Esto no hay como olvidarlo, está en mi cabeza, lo recuerdo todas las noches y en mis sueños lo vuelvo a vivir, Me llamo Marian tengo 25 años y esta es mi experiencia:

Hace siete años atrás mi mejor amiga se fue de la universidad por una vaga para evaluar desfiles de moda y dar su opinión crítica en Japón, ella estaba muy feliz aunque sabía lo difícil que sería dejar su ciudad natal.

Luego de tres años en las vacaciones ella me compró un boleto para que fuera a visitarla y estar en una de sus evaluaciones, estaba muy feliz de poder verla luego de tantos años, durante el viaje me sentí un poco extraña pero no le di importancia.

Cuando llegué me encontré con ella que había cambiado bastante desde aquel entonces, me mostró algunas de sus antiguas críticas que fueron muy bien recibidas y algunas ropas que había comprado de algunos que otros desfiles.

En la tarde nos fuimos a un Starbucks a tomarnos unos cafés calientitos, estábamos conversando de lo que nos habíamos perdido durante los años sin vernos cuando de repente sonó su celular, ella quedó un poco pálida y yo volví a sentir aquel sentimiento extraño, le pregunté qué ocurría y ella me dijo que le había llegado una propuesta de trabajo en ese exacto momento y le dieron dos pases VIP, ella me preguntó si yo tenía algún problema de ir con ella al trabajo y obviamente le dije que no.

Estábamos en camino cuando sentí una sensación detrás de mí nuca (siempre la siento cuando va a pasar algo malo) no le di importancia y seguimos hacia el desfile. Llegamos a un local bastante grande y largo como un estadio, había dos guardias en la puerta, cuando entramos nos dieron mascaras negras miré a mi amiga un poco asustada pero ella me dijo que era normal, nos las pusimos y nos sentamos en nuestras sillas VIP.

Había muchas personas en el local pero ya estoy acostumbrada a la multitud. Sonó una Campana y anunciaron el comienzo del desfile y en ese exacto momento sentí una sensación extremadamente fuerte detrás de mí nuca como si fuera a vomitar, Iba a pasar algo muy malo, cuando las modelos comenzaron a desfilar estaban vestidas con piel humana algunas secas y otras frescas ya que liberaban de sus costuras pequeñas gotas de sangre. Me congelé, no podía moverme y mi amiga solo lloraba, pedimos para ir al baño y escapamos por una ventana.

Prometimos nunca hablar de eso para que esas personas no fueran a por nosotras, mi amiga dejó su empleo y se fue a vivir a Italia y yo volví a mi ciudad, necesitaba contar esto hace mucho tiempo, pero ni mi terapeuta se enteró de esta experiencia.