Capitulo 11: Los dioses fueron buenos contigo.
Lo que le llenó de esperanza fue que el tiempo que tenía por delante era suyo.
Charles Dickens, Canción de Navidad
-Hablaste con el- le dijo Alejandra. No se trataba de una pregunta. Se trataba de una afirmación.
-Y que si lo hice?- preguntó Alec con un tono desafiante.
Ambos estaban en uno de los salones y enfrente de ellos estaban un grupo de guardias, sirvientes y Alejandro, viendo el drama de la chica como si se tratara de un entrenamiento en vivo.
-Y que?- dijo ella, muy perpleja- se supone que tienes ordenes de no ver a ese chico.
-No puedes ordenarme eso.
Entonces todos se quedaron callados. Se trataba de un sirviente que se revelaba ante uno de sus señores!
-Como te atreves?! Como te atreves a desobedecerme de esa forma?! Tu eres un esclavo y vas a hacer lo que yo te diga!
-Porqué lo amo. Amo a Magnus Bane y yo jamas podré quererte y obedecerte.
Alec se quedó callado, pero le dio a Alejandra una mirada llena de furia y rebeldía.
Soy su soberana, se dijo Alejandra, este chico tendría que obedecerme, pero no ha sido mas que una piedra en mi zapato. Podrá ser bello, pero no todo lo que brilla es oro.
-Guardias- dijo Alejandra- traigan a Magnus Bane ante mi y matenlo.
-No!-gritó Alec.
-Y agarren a este esclavo y matenlo también. Al final resultó ser un juguete aburrido.
Pero antes de que algo pasara, Alejandro levantó la mano y los guardias al ver este gesto, se detuvieron de hacer algo.
-No seas tonta, hermana. Que clase de imagen estarías dando al pueblo si matas a un sirviente y un ciudadano romano por un simple capricho tuyo?
-Este sirviente me ha dejado en ridículo, hermano. No puedo permitir que esto salga impune.
-Entonces has algo mas que no sea esto.
La muchacha miró a su hermano y pensó en lo que podría hacerle a Alexander.
Ella quería matarlo y a Magnus también. Ellos se creen invencibles con su amor?
La vida no es así. La vida es un agujero de sufrimiento y otras cosas horribles en que cualquiera en éste mundo esta destinado a afrontar desde que Pandora abrió la vasija*
Pero a la realeza no le toca pasar hambre o el mal del corazón roto.
El sufrimiento es para la plebe y el gozo para los ricos.
Entonces, sabía lo que tenía que hacer, además, su hermano tenía razón, ella debía pensar en lo correcto de la imagen.
Pero Alejandra no veía la crueldad de sus actos y el limite. Ella continuó con sus planes de hacer sufrir a ese esclavo desgraciado.
-Muy bien, no mataré a Bane.
Alec suspiró aliviado.
-Pero a ti, te espera un castigo a diferencia del dueño de tu corazón.
Alec palideció.
-Me dijeron que el coliseo necesita carne para los leones- dijo Alejandra con toda la maldad que podía ofrecer con una mirada de víbora.
***
Los calabozos eran horribles y en todos lados se podía sentir el aroma a peste y muerte.
Alec nunca había pensado en que terminaría devorado en el coliseo por leones. El nunca había pensado que moriría de esa forma.
Los primeros días, le daban poco de comer y otros días, no lo hacían y su mente divagaba entre la realidad y la imaginación. El tiempo pasaba y se le agotaban las fuerzas.
Que era real? Que era un sueño?
Aunque para el pudo haber pasado mucho, el tiempo como prisionero, no había sido mas que una semana.
Pero sentía que desfallecía y que el mundo lo abandonaba o que el abandonaba el mundo.
En ocasiones, soñaba que Magnus lo sacaba y que ambos por fin se casaban y podía disfrutar su vida como hombre libre y casado.
-Te extraño, mi Magnus. Mi amor, no me dejes.
-Mi querido, Alec. Estaré contigo en en tus sueños y fantasías, en la Tierra como en el Paraíso, en lo bueno como en lo malo. Pero estaré a tu lado, siempre estaré a tu lado y a dónde sea que estés.
Porqué sueño con Letum* pisandome lo talones?
Sonó con un niño.
Con cabellos negros y ojos dorados.
Con el amor y la venganza.
Con lo que tuvo y lo que no.
Pero sus pensamientos siempre iban hacía al mismo lugar.
Ese lugar era el cielo que pudo tener con el.
Pero su paraíso, no fue la imagen de lo que pudo ser, sino lo que fue y lo que siempre será: Recuerdos que fueron y siempre serán, la prueba de que siempre hubo amor.
Pero su historia no termina aquí...
Después de todo, en el paraíso debería haber solo gente vieja y eso sería señal de que habríamos vivido suficiente.
***
J
ace e Izzy llegaron corriendo al palacio al enterarse de que su hermano había sido vendido de nuevo.
-Porque nos pasa esto, Jace?- preguntó enfurecida su hermana- porque cada vez que estamos por encontrar a Alec, los Dioses nos separan de el?
-No tengo idea, Izzy. Pero encontraremos a Alec cueste lo que nos cueste.
Ambos hermanos llegaron al palacio e hicieron una reverencia al estar enfrente del Cesar y sus hijos.
-Que ocurre aquí?- preguntó el Cesar, indignado- Yo no permití que gente de Idris se presentara ante mi sin consentimiento.
-Lo se Cesar-dijo Jace con el mayor respeto- pero queríamos pedirle si puede vendernos a uno de sus sirvientes, se llama Alexander.
El Cesar empezó a procesar lo que Jace había dicho.
-Hija mía- le dijo el Cesar a Alejandra- No es el sirviente que compraste por capricho y vendiste al Coliseo?
-Si, padre.
Isabelle quedó perpleja ante tal anuncio.
-Perdón por interrumpir, majestad- dijo Izzy- pero a que se refiere con que fue vendido al Coliseo?
-Eso escuchó- dijo Alejandra- Lo vendí y di órdenes de que lo mataran de hambre antes del próximo evento. Si se apuran, puede que lo alcancen, el dentro de seis días.
Los hermanos fueron corriendo hacia el Coliseo y buscaron a su hermano. Cuándo llegaron, exigieron ver a Alec, pero conseguir su libertad fue mas complicado de lo que parecía y los hermanos estaban asustados por Alec.
Entonces, antes del sexto día, Jace e Izzy sacaron a Alec de las jaulas del Coliseo y estaban asustados por su salud. Un medico que contestaron, ayudó a sanar a Alec y aunque este siguiera algo débil, los hermanos sacaron a Alec de Roma y se fueron a Idris.
Pero Alec no paraba de repetir en sueños, un nombre: Magnus.
Jace e Izzy contrataron una carreta de viaje para regresar junto con su hermano a su nuevo hogar con toda su familia, esperándolo.
***
Alec soñaba con Magnus al igual que siempre.
Sus sueños, el único lugar seguro, se convirtió su realidad temporal.
-Tienes que despertar, Alec- le dijo Magnus. Ambos estaban en un lago, con los pies sumergidos en el agua.
-Tengo miedo- le dijo Alec.
-De qué?
-De perderte si despierto.
-No me perderás- le dijo Magnus mientras acariciaba su mejilla- Y te aseguro, que ganaras mas de lo que imaginas si despiertas.
-A que te refieres? No te entiendo.
-Eres libre, Alec- dijo, así de simple- eres libre al fin.
Entonces, Alec despertó y notó que se encontraba en un colchón suave y en la cama de una habitación muy elegante. Juntó a el, se encontraba un niño dormido. Al principio no lo reconoció, pero el se empezó a levantar y vio que Alec estaba despierto.
El niño empezó a abrazarlo y Alec reconoció en aquél niño, un parecido.
Entonces, unas personas aparecieron: una muchacha pelirroja, una de cabellera negra, un chico rubio y de ojos dorados y también un chico de pelo castaño.
Alec reconoció a sus hermanos entre esos chicos y vio que el niño junto a el era su hermano Max.
-Hermano,- dijo Izzy entre lágrimas- los Dioses fueron buenos contigo.
El volvió juntó a su familia y como un hombre libre.
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*En el mito de Pandora, nunca hubo una caja, siempre fue una vasija.
*Letus/Tanatos: Dios de la muerte pacífica. El se llevaba a los hombres mientras dormían.
Creo que éste es el cap mas difícil que he escrito.
Menos mal que últimamente he estado libre de tareas de la escuela, pude actualizar mucho :)
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