11 - Ha llegado a destino

El día de emprender el viaje llegó. Lola se levantó de madrugada para terminar de empacar los últimos adminículos de último momento. Para eso también despertó a Martín y Joaquín, quien se levantó de la cama gruñendo enfurruñado: 

- ¿Por qué me despiertas tan temprano? ¡Son las tres de la mañana!

A lo que ella respondió:

- Porque nuestro vuelo sale a las seis, tenemos que estar en el aeropuerto al menos tres horas antes. ¿Ya te has lavado los dientes?

- Aún no, Loli. Acabo de levantarme. 

- Entonces hazlo. Luego envuelve el cepillo dental en toallas de papel. ¡Qué no sea papel higiénico!

- Lola, ¿has visto mi pasaporte? - le preguntó Martín.

- ¿Por qué me tengo que encargar de todo? - dijo irritada - Está sobre el despensero.l

- Ya estás idéntica a mamá - expresó Joaquín guardnado su cepillo de dientes en su mochila.

- No hay nada que me enorgullesca más - dijo ella feliz - Por cierto, ¡que ni se te ocurra desayunar! Comeremos algo en el aeropuerto mientras esperamos para poder embarcar.

- ¿No es genial? ¡Estamos haciendo nuestro primer viaje juntos! - dijo Martín - Tomémonos una foto, quiero recordar este momento con mi familia.

Al rato, los tres se encontraban en el aeropuerto esperando al horario de embarque. El vuelo duró doce horas, hizo escala en un punto intermedio.

Lola pensó que sería una buena excusa para crearse una nueva curnta de Instagram. Quería compartir con el mundo su viaje, después de todo lo que le había costado llegar a ese punto de su vida.

La ciudad era tal como ella la había soñado. Disfrutó de cada momento, hasta fue con su novio y su hermano al museo del Louvre.

Joaquín aceptó hacerlo, pero de mala gana. No era la rama del arte que más disfrutaba. Lo suyo era la danza y el canto.

<< Cuando comienzas a tomar las riendas de tu vida, la vida empieza a sentirse mucho mejor. ¡Qué bien se siente ser feliz! >> eascribió la joven como epígrafe de una foto de ella en el balcón de su habitación del hotel, desde donde se podía ver todo París.

Lola no dejó de tomar fotos y grabar videos sobre su viaje. Martín la acompañó en algunos de ellos. Hasta hizo algunos vlogs.

- ¡Deberías hacerte un canal de YouTube! - comentó a su novia.

- De hecho, es lo que pensaba hacer - dijo ella -. Me he creado uno hace unos días especilamente para subir contenido osbre nuestro viaje. 

Estaba editando los videos que tenía hasta ese momento con la computadora sobre la mesa de la sala. Por la ventana se veía cómo las gotas de lluvia caían. Lola tomó una foto y escribió como pie de esta <<Está lloviendo en París, día perfecto para ver series, películas o acurrucarse junto a la persona que más amamos o, en mi caso, preparar cosas que quiero que el mundo vea pronto >>.

- No hablas en serio, ¿o sí? - dijo su hermano poniendo cara de pocos amigos.

- ¡Hablo muy en serio! ¿No deberíamos ir al parque de diversiones hoy?

- En una hora para ser exacto - corroboró Martín viendo la hora en su celular mientras hacía café para é y su familia, dispuesto a ver un partido de rugby con su joven cuñado.

Lola aprovechó el tiempo para dibujar bocetos, también lo hizo durante el vuelo. En medio de una turbulencia tuvo que borrar, maldiciendo, y volver a empezar uno de ellos. Fuera de eso, el vuelo le resultó encantador. 

Unas horas más tarde decidieron emrpender camino al parque de diversiones para el que Martín había comprado entradas, así que fue una buena forma de compensar el aburrimiento que para Joaquín había suponido ir al museo. 

La lluvia había cesado, pero el cielo estaba cubierto de nubes de un gris plomizo.

- ¡No sabes apreciar el arte! - le dijo Lola a su hermano en la fila para un juego.

- Es sólo que me aburre sobremanera - dijo él.

- Está bien, te concedo que no es lo más enternido del mundo. Pero a mí me encanta, siempre había querido hacerlo.

- Por eso acepté ir contigo. Sé que este era tu sueño y el de mamá, no podía desepcionarlas.

- Jamás podrías hacerlo. ¡Eres maravilloso! 

- A decir verdad a mí tampoco me gusta ir a recorrer museos - comentó Martín -, pero estando en París, el Louvre esuna excursión necesaria e imperdible.

Para San Valentín, Lola y su novio salieron a cenar a un restaurante de París. Se sentaron en una mesa desde la que se podía observar la iluminada Torre Eisfel. 

Comieron queso y bebieron vino mientras conversaban acerca de la vida, especialmente sobre su vida juntos. Ambos eran muy felices.

Martín le tomó una foto a Lola en la que ella tenía como fondo la iponente torre. También se tomaron algunas fotos juntos, las cuales Lola publicó en su cuenta de Instagram en blanco y negro.

Martín cursaría las últimas asignaturas que le quedaban para graduarse de abogado. Lola siguió pintando y vendiendo sus cuadros, también decidió estudiar para hacer críticas a obras de otros artistas una vez que se graduara dos semestres más tarde.

Dos noches antes de regresar cuando fueron a visitar la Torre Eisfel de noche cuando Lola acababa de volver, Martín le dijo que esperar en el lobby mientras Joaquín y él conversaban acerca de una cosa importante. Lola esperó a que terminaran de hablar sentada en un sillón individual bebiendo un capuchino con crema, canela y chocolate rallado. 

Comenzó a observar a la gente a su alrededor. Había muchas parejas de recién casados, muchas familias  con hijos adolescentes, muchas madres con sus hijas que viajaron, tal vez, por alguna ocasión especial.  

Se detuvo a observar a una mujer que debía tener la edad que su madre tendría en ese momento junto a su hija, que parecía de la edad de Lola. Se veían felices, despreocupadas, disfrutando de su viaje. Ambas tenían una sonrisa en el rostro.

Lola se preguntó si ella y su madre también podrían haber hecho un viaje similar si ella siguiera con vida. Deseó haber tenido el tiempo suificinte para que ella viera la mujer en la que se había convertido, sabía que estaría orgullosa de ella. 

Una vez más se econtró preguntadnose cómo habría sido la vida si las cosas hubieran sucedido de una manera más normal. Pensó que, en esa vida hipotética, su madre habría denunciado a Román por violencia o algo así, por lo que entonces ella y sus dos hijos estarían disfrutando de una vida juntos.

Martín: Ya puedes subir a la habitación 

Entonces, Lola se dirigió hacia su habitación. Al abrir la puerta encontró un camino marcado por pétalos de rosa y velas que terminaban en un corazón sobre la cama.

Había globos con helio que flotaban formando la frase: "te casarías conmigo?". Entonces Martín se acercó con una caja pequeña en las manos. La abrió y le dijo:

- ¿Te casarías conmigo, Lola Echeverría? 

- ¡Sí! ¡Sí! ¡Me casaré contigo! - dijo ella y él la besó. 

- Yo ayude a preparar todo - dijo Joaquín, pero su hermana y su futuro cuñado no escuchaban -. ¡Sigo aquí! - dijo luego y la pareja se separó, volviendo a la realidad.

- ¡Eres increíble! - le dijo Lola abrazandolo - ¿En serio sabías que esto sucedería?

- Sí, así es. Yo quería que él formara parte de todo esto - explicó Martín.

- ¡Felicidades, tortolitos! - dijo Joaquín y Martín revolvió su pelo en agradecimiento - ¡Me despeinas! - se quejó el chico.

- ¡Lo siento! Es la emoción del momento - dijo Martín - ¿Quieren beber algo para festejar?

- No me dirás que compraste champagne - dijo Lola.

- Lamento desepcionarte, pero carecemos de él. Aunque podemos pedir en el bar unas copas.

- ¿Podré beber yo también? - preguntó Jaoquín esperanzado. 

- Los menores de edad no beben - lo regañó su hermana.

- Es igual. Pediré una bebida energética, entonces.

Lola no podía creer que las cosas hubieran salido diferente a lo planeado en este sentido, pero de una manera muy positiva. Por fin estaba siendo feliz.

Su madre seguía en sus pensamientos, sus recuerdos y cada cosa que ella hacía. Solamente ya no la deprimía pensar en lo felices que fueron juntas o en la vida que no pudieron compartir. 

La recordaba con una sonrisa, pero lamentó que su madre no estuviera viva porque le habría encantado contarle que acababa de comprometerse en París de una manera muy romántica. 

Se preguntó si su padre estaría orgulloso de ella si lo supiera o si le daría igual. No importaba, no quería tener contacto con él. Menos aún desde que estaba cumpliendo con su condena de prisión perpetua. 

Lola estaba disfrutando de una vida que ella controlaba y Joaquín hacía lo propio con la suya. Martín fue una pieza fundamental de aquella vida, si Lola no lo hubiera conocido tal vez ella jamás se habría atrevido a perseguir sus sueños.

 La pareja se casó unos meses después. Se fueron de luna de miel a las Maldivas. Lola sintió que no podía ser más feliz. 

Por fin pudo disfrutar de su vida. Le encantaba compartr su felicidad con su marido. También siguió pintand cuadros y criticcando los de otros artistas. Tenía el control sobre su vida y eso le encantaba.

Por fn estaba siendo feliz. Su padre ya no controlaba eso.

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