Treinta.

2000 LEÍDAS, OS REQUETEADORO

—¿Quién la despierta? —me pareció escuchar a una voz de chico a lo lejos. ¿Aaron?

—Da pena despertarla, parece un ángel. —dijo otro, Cam. Nota mental: comerme besos a Cam.

—Cursi. —le dijo otro. ¿Taylor?— Pero mírala, que está enseñando medio culo, va provocando. —sí, definitivamente era Taylor.

—Alguien la tiene que despertar. —dijo esta vez Matt.

A estas alturas estaba despierta de sobra, pero como soy una cotilla quería escuchar lo que decían los chicos, así que seguí con los ojos cerrados y respirando lento para que pareciese que dormía.

—A mi también me da pena despertarla. Está muy linda. —dijo Hayes. Otro al que me tengo que comer a besos.

—Yo también prefiero que esté dormida. —dijo otra voz y casi abrí los ojos de la sorpresa. Nash Grier no había dicho eso, imposible. Todos debieron de pensar lo mismo porque enseguida añadió— ¿Qué? Mientras duerme no me grita. —ese es mi capullo.

Wait. ¿Por qué he pensado ''mi''?

Creo que me estoy volviendo a quedar dormida, porque pienso estupideces. Me giro y me quedo de espaldas a ellos.

—Callaros de una vez. Quiero dormir. —dije apretando los ojos con fuerza. Entonces noto unas manos en mi cintura haciéndome cosquillas y pego un salto quedándome sentada mirándolos a todos, buscando al culpable.— Creí haber dejado claro que tenías prohibidísimo despertarme así. —dije al ver a Nash con los ojos como platos mirándome y las manos aún extendidas. 

Una de las veces que habíamos dormido juntos no me daba despertado y al muy idiota le dio por hacerme cosquillas. Y tengo muchísimas, por lo que se lo prohibí. Sí, a cambio de algo que ahora gracias al cielo no tendré que cumplir.

Sin pensármelo dos veces le agarré de las muñecas y le tiré al sofá inmovilizándole. Él intentó zafarse pero, obviamente, no fue capaz. Vi que varios chicos grababan la escena con sus móviles.

—¿Pero qué cojones...? —dijo Nash mirando el agarre en el que le tenía inmovilizado. Solamente le tenía agarradas las muñecas detrás del cuello y estaba sentada en su barriga como un indio. Era muy simple.

—Repite conmigo: no volveré a despertar a Sara con cosquillas.

Me miró gracioso y negó, entonces yo le cogí una muñeca y se la retorcí, él hizo una mueca de dolor y paré.

—Probemos otra vez: no volveré a despertar a Sara con cosquillas. —dije con una sonrisa traviesa. Me encantaba que no supiese defenderse.

Esta vez guardó silencio, le volví a hacer lo mismo pero con un poco más fuerza, tampoco es que quisiera hacerle daño de verdad, pero era un chico fuerte. Nash gruñó.

—Podemos pasarnos toda la mañana así.

—Está bien. —masculló.

—Así me gusta, no volveré a despertar a Sara con cosquillas. —le recordé con una sonrisa.

Él me la devolvió, aunque falsamente.

—No volveré a despertar a Sara con cosquillas. —dijo alto y claro.

—Así me gusta. —sonreí y le solté. Los chicos empezaron a aplaudir.— Gracias, gracias. —dije haciendo reverencias.

Me giré hacia Nash, que me miraba con una sonrisa torcida, y una mirada de ''esto no va a acabar aquí''.

N A S H   P O V.

Esto no va a quedar así.

Ayer, después del vídeo y de pasarnos horas buscándola, de hablar con Chris... no sé cómo explicarme. El alivio que sentí cuando Chris me llamó por teléfono y me dijo que venían para casa, y cuando la vi entrar y comprobé que estaba bien.

Supongo que después de dos semanas, de haberle roto su trofeo, de picarla durmiendo en su habitación, de viendo como el repartidor de pizza ligaba con ella cada vez que venía, de ver media cartelera de Marvel juntos y haber jugado a cualquier videojuego le había cogido cariño.

También Chris me había sorprendido gratamente, era un buen tío y estos días hemos hablado mucho. Él comprende que lo del trofeo no fue aposta y entiende que quiera mantener las distancias con Sara hasta que me aclare. Se está convirtiendo en un muy buen amigo mío.

Tengo claro que Sara no es Ashley, pero aunque quisiera llevarme bien con ella, ser su amigo, tampoco sabría por dónde empezar.

En primer lugar me preocupo por ella. Cosa normal, porque el roce hace el cariño.

En segundo lugar, ya no nos llevamos tan mal. Nos seguimos soltando pullas pero ya no con rencor ni con odio.

Y para ser sinceros, me encanta hacerla enfadar. Ver como frunce el ceño y que me conteste como si no fuese famoso, que me trate como si fuese un vecino normal de 17 años.

La miré fijamente.

¿Es que quién tiene los huevos de hacer lo que ella acaba de hacer? Nadie.

Rápidamente la cargué en mi hombro.

—¡Nash! ¡Que estoy en bragas! —gritó desesperada y no pude evitar que una carcajada saliese de mi boca.

Pataleaba, gritaba, me pegaba en la espalda y me arañbaa pero no consiguió nada. Al darse cuenta de que habíamos salido al jardín se quedó quieta unos segundos.

—No me fastidies. Otra vez no. —dijo con voz cansada.

—Repite conmigo: no volveré a hacer kárate a Nash. —dije con una gran sonrisa y ella soltó una carcajada. No era kárate, pero sabía que le fastidiaba.

—Puedes tirarme, Grier. —dijo aún riendo. Se lo estaba tomando con bastante humor.

—Si la señorita insiste. —dije y la tiré al agua. Ella emergió a los pocos segundos con una gran sonrisa.— ¿No estás enfadada? —pregunté viendo su sonrisa. Por alguna extraña razón no podía apartar la mirada.

—No, ya te la devolveré. —dijo muy tranquila. Dio una vuelta sobre sí misma. Las escaleras estaban al otro lado. Intentó subirse sola al bordillo, pero no fue capaz. Volvió a mirar hacia las escaleras y luego me miró a mí.— ¿Me ayudas? —preguntó con la voz cansada. Le tendí una mano. Ella la agarró y sonrió malvadamente. Agarró mi mano con su otra mano y tiró con fuerza, haciendo que me desequilibrase y cayese al agua de un planchazo.

Oí sus carcajadas debajo del agua. Emergí a la superficie y le sonreí falsamente. En un rápido y ágil movimiento se subió al bordillo y se quedó sentada con cara de niña buena. Tenía algo de maquillaje corrido, pero no le quedaba mal. Parecía una de esas modelos que se lo retocan con cuentagotas.

—¿De verdad piensas que no soy capaz de subirme sola a un bordillo? —se levantó y empezó a caminar hacia la casa.— Me ofendes, Grier.

S A R A   P O V.

—¿Qué te ha pasado? —preguntó un divertido Dani, acompañado de Lox y Nate.

—Ha sido la venganza de Nash. —drespondí y me encogí de hombros.

—¿Venganza por qué? —preguntó la pelirroja.

—Por esto. —dijo Aaron de repente. ¿De dónde había salido? Los chicos acostumbran a salir de ninguna parte. Les tendió un móvil a los chicos y estos miraron el vídeo. Pude escucharme a mí misma decir ''Probemos otra vez: no volveré a despertar a Sara con cosquillas'' y me reí al recordarlo.

Nate me miró de arriba a abajo como si no se creyese que yo había inmovilizado a Nash.

—Tengo que aprender a hacer eso. —dijo Mahogany divertida. Le sonreí y fui al salón, en el que estaban Hayes, Tay, los Jacks, Sam y Cam, que me miraron de arriba a abajo.

—¿Habéis visto a Chris? —pregunté frunciendo el ceño extrañada, no le he visto en toda la mañana.

—Fue a no sé dónde. —un aplauso para las explicaciones de Hayes. Me mira de arriba a abajo.— ¿Qué...?

—Tu hermano. —respondí divertida y él asintió.— ¡Lox! —grité, y ella apareció al instante.— ¿Me puedes dejar ropa? Solo serán unos minutos, para que mis padres no vean que vuelvo a casa en bragas. —dije divertida.

—Claro, ven conmigo. —dijo entrelanzando nuestros brazos.

Siento que esta chica va a ser una gran amiga mía.




¡HBS!

Gracias por las 2000 leídas koalas :* De ahí el Pov de Nash, algo así como un ''agradecimiento''.

Sigue en pie lo de la nueva novela, y pronto (muy muy muy pronto tendréis noticias)

-A (me siento como en pequeñas mentirosas jajajaja)



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