4. Día Frío.
Isaac camino durante un par de horas, sabiendo que estaba saliendo temprano de su casa, decidió caminar parte del recorrido hasta la Biblioteca pero llegando a un punto en el que sólo se distraía con los detalles de lo poco que había de naturaleza de aquella ciudad.
Isaac: -Ya olvidaba lo importante de ver los detalles atentamente a lo que me rodea- Comento casi en un susurro que se llevó el viento, estiró su espalda y con una bolsa en mano se encaminó hasta la estación más cercana donde tomaría luego su tren, ya siendo hora de ir a lo que él tomaría como una reunión de lectores, los minutos pasaban cuál detalle extra,el aire exageradamente frío molestaba en su nariz y aún teniendo una sudadera que retiene el calor, el frío no se limitaba a dejar de pasar debajo e esta causándole una piel erizada varias veces -Tomar el metro no fue la mejor idea tal vez.-
Tras pasar un par de minutos Isaac se bajo en su estación caminando con total calma, el día era gris con el cielo nublado pero un detalle calentaba sus pensamientos.
Isaac: -Ella. ¿Estará esperando?- a paso apresurado camino las calles que debía no sin antes detener su paso un par de minutos entrando a una tienda, compró un par de cafés con leche y los llevó en una de sus manos mientras en la otra aún tenía su bolsa, al pasar un par de minutos llegó a la gran biblioteca, tan antigua pero magestuosa, entró sin cuidado y pudo ver a la mayor quien estaba con su suéter y una bufanda reuniendo calor, esta misma tenía una taza con decoraciones de flores con algo de café negro -Buen día Mari.-
Mari: -¿Qué tiene de buenos?, este frío no me dejará ni ir al baño.-
Isaac rio un poco por la indiscreción de la mayor, se acerco a ella y tomó la taza de café negro de la mayor, para luego botar el café en la basura colocando la taza de nuevo frente a ella. Echó en la misma taza algo de café con leche el cual estaba muy caliente.
Isaac: -Cuando hace frío es más delicioso el café con leche. Eso me lo enseñaste tu, vieja.-
Mari: -También te enseñe a no desperdiciar una buena taza de café- la mayor tomó la taza gustosa y bebió con calma, el olor del café con leche ya se hacía presente junto al calor de la taza, las mejillas de la mayor se tornaron algo rojizas ante el cálido sabor.
Isaac: -Lo se, estaré en el pasillo dos, en las mesas. Ten cuidado, no te vayas a romper la espalda en las escaleras.-
Mari: -Juro que te voy a dar una buena paliza cuando se me quite el frío- la anciana voz de la mayor hizo reír aún más a Isaac quien solo camino hasta su destino, habían un par de personas solamente en aquellas mesas y para su mala suerte. Ninguna de ellas era la chica con la que esperaba verse.
Isaac tomó lugar en una mesa y con gran calma empezó a leer el libro de su alumno nuevamente, ciertamente el libro era algo intrigante pero aún le traía dudas su simple léxico y su forma de narrar las escenas tan simple. Tomaba de apoco su café el cual estaba muy caliente pero claramente él ya estaba acostumbrado, un aroma a limón inundó su nariz y un libro fue puesto en su cara de manera sorpresiva, este lo reconoció rápido y guió sus ojos hasta la persona la cual le tendía el libro cerca de la cara.
Isaac: - Llegas tarde, pensé que serias más puntual-.
Ella rodeo el asiento de Isaac sentándose a su derecha dejando un par de libros en la mesa aparte del que ya tenía en sus manos el cual era el libro del alumno de Isaac.
Rachel: -No creí que alguien tan desinteresado fuera tan puntual. Este libro no fue el mejor, tiene buenos enfrentamientos pero su romance es algo forzado... O al menos así lo vi yo.-
Isaac: - No creí que fueras tan exigente, jajaja- Isaac colocó frente a ella uno de los dos café con leche que había comprado, ella lo recibió pero por gran casualidad noto que le faltaba menos de la mitad del mismo.
Rachel: -¿Acaso intentas darme un beso indirecto o es una broma?- ella no entendió de primera vista el porqué de aquello.
Isaac: -le regale un poco en la taza de la bibliotecaria, imagine que prefieres eso a que ella muera de frío.-
Rachel: -Pudiste darme el que estaba aún completo.-
Isaac: -Claro que pude haberlo hecho, pero hay un detalle que olvidas linda.-
Rachel levantó su ceja en forma de pregunta mientras daba un sorbo.
Isaac: -Yo los compré, créeme, no le daría mi café ni siquiera a mis mejores amigos.-
Rachel: -Eres bastante poco caballeroso.-
Isaac: - Los caballeros murieron con la era media, ahora sólo existen farsantes, insensibles, hipócritas, drogadictos o otakus, aunque aún estoy implementando a los doctores en esto, aquí tienes a tu servidor. Un otaku hasta que mi historial del buscador muestre lo contrario.-
Isaac aún se encontraba leyendo el libro de su alumno o al menos las últimas páginas de este.
Rachel: -Lo dices por. Las cosas que ven los hombres- Ella intentó formular una pregunta pero no encontraba palabras para describir lo que pensó sin sonar Bulgar.
Isaac: -¿Te refieres al porno?, si digamos que así estás en lo correcto.-
Rachel: - ¿Qué tiene que ver eso con ser otaku?- para muchos la diferencia no sería notada pero, Isaac no era tan discreto como para callar su respuesta.
Isaac: -El estilo, las búsqueda son diferentes. Encontrarás una pestaña de un videojuego en un historial de otaku, créeme, hay una gran diferencia.-
Rachel solo callo ante aquella respuesta, se dispuso a no conversar más de aquel tema, prefería leer en calma tomando de a pequeños sorbos su café, los minutos pasaban y el silencio reinaba, la cálida presencia del otro para algunos sería molesta, para ellos fue indiferente.
Isaac: -¿Qué libro lees?- el chico cerró el libro de su alumno habiéndolo terminado y tras quince minutos de silencio decidió preguntar.
Rachel: -Se llama "Sentidos Agudos", es extraño. Empieza algo lento, tiene un romance complicado de entender y referencias mitológicas evidentes pero. Por algún detalle no puedo dejar de leerlo, estoy terminandolo y hasta ahora puedo notar que las batallas creadas son bien narradas. ¿Quién sabrá que clase de cosa habrá pensado el autor al escribirlo?- La ironía era evidente en sus palabras, pero sus ojos no se despegaba de aquel libro.
Isaac: -Siempre e pensado que ningún autor controla lo que escribe al 100%- Rachel soltó una sonrisa algo burlesca y una mirada algo incrédula.
Rachel: -La historia de los libros sólo se forma a base de lo que quiera su creador.-
Isaac: -Eso no es del todo cierto, si fuera así los libros sólo tendrían sentimientos vacíos. Hay autores que se sorprenden al leer sus propias historias, que se ríen y reviven cosas que habían olvidado de sus historias, conozco a varios de ellos, sus sentimientos guían a los personajes y llega un punto en el que simplemente dejas de pensar y las palabras salen solas, las acciones igual, es como si el libro tomará posesión del autor gritando para ser escrito con pasión y odio.-
Rachel quedó por un segundo mirando a la nada hasta que escucho estas últimas dos palabras.
Rachel: -¿Por qué pasión y odio?, hay más que esos sentimientos.-
Isaac: Este solo soltó una ligera risa ante esta pregunta -Lo dije en referencia a sentimientos humanos, dime, ¿qué es más humano que un sentimiento de venganza o amor? , ¿odio o pasión? , ¿recor o diversión?.-
Rachel: -Son todos juntos.-
Ella está vez respondió con sinceridad, cada vez entendía más el puesto de algún escritor.
Isaac: -Ahora imagina que un libro tiene todos los sentimientos plasmados y 'cada vez que uno de estos sentimientos es recordado sucede como cuando un humano los experimenta'.-
Rachel: -No quiere dejar de experimentarlos.-
Isaac: -Entiendes muy rápido, por cierto; también soy editor de libros.-
Rachel: -¿Alguna vez intentaste escribir uno?-
Isaac se reclino en su asiento estirando su cuerpo
Isaac: -Si no fuera así. Como podría haberte explicado todo eso.-
Ella pensó por unos segundos soltando su respuesta sin cuidado.
Rachel: -¿Buen mentiroso?.-
Isaac: -O tal vez demasiado sincero.-
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Gracias por leer.
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