Único
Era un clásico más en el Bernabeu. Gavi estaba calentando con Pedri y Lewan, ya era una costumbre, los tres eran inseparables.
En cierto modo el omega los veía como familia, Pedri era su mejor amigo, su hermano y Robert prácticamente lo ha reclamado como uno más de sus cachorros.
Y no hace falta decir que por esa razón el omega siguiera estando soltero, nadie quería arriesgarse con esos dos Alfas. Si lastimas al omega ten por seguro de que al otro día dos enfurecidos Alfas estarán en tu puerta.
Pero para él estaba bien, aun no tenía la intención de emparejarse con alguien, menos ahora que tenía muchas responsabilidades con el club y su selección.
Pero las cosas nunca pasan como uno las quiere.
–Saia do meu caminho Gavira.–Ya era una costumbre que él y el Alfa brasileño Vinicius tuvieran sus altercados, casi siempre terminaba en una pelea y sus compañeros entraban para separarlo.
Pero hoy era diferente, el Alfa parecía más distraído y se atrevía a decir que más idiota, si eso fuera posible.
–¡¿Você não escuta estúpido ômega?!–Vinicius estaba fuera de si, Gavi lo sabía porque literalmente no había hecho nada para provocarlo.
El Alfa se acercó de forma peligrosa y brusca, pero antes de tan siquiera poder respirar cerca de Gavi, otro Alfa lo embistió tirando al brasileño al suelo.
No se hubiera sorprendido tanto, de no haber sido porque el que derribo al Alfa fue Rodrygo, el mejor amigo de Vinicius.
–¡Eu disse para você não chegar perto dele!–No lograba entender del todo, pero le pareció extraño que Rodrygo no quisiera que Vinicius se le acercase.
–Luka pegue, deixe Ancelotti cuidar disso.–El Alfa croata asintió y se llevó al brasileño con el DT.
El árbitro le saco la amarilla a Vinicius y a Rodrygo solo le dijo que se calmara.
–Gracias... No tenias que hacer eso.–No sabía las razones, o si solo quería de alguna forma proteger al brasileño, pero lo había ayudado y el no es desagradecido.
–Me desculpe por isso, Vini no esta bien y no quería que te hiciera algo.–El Alfa le sonrió extendiendole la mano.
Gavi la estrecho, no tenía intenciones de preguntarle porqué le interesaba su seguridad, no ahora.
El juego siguió su rumbo, pero podía notar cosas, pequeños detalles. Rodrygo parecía estar atento a cada movimiento que el hacia, y podrán decir que tal vez lo esté marcando o simplemente esta atento para quitarle el balón, pero eso no explicaba el porqué no dejaba que ninguno de sus compañeros Alfas se le acercaran.
Bellingham intento confrontarlo por el hecho de que no le daba una oportunidad de tener el balón, y Rodrygo volvía a intervenir gruñendo de forma amenazante a su compañero.
–¿Es qué nadie entiende? Aléjate de él.–El británico lo miró atónito, era la primera vez que veía a su compañero así, y más defendiendo al rival.
Todo se salio de control cuando al finalizar el juego, el resultado había favorecido al Barcelona, los aficionados madridistas entraron al campo.
Hubo peleas y heridos, las personas de seguridad se veían en la forzosa situación de amenazar con agredir a los que intentaban llegar a los jugadores.
Pablo estaba un poquito asustado, más sabiendo que la mayoría de esa gente eran Alfas, Alfas que estaba enfurecidos.
Intento llegar hasta Pedri o Robert, pero las personas empezaron ha entrar, se amontonaron y comenzaron los golpes, pudo sentir como alguien lo tomaba de la muñeca y lo jalaba fuera de la multitud.
Pensando que posiblemente era Robert se dejó llevar, grande fue su sorpresa cuando vio que no era ni Robert ni Pedri, ni siquiera alguien de su equipo.
Era Rodrygo.
–¿Rodrygo? P-Pero.–
–No te preocupes voy a sacarte de aquí, te llevaré a un lugar seguro.
El brasileño apresuró el paso, cuando todo había empezado su único pensamiento fue ir por el omega español. No podía dejar que alguien le hiciera algo.
Logro divisar una puerta, posiblemente un lugar de descanso, la abrió y de forma rápida metió a Pablo con él.
–¿Estás bien? ¿Tienes alguna herida?–Rodrygo empezó ha examinarlo, tal vez había llegado tarde.
–E-Estoy bien... ¿Por qué haces esto?
–¿Hacer qué?
–Cuidar de mí, protegerme incluso de tus amigos... No entiendo.
Rodrygo solo lo observó, realmente no tenía las palabras adecuadas ¿Qué podía decirle? ¿Descubrí hace poco que somos destinados y no quiero que nadie te haga algo?
–Bien no respondas si no quieres, pero es raro ¿Tú protegiéndome a mí? Eso es muy extraño.
–No le veo lo extraño.
–Cla...–Un fuerte golpe seguido de una pequeña explosión hicieron que Gavi saltará asustado y directamente a los brazos del Alfa.
–¡¿Qué demonios está pasando afuera?!–Sin darse cuenta se había aferrado a Rodrygo como si su vida dependiera de ello.
Y lo sintió, café con un toque de menta.
Gavi oculto su rostro en el pecho del brasileño, a veces se sentía un tonto sin remedio. ¿Cómo no se había dado cuenta?
La forma en que el Alfa se comportaba alrededor suyo, la forma en que lo defendía incluso de sus compañero. Y ahora lo tenia en sus brazos tratando de tranquilizarlo.
–T-Tú...
–Sí, finalmente te he encontrado.
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