Nuestro protagonista se encontraba despertando de su gran sueño, sus huesos creaban crugidos simples y su voz sonaba agotada.

-Demonios...- Soltó ligero comentario mientras estiraba su cuerpo -No jugar videojuegos mientras bebes alcohol. Anotado- Se recriminó a si mismo apagando la alarma de su celular la cual lo había despertado, miró la hora y se puso a hacer algunos cálculos estando entre dormido y despierto -Son las cinco, treinta minutos en la ducha y treinta minutos de viaje para ir con Arthur. Eso significa... Tengo treinta minutos más para dormir o jugar- La mente de Isaac estaba en un debate simple, quería dormir pero sabía que aquella trampa podria salirle mal así que simplemente encendió su consola #no tengo permitido decir marcas de compañías#. y colocó un juego al azar de los muchos que tenía -Aquella chica es interesante. Espero no tener problemas con ella, sería una lástima. Es muy linda- Palabras vagas a su manera de pensar pasaron por los labios de Isaac sin cuidado mientras jugaba una partida.

Una hora pasó y Isaac se encontraba dando fuertes golpes al control evidentemente enojado.

-Mató a toda una puta legión de Atenienses y un puto jabalí me mata. Que juego de porquería.. ¡Dios!- Isaac miró su celular y su cara se palidecio al ver la hora, faltaban treinta minutos para reunirse con su estudiante. Salto de la cama entrando a la ducha corriendo, en el camino a la ducha se quito la ropa que pudo para luego terminar de retirarsela en el baño, después de bañarse se seco con una toalla y se empezó a colocar su ropa pero de la nada su celular empezó a sonar dejándolo más intranquilo aún.

-¿Si?- Se podía escuchar al profesor apresurado y desde el otro lado del teléfono.

-Ah. Hola, profesor. Disculpe, quería avisar que no podré asistir hoy, surgió algo muy importante y no puedo faltar a esto.-

Solo algo pasó por la mente de Isaac en aquel momento, un tic muy severo se hizo presente en su cabeza.

-Vale (Que Hijo de puta), ok chico, no hay problema, el lunes te diré los detalles de tus libros.-

-Vale, gracias profe.-

-Nada de "gracias", café con leche el lunes a las ocho y veinticinco de la mañana.-

-Oiga, eso es ext...- El adolescente no pudo seguir hablando ya que su maestro le colgaría la llamada -Como puede ser así. Esto no debería ser legal. -

Isaac se sentó en su cama sin pantalones y con una cara de disgusto muy evidente.

-Y para esto me desperté temprano, maldición.- ahora un nuevo dilema nació en la mente de Isaac -¿Jugar o salir temprano?- una y otra vez venía a su mente la imagen de que un jabalí lo había matado. Se levantó nuevamente de la cama y se colocó sus pantalones para luego abrir la única ventana de su habitación. A su habitación entró una leve ráfaga de viento, Isaac se detuvo un segundo frente a la ventana y respiro una gran cantidad de aire mientras estiraba, el sonido de los carros no eran tan molestos llegando al punto de que las aves lo opacaran con su frágil canto -huele a lluvia-.

Isaac se terminó de vestir con calma, sabía que tenía tiempo de sobra, colocó unas canciones de canserbero las cuales había escuchado hace mucho y le traían nostalgia, dejó preparandose un café y tomó una mochila en la cual tenía unas cuantas cosas para evitar una lluvia, el frío del invierno también se hacia presente en su habitación, Isaac respiro un poco de este para luego soltar unas leves palabras al aire.

-Alexa, cierra la ventana- Tras pasar unos Isaac se acerco a la ventana cerrandola y luego volvió a por su café el cual ya estaba preparado -tengo que comprarme una de esas cosas.-

Después de prepararse su café, tomo un poco y luego se colocó una sudadera impermeable, recogió su mochila del suelo y tomó rápidamente la mitad de su café caliente para luego salir por la puerta no sin antes colocarse sus guantes los cuales reposaba en una percha junto a la puerta. Aquella sería la primera vez en la independencia de aquel joven que dejaría un café a medias de estar acabado.

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Gracias por leer.