Capítulo 13
Después del ataque de Orochimaru, Jiraiya se llevó a Naruto dos años, quería entrenarlo con libertad, el menor no se negó, le explicó sobre los Akatsuki y sus objetivos, buscaron las máscaras liberando el alma de su padre, del primero y el segundo, mantuvo contacto con su Nara, con su amigo Gaa-chan y de vez en cuando mandaba alguna nota al Uchiha, recibiendo una respuesta corta o alguna pregunta simple, sonrió al recordar que por lo menos Itachi tenía cierto tipo de curiosidad sobre él, ahora mismo subían con calma los escalones de la torre, podía sentir el chakra de su gente conocida en la aldea, al llegar a la oficina entró sin tocar, la rubia levantó el rostro con sorpresa, sonrió al verlos, se levantó y besó los labios de su pareja, abrazó a su pequeño ahijado -me da gusto que hayan regresado con bien, ¿ahora debes ser muy fuerte mocoso? -el pequeño sonrió con suficiencia -claro que lo soy -la rubia sonrió -Kakashi te ha estado esperando para tu regreso al equipo -
El pequeño sonrió divertido -perfecto, me encanta la idea -giró hacia la puerta con emoción, usaba una pequeña licra arriba de la rodilla y un obi corto tipo blusa color negro con naranja, de un lado mostraba su hombro y la malla bajo su obi, su cabello en coleta alta con dos mechones enmarcando su rostro, algunos cabellos sueltos. Cuando la puerta se abrió el pequeño corrió con emoción brincando sobre el Nara quien lo atrapó con una sonrisa y un gran sonrojo al ver el cambio en su rubio, ambos se observaron embelesados perdidos en sus miradas.
Para Naruto su vago se había hecho aún más hermoso, le encantaba. Temari vio con sorpresa a la rubia, se enojó por su acción, el Nara le gustaba -Shikaaaa, te extrañé demasiado -el Nara besó sus labios con cariño en pequeños piquitos, ambos descarados frente a todos -renacuajo, mis canas demonios, lo hablamos en el camino -Tsunade rio divertida -déjalos Jiraiya, tienen tiempo sin verse -el pequeño subió a la espalda de su pareja -te extrañé rubio problemático, permíteme entregar mi reporte y te llevo por ramen, dame un momento -
La hokage recibió el pergamino, los dejó ir, Temari iba tras de ellos bastante molesta -Temari, ¿Gaa-chan viene contigo? -la rubia ahora reconocía al rubio, lo vio con molestia y más al verlo subir a la espalda del Nara, aún creía que era chica, no se le hacía raro que lo nombrarán como hombre, en el medio shinobi muchas chicas buscaban eso para sentirse poderosas -Gaara el Kazekage, mi hermano, no vino -
El pequeño limpió su oído con desinterés por su tono molesto de voz, se había dado cuenta como veía a su hombre -dijo que iba a venir, Gaa-chan es malo Shika, no vino a verme -el rubio susurró en su oído con sensualidad haciendo que la piel del Nara se erizara, un gran sonrojo en su rostro perezoso se mostró -¿quieres ponerme celoso rubio? -un beso en su cuello lo puso aún más rojo haciéndolo olvidar su reclamo y sus celos -¿mamá Yoshino y Shikaku-san me dejarán quedarme contigo hoy? el viejo me dio permiso -
Shikamaru sonrió feliz, sabía lo que hacía, su rubio era malvado a veces, Temari era una amenaza para su pequeño, a él le daba igual, era una amiga simplemente -sabes que sí rubio, ni siquiera debes preguntar -el pequeño vio con sus ojos burlones a la intrusa quien lo veía con odio. Al llegar al puesto de ramen, Naruto bajó acomodando su coleta con coquetería, claramente usaba un delineador en sus ojos y brillo en sus labios, el pequeño atraía bastante las miradas de los chicos -viejo Teuchi -los Ichirakus lo vieron con sorpresa y una gran sonrisa -te haré un delicioso ramen chico, bienvenido a casa -el pequeño sonrió feliz.
Por la tarde Shikamaru tuvo que seguir con sus labores para los nuevos exámenes chunin, él ya era jounin, ventajas de tener padrinos con autoridad y un poder asombroso en sus manos, caminó hacia un chakra conocido con tranquilidad hacia un campo de entrenamiento en los límites de la aldea. Cuando salió del bosque corrió con sigilo observando el panorama, vio a un azabache alto, varonil, delgado, pero bastante marcado, un hermoso hombre tal como lo recordaba, si no es que aún más, lo vio entrenar con fuerza.
El azabache respiraba con dificultad tratando de tranquilizar su respiración, había acabado de entrenar, unos brazos rodearon su cintura sorprendiéndolo bastante, no sintió llegar a nadie -Izumi, no me molestes, ¿cómo me encontraste? -error, el azabache trataba de zafarse. El pequeño se tensó al escuchar el nombre de una chica -ahora veo-
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