Bueno, lo que tengo que confesar...no sé si es una confesión en si...pero de todos modos ya estoy aquí.

Soy Madeleine, vivo en Canadá y tengo 24 años.
No voy a poner nombres reales porque si no estaré en graves problemas. Desde niña he podido sentir sensaciones, no como ustedes piensan, esas sensaciones me decían si alguien enfermaría, si alguien estaba esperando a un hijo, si alguien iba a morir o si alguien...estaba muerto. Siempre fue entorno a la vida y la muerte, a mis 6 años al pasar por la casa de mi vecino, sentí que él iba a enfermar de muerte y le dije a mi mamá: "Mami, el señor Peter morirá pronto, no quiero que ocurra" y mi mamá solo me dijo: "no digas ese tipo de cosas, es de mala educación" a la semana el señor Peter fue enviado al hospital y luego de dos días falleció, mi madre no supo que decir, solo me prohibió hablar de la situación con quien fuera, luego a mis 7 años sentí que mi hermana mayor estaba embarazada y así fue. Mi familia estaba asustada con mi "don" así que aún sabiendo lo que sentía opté por dejar de contarles.

En la calle donde vivo hay un lugar abandonado donde antes usaban como un mini parque para los niños que salían de la escuela a unas cuadras antes, al pasar de los años se deterioró y tuvieron que colocarle un muro alrededor; la hierba alta fue creciendo y quedó completamente cerrado, no podías distinguir que era lo que había dentro y ya no podías mirar hacia el otro lado.
A mis 13 años empecé a sentir una sensación muy extraña como si alguien hubiera muerto al pasar enfrente de ese muro lleno de hierba alta, pensé que podría ser un animal muerto ya que la sensación era muy suave. Se pasaron tres días y la sensación crecía cada vez más sin detenerse. Empecé a evitar a todo costo pasar por ahí. Me corrió un escalofrío cuando vi en los perfiles de mis compañeros de clase que una chica de 5to año B había desaparecido noches atrás luego de salir de una fiesta de madrugada, obvio no comenté nada, ¿quién iba a creerme? Les diría "señores policías siento cuando hay alguien muerto cerca, revise ese lugar" no iba a pasar.
El sentimiento seguía creciendo y creciendo al pasar de los años; a mis 18 no podía pasar por ahí sin sentir una presión horrenda en el pecho y no poder respirar. Ya no lo soportaba. Empecé a hacer un plan para que alguien verificara esa zona. Aproveché que éramos un pueblo muy pequeño y que teníamos una caja de pedidos de la vecindad para quejarme de que la hierba alta de esa zona estaba molestando mucho y que había una plaga de insectos que picaban a quienes pasaba. A los cuatro días de haber entregado la carta anónima empezaron a revisar y arrancar de raíz la hierba alta de ese muro.
No me sorprendió cuando apareció en las noticias que habían encontrado el cuerpo de la chica desaparecida.
No sé por qué tengo este "don", pero ese recuerdo lo voy a tener grabado en mi memoria para siempre.