7 - Misterios familiares
Lola y Martín llevaban cuatro meses de relación. Lola había logrado salir de su depresión. Seguía extrañando a su madre, pero ya había logrado empezar a aceptar que ella ya no estaba ahí.
Decidió enfocarse en los buenos momentos, en lugar de llorar. Ella sabía que su madre no habría querido que la recordaran con lágrimas en los ojos.
Además, nunca había sido tan feliz. Aunque, su felicidad se opacaba cuando su padre irrumpía en su mundo recientemente construido.
Lola había ido a la universidad por la tarde y luego había ido al apartamento de Martín. Había pasado la noche junto a su novio.
Habían hecho cosas que Lola solamente había fantaseado con hacer. Eso era algo que a Lola le encantaba de su relación con Martín. Él parecía que había tenido mucha experiencia por como se movía y por cada nueva sensación que despertaba en ella hasta llegar al punto de haber terminado sobre su mano y sobre su amigo de por allí varias veces en la misma noche.
Lola supo que Martín estaba estudiando abogacía, lo que le sorprendió. Le dijo que había comenzado a trabajar en una compañía ejerciendo derecho emrpesarial.
Entonces se le ocurrió que podría comenzar a vender sus cuadros. Esa era una idea que rondaba su cabeza desde hacía un tiempo.
Pensó que antes de contarle a su novio acerca de ella sabía que debían solucionar otros aspectos de su vida. Parecía que Martín tuvo una idea similar, porque le preguntó:
- ¿Por qué aún no me has presentado a tu padre?
Lola tardó en responder, ¿qué debía decir? Martín tenía razón, ella debía presentarle a su padre. Además, le aterrorizaba saber su reacción cuando le contara acerca de él, aunque parecía que Román sospechaba que algo se traía entre manos.
Cuando habló, lo hizo mirando un punto fijo en la pared de enfrente. No se atrevía a mirarlo al hablar.
- Mira, es que mi padre es un hombre muy particular - comenzó.
- Eso no es ninguna novedad, pero ¿por qué lo dices?
- Él es muy extraño. Jamás muestra emociones excepto ira, tiene brotes de violencia continuamente y jamás sonríe ni está de buen humor.
- Debe de ser muy difícil. Sobre todo teniendo en cuenta el perfil que me estás descirbiendo.
- Lo es. Por otro lado, él fue quien nos contó a mi hermano y a mí lo que había sucedido con mi madre. Siempre he sentido que hay algo de falso en aquella historia.
- ¿Puedo escucharla?
- ¿Otra vez? ¡Ya te la he contado!
- Es que hay algo que se nos escapa, pero no logro saber qué es.
- Opino de la misma manera, pero la repetiré con lujo de detalles. Bueno, esto es lo que mi padre nos contó a mi hermano y a mí.
<< Hace cinco años, una noche lluviosa del mes de octubre, mi madre se encontraba de camino a un fin de semana de spa con sus amgias. Ella estaba sóla en su auto. Perdió el control porque el asfalto de la carretera estaba mojado, dijo mi padre, y chocó contra un auto que venía en la dirección opuesta. Mi madre no llevaba puesto el cinturón de seguridad, por lo que voló varios metros y cayó en la laguna. Pero el cuerpo jamás fue encontrado. Solamente un rastro de pequeñas gotas de sangre que acababa en el río.
<< Desde entonces mi padre ha cambiado mucho. Siempre ha sido narcisista, pero ahora está mucho peor. Ha intentado tener control sobre mi vida y la de mi hermano desde entonces.
<< Por ejemplo, a él no le gusta que trabajes en una cafetería, pero no puede entender que en realidad lo haces porque amas el café y nada más que por eso. Para él no eres digno de mí, aunque no te preocupes, yo pienso continuar viéndote.
<< Intenté explicarle que estudias abogacía, pero no me escuchó. Dijo que eran mentiras...
- ¿Por qué mentirías con algo así?
- No lo sé, son ideas suyas. Claramente no es normal.
<< Él tiene una compañía de hacienda, por eso quiere que el día que él no pueda hacerse cargo de ella, lo haga yo. Sin embargo, yo no quiero ocuparme de su compañía. Yo solo quiero estudiar artes visuales y ser feliz vendiendo mis cuadros en mi propia galería de arte.
<< El único que ha demostrado interés en la compañía, es mi hermano, pero mi padre lo ignora. No sé por qué lo hace, pero siempre le grita y lo maltrata. Eso sumado al mal comportamiento que tienen sus compañeros de escuela con él, porque mi hermano es homosexual, por supueto que mi padre no lo sabe.
<< Por eso tengo depresión. Sé que es así porque he comenzado a ir a terapia a escondidas. Mi padre se enteró de esto cuando intenté acabar con mi vida.
<< He tenido pensamientos suicidas, me sentía muy sóla y lloraba continuamente o tenía ganas de llorar. Fue horrible. hasta que tomé la descición de adaptarme a la vida que tengo y aceptar que ser artista es un sueño tonto, totalmente irrealizable.
<< La pintura me ha ayudado a salir adelante, auque aún extraño mucho a mi madre. Siento que la historia quedó inconclusa. Me gustaría saber qué le sucedió, no soporto la incertidumbre. >>.
- No es un sueño <<tonto e irrealizable >> - dijo él acariciendo su mejilla. Ella tomó su mano y la besó, luego la puso debajo de su cara. Martín le sonrió tiernamente.
- Eres muy valiente, siempre voy a estar para ti - dijo besándola -. Te amo.
Volvió a besarla y así estuvieron un rato. Cuando se separaron le dijo
- ¿Por qué no dejas la carrera y comienzas a estudiar artes visuales en la universidad de tus sueños?
- Es que no es tan fácil.
- ¿Crees que es una mala idea? ¡Hazlo! ¡De verdad te gusta!
- No, no. No lo es, Es que es más complicado que eso. Mi padre no va a estar de acuerdo. Además, ya me lo hizo saber.
- Quiero decir, no es necesario que él lo sepa. Podrías mantenerlo en secreto un tiempo. Por otro lado, ¡Si tú administras tu dinero! ¿Por qué a él debería importarle lo que hagas con él? Es tu vida, Lols. ¡Vívela cómo tú quieras! Tienes veintidos años, no deberías estar sufriendo tanto cuando tienes la solución a tus problemas en la palma de tu mano. Quiero decir, ¿Vas a dejar que tu padre siga decidiendo por ti o vas a tomar tú las riendas de tu vida?
A Lola se le llenaron los ojos de lágrimas. Jamás le había dicho una cosa similar.
- ¡Qué gran discuros motivacional! - comentó - Podría intentarlo.
- De verdad, va a hacerte sentir mucho mejor. Por fin estarás haciendo lo que te apasiona y tal vez viviendo de eso. ¿Por qué no vendes uno de tus cuadros para empezar a ganar algo de dinero haciendo lo que amas? Podría ayudarte a tomar una desición.
- Podría hacerlo. Necesitaré que alguien me diga su valor antes. ¿Me ayudas con eso?
- Yo conseguiré a un crítico de arte para que lo cotice y te ayudaré con la creación de una galería para exibir tus obras.
- ¡Gracias, Tín! Espero que tanto esfuerzo finalmente valga la pena.
- Lo hará. Pero, si no lo hace, al menos lo intentaste. Eso es lo que verdaderamente importa.
Ella continuó pensando en las palabras de Martín incluso cuando se encontraba camino a su casa. Una enorme felicidad la invadió al decidir escuchar a su novio y seguir su corazón.
Le habíaa llevado demasiado tiempo decidirlo, pero iba a hacerlo. Eso era algo de lo que Lola estaba segura.
Pensó que ls breve conversación que había mantenido con su padre hacía ya unos meses solo había sido el comienzo de su indepedencia. Ahora debía decirle que iba a seguir su propio camino de manera definitiva.
Lola sabía que su padre se enfurecería, pero por lo menos ella habría cumplido su parte. Después de todo, era su padre quién había decidido alejarse de su vida.
Estudiar en la Universidad Argentina de Arte siempre había sido su sueño, así que ahora debía comenzar a hacerlo realidad. También pensó que debería buscarse un lugar dónde vivir. Esa tarde, comenzaría a buscar un apartamento, entre tanto, viviría con Martín.
En cuanto al trabajo, eso ya lo resolvería. Tal vez le iría bien con el arte, pero si no es así, podría dar talleres de pintura o incluso consideraría trabajar de cualquier otra cosa para vivir.
Pero aún así, Lola estaría viviendo de su pasión. Amaba el arte, eso lo pudo notar cuando dejó de pintar por placer para comenzar a hacerlo porque le permitía respirar.
También había estado averiguando sobre el plan de estudios de artes visuales, que le había encantado. Por eso decidió inscibirse en la carrera de sus sueños en la universidad que ella ambicionaba.
Se permitió fantasear con una visita guiada. Pensó que iba a ser difícil estudiar para el examen de ingreso en su casa, aspi que eso le daría excusas para ir a estudiar a cafeterías, algo que siempre había querido hacer.
Pensó que necesitaría comprarse ropa, tal vez un estilo hippie-chic estaría bien. Es que la universidad a la que asistiría es una muy prestigiosa y moderna. Lola sentía que debía encajar allí, porque si no lo hacía, todo lo que hizo parra conseguir entrar habría sido en vano.
Se inscirbió primero en el exmaen de ingreso. Ese sería un buen punto de inicio. La universidad le había proporiconado el material que necesitaría para rendir ese examen. Por eso decidió imprimirlo, ya que no se llevaba bien con los libros digitales.
Estaba feliz. Se sentía libre e independiente. Por fin era ella quien decidía sobre su vida, de una vez por todas podía seguir sus sueños.
Ya no iba a dejar que nadie se interpusiera en su camino. No iba a volver a permitirle a nadie controlar su vida, porque es solo suya.
Pero la felicidad duró poco tiempo, ya que, cuando regresó a su casa, encontró a su padre regañando a su hermano. Al principio, ella creyó que era tal como las otras veces.
Al escuchar ruido de platos rotos y golpes sobre la mesa, se quedó en la galería que unía la cocina con las habitaciones observando la escena desde lejos. Quería saber qué estaba sucediendo antes de intervenir.
- ¡Niño mal criado! ¿Cómo osas hacerme esto a mí? - lo escuchó bramar - ¿No crees que ya tengo suficiente con esos idotas que renuncian constantemente?
Joaquín no respondió. Se oyó un puñetazo sobre la mesa de madera pintada de blanco.
- ¿Qué está pasando? - preguntó Lola al entrar. La escena que se encontró la impactó.
Contuvo las lágrimas, no iba a dejar que su padre la viera llorar. Ya no iba a mostrarse débil y sumisa con él.
- ¿Y bien?
Nadie respondió. Román la observaba con furia por haber interrumpido algo, mientras que Joaquín no se atrevía a levantar la mirada del suelo. Entonces Lola supo que algo había sucedido.
¿Podía ser lo que ella pensaba? Habría sido una locura por parte de su hermano, sin emabrgo, a juzgar por la expresión de su padre, ella sabía que Joaquín estaba en graves problemas.
Nota de la autora: ¿Qué le habrá dicho Joaquín a su padre? Ya verán a continuación. Por cierto, amo este capítulo. Aquí, Lola, comienza a despertar poquito a poquito.
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