3. Viendo una película (Teatro) 🍿
Cualquier falla histórica me lo dice pls, pa tenerlo en cuenta para próximas historias u One shots😭
Pd: en este cap se hará mención de muertos, si en sí la idea te da cosa te recomiendo no leerlo(? Ya que el tema de la muerte es un tema sensible para muchos, ya sea por haber tenido una pérdida importante u otras razones.
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diseños :3:3:3 (se ven raros pq hice modificaciones en digital jekek)
Cuando hablamos sobre los cuentos de hadas, siempre nos viene una lluvia de ideas a la cabeza: criaturas mágicas, brujas y princesas, magia de diferentes tipos... etc, mayormente todo lo relacionado con lo medieval y la fantasía. Aún que todos coincidimos con algo aparte de eso, ni siquiera tengo que nombrarlo.
Reinos.
La jerarquía en la sociedad siempre estará presente, es algo fundamental para cualquier imperio. Piensen en un rompecabezas, si somos lógicos, sacar primero los bordes nos ayuda a completar fácilmente el juego, no? Pues la jerarquía es como un borde.
No sé por qué me excedo demasiado en el tema y lo fundamental que es el cómo se divide la sociedad, supongo que todos somos conscientes de cómo sería una jerarquía medieval, o mejor conocida como las que tenían los antiguos egipcios.
Por abajo del todo, los pobres esclavos, seguido del pueblo, los campesinos, los clérigos, los nobles, y por último pero lo más importante, el rey.
Se sabe que el mundo siempre fue un poco machista, que digo un poco? DEMASIADO, y en esta historia no es la excepción. Tiene que ser un rey, UN REY.
Lamentablemente no hablaremos de una historia en la que una mujer decide romper las reglas y tomar el trono a la fuerza ya que le corresponde.
Si no un rey humano que al parecer nunca se sintió preparado para tomar aquel cargo tan importante, toda su vida fue forzado a ser perfecto para que ahora no sepa si realmente quería ser lo que sus padres le inculcaron. Aquel joven príncipe, ahora supuestamente rey, se sentía como un remplazo barato que utilizaron por emergencias, y que por consecuencia, una boda no planeada viniera en camino.
Aquella sociedad era misogina? Sí, pero cuando han visto a un rey sin su reina?
El nuevo rey agradecía que conociera a la muchacha desde pequeño, pero... simplemente no quería casarse por obligación, en sí, solo quería una vida tranquila pues siempre es lo que realmente quiso.
Siempre callado, ni una sola palabra, tenía un berrinche? Que la sirvienta se encargue.
A todo esto, cómo consiguió el trono tan repentinamente? Al parecer, en uno de los viajes del rey y la reina (dirección a una boda) fueron brutalmente asesinados sin piedad alguna. Esto claramente afectó al pueblo, y como todo buen ser humano, ellos necesitaban una figura mayor a la cual idealizar. Sin ningún sucesor, apenas tenían al hijo único mediocre.
Tener el apellido Bordón era algo que Keneth detestaba.
Odiaba que de repente todo el mundo tuviera el ojo puesto en él, incluso los sirvientes del palacio, quienes apenas y lo acompañaban por ser parte de su trabajo.
Aquella presión lo hizo enloquecer, no iba a permitir que lo utilizaran como un títere, algo irónico ya que se suponía que tendría el cargo más alto, el cargo que controlaba todo.
Pero no quería, no quería ser como sus padres.
Tenía dos opciones: ceder ante el cargo o ceder ante el cargo. Ja, no tomó ninguna de las dos ya que eran literalmente lo mismo.
Decidido, una noche de luna llena tuvo la voluntad para preparar un bolso con lo necesario para sobrevivir en el bosque: comida, un mapa, cosas para la higiene y unas cuantas pero muchas monedas de oro, y cómo no, el anillo que le dieron para su boda (era demasiado valioso como para dejarlo), perteneciente a su difunto padre.
Con aquello se podría comprar un terreno con una choza y aún así le sobraba. Ventajitas por venir de la realeza.
Aparte del bolso se llevó una capucha capaz de cubrirle la cara casi totalmente y la mayoría de sus hombros. Una carcaj sujetada a su espalda y el arco en la mano, las clases extra por fin le servían de algo. Y por último, un pequeño pero afilado cuchillo con su respectiva funda que se sujetaba a su cinturón de cuero. No era mucho, pero lo suficiente (en su mente).
El joven rubio no era débil, ni mucho menos. Las clases obligatorias que recibió siendo príncipe le daban cierta experiencia, una de estas eran las de arquería que ya fue nombrada, u otra, el bohurt no era tan malo después de todo.
Dejando de lado las descripciones y explicaciones, sigo relatando su escapada de su propio reino.
Él sabía que no iba a ser fácil, era consciente de que se encontraban guardias vigilando el castillo las 24 horas del día, sin contar que el castillo tenía una pequeña muralla externa casi imposible de escalar. De alguna manera pudo escapar victoriosamente, no sin antes recibir un buen golpe en la cara por haberse caído tratando de bajar por una soga hecha de ropa entrelazada que no era tan larga como pensaba.
Si no fuera por el mapa él no hubiera sabido a donde ir. No sabía si agradecer o maldecir que era noche, ya que todo tipo de ruido se encontraba dándole sustos cuando este yacía entrando en el bosque.
Estuvo un buen rato caminando, no estaba tan acostumbrado a recorrer largas zonas que no fueran en algún carruaje. Él se lo buscó, así que tampoco iba a quejarse. Después de una larga caminata, decidió buscar algún sitio confiable en donde pasar la noche.
Por alguna razón se encontró un sendero en dirección a una Taberna aparentemente poco conocida ya que no aparecía en su mapa, en la que aún siendo demasiado noche seguía abierta.
Keneth no confiaba, pero que más opciones tenía? Pasar la noche en el bosque y esperar a que los lobos u otro animal se lo comieran mientras él dormía? No gracias.
Apenas entró al local un olor algo desagradable entró por sus fosas nasales, tuvo el acto reflejo de aguantar la respiración mientras se acercaba al mostrador. Se sentó en una de las sillas, alejado de todos, mientras esperaba a que la camarera acercara a él.
- Se le ofrece algo, joven?
La voz de la muchacha sonaba desanimada, claramente sin ganas de trabajar a esas horas.
- Conoce algún lugar donde pueda pasar la noche sin problemas? -Preguntó el rubio, aún ocultando su rostro gracias a su capucha.
La muchacha rodó los ojos con cansancio, mientras volteaba su cabeza a otro lado y apoyaba su mano en el mostrador.
- RAGATHA! DILE AL SICARIO QUE LO BUSCAN -Ante el mandato de la joven, una empleada pelirroja asintió con la cabeza mientras se quejaba con la mirada por aquel tremendo grito.
Al oír aquellas palabras Keneth no pudo evitar sorprenderse.
- D-Disculpe, busco en donde hospedarme... no vine para pagar un ases-
Fue interrumpido bruscamente.
- Que si, que si, sólo es un apodo, no se preocupe ricitos de oro -Respondió con una pizca de burla.
El rubio llevó uno de sus mechones hacia detrás de su oreja, avergonzado. Realmente no sabía lidiar con esos comentarios, no podía diferenciar si aquello era un cumplido o una burla.
Al cabo de un rato la puerta en donde el rubio anteriormente había entrado, se abrió de nuevo, esta vez entrando la empleada anterior seguida de un joven elfo con cara de enojo.
- Quién es el que llama a estas horas? -Preguntó con un tono de cansancio, se notaba por su postura que ya había hecho mucho esfuerzo en el día.
Un joven morocho, aparentemente casi de su edad, se acercó a la barra de aquella taberna mientras le sonría forzosadamente a la que se encargaba de esa zona.
- No acordamos olvidar ese apodo tonto? -Le recordó en voz baja, no había necesidad para llamar la atención de los pocos clientes.
La muchacha no le respondió y solo lo miró con una ceja levantada.
- El joven busca posada, llévalo al granero junto los demás.
Ambos voltearon su cabeza hacia Keneth, mientras él aún ocultaba su rostro forzosamente.
- Se cree que es el protagonista o un cuento o por qué se esfuerza demasiado en hacerse el misterioso? -Susurró la muchacha en dirección al morocho.
- Bueno, no es único en todo el día, a saber si es otro loquito como los que han pasado por aquí -Respondió en voz baja.
El morocho se acercó a Keneth, para luego poner una mano en su hombro mientras le sonreía.
- Buscas posada, eh? Soy Caine, el que dirige esta linda taberna -Con la mano restante le tendió la mano, esperando que aquel joven hiciera un apretón.
Cosa que pasó, solo que la cara del rubio era de "No me vuelvas a tocar el hombro".
- Ehm... un gusto, soy... eh, Keneth -Contestó algo dudoso, rezaba para que no lo vincularan con "el próximo rey del reino".
- Que nombre tan lindo! En fin, piensa quedarse por acá unas cuantas noches o solo esta vez?
Keneth ya tenía un plan en su cabeza, pasar solo una noche, pues tenía que alejarse lo máximo del castillo y si es posible, del reino.
- Oh... solo una noche por el momento... -Contestó el rubio.
- Entonces no le importará dormir encima de un poco heno? No? -Sonrió algo nervioso, aquella idea de dormir en un granero no le agradaba a mucha gente.
Keneth pensó un poco, solo iba a ser una noche, además, jamás había dormido encima de heno, a saber si no era tan incómodo como pensaba.
Al llegar al granero, pudo divisar que no iba a ser el único quien dormiría ahí. Se encontraban como mucho tres personas más, tuvo sus dudas en si seguir con la decisión de dormir ahí, aunque le duró poco ese sentimiento de duda pues si que le estaba dando sueño y cansancio por haber recorrido una larga distancia esa noche.
Keneth saludó por cortesía con algo de sospecha en esos momentos, las tres personas se miraron entre sí pero le devolvieron el saludo con una sonrisa de confusión. Ninguno de los cuatro tenía intenciones de conocerse entre sí, eso estaba claro, pero ser respetuoso no tiene nada que ver con eso.
El granero era amplio, lo suficiente como para que aún más personas pudieran dormir ahí. Caine apenas y se despidió de los cuatro y aparentemente volvió a la taberna, el rubio intentó dormir encima de aquellas montañitas de heno. Se acuerdan que Keneth pensaba que tal vez dormir ahí no era tan incómodo como pensaba? Adivinen qué, fue incluso peor de lo que se imaginó.
No fue capaz de ni siquiera cerrar los ojos, aquellas tres personas no tenían la culpa pues al parecer ellos sí pudieron dormir cómodamente, incluso una empezó a roncar.
Pasó el tiempo, incluso podríamos decir horas y Keneth seguía sin poder dormir, aunque eso sí, aparentemente ya podía sentir como su cuerpo se relajaba un poco ya que empezó a acostumbrarse en dormir sobre heno. Solo por hacer una referencia a un cuento antiguo; el rubio podría dormir encima de mil colchones con un solo guisante en medio y a la mañana siguiente diría que durmió mal.
Apenas y cuando parecía cerrar los ojos, un ruido desde afuera del granero le llamó la atención.
Se levantó cuidadosamente, sujetando su daga con fuerza y dejando de lado su arco. Era capaz de sentir como su corazón se aceleraba un poco, el silencio casi absoluto apenas siendo opacado por el ruido delp viento chocando con los árboles y los sonidos que hacían las aves nocturnas, le daba una sensación de que algo iba a ocurrir.
Asomó un poco su cabeza la cual estaba destapada. Con su mirada buscó por los alrededores el provocante de aquel ruido, él sabía que no era ningún animal, los animales no suenan como si alguien arrastrara un saco.
Se regresó y se llevó el arco más su carcaj con flechas, esperaba que aquello estuviera ya un poco lejos para así no tener que preocuparse por su espada. Apenas salió, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, no solo por el frío que acechaba desde hace rato, si no por la curiosidad y el temor de posibles consecuencias por su curiosidad.
Rápidamente se ocultó detrás de árbol sin dejar algún sonido de pisada por el camino, desde lejos podía observar como... Caine? Estaba sentado en alguna roca, mientras el aparentemente el saco que escuchó tiempo atrás se encontraba a su lado.
Se notaba que estaba cansado. Keneth llegó a una conclusión: el saco lo llevaba arrastrando desde hace antes. Cosa que era cierta, y que pudo verificar gracias al rastro que dejó que provenía del bosque.
El rubio perfectamente podría hacerse el ciego y volver para intentar dormir, pero eso no iba a pasar. Esperó a que el moreno entrara nuevamente a la taberna y rápidamente se acercó al saco, el cual tenía una figura... peculiar... una figura humana.
Apenas toqueteó por encima pudo sentir perfectamente, como en lo que parecía ser la cabeza, sobresalían unos cuantos cabellos. El susto le pegó fuerte, casi cayéndose por una roca entrometida. Qué coño estaba pasando en esos momentos? Por qué aquel amistoso elfo llevaba arrastrando un cuerpo desde antes de que él llegara?
Sus dudas podían esperar, ya que pudo divisar una luz proveniente de la puerta la cual se estaba abriendo.
El morocho cerró la puerta atrás suya, tomando un trago de su vaso con agua se acercó nuevamente al saco el cual llevaba un cuerpo. Observó el suelo, se notaba en la tierra que algo había cambiado, pero el qué? Su respuesta la tenía al frente suyo, eran las pisadas. Apenas realizó que alguien estaba cerca, desenvolvió discretamente la daga que tenía en su cinturón de cuero. No iba ser la primera vez que atrapaba a alguien que se metía en donde no debía.
El rubio se encontraba oculto en uno de los arbustos, no se había dado cuenta de la daga hasta que la luna finalmente la iluminó. Se quedó quieto, sin mover ninguno de sus músculos mientras la tensión del momento lo mataba por dentro.
Gracias a Dios empezó a llover, convirtiendo la tierra en barro. El elfo se quejó para sus adentros mientras tomaba un camino hacia el granero, tenía que asegurarse de que estuvieran ahí.
Keneth rápidamente salió de su escondite, acercándose nuevamente al saco para ver si podría llevárselo. Así tendría pruebas de que algo estaba pasando en el ese lugar, aparte de que tal vez los campesinos reconozcan quién es y hacerle un entierro digno. Era algo pesado, pero mami sirvienta no crió a un debilucho, así que con todas sus fuerzas logró cargarlo como saco de papas.
Si le estaba costando, jamás en su vida tuvo que cargar algo tan pesado como el cuerpo de un adulto, podría haberlo arrastrado como lo había hecho el elfo, pero dejaría un rastro incluso más visible que el anterior, y lo llenaría de tierra. Dió unos cuantos pasos mientras sus botas se hundían en el suelo, ahg, era la misma cosa solo que tal vez y el morocho se confundía y pensaba que eran las mismas de antes.
Cuando apenas parecía alejarse de la luz del local, el rubio fue capaz de sentir cómo era empujado hacia adelante, provocando que el saco saliera rodando más adelante y que casi embarrara su cara con lodo si no fuera por sus reflejos.
Tomó un pequeño momento para después levantarse con rapidez, esta vez estando cara a cara con aquel elfo mientras mantenía una distancia. La oscuridad seguramente no le dejaría ver parte de su cuerpo. Desventaja? Él no conocía el terreno.
El elfo no soltaría una sola palabra, dejando su vista fija en el oponente, que podría decir en una situación así?
Un pequeño combate daría comienzo cuando el elfo se dispuso a atravesar la pequeña arma en el muslo del más alto, acción que fue bloqueada cuanto el rubio utilizó su arco para bloquear aquella parte, aprovechando así para empujarlo con ello y rápidamente sacar una flecha de su carcaja y lanzarla.
El morocho fue capaz de esquivarla por pura suerte, pero sacrificando parte de su oreja puntiaguda como consecuencia. Antes de que el rubio siquiera parpadeara, el morocho se abalanzó contra él, reteniendo su cuello contra el árbol con su antebrazo. El rubio no dudó ni un segundo en morderle la extremidad, provocando un chillido de dolor en el morocho. El elfo lo soltó pero con otro empujón lo derribó contra el suelo, Keneth soltó su arco y dejando que este se quedara cerca de los pies del morocho.
Pisó con fuerza su arma, rompiendola con dificultad pero partiendola en dos mientras apuntaba con su daga directamente al rostro del rubio amenazantemente.
Iba a ser así su corta vida? La mayor parte del tiempo siendo alguien que no quería ser solo para complacer a las personas que les llamaba "padres" por obligación y no por ganarse el título? El mundo es una puta mierda, el rubio no quería morir así, no sin haberla disfrutado un poco a su manera.
"Que más da, tal vez en otra vida si haya sido suficiente..." Pensó.
Keneth solo cubrió su rostro con ambos antebrazos, con miedo de simplemente no existir y por el posible dolor ante los ataques.
(Hice el dibujo rápido y no hacer perspectiva, no me juzguen)
- Keneth?
Aquella pregunta lo tomó por sorpresa.
El rubio abrió los ojos y dejó que su vista fuera capaz de observar lo que estaba pasando. Caine había guardado su daga y se acercó aún más con cautela al rubio, tenía una clara expresión de confusión y una de sus orejas sangraba por culpa de aquella flecha.
Parecía estar más... tranquilo? Keneth no movió otro músculo, hasta asegurarse de que efectivamente el elfo había guardado su arma. Ambos se quedaron callados, estaban confundidos pero por razones diferentes. El rubio se quedó pensando en qué había pasado, esto era una broma de mal gusto o aquel morocho intentaba distraerlo para atacar después? De todos modos, con un rápido movimiento sacó su propia daga y esta vez el acorralado contra el suelo era el elfo, quien tenía los ojos abiertos y las manos pegadas al suelo. La arma afilada posaba a pocos centímetros del cuello del más bajo, mientras que con su otra mano sujetaba parte de la camisa.
- WOW, WOW, ESPERA! PUEDO EXPLICARLO! -El que llevaba desventaja en esos momentos tragó saliva, mostrándose asustado ante el filo hilo de la muerte.
- Explicar que?! Que casi me apuñalabas o que literalmente me ibas a matar?! -Acercó la daga de forma un poco brusca, tocando la piel morena del joven y casi rasgándola.
- E-Eh... pensé que eras uno de esos ladrones! -Intentó excusarse.
- LADRÓN?! Y tú un jodido asesino! -Señaló con la mirada el saco que yacía en el suelo. Ambos sabían qué había adentro- Le arrebataste la vida a alguien, y casi lo haces de nuevo!... De seguro ya estarás acostumbrado, no? Lo de sicario no solo era un apodo dizque chistoso.
- Está bien, está bien! Hay un cuerpo en el saco pero yo no lo he matado! -Su confesión a vista previa parecía ser suficiente, aunque su rostro demostrara que habían detalles importantes que no se demostraron ese entonces.
El rubio se mantuvo callando, pensando seriamente en las preguntas que debería hacerle mientras miraba de reojo aquel saco. Su agarre a la camisa y la pequeña separación entre su daga y el cuello del elfo seguían presentes, no iba a bajar la guardia en ningún momento.
- Cuántas personas están involucradas en esto?
El morocho tragó saliva.
- Una persona más, solo somos dos... -Contestó con rapidez- Los de la taberna son inocentes, si?
Keneth miró el local desde donde estaba, una de las ventanas dejaba escapar luz amarillenta que provenía desde adentro. Todo empezó a ser un silencio casi absoluto hasta que el rubio decidió continuar con su interrogatorio.
- Eres el que dirige una taberna y aún así decides tener un trabajo como ese... pones en riesgo a esa gente, no lo has pensado? -Preguntó con cierto desdén en sus palabras.
- E-Escucha... te seré sincero, si? Esas personas y criaturas que trabajan aquí no tienen a dónde ir, incluso la mayoría de clientes recurrentes que entran tampoco es que tengan una buena vida...
- Deja de intentar darme pena y cambiar el tema!
- No estoy cambiando el tema! -Suspiró con pesadez- Soy consciente de las posibles consecuencias al meterme en un trabajo como ese, sé que quitarle la vida a alguien no tiene excusa ni perdón de Dios...
Desvió su mirada
- Mira, ha sido la única forma en la que nos hemos podido mantener a flote, la economía de este reino se está yendo a la puta mierda... -Dijo lo último casi susurrando con enojo.
Keneth se quedó callado, era consciente de aquel problema, el cual sus padres habían ignorado desde hace tiempo, convirtiendo aquella pequeña bola de nieve hasta hacerse una tan grande como para ocultarla.
El rubio despreciaba al elfo por quitarle algo tan hermoso a quien sea que sea la persona en el saco, arrebatarle la vida a alguien era digno de condena de muerte. Aunque no lograba entender sus razones, podía hacerse una idea de la desesperación que tenía para hacer aquella locura.
- Te... t-te prometo, que apenas me paguen por el trabajo saldré de ese mundo! -Afirmó mientras cerraba los ojos con miedo, pues la daga aún seguía rozando su piel.
- Qué harás con el dinero? -Preguntó el rubio aún con sospechas, no confiaba en aquel tipo.
- No es obvio? Mejoraré la taberna, la expandiremos y se volverá un lugar para gente sin hogar... y también el granero, para los animales.
- Una especie de motel? -El rubio, algo temeroso y dudoso, decidió guardar su filosa arma mientras tomaba distancia del elfo.
- Si lo dices así no suena a algo tan lindo.
- De quienes son los animales y el granero? -Ignoró su comentario.
- Una de las trabajadoras tuvo la idea, ella los cría para luego sacrificarlos y tener así algo de comida. Nos evitamos tener que ir al pueblo por carne -Caine se pondría de pie, intentando limpiar su ropa pero el barro solo se dispersaría en consecuencia.
Ambos tenían la mirada fija en el otro, estando alerta por si alguno de ellos decidía continuar con aquel combate. Aparentemente ninguno quiso lo nombrado, pero ni uno ni el otro bajo la guardia.
- Si me entero de que sigues con eso, me encargaré personalmente en llevarte al calabozo.
Keneth no quería volver al castillo, no quería obtener aquel cargo y casarse por consecuencia, pero si tenía que hacerlo para meter a un asesino entre barrotes, lo haría. La única cosa que lo detenía eran las vidas de esas personas.
- Quién era él? -El ojiazul desvió su mirada al saco, verlo le daban ganas de salir corriendo mientras lo cargaba.
- Uhm... S-Sé que sonará algo... ehm, poco creíble pero... -Fue interrumpido.
- Deja de hacerte el misterioso, habla de una vez.
- Era el rey.
- De qué reino vecino?
- Es de este reino...
Keneth se quedó callado nuevamente, es en serio? Estaba hablando con alguien vinculado a la muerte de su padre? Cómo mierda fueron capaces de burlar la seguridad que poseían? Aquello era absurdo. Una persona normal comenzaría a llorar mientras sus emociones lo controlaban, cualquier persona estaría devastada al recordar el fallecimiento de su progenitor.
Keneth no, su padre ni siquiera quiso pasar tiempo con él en sus cumpleaños ni darle las buenas noches cada que se iba a dormir. No era su padre, era un señor que le obligaba a ser la versión perfecta que nunca pudo ser. Tenía ganas de llorar como cualquier chico, pero simplemente no pudo. Sus padres le quitaron esa "debilidad" de llorar a puro castigo. Pues su madre tampoco era una santa, una señora que cerraba los ojos e ignoraba las súplicas cuando se trataba de golpes, pero bien que se metía cuando el rubio le alzaba la voz a uno de ellos.
Caine seguía ahí, viendo la cara de asombro del ojiazul mientras él solo rezaba que no fuera algún sirviente cercano a la familia.
Al ver que no decía nada se empezó a poner un poco incómodo, tenía que cumplir con su parte del trabajo y debía ser rápido.
- Perdona pero... -Dió un paso hacia atrás- Me tengo que ir, entiendes? El dinero, para la taberna, rápido -Dijo con lentitud, el elfo estaba confundido con aquel trance de recuerdos en el que se había metido el rubio.
- Eh? A-Ah si -Volvió a la tierra- Te dejo ir porque esas personas merecen una vida mejor, no porque me hayas caído bien. Tampoco es que aquel muerto haya sido la mejor persona...
- Lo entiendo lo entiendo, si quieres no pagas por la estancia -Caine caminó hasta el saco en donde se encontraba el cuerpo, abriendolo y examinando si aún estaba completo.
- Pagar? No se supone que es para los sin hogar? -Preguntó confundido.
- Exacto, gente sin hogar, tu eres un riquillo con plata -El morocho se quedó de pie mientras recuperaba el aire y fuerza.
- Cómo sabes eso?
- Tu arco fue difícil de romper y esas flechas son caras, la tela de tu ropa se nota desde lejos que es costosa -Cargó el saco con el cadáver como bolsa de papas apenas recargó energías- y la cereza del pastel, tu anillo es de la realeza, no sé si lo has robado o es falso, pero ninguna de las dos opciones resulta barata.
El rubio estaba sorprendido y un poco avergonzado, tal vez el elfo era experto en analizar a las personas o su "disfraz se campesino" era muy obvio.
- Antes arrastrabas el saco y ahora lo cargas -Dijo cambiando de tema, acercándose en donde estaba la flecha para recogerla para luego ocultar disimuladamente la mano que poseía el anillo.
- Me dolían los hombros y quería llegar la a la taberna para tomar un traguito -Contestó, recordando más o menos todo su recorrido- En fin... deberías ir de vuelta al granero, te ves cansado.
- Que te importa -El rubio no era capaz de comprender cómo habían pasado de un escenario de vida o muerte a uno en donde le decía un consejo.
- Solo decía... Buenas noches -Respondió con un toque de tristeza, solo quería ser amable.
Sin más palabras, ambos se dispusieron en su propio camino. Caine se llevaba el cuerpo a quien sabe dónde mientras Keneth volvía al granero para intentar dormir un poco.
Su mente estaba hecha un caos. Sus progenitores habían muerto de la noche para la mañana, el elfo que tenía algo que ver con sus muertes le dijo buenas noches, estaba durmiendo encima de heno y hasta ese momento no había notado el olor a mierda de caballo. Se habrá acostado encima de eso? Esperaba que no, ni siquiera se iba a asegurar de ello, pues realmente todo su cuerpo dolía como el infierno.
Aún con aquel tornado en su cerebro, fue capaz de dormir con algo de incomodidad, pero lo logró. Aquel día le dio muchas sorpresas que no eran muy positivas que digamos, más bien estresantes. Cuando su cuerpo finalmente se relajó lo suficiente como dormir, sonrió inconscientemente.
~.♡.~
En cuanto abrió los ojos vio un techo muy familiar... espera, estaba de nuevo en aquella cárcel? "Hijos de puta, me atraparon!" Pensó con desesperación, levantándose de un solo brinco para asomarse a su ventana. Ruidos y voces de ira provenían desde abajo.
Tomo el pueblo estaba afuera, intentando derribar el portón principal mientras algunos poseían antorchas encendidas y armas, qué mierda estaba pasando?
La bulla de la multitud no le dejaba pensar, todo estaba siendo tan estresante como aquellos días que prefería olvidar. Se alejó de la ventana, cubriendo sus orejas con su manos mientras apretaba los dientes. No le gustaba eso, no le gustaban los gritos.
Se empezaron a escuchar golpes en la puerta de su habitación, personas gritando su nombre de forma agresiva. Estaba quieto, sin saber que hacer.
Los golpes cada vez eran más fuertes, resonando en toda su cabeza sin cesar. Miró la puerta, la cual parecía romperse, el rubio tenía miedo de que eso sucediera. Lo único que pudo hacer fue ocultarse bajo su cama mientras aún cubría sus oídos. Las amenazas, los gritos, los golpes, toda esa acumulación de ruido estaba provocando dolores de cabeza en el Keneth. Un pitido agudo se añadió a la lista de sonidos, tanto que sentía cómo sus tímpanos empezaban a sangrar.
Era sofocante, el espacio cerrado no le gustaba pero era la única zona que era segura de cierto modo. Tanto era la molestia de aquellos ruidos que empezó a golpear su propia cabeza contra el piso, pensando que sería una buena solución. Con cada golpe que daba toda la bulla secaba por pocos segundos, así que decidió seguir con ello.
Uno, dos, tres... uno, dos, tres... era el conteo que hacía en su mente con cada golpe. Dolía, muchísimo, pero dolía menos que ese pitido y esos gritos. Le empezaba a costar respirar, sintiendo un nudo en la garganta mientras las lágrimas peleaban por salir de sus ojos. Todo aquello era horrible, deseaba estar soñando y que la pesadilla terminara.
No fue hasta que en un momento que, sí, terminó la pesadilla.
Su cara sudaba y sentía como su propia ropa no le dejaba respirar. Miró a su alrededor para asegurarse de que estuviera en cualquier lugar menos en el castillo, seguía en aquel granero.
Una gallina estaba sentada encima de su cabeza, la cual picoteaba constantemente su cabeza.
- A-AH! -Sujetó a la gallina con cuidado, dejándola en el suelo alejada de él.
Se levantó de donde dormía y se dio cuenta que era el único en el lugar, al parecer las demás personas decidieron levantarse temprano.
Se peinó con sus propios dedos, quitándose del pelo varios palitos de heno que se habían acumulado en su cabello durante la noche. Decidió tomarse un tiempo en respirar y relajar su corazón, detestó aquella pesadilla.
Caminó hasta la taberna, entrando por la puerta principal para luego acercarse a la que atendía en el bar. Tenía pensado pedir un vaso de agua y de paso pagar la estancia, aunque al principio la muchacha no quería aceptar lo último, Keneth decidió insistir un poco más hasta que la joven finalmente cedió.
- Disculpa, sabe dónde está el elfo? -Preguntó curioso mientras daba un sorbo.
- Caine? Ah, se fue al pueblo apenas salió el sol, un psicópata total -Contestó la joven, teniendo un plato en la mano el cual estaba limpiando.
- Oh, muchas gracias.
"Lo de psicópata no falla" Pensó el rubio recordando aquel saco, saliendo del local se quedó en duda.
Perfectamente podría largarse lo más que pueda de aquel lugar tan loco, lo más sensato y razonable en esos momentos. Pero por otro lado... no podría asegurarse de que aquel elfo no rompiera su promesa, tenía que asegurarse. Así que emprendió camino en dirección al pueblo con el riesgo de que lo descubrieran. Si los guardias no eran tontos ya se habrían dado cuenta de que el príncipe no estaba en sus aposentos, tal vez pensaron que lo secuestraron, o tal vez no.
Al llegar al pueblo se preguntó dónde estaría el morocho, con dificultad terminó eligiendo ir primero al mercado, no perdía nada por intentarlo.
Su intuición no falló, ya que poco después de estar buscando por un buen rato se lo encontró en un puesto que vendía bastante variedad.
- Caine? -Se acercó al nombrado, teniendo la cara cubierta por su capucha.
- Eh? Ah, Keneth! -Respondió con alegría apenas se dio cuenta que era él- Durmió bien, su alteza? Apenas me pagaron me fui corriendo al mercado para comprar los materiales que necesitamos, luego veré si también hay trabajadores por aquí.
- Ehm... dormí bien, supongo -Respondió algo confuso, el joven que casi le mataba estaba siendo extrañamente muy amable, incluso poniéndole un apodo tonto- Por qué me dices "su alteza"?
- Ah, eso? Me di cuenta de que tu anillo no era falso, tiene la firma de los Bordón en esa pequeña esquina -Dijo señalando- Aparte... casualmente el príncipe no se le ha vuelto a ver desde la noche anterior. Las noticias van más rápido que la luz! -Sus ojos estaban puestos en los diferentes materiales que iba a ocupar después, como velas y colchones de pluma.
El rubio no podía creerlo, cómo se enteraba de esos detalles tan pequeños?
- Cuándo te diste cuenta?
- Los elfos tenemos una buena memoria, tanto como para ser memoria fotográfica -Explicó amablemente, aunque no duró mucho la sonrisa, acababa de comprender que estaba vinculado con la muerte de su padre. Una gota de sudor resbaló su cara, como era capaz de no haberse dado cuenta?
- Ouh... cierto... ustedes no que también están muy conectados a la naturaleza? Por qué no haces crecer árboles y plantas de algodón en vez de comprarlo?
- Es difícil de explicar... si estamos conectados a la naturaleza, pero desde siempre no se me ha dado fácil -Respondió con temor en sus ojos, dejando de lado por unos momentos su misión- Apenas y soy capaz de hacer brotas una flor, creo que el problema soy yo en cuanto las habilidades físicas.
Por alguna razón parecía no acordarse de lo ocurrido, sus padres eran tan malos o Keneth había olvidado aquello por completo?
Keneth escuchó atentamente, algo curioso en cuanto aquel caso. No era muy fan de los libros de otras criaturas aparte de los humanos, como mucho sabía lo básico o lo general.
- Que pena... -Dijo sintiendo algo de pena por el joven- Ehm... espero que consigas obtener tu don de elfo? Perdona, no sé cómo funciona eso.
- Jaja, no te preocupes -Contestó riendo- No eres el único al que le pasa.
Caine volvió a concentrarse en su compra, para luego acordarse de algo.
- Por cierto, que haces aquí? Si escapaste del castillo fue para no volver.
- A-Ah si! Bueno, quería asegurarme de que cumplieras lo que dijiste... y al parecer sí -Respondió viendo como el elfo entregaba una serie de monedas al vendedor, para luego decirle una ubicación.
- Árbol 23 de roble, suroeste cerca del lago -Caine se volteó al rubio, sonriendo mientras se alejaban del puesto.
- No vas a llevarte los materiales?
- Me han pagado lo suficiente como para darme el lujo de pedir que lo enviaran mañana por correo, no quiero cargar peso -Le resolvió la duda fácilmente.
Keneth se dejó llevar y solamente siguió al morocho, preguntándose que era lo que vendían en cada puesto. La voz del morocho lo sacó de sus pensamientos.
- Te apetece ir a ver una obra de teatro?
- Eh? Dónde?
- Es aquí cerca y al aire libre, lo han planeado las personas del pueblo y una de mis trabajadoras participará. Es una obra de caridad para detener las hiervas malas de los huertos, últimamente han sido un problema para los agricultores.
- Está bien... supongo que no tengo nada que perder.
Increíble, ahora iban a una obra de teatro, que magnífica historia tan surrealista.
Caminaron por un buen rato, uno muy corto, hasta toparse con una leve multitud que los saludaban de vez en cuando. Compraron las entradas y fueron a sentarse en una de las muchas piedras que servían como sillas. Habían mayormente humanos, aunque criaturas diferentes también estaban aún siendo escasas. Algunos estaban sentados en el césped mientras que otros encimas de piedras como el rubio y el morocho.
La obra empezó, dando lugar al primer acto con una cuna en medio mientras dos actores la rodeaban.
- Nuestra herencia por fin se mantendrá a salvo! -Exclamó uno de los actores.
- A salvo? Que pasa si nos dan un golpe de estado! Nos roban el dinero que les hemos pedido prestado sin preguntar -Continuó la actriz.
Resumiendo, la obra era una clara sátira al reinado de los Bordón. Hubieron muchos momentos en donde la multitud reía hasta explotar incluyendo al elfo, cosa que no le gustó para nada al rubio.
Era consciente de los problemas, pero no le gustaba aquella obra por el simple hecho de también "incluir al príncipe". Él que tenía la culpa? En serio el pueblo lo miraba como un niño mimado que obtenía todo lo que quería? Eso no fue lo peor, lo que casi le hacía explotar fue cuando en el segundo acto lo representaron como una rata miedosa a la que le pegaban incluso por saludar a los guardias.
Era actuación, lo sabía, pero era necesario pegarle al muñeco cada dos por tres? En serio les parecía un buen chiste retratar el abuso que sufrió desde que nació? Siempre creyó que aquel problema solo lo sabían los que trabajaban ahí, como las sirvientes y mayordomos, seguramente así era en un principio, pero se dio cuenta de que probablemente con el transcurso del tiempo se lo fueron contando hasta a los amigos.
Sabían el significado de discreción? Aparentemente no, tal vez no era un chiste lo que hacían con lo de los golpes, pero Keneth sintió como si se burlaban de eso y no de la agresividad de sus progenitores.
Se levantó de su sitio, cosa que llamó la atención del morocho.
- Pasa algo? -Preguntó.
- Solo... necesito tomar aire, no me gustan las multitudes...
Caine pensó un poco, por qué el rubio actuaba así? Le tomó un poco darse cuenta de que la obvia respuesta la tenía literalmente al frente.
No fue atrás de él hasta que la obra terminara. Apenas terminó unas cuantas personas lanzaron varias cosas, como flores y por alguna razón queso. Intentó agarrar una de las rosas que volaban por encima suya pero no tuvo suerte. Después de eso felicitó por la colaboración a su empleada por su colaboración y a los actores que participaron por su gran talento, debía de reconocerlo.
Fue así que empezó a buscar a Keneth, tal vez ya se había ido pero no perdía nada por buscarlo cerca de la zona. La caminata fue larga, incluso hubieron momentos en donde creyó haberlo encontrado por unos segundos, pero no, eran campesinos con trajes parecidos pero no iguales. Realmente le había afectado tanto la obra? Seguramente.
Lo encontró detrás de un puesto de frutas, se había comprado una mandarina y unas cuantas uvas. Se miraba triste y sólo, no quería saber nada de aquella obra aunque fuera por caridad.
Caine se sintió pésimo por aquello, no tenía la culpa pues no sabía de qué iba a tratar la obra pero aún así, fue idea suya ir a verla. Con pisadas lentas se acercó a él, sentándose al lado mientras que el rubio no volteaba la mirada.
- Tú también te vas a burlar de mi familia?
El morocho suspiró avergonzado.
- Lo siento... te juro que no sabía que iba a ser una sátira -Intentó explicar.
- Da igual, ya pasó... -Sujetó una pequeña roca para luego tirarla.
El elfo sabía que no era suficiente, sabía cuando alguien mentía. No podía comprender del todo su enojo, pero era normal, no todos viven de la misma manera. Algo que le enseñó su padre fue no juzgar a los libros por sus portadas, algo que realmente se le quedó en la cabeza. Un poco irónico, no? Teniendo él la habilidad de reconocer el estatus de una persona con tal solo observar su ropa, y si le ponían esfuerzo a su disfraz, la actitud también deja mucho que contar.
Al verlo triste y algo avergonzado, decidió intentar ser un elfo de verdad y germinar aunque sea una linda flor.
Keneth suspiró pesadamente y giró su cabeza, mala idea, se encontró con el morocho con una expresión un tanto rara.
- Disculpa, te encuentras bien? -Preguntó sin saber que estaba pasando- Estás... cagando? -Dijo inocentemente.
- No no, no es eso! -Respondió con varias pausas, hasta que finalmente lo logró.
Adelante suyo la tierra se separó, causando pequeñas gritas en el suelo. Después de unos segundos más brotó una pequeña flor de lavanda, la cual fue arrancada por Caine quien se miraba cansado.
- Toma -Le dio la flor mientras tambaleaba un poco- Que te de igual lo que piensen de ti o de tu familia... tu no tienes que ser lo que los demás quieren que seas.
Keneth lo miró confuso, cual era el objetivo de aquel regalo? Sujetó la flor con cuidado, admirandola por un buen rato para luego finalmente olerla. Aquel olor le tranquilizaba, le gustaba. Miró de reojo al morocho quien yacía en el suelo desmayado.
"Qué clase de elfo es este?" Se preguntó pensando, aunque preocupado por él.
Se acercó y le dio unas cuantas palmaditas en el rostro, al ver que no despertaba se quejó para sus adentros. No iba a dejarlo ahí después de aquel acto generoso.
~.♡.~
Caine abrió los ojos, se encontraba en el granero mientras todos sus conocidos lo rodeaban.
- Caine? Ya despertaste? -Una de sus empleadas le dio una fuerte bofetada, despestardolo del todo.
- AUCH! A QUE VIENE ESO?! -Gritó adolorido, acariciandose el cachete mientras se sentada en el heno.
- Roncabas horrible y bueno, ya estabas abriendo los ojos -Respondió un empleado mientras se sacaba cera de los oídos- Por cierto, agradecele al tipo rubio.
- Keneth? -Inquirió el elfo, para luego mirar a los demás- Dónde está? Se largó?
- Tranquila fiera, solo fue a traerte un vaso de agua - Respondió el mismo empleado.
Caine suspiró más tranquilo, acostándose de nuevo para relajarse un poco. Se sentía demasiado agotado, solo por haber hecho brotar una simple flor.
- Ya despertó? -Se escuchó la voz del rubio a lo lejos.
- Si! Trajiste el agua? -Preguntó otra empleada.
- Por supuesto, aquí tienen -Se lo entregó a sus manos, quedándose a un lado de ellos.
- Ay el bebé, gugu gaga -El muchacho le arrebató el vaso de agua a la joven, para así lanzárle el líquido a la cara del morocho.
El nombrado se levantó de golpe, mientras peleaba por poder respirar para luego mirar con enojo al empleado.
- No sé que te molesta, te he despertado del todo -Dijo sonriente mientras se encogía de hombros.
- Si lo haces de nuevo te corto el salario.
Después de un rato, todos empezaron a hablar de cualquier cosa mientras él que guiaba la taberna descansaba de mejor manera, esta vez sin interrupciones. Le alegraba ver como todos se llevaban bien, bueno... la mayoría sin contar a uno de ellos, siempre buscaba pelea.
Cuando se sintió preparado para levantarse, se acercó a Keneth quién se había mantenido callado observando la situación.
- Y bien? A dónde planeas ir? -Preguntó el elfo.
- Uhm... pues no lo sé, tengo un mapa pero no es que conozca la zona -Respondió dudoso.
- Puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras, incluso puedo darte empleo.
- Pareces menor que yo y quieres ser mi jefe -Respondió riendo.
- Aceptas o niegas la oferta? -Preguntó mientras sonreía algo divertido.
- Supongo que... si, tampoco es que tenga a donde ir -Keneth se quitó finalmente la capucha, su cara tampoco era tan vista así que supuso que no corría riesgo después de todo.
- Queridos amigos, hoy se une Keneth a esta linda familia! -Exclamó, llamando la atención de los demás.
Ellos se acercaron al rubio, saludandole de nuevo y agradeciendole por haber entrado. Caine simplemente le robó el vaso de vino que uno llevaba en manos para así darse un buen trago y volverse a dormir de golpe.
~.♡.~
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NO SABEN CUANTO TIEMPO QUISE TERMINAR ESTA MIERDAAAAA, POR FIIIIN.
Yo sé q hay partes sin sentido pero bno JJAJAJ.
No soy experta en cosas de fantasía, así q claramente no quise complicarme la vida en varias cosas q al final las dejé simple.
Tengo q admitir q hay una clara inspiración en The Forest Park(?.
Créditos a: mi mamá, mi papá, mi tío, mi abuelo, mi tía, mi abuela, mi otra tía, mi hermano, mi hermana, mi prima, mi primo, mi otra prima, mi otro primo, a los brasileños, a los dictadores, a los del 9/11, a los de la ambulancia, a los del hospital, a los policías, a los narcotráficos, a los fans de gravity falls, a los fans de total drama, a los fans de campamento desventura, a los fans de south Park, a los fans de sally face, a los fans de popee el deforme, a los tumores, a mi pie, y especialmente a mi otro papá chayanne.
Ya me dió weba, chao *se va en su ferrari*
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