decidido y por eso confió en él. Cuando notó la seguridad en las palabras de Iero inmediatamente pensó que se encontraban en la misma sincronía y que bueno, había encontrado el apoyo que necesitaba en Frank, pero sea lo que sea que hubiera pasado, lo terminó de joder, porque que el pasante haya hecho todo lo contrario a lo que esperaba, solo hacía que Adam volviera a ganar. Sinceramente pensó que así podría escapar fácilmente de su ex pareja y ocultar todos esos sentimientos que aun ese hijo de puta le provocaba... sí, estaba utilizando a Frank como boleto de escape, pero no iba a enterarse porque era demasiado cobarde como para abrirse con él sobre ese tema y contarle de su vida pasada con Adam... ya que todas las mentiras que empezó a construir desde el día que él regreso, se caerían una por una. La excusa y las mentiras que dijo para que Frank lo perdonara cuando los descubrió casi besándose, desataría un drama mucho peor y ahora ni siquiera podía confesarle la verdad. Él solo se atrapó en un callejón sin salida con Adam a su espalda alborotando su vida entera, removiendo todos esos pensamientos y sensaciones que dormían en el fondo de su ser.

Todo por intentar ser valiente, pero al final terminó siendo un cobarde mentiroso.

Intentó ordenar el desastre que hizo y luego solo no tuvo ganas de seguir en la oficina. Tomó su portafolios y cuando estuvo dispuesto a salir, se topó con Ray Toro frente a su puerta. El jefe frunció el ceño, no sabía que quería, pero tampoco quería verlo... no estaba de humor para soportarlo.

—¿Tienes un momento?

—No, estoy de salida.

—Sabes que tenemos que hablar.

—Jódete, Ray. No tengo nada que decirte.

—Escucha —lo empujó del hombro e hizo que entrara a la oficina bruscamente—. Vas a hablar conmigo quieras o no. No sé qué estaba pasando por tu maldita cabeza cuando decidiste acercarte a Frank de otra manera, sabiendo el puto desastre de persona que eres y aunque no estoy contento con lo que hizo ese cabrón cuando claramente le dije que no se le ocurriera acercarse a ti, tampoco voy a tolerar ninguna de tus actitudes de mierda hacia él y-

—No sé de qué hablas. Frank y yo no tenemos nada —le devolvió el empujón—. Él lo dejó bastante claro en la reunión de hoy. Además, ¿qué demonios? ¿Un puto desastre? ¿Eso soy para ti?

—Tu puto ex regresa a trabajar a la misma empresa donde estás y te da un maldito ataque de ansiedad con solo verlo. Y estoy seguro que ya tenías lo que sea que tengas con Frank cuando pasó eso, por lo que me deja ver que, a día de hoy, sigues sintiendo algo por Adam. ¿Sigo?

—Ash, por Dios... —pasó a su lado y salió de la oficina—. Y tú eres el menos indicado para decirme una mierda porque te dije mil veces que te alejaras de mi hermano y te lo pasaste por los huevos, Ray.

—Sí, pero Mikey y yo no trabajamos en la misma empresa ni yo lo engatuse utilizando mi influencia corporativa para que se acostara conmigo.

—Por Dios, me pones como si fuera un jodido abusador cuando tu amigo no es ningún puto santo. Se supone que eres mi mejor amigo —entró al ascensor con Ray siguiéndole el paso—. Y lo que estás haciendo es atacarme gratuitamente.

—Frank también es mi mejor amigo.

—¿Y eso me hace menos a mí?

—No, pero los conozco a los dos. Y sé quién está más jodido. No acepto lo que tienen o tuvieron, o lo que sea... pero si se te ocurre herir a Frank, te juro, Gerard... que vas a conocer una parte de mí que nunca has visto.

El enojo empezó a incrementarse en su cuerpo por lo que cuando paró el ascensor, salió dándole un enorme empujón conteniendo sus ganas de golpearlo en la cara. Ni siquiera sabía lo que había ocurrido porque no se detuvo a escucharlo dos segundos y ahora él era el jodido villano cuando claramente fue traicionado por la persona que menos esperaba en el mundo. Ray y todo lo que pensaba de él podían irse al infierno, no quería un amigo como él.

Llegando a su departamento se encerró en su estudio de pintura. Se quitó la camisa del traje y tomó aquella camiseta vieja que usaba cuando pintaba. Caminó al cuadro cubierto por una sábana blanca y cuando vio el retrato de Frank que estaba pintando en ese momento los ojos volvieron a arderle por el llanto que se venía. Quería, necesitaba... exigía putas respuestas. Ya no solo Adam lo jodía, sino que tenía una extraña sensación que también vivió antes... ¿Por qué todo este drama le recordaba a Donna y a esa estúpida influencia que ejerció una vez sobre él y sus decisiones inclusive cuando ya era un hombre adulto? Ella seguía ganando a pesar que rompió ese vínculo hace tiempo... o era lo que pensaba. Aun así, no sabía qué hacer...ya no tenía un motivo real para abandonar la empresa y dejar de lado ese cargo tan importante que se le había asignado.

Porque, aunque estuviera odiando a Frank en ese instante... la verdad era que necesitaba un abrazo suyo.

*****

La décima llamada perdida y el segundo cigarrillo consumido en menos de diez minutos.

Frank estaba desesperado, totalmente sumido en la preocupación y el estrés de la situación. Gerard no quería hablarle, estaba demasiado enfadado y lo entendía, pero la urgencia de explicarle por qué hizo lo que hizo no lo estaba dejando en paz. Por eso tomó un taxi desde la empresa directo a la casa de su novio. Las manos le temblaban fuertemente, entendía que Gerard no quisiera verlo, pero la necesidad de enfrentar el problema de una vez lo hacía actuar sin mucha paciencia.

Nunca hizo lo que hizo por malicia, tampoco actuó por egoísmo... tener un cargo sumamente importante en una empresa mundialmente reconocida no era algo que pasara todos los días y entendía que Gerard detestara dicho trabajo, pero ¿qué pasaba si realmente lo que Adam le dijo era verdad? Recordó su sonrisa y esa felicidad que destilaba cuando le contó del ascenso. Lo sintió real, aunque notaba inseguridad en su rostro, aun así... si no hubiera querido el puesto, se hubiera negado, ¿no? Sabía que Gerard quería eso, quería ser alguien más relevante y demostrar que era capaz de ser un buen gerente financiero. Él confiaba en su novio y si para que Way pudiera demostrar lo que realmente podía hacer en ese cargo, tenían que esconderse un mes más hasta que terminaran sus pasantías lo iba a hacer...

Si es que después de todo ese problema, aún tenía una relación con su jefe.

Tocó la puerta del departamento y al no obtener respuesta, se tomó el atrevimiento de utilizar la llave que Gerard le había dado hace un tiempo atrás para que entrara cuando quisiera y que no había utilizado porque le daba mucha vergüenza invadir su casa, así como si nada.

Entró y Kutsy fue a recibirlo, le acarició la cabeza y luego, por el pasillo vio a Bucket salir del estudio de pintura e ir hacía él moviendo la cola con emoción. Detrás de la perrita, Gerard apareció... el cabello lo tenía hecho un desastre y tenía una cara de muy pocos amigos. Se cruzó de brazos inmediatamente y miró a Frank con desprecio.

—Frank...

—Sé que no me quieres aquí, pero dame un minuto para hablarte, por favor. No contestaste mis llamadas y-

—Si no contesté tus llamadas es obvio el motivo, ¿no?

—Gee...

—Te dije que no.

—Joder... es que no entiendes...

—No, tú no entiendes. No entiendes lo que es tocar la puta libertad con las yemas de los dedos y que luego la persona que menos esperabas, te la arrebatara y se riera en tu cara como si nada. Ahora vienes pidiendo oportunidad para explicarte cuando no es necesario. Comprendí que siempre te importó una mierda nuestra relación y que preferiste tirarme a los lobos, Frank.

—¡No es así, joder! Estuve todos estos días pensando en la situación, Gerard y créeme que lo poco que pude dormir durante este tiempo solo pasé pensando si era lo mejor aceptar que en realidad somos novios. Gerard, ¿sabes en la posición en la que estás? ¿Eres consciente de que vas a ser el maldito gerente financiero de una multinacional? Por supuesto que está mal tirar todo por la borda faltando tan poco tiempo para que me largue de ese sitio y no volver jamás. Ibas a perder tu jodido ascenso, maldición... ¿Por qué arriesgarlo? Es tu carrera de la que hablamos, Gee.

—Porque no quiero seguir ahí, porque ese trabajo me está destruyendo, Frank y sé que tú tampoco disfrutas del tiempo ahí... ¿por qué seguir? Explícamelo.

—¿Y por qué no esperar? ¿Por qué simplemente no aguantar un poco más? Sabes precisamente que en un mes se acaban mis pasantías y podremos ser libres al fin de amarnos sin escondernos de nadie. Es ridículo arriesgarse, ¿no lo entiendes?

—Oh, ya entiendo... ¿Es por tus pasantías que no querías que dijera la verdad? Siempre se trató de eso, ¿cierto? —Frank tragó en seco.

—No, por supuesto que no.

—¿Vas a mentir descaradamente?

—No estoy mintiendo, Gerard. Sí, pensé en que no quería perder todo el esfuerzo que he hecho durante estos meses, pero-

—Pero nunca fue tu intención renunciar realmente. Ya entiendo —se dio media vuelta y caminó hacia la habitación con Frank siguiéndole los pasos.

—Okay, si hubiera sido así como piensas... ¿por qué tendría que ser yo quien renuncie a mis pasantías?

—¡Porque es un maldito sacrificio que ambos podíamos hacer, mierda! ¡Ambos! No solo tú, Frank... ¡Pero preferiste ser egoísta y pensar solo en ti!

—¿Qué? ¿Ahora soy yo egoísta cuando lo único que he hecho es pensar en ti? Jódete... tú lo tienes todo y si renuncias, sabiendo la persona importante que eres van a quererte en cualquier sitio, pero a mí nadie me conoce. Ni siquiera he terminado la universidad, no tengo una carrera, no tengo contactos, no tengo absolutamente nada y a ojos de todo el mundo soy un interesado caza fortunas porque me acosté con mi jefe. ¡Soy un don nadie y no tendré oportunidad en ningún sitio!

—Claro, porque te importa tantísimo lo que haces cuando solo te pasas quejando del trabajo que te dan y platicando con Bob y Dallon que también son unos buenos para nada que se quejan y no aportan una mierda. Eso es lo que verdaderamente te interesa, seguir chupando del bote y no perder las influencias que has conseguido durante estos meses dentro de la empresa... —soltó una risa burlona, lo que hizo que Frank perdiera los papeles por completo.

—Puedo quejarme lo que quiera, estoy en mi jodido derecho de hacerlo. Y eso no significa que odie lo que hago, por eso sigo estudiando y dedicándole todo mi tiempo a mi trabajo. No todos odiamos a lo que nos dedicamos, Gerard... yo sí quiero tener una carrera, yo si quiero crearme un nombre y ejercer lo que me gusta porque, te soy sincero... no hago muchas cosas, pero las que hago, las hago con todo el amor del mundo. No es mi culpa que odies tu trabajo y que no seas lo suficientemente valiente como para irte de ese sitio sin utilizarme de excusa. No intentes girar la situación a tu favor para dejarme a mí como un maldito inconsciente, Gerard, cuando la realidad es que tú sí has pensado únicamente en ti y te dio absolutamente igual que me quiten todo lo que he hecho durante estos meses sin importarte si podía salir del pozo donde me iba a hundir laboralmente por aceptar que éramos novios. Gracias por pensar en mí también —una lágrima cayó por su mejilla y él se la secó inmediatamente, no quería mostrarse vulnerable en ese momento.

—Lárgate de mi casa, ¿quieres? No quiero verte más. Y devuélveme mi jodida llave —Frank se mordió el labio para evitar dejar ver el puchero que se formó en su boca debido al llanto que no quería soltar, mientras sacaba la llave del departamento de Gerard de su llavero y se la lanzaba al suelo.

Tiró la puerta tras él y en el ascensor no dio más de sí. El llanto le llegó con fuerza que no intentó ocultarse y de camino a su casa fue llorando a moco tendido porque estaba totalmente harto. Quiso arreglar las cosas, quiso hacerle entender que no era la mejor idea decir que sí y lo peor de todo es que pensó más en él que en sí mismo hasta el último momento. No era jodidamente justo y estaba cansado de fingir que no le importaba dejarse de último y siempre poner a Gerard como prioridad.

Pero podía joderse mil veces... ya no le importaba más.

*****

Entonces esa semana fue nombrada en los noticieros como la semana más triste del año. El ambiente en general se percibía muy melancólico y depresivo. En el día, el frío solo provocaba quedarse encerrado en casa bajo los edredones y quedarse así sin hacer nada, descansando de la mierda del mundo y olvidándose de los problemas que pudieran molestar a alguien... desgraciadamente el mundo tenía que seguirse moviendo, aunque nadie tuviera la energía suficiente para levantarse de la cama siquiera.

Y ese era el caso de Frank... Esa semana fue demasiado estresante y complicada. Sabía que el fin de semana sería aquel congreso donde posicionarían a los nuevos altos mandos de la empresa y todo el mundo estuvo ocupado organizando que el evento saliera bien. siendo sincero, agradeció haber estado tan atareado, porque, honestamente... no hubiera podido tolerar los recuerdos de esa noche durante todo ese tiempo. no iba a mentir, no era su intención tampoco, pero las palabras de Gerard fueron un puñal directo a su corazón y esa herida todavía estaba fresca. Evitó cruzarse con él, delegó ciertas tareas donde era muy posible encontrarlo y prefirió enfrascarse en el estrés del evento y el papeleo que le enviara Dallon para no pensar en su estúpido ser.

A esas alturas tampoco sabía en qué situación se encontraban. No sabía si eran novios aun o si Gerard decidió cortar con la relación después de echarlo de su casa... claramente le dolía el corazón pensar que su noviazgo había terminado de la peor forma posible y que no haya habido la oportunidad de expresar sus pensamientos de la manera correcta fue un error garrafal.

Lloró cada noche de esa semana, cuando los pensamientos fueron demasiado fuertes y no podía contenerse. Lloró sentado frente a la ventana, lloró tomándose un café en la cocina, lloró mirando algún video que sabía que a Gerard le hubiera hecho gracia, pero que a él simplemente le parecía lo más sin chiste del planeta entero. Lloró en la cama, abrazando la almohada con su olor cuando su pecho no resistía más el dolor... Lloró bajo el chorro del agua en la ducha mientras intentaba quitarse el rastro de sus besos de su piel tatuada.

Porque si no había recibido una llamada durante esos siete días que pasaron... podía intuir lo peor.

Y esa mañana de sábado mientras intentaba ser alguien funcional, envuelto en sus edredones, caminando a la cama con un café en la mano y con la laptop esperando sobre el colchón para que continúe con su sesión matutina de series mientras se sentía más miserable que nunca, recibió un mensaje en el grupo de la empresa. La pantalla del ordenador mostró la notificación a un lado y de inmediato lo abrió. Vio que compartían un enlace para poder ver el congreso en directo... dudó en principio si abrirlo y verlo, pero necesitaba escuchar la voz de su jefe, aunque sea a través del computador.

Cuando lo vio caminar al estrado, su corazón pegó un brinco. notaba su nerviosismo al ver sus manos temblar y quiso correr a abrazarlo para ayudarlo a calmarse. se sentía impotente, ¿por qué todo esto tenía que pasar justo ahora? Era horrible saber que ellos estaban juntos una noche queriéndose y viviendo felices, y a la mañana siguiente se odiaban con fervor porque no supieron cómo manejar los problemas que se presentaron...

En primer lugar, me gustaría dar las gracias a todas las personas que están aquí acompañándonos. Me siento muy contento de ver a muchas caras conocidas dentro de la industria que han dejado un momento sus obligaciones de lado para asistir a esta ceremonia. He de decir también que... Me hubiera gustado compartir este momento especial con todas las personas importantes de mi vida, pero desgraciadamente no es así.

Un suspiro doloroso salió de su boca... Gerard lo quería ahí y él no estaba...

Esa desesperación volvió a su pecho y necesitaba respuestas. Malditas respuestas que le haría morirse del dolor. Iba a dar a torcer su brazo otra vez, era consciente de ello, pero si podía salvar su relación, valía la pena ser él quien lo busque para resolver el problema.

*****

Las gotas de lluvia impactaron directamente en su piel cuando salió del edificio. De inmediato un asesor lo cubrió con un paraguas y lo acompañó hasta llegar al auto. Se acomodó el saco y volteó a ver a uno de sus compañeros cuando se sentó a su lado y le habló, pero no le prestó mucha atención porque en ese instante su celular vibró dentro de sus pantalones. enarcó una ceja... no pensó recibir un mensaje de Frank.

Su mensaje era una ubicación conocida, decía que lo esperaba en el mirador si es que quería hablar.

No sabía si aceptar... todavía estaba enojado y mucho más ese día cuando tuvo que firmar su maldita sentencia. Hacía días que no lo había visto, sabía que estaba evitando encontrarse con él por completo y bueno... le daba a entender que no quería saber nada de su estúpida cara. Esos días intentó reflexionar la situación, pero el egoísmo y la rabia lo seguía dominando.

Estaba mal, demasiado mal no poder ver más allá de su nariz... más que nada porque seguía enfrascado en que esa era la estrategia correcta para alejarse de una vez de Adam, en vez de enfrentarse a sus demonios y terminar con esa maldición que lo perseguía. Desquitarse con el que él mismo nombraba "amor de su vida", era de las cosas más bajas que pudo hacer y continuaba justificando su molestia diciendo que jodió la oportunidad de que ambos fueran felices. Frank no merecía eso... y lo peor de todo es que Gerard lo sabía, pero no quería reconocerlo.

Pero Frank le estaba pidiendo otra oportunidad y volvería a ser un cabrón si decía que no.

Pidió que lo dejaran en su casa, donde solo caminó al garaje y agarró su auto para manejar hasta el destino donde el pasante lo había citado. Necesitaba calmarse, no quería avivar la llama, solo escuchar a Frank expresarse y con eso decidiría qué hacer. Solo que camino a su destino recibió una llamada que no esperó...

Miró el remitente y bufó. No en ese momento. No era necesario que la vida se comportara tan perra con él. No tenía el número de Adam guardado, pero una noche contestó sin querer y cuando escuchó la voz de ese hijo de puta maldijo profundamente. Ahora venía a fastidiarlo como si no fuera suficiente todas las estupideces que le estaba haciendo solo con su presencia infernal.

Puso el celular en vibración y siguió conduciendo, no era momento para hacerle caso. Después de una hora de viaje llegó a Cold Spring. La última vez que estuvo ahí, fue cuando se le quitó el miedo de amar a Frank y aceptó que quería estar con él. Ahora regresaba a ese mismo sitio en otro contexto para nada agradable, lo cual era mucho más doloroso.

Frank estaba parado frente al barandal del mirador. Vestía unos jeans y una chompa verde que ahora se veía empapada porque la lluvia no paraba del todo. Podía notar la tensión en sus hombros y movía su pie ansioso. se acercó lentamente, parándose a su lado guardando distancia. Frank ni siquiera se inmutó, no dejó de mirar hacia el frente y parecía que estaba ignorando la llegada del jefe a su llamado, pero en realidad no sabía cómo comenzar a decir todo lo que tenía en su pecho guardado.

—Sabía que este lugar era bonito, pero no pensé que tanto. Estuvimos aquí en la noche y no pudimos apreciar las vistas como se debía —Frank suspiró y cambió su postura a una más erguida—. ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Estás todo empapado.

—No sé... pero han venido a echarme dos veces ya. no tardan en venir otra vez.

—Entonces creo que deberías decirme lo que quieras decir ya, ¿no crees? —el pasante tragó en seco.

—Solo quiero saber si esto se acabó o no. Han pasado algunos días y no voy a mentir y decir que no he estado esperando un mensaje o una llamada de tu parte después de lo que pasó en tu departamento y ha sido una semana demasiado estresante para todos por igual por lo que quiero pensar que es por eso que no me has enviado un mensaje. Por eso te cité aquí, para que me mandes a la mierda en persona o lo que sea que pase porque a esta altura ni siquiera sé qué está pasando entre nosotros o cuando cambió nuestra relación para volverse así de tóxica, Gerard.

—Es curioso que quieras que se acabe todo en el lugar donde comenzamos a querernos.

—Yo no he dicho eso.

—¿Y por qué asumes que eso es lo que yo quiero?

—Literalmente me echaste de tu casa y me quitaste la llave. ¿Qué puedo pensar con eso?

—Actué de manera impulsiva.

—Al menos no te justificas tontamente.

—Estoy aceptando mi error, eso debería darme puntos. —El pasante se encogió de hombros y se cruzó de brazos, mirando al frente y sintiendo la lluvia incrementándose a medida que pasaba el tiempo—. No voy a dejarte. No quiero hacerlo y nunca se me pasó por la cabeza romper contigo. solo estoy muy enojado y decepcionado de que hayas sido tú quien me dio la espalda cuando más te necesitaba.

Iero se contuvo para no gritar, Gerard continuaba siendo un maldito egoísta y mierda, eso dolía demasiado. Nunca se interesó en él ni en su propia carrera y joder... era triste saber que su novio nunca veló por nada más que su propio culo.

—Entonces perdón por haber decidido sin pensar bien las cosas y encerrarte en ese lugar del cual jamás vas a poder salir —dijo rabioso. No era su objetivo volver a pelear, pero estaba aguantando demasiado su descontento y poco a poco iba perdiendo el control—. Soy lo peor, soy un traidor y lo que quieras.

—¿Me llamaste para volver a pelear?

—Ya ni siquiera sé por qué te llamé. Pensé que a lo mejor ibas a no sé... decir que nos dejamos llevar por la presión de la situación y que ambos nos equivocamos en no ser claros en nuestras intenciones, pero ya vi que no... solo yo reconozco que hice mal en dejarme llevar por el calor del momento y cuando lo pensé bien, ya era muy tarde. Como sea... —Frank se dio media vuelta con toda la intención de irse, pero Gerard tomó su mano despacio.

—Oye... no hagamos esto peor, ¿quieres? Me equivoqué, está bien... lo reconozco. Fui un idiota en comportarme así. Pero no quiero perderte, ¿está bien? Vamos a dejar esto atrás y olvidemos esta tontería. ¿Bien?

—No sé... he llorado todas las noches lamentándome por esta mierda y vienes aquí a seguir con lo mismo. Me hieres, Gerard. ¿Realmente no puedes ver más allá?

—Lo estoy intentando. Por lo mismo no quiero seguir esta absurda discusión. ¿Podemos dejar esto morir?

—¿Realmente me amas, Gee? —preguntó y Gerard sintió un escalofrío recorrerle la columna entera.

—Sabes que sí, Frank. Y tú ¿realmente me amas, Frank?

—Empecé a amarte desde mucho antes, pero aquí comencé a hacerlo con todo mi corazón y al regresar me he dado cuenta que te amo más inclusive de lo que te amaba al inicio. Te amo y te he extrañado tanto durante estos días y sigo extrañándote porque siento que estás lejos de mí aún. No sé qué nos está pasando, pero ya no estoy aguantando todo este dolor que siento —una lágrima corrió por su mejilla y el jefe la retiró rápido—. Quiero que volvamos a ser los de antes, quiero llegar a casa y acostarme contigo en la cama mientras las perras dan vueltas por todos lados. Quiero pasar contigo un fin de semana durmiendo o saliendo por ahí a buscar nuevos sitios donde comer... Quiero que me beses y me digas que todo estará bien, aunque sea mentira. ¿Podemos volver a ser los mismos de antes, por favor?

Gerard solo buscó los labios del pasante para juntarlos con los suyos debajo de la lluvia que no paraba. Joder... por supuesto que él también lo extrañó y añoraba que su relación volviera a ser la misma que antes... pero permitirle tanto poder a un hijo de puta que irradiaba destrucción le estaba pasando factura y por más que quisiera volver al pasado, no podía hacerlo. Ver llorar a Frank por su propia culpa era lo peor que pudo hacer y tendría que lidiar con las consecuencias de su cobardía porque ya no había vuelta atrás. Su relación no volvería a estar en su mejor momento.

—¿Vamos a casa, sí? —dijo el jefe después de separarse de Frank.

—De hecho, pagué una habitación para el fin de semana entero. No sabía si íbamos a arreglarnos, pero quise ser optimista supongo —el jefe sonrió y besó su frente.

—No te preocupes, me gustaría pasar el fin de semana contigo en este lugar si me lo permites. 

Gerard volvió a besarlo mucho más intensamente, pero uno de los empleados del hotel llegó a interrumpirlos pues por la lluvia estaban cerrando dicho lugar. ellos se rieron avergonzados y fueron con el empleado para ser trasladados hasta la parte principal del hotel en aquel cochecito.

Frank apegó su cabeza en el hombro del jefe, pensando en si las cosas iban a mejorar o no... porque ya el daño estaba hecho y él ya no confiaba tanto en Gerard. 

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