8: Desafío de fuego N°1

Fire

Mood me dijo que se enteró de la situación del cachetazo y por eso me dio unas flores para que pueda compensar las cosas con Loving, pero creo que no entendió lo que le aclaré. ¿Por qué iba a pedirle disculpas yo a ella si estaba claro que éramos amigos con derechos? Yo fui el que recibí el cachetazo. Aunque de todas formas le hice caso, o sea, estoy delante de la puerta de la chica, solo me falta tocar el timbre.

—¡¿Qué estoy haciendo?! —Tiro el ramo y lo piso, enciendo un cigarrillo en su lugar—. Yo soy del mundo y de mi cafetería.

Sigo mi camino en dirección a mi casa. Curioso, siento que no estoy solo en esta calle que parecía desolada hace nada más unos minutos. No me encuentro vestido de chica, así que no debería sentirme acosado. Aunque también puede ser que me quieran robar.

Giro de manera abrupta hacia atrás, pero no veo nada. Entrecierro los ojos, sigo sin encontrar un alma. Continúo mi avance, luego me detengo y hago el mismo movimiento. La tercera es la vencida cuando visualizo a los dos pillines, espiándome. Aun así, finjo que no vi que me merodeaban, entonces prosigo con mi camino hasta mi casa.

Una vez que abro la puerta de mi hogar, la dejo abierta. Esas pequeñas sanguijuelas también entran, atrapadas como ratas. Sonrío, tiro el cigarrillo al inodoro, me quito la ropa, abro la canilla de la ducha y, luego de cruzarme una toalla en mis partes, salgo del baño.

—¡¡Ajá, los atrapé!! —les grito a Mood y Cry, luego me abrazo a mí mismo—. Pervertidos, querían profanar mi frágil cuerpo.

—De frágil no tienes nada —se queja el pelinegro.

El rubio, como siempre, llora.

—¡¡Eres un desvergonzado!! —grita Cry.

—¿Yo? —Enarco una ceja, luego sonrío con absoluto orgullo—. Ustedes entran a mi casa cuando me estoy bañando, atrevidos.

—Nos dejaste entrar, ¿cierto? —se queja Mood, así que asiento—. Maldición, manipulados otra vez.

Pongo la cabeza en alto y aseguro:

—Nadie puede ganarme, pequeños, soy el rey del fuego.

—Ya veremos. —Entrecierra los ojos.

—¡¡No lo provoques!! —chilla Cry.

Me río.

—La próxima vez que quieran meterse en mi vida amorosa —les aclaro—. Mejor pregúntenme a mí, tengo un muy largo historial.

—No es amorosa, es de libertinaje —me corrige Mood y luego amenaza—. Y voy a hacerte caer.

Nos miramos como si fuera la batalla de un videojuego.

—Acepto el reto.

Mientras tanto, Cry corre en círculos, despavorido y sin saber qué hacer. Pobrecito, lo metieron en donde no debía.

¡Las peleas entre amigos son las más divertidas! 

Basta, lo amo 😂💖

Saludos, Vivi.

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