Capitulo 8: Cien veces pensado en ti.
Yo he hecho todo lo posible, pero te he perdido.
Henry James, Otra vuelta de tuerca.
Mientras tanto, en la ciudad de Idris...
-Entonces, vas a ir a buscarlo- le dijo la chica al muchacho con una espada.
Ella sostenía a un bebé en sus brazos y pequeño dormía tranquilo, sin que pasara por su mente tranquila la partida de su padre.
-No puedo abandonarlo. Es mi hermano y papá fallo en encontrarlo. Yo tendré éxito.
-No lo dudo. Promete que regresarás. Prometeme que no será como Ulises.
-Te prometo, mi amor qué regresaré a tu lado antes de que te des cuenta.
-Si regresas y nadie te reconoce, busca al perro.*
-Jajaja-se río el- es un buen consejo, mi amor.
Y el prosiguió a besar los labios de ella y la frente de su hijo.
El chico fue hacia la puerta y vio a su hermana allí esperándolo con su indomable cabellera negra.
-Vamos a buscarlo- dijo la chica.
El otro coincidió y mientras cabalgaba, miró atrás, hacía su esposa y su bello hijo. Suspiró con anhelo, como si esa imagen fuera la última que vería de su familia.
Era una buena imagen.
***
Roma...
Alec y Magnus llegaron del teatro, evitando que alguien los viera.
Desde que se comprometieron, pasaban todo su tiempo juntos y aunque Magnus temía lo que su padre pudiera pensar sobre el compromiso y no lo aceptara, entonces buscaría la forma de estar con él. Aunque tuviera que huir con Alec, lo haría. Haría lo que sea con tal de que no los separen.
En las noches, ambos escapaban a la cascada o la casa que Hector y su hijo les habían dado.
-Quiero una ceremonia perfecta- le había dicho Magnus a Alec mientras descansaba en su pecho- quiero que los testigos* estén entre nuestros amigos mas cercanos y quizá mi madre.
-De seguro no podría ofrecerte muchos testigos- le dijo Alec- no tengo muchos amigos, excepto los que también son tuyos. Lo lamento.
-Solo necesitamos diez.
-Invitemos a Hector y a Augusto.
-Suena genial.
Luego, Alec beso a Magnus. Fue un corto y lindo beso.
-Quiero buena comida y que se haga en el patio de un bello jardín. Que haya las estatuas de Apolo y Jacinto.
-Apolo y Jacinto? Pero su historia es trágica y con un triángulo amoroso.*
-No me importa. Nosotros le daremos otro significado. En la historia, Apolo y Jacinto se quedarán juntos y vivirán felices por siempre y Cupido le consigue un nuevo amor a Favonio, uno tan grande, que cure su corazón.
-Crees, que contarán historias de nosotros en el futuro? Cuando sea libre, podría hacer un pedestal y estaríamos los dos en el y la gente preguntaría por nosotros.
-Eres tan romántico, amor.
Entonces, se sentaron y se enrollaron las piernas y el beso, en algún momento, paso a ser húmedo y salado.
- Alec- dijo Magnus preocupado al ver a su amor llorar- que ocurre?
-Es que me gustaría que mi familia pueda ver lo feliz que soy. Pienso mucho en ellos y se que están en algún lado, esperando a que regresen.
Mi hermanito Max, era un bebé cuándo me separaron de el.
Y aunque lo viera, no sabría quien soy. Hay veces, en los que sueño que me reencuentro con mi familia, nos abrazamos y nos décimos cuánto nos habíamos extrañado y te presentó a ellos.
Otras veces, sueño que ellos son cadáveres cuando los veo. Estarán vivos? O estarán muertos? Me recordarían si los viera otra vez? Los recordaría yo a ellos? Entonces, hay veces que olvido el color de sus ojos u otras cosas. Ya ni recuerdo como eran las risas de mis hermanos o como eran los rostros de mis padres.
Magnus se había quedado en silencio y dejo que Alec llorara y lo escuchó añorar a su familia. Le daba mucha tristeza ver a Alec en ese estado. Pero sabía que no podía hacer nada excepto estar ahí y ayudarlo. Recordaba como era Alec cuándo lo conoció, un niño asustado y perdido que cruelmente había sido separado de su familia por el emperador. Aquel hombre que ellos habían conocido esa noche de su primer beso.
-Yo soy tu familia- lo dijo Magnus.
A Alec siempre le reconfortaba escuchar eso y Magnus le reconfortaba que esa frase (la única que podía pensar) fuera suficiente para ayudarlo.
***
P
alacio del Emperador...
Alejandra caminaba por el pasillo, acompañada por su hermano gemelo. A ellos les gustaba que su autoridad fuera respetada por los muchos eslavos que tenían.
El hermano, es un joven paciente y digno de la corona.
La hermana, una joven malcriada y a la que le gustaban las cosas bellas.
A pesar de las innumerables diferencias, ambos hermanos compartían un amor fraternal y que dándole otro nombre, sería lealtad.
Alejandra, era atormentada por las incobrables imágenes de aquel bellísimo ser, cuyo estado social, le permitía tomarlo y hacerlo suyo de una forma que no podría con muchos otros de sus súbditos. Y como niña malcriada que era, no paraba pensar, que lo que quería, se convertía en suyo por derecho.
***
Alec y Magnus habían regresado de una de sus salidas al teatro y no repararon en que uno de los sirvientes, los había visto.
Porqué Alexander viste ropas tan formales? se había preguntado. Entonces, aquél sirviente empezó a vigilar lo que ese par hacía.
Una noche, vio que Alexander se levantaba y decidió seguirlo. Entonces, vio que Alec se había encontrado con Magnus en los establos y ambos compartieron un dulce beso.
Como se atrevía Alexander y su señor Magnus hacer eso?
Entonces, ambos se subieron al caballo. Rápidamente, el sirviente tomó un caballo del establo ( agradecía que su antiguo señor le haya enseñado a montar) y con sigilo, los siguió.
Vio que ambos habían llegado a una cascada y allí, se desnudaron y empezaron a besarse mientras se bañaban en el agua.
Luego ( escondido detrás de uno de los árboles) vio a Magnus y Alec acostados sobre una manta.
-Cuando no estoy contigo- le dijo Magnus- pienso cien veces en ti.
-Cuando me liberares- le dijo Alec- nunca me alejaré de ti.
-Y yo te prometo que nunca permitiré que nos separen.
***
Asmodeo no pudo haberse sentido mas que decepcionado por el inmediato abandono de su hijo hacía el matrimonio. Como a muchos padres de cualidades integras, le importaba la felicidad de su hijo.
Pero como a muchos padres de cualidades opuestas a lo que es la integridad, Asmodeo se lamentaba que no podría gozar de una fortuna que es propia de la buena familia de una mujer que estuviera buscando una pareja.
Debido a lo distraído que estaba en sus pensamientos avariciosos y egoístas, no se dio cuenta que un sirviente había entrado sin permiso. Quizá vino a decir algo importante o tal vez no.
Mientras, afuera una flor recibía rayos de luz del sol y las abejas polinizaban, la gente veneraba a los Dioses, se leía un libro, se derramaban lágrimas, se besaba una mano, un perro corría, un hombre lloraba al enterarse que sería padre y un hijo enterraba a un padre.
El mundo seguía igual afuera de la oficina de Asmodeo y lo sabía, pero el sospechaba que el suyo cambiaría y se detendría por un instante.
-Señor- empezó el sirviente- perdón por entrar de esta forma. -Solo dime a que viniste y no me hagas perder mi tiempo.
-Su hijo y Alexander, están comprometidos y tienen encuentros secretos.
-Jurame que hay verdad en tus palabras.
-Lo juro.
-Entonces hablame de todo lo que sabes.
Y el sirviente prosiguió a decirle todo lo que vio y sabía.
Antes de que Asmodeo dijera algo, tocaron la puerta y fue a ver de que se trataba.
Cuando fue, vio que la persona que tocaba era un hombre joven.
-Está es la casa de los Bane?
-Si, señor-dijo Asmodeo.
-Me manda mi señora. Ella le propone una oferta interesante.
-Lo escucho.
El destino es como algo indescifrable que queda al final de un túnel y sin ver, caminamos hacía el final.
***
E
l día que Alec fue vendido por segunda vez y separado de Magnus por primera vez en su vida, hacía un tiempo precioso y mientras estaba en la jaula de la carreta que era como la que estuvo de niño, Alec no paraba de pensar en el brillante sol y el hermoso día, como si algo se estuviera burlando de su miseria.
Ese día (el que siguió al anterior, el de la charla con el emisario), Asmodeo había ordenado a Alec que se quedara en la casa y que Magnus fuera solo a sus lecciones. Ambos se besaron sin que los viera nadie.
-Te veo en la tarde, mi amor- le dijo Magnus.
-Suerte- le deseó Alec- cuidado si te toca bañar a alguien.
-Lo haré y pensaré en ti cuando lo haga.
-Magnus! Eso es asqueroso.
Entonces, después de que se fuera, unos soldados aparecieron con un carro que usaban para llevar a los esclavos e instintivamente, Alec tuvo miedo. Luego un par de soldados lo amarraron y uno de ellos le dio a Asmodeo un montón de monedas. Luego, le pusieron una marca de laureles mientras el gritaba y se retorcía.
Y mientras el carro se marchaba, Alec no podía creer lo que había ocurrido y mientras marchaba, vio a Magnus y el lo vio.
-Alec!!!-gritó Magnus.
El corría mientras seguía el carro.
-Magnus!!!-gritó Alec.
- Te recuperare- dijo Magnus- lo prometo. Te amo.
-Yo también te amo y te estaré esperando.
Alec pensó que las promesas se rompen, solo que deseamos que fuera lo contrario.
Pero se aferraba a la esperanza de volverlo a ver y estar entre sus brazos. Como esa luz que nos aferramos en medio de las tinieblas.
Y entonces, ambos pensaron cien veces en el otro.
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*Lo del perro es una referencia a La Odisea. En la historia, cuando Ulises/Odiseo regresa a Itaca después de veinte años ausente, estaba vestido como un vagabundo y nadie lo reconocía, pero el primero que le dio la bienvenida cuando llegó y quien también lo reconoció, fue su perro.
*La historia de Jacinto y Apolo es todo un triángulo amoroso que lamentablemente, acabaría en tragedia para los tres personajes.
Jacinto era un príncipe griego que se había ganado el corazón del dios del viento de la primavera: Favonio/Cefiro. Ambos estaban muy enamorados, pero el dios Apolo, también estaba enamorado de Jacinto y logró conquistarlo. Eso puso muy enojado y triste al dios del viento ( como cualquiera podría ponerle que le roben a su pareja). Un día, Apolo y Jacinto jugaban a lanzar discos y Favonio hizo que el viento cambiara de dirección del disco de Apolo cuando lo lanzó, y término golpeando fuertemente la cabeza de Jacinto, matándolo al instante.
Favonio estaba muy triste, por sus celos estaba muerto el amor su vida. Entonces, Cupido se apiadó de el y le propuso que trabajara para el por toda la eternidad para retribuirse y el dios término aceptando.
En cuanto Apolo, el estaba devastado y sabía que había sido Favonio el que había hecho eso, pero por culpa de los celos. Jacinto estaba muerto, pero Apolo quería encontrar una forma de que viviera en este mundo y con sangre, creó la flor que lleva su nombre.
Otra versión, es que Apolo y Jacinto estaban jugando a lanzar discos. Apolo lanzó el suyo con tremenda fuerza para impresionar al joven, sin embargo, Jacinto también quería impresionarlo y trató de agarrar el disco, el disco termina golpeándolo causándole la muerte.
Flor de Jacinto.
Y yo pensaba que Magnus tenía mala suerte en las relaciones.
*Cuando había una boda, tenia que haber diez invitados que atestiguaran la unión.
Y si se preguntan si había divorcios, si los había.
Era algo común que los haya. Para divorciarse, la mujer tenía que dormir y estar tres días afuera de su casa.
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