Yo buscaba ser feliz con alguien. Vi en ti mi complemento ideal, yo callada y tú locuaz, yo soñadora y tú con los pies en el suelo. No fueron nuestras únicas diferencias, descubrí con el tiempo que preferías la realidad a la cultura. «La vida enseña más que los libros», solías decir. Pero lo que más me molestó de este asunto es que despreciabas mis aficiones. No te gustaba leer porque todo es falso, no te gustaba la música en inglés porque no la entendías, no te gustaba la música clásica porque no habíamos nacido. Podría exponer más diferencias, pero esto es un relato corto y además no quiero contar más de este tema.

No quiero cargar todas las tintas sobre ti. Te agradezco que me hayas enseñado a conocerme. Ahora sé que yo prefería estar callada para no soportar tus críticas. Llegué al punto de creer que lo mejor es dejar discurrir los acontecimientos en vez de dialogar. Escondí mis opiniones. Tuviste que soportar mi desinterés por ti.

¿Qué nos mantenía unidos? Nuestros dos hijos, son lo mejor que tuve y tengo. Tres veces decidí dejarte vivir en mi casa y tres veces te eché. Me sentí como una fracasada la última vez, tanto que quise demostrarme que era capaz de encontrar a otro que ocupase tu lugar, pero no le encontré.

¿Nos hemos amado? Creo que sí, a nuestra manera, hemos sido felices y conservo bellos recuerdos. Cuando tu imaginación me hacía gozar como nunca antes, cuando nos emocionábamos viendo películas románticas, cuando di a luz a nuestros hijos.

Ha pasado el tiempo, solo necesito tener la compañía física de mis hijos. El sexo siempre fue más placentero para ti que para mí. Una buena amiga me ha contado que el amor nunca desaparece, se transforma. Mi amor a ti se ha transformado en nostalgia. Como canta Serrat en dos canciones: "El olvido sólo se llevó la mitad". Ya no te recuerdo con rencor, añoro "aquellas pequeñas cosas" que nos hicieron felices.

Siguiendo con la opinión de mi amiga, mi amor se ha convertido en autoestima. Ahora me conozco mejor que jamás antes, pero menos que después de ahora. También se ha tornado en amistad de compañeros y colegas.

Me halaga comprobar que algo que tú despreciabas está siendo el motor de mi felicidad actual: la Literatura.