Cap 11. Vroom vroom
*Leer preferiblemente escuchando "Vroom vroom" de E'FEMME*
Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que Caesar-sempai me sacó a pasear. Ha sido un tiempo de incertidumbre, un buen día me cambió la batería y al siguiente no vino. Y los siguientes tampoco apareció. Es increíble lo mucho que te puede cambiar la vida de un día para otro. Durante todo este tiempo me he planteado muchas cosas, "¿será que no le gustó la experiencia BDSM?", "¿tiene apego evitativo y necesita alejarse?", "¿acaso estoy sintiendo los efectos de mercurio retrógrado?", "¿será porque ya no le gusto?", "¿se ha cansado de mí?", "¿habrá encontrado un coche mejor?", "¿habrá perdido todos los puntos del carnet?". Y, mientras el tiempo pasaba y la gente me iba pintando cosas en la suciedad que se iba acumulando en mi carrocería y mis ventanas, yo iba perdiendo la esperanza de volver a ver un día a mi amo y señor.
Y aquí estoy, sucio y asqueroso. Las pintadas de "guarro", "los coches se lavan" y bubujijis varios me adornan y ya no me importa nada. En cualquier otra situación hubiese pensado que esas cosas solo me las podía decir mi amo dominante. No me importa nada porque mi amo no va a venir, ya no me quiere. Y si se arrepintiese de haberse ido, me vería así y se arrepentiría, entonces de haber vuelto. Mi senpai era un maniático de la limpieza y si me ha dejado tirado y sucio es porque ya no le importo nada, así que no va a volver. Mi aspecto actual le daría asco a mi senpai y eso hace que me de asco a mí mismo.
Lloro como llora un coche, las lágrimas se deslizan por mis faros delanteros. Los coches también lloran... o eso es lo que creía.
Al levantar la vista me encuentro ni más ni menos que a mi senpai. Parpadeo, creo que es un sueño. Pero no, no lo es. Caesar-senpai está frente a mis ojos, ahí, limpiándome el capó con un estropajo como puede, debe haber visto mi suciedad y no habrá podido resistirse a sus impulsos de dejarme tan limpio como una patena. Sigo llorando lágrimas de coche, esta vez de alegría. ¡De alegría y ecsitación!
Y es que ver a mi senpai ahí, todo lleno de jabón y con la camiseta mojada, limpiándome a fondo porque no ha soportado verme sucio y asqueroso, hace que me olvide del hecho de que me ha dejado abandonado durante mucho mucho tiempo. O, por lo menos, a mí se me ha hecho muy larga la agonía. Ahora que tengo a mi senpai aquí mis engranajes se estremecen y me empiezo a sentir como si la última vez que me tocó fue ayer.
Tengo las revoluciones a mil a pesar de que mi senpai no me ha arrancado. ¡Qué ganas de que lo haga! ¡Qué ganas de ir hasta el final! ¡Vroom vroom! Calentando motores my heart brrrummm bbrrrummm. Baby, it's racing my heart just for you...
Me fijo bien en mi senpai, porque casi me había olvidado de cómo era después de tanto tiempo. Ahh, su bigote. Siempre que veo su bigote un escalofrío recorre mi cuerpo, es lo más bonito que he visto en mi vida. Mi senpai está tan guapo y tan espectacular como siempre, me deleito con su figura... aunque hay algo distinto.
Me fijo más con mis ojos de coche (mis faros delanteros) y me encuentro con que tiene una especie de vendas en la rodilla, como si se hubiese roto la pierna o algo, lo cual explicaría mucho su ausencia todo este tiempo. ¡El caso es que no me ha abandonado! ¡Y yo pensando mal de mi senpai! De repente me entran ganas de ser castigado por haberme portado mal, por haber malpensado de mi amo...
Vroom vroom, suena vroom vroom, toy ardiendo, dame fuego baby. Vroom vroom no comprendo por qué enciendes luego boy...
Y después de quedarme bien limpito, mi amo se vuelve a ir. Vaya, otra vez. Me ha dejado con las ganas, pero algo me dice que va a volver pronto... o no.
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