Cap 2. Los gánster en Yokohama también pueden confiar

Akutagawa estaba enloqueciendo de escucharlo, no era importante, mucho menos algo que quisiera, pero el albino se esforzaba tanto que incluso sintió como su corazón latía por aquellos gritos ¡¿pero qué cojones pensaba?! Su orgulloso valía más, mucho menos con un alfa idiota como Atsushi, no y... bueno solo iría un momento para ver cómo estaba, no, no iba a eso, iba a decirle que se callará, eran las 3:45 de la madrugada.

Bajo las escaleras y entró al cuarto donde se había encerrado, el mismo chico se había rasguñado para evitar sus instintos y se también se había auto mordido ¿podía verse más decadente? Bueno...

― Jinko – se acercó y el albino se alejo

― No te acerques, tu olor...

― ¿has hecho todo esto... por mí?

― S-si – respondió el albino – te dije que confiarás, solo vete

Akutagawa se alejó un momento, miro una vez más a Atsushi antes de salir del cuarto ¿Qué estaba pensando? Sentir pena por Atsushi era como... Bueno, si lo pensaba un poco, realmente se esforzaba, y... realmente, le agradaba. No y mil veces no, su orgullo...

Su orgullo se vino abajo cuando su curiosidad entro, abrió sus fosas nasales y el golpe de olor llego, un dulce aroma a café que lleno sus pulmones salía del albino remarcando una sonrisa en su rostro, una que no duro mucho al ver al albino llorar, estaba sufriendo evitando el celo

― Jinko

― ¿Qué?

― Dijiste que confiará en ti

― Ya vete – pidió el albino y el mafioso se acercó - ¿A-Akutagawa?

― Confió en ti... Jinko

― Akutagawa si te acercas tanto, yo no podré – Atsushi fue callado en un beso

Un beso que despertó cada uno de sus sentidos, todos los que lucho por mantener cautivos por el mafioso se apoderaban de él y su bello mirar, Atsushi rápidamente había tomado los hombros del mafioso y lo había dejado en el suelo mientras seguía besándolo, Akutagawa no lo olvidaba, se sentía asqueado y maravillado, odiaba sus genes, amaba como estaba siendo besado, estaba a la mitad de todo y de nada.

Atsushi no desaprovechaba su tiempo, había terminado de quitarle (bueno de arrancarle) la camisa al mafioso quien había vuelto a sus sentidos

― ¡No seas animal, Jinko! – se quejó el mafioso pero Atsushi no respondió, al contrario, todo lo que hizo fue morder el pecho del mafioso - ¡aag! ¡te mataré! – grito el mafioso

Atsushi subio su mirada y se miraron a los ojos, Akutagawa sintió como su celo llego sin el "poder" de sus supresores, incluso Atsushi pudo olerlo, el agente sonrio, y el mafioso se sintió avergonzado - eres increíble Akutagawa – hablo el albino oliendo al mafioso, había posado su cara entre el cuello y el hombro del mafioso – hueles a flores – dijo sonriente

- ¿flo-flores? – pregunto el mafioso y el albino tomo su mano para besarla

- Si, flores... un jardín entero de flores – menciono para metener el dedo del mafioso en su boca

- Ji-Jinko... pa-para ya – pidió el mafioso. Atsushi saco el dedo del mafioso de su boca y lamio la mejilla de esté – ap-apresurate – pidió

- ¿Tan pronto? Creí que lo disfrutaríamos

- No idiota yo – se sonrojo el mafioso – es-estoy impaciente

- El chico omega impaciente por su alfa ¿eh?

- Quien dijo que serías mi alfa maldito Jinko ¡TE MATARE! – Atsushi no pudo evitar reír, su lado alfa había salido por completo.

Cargo a Akutagawa como una princesa y el mafioso no paro de quejarse, lo saco de aquel pequeño cuarto, era todo lo que quería, más espacio, pues al salir de allí no dudo ni tres segundos en estamparlo con la pared de ese cuarto y lamer la nuca del mafioso mientras bajaba sus pantalones. Akutagawa estaba comenzando a sentir lo que su gen podía hacer y más que estar avergonzado, estaba... encantado

Atsushi lamia el cuello de Akutagawa mientras bajaba sus pantalones, Akutagawa no paraba de gemir a la pared, estaba extasiado del olor del albino. Atsushi termino de quitar el pantalón del mafioso y no dudo en meter el primer dedo - ¡MALDITO TE MATARÉ! - grito Akutagawa al sentir su dedo dentro

- Lo siento... m-me pones impaciente – hablo con u poco de cordura el albino. - Solo quiero poseerte

- Idiota animal

Los insultos no ayudaban, Atsushi no le prestaba atención a ellos, movía su dedo provocando espasmos en el mafioso, no podía dejar de gemir y fue peor cuando Atsushi junto su cuerpo al de él para acariciar su pecho y bajar hasta su miembro – déjame animarte mejor Akutagawa – dijo el albino masturbando al mafioso

- JI-JINKO – gimió el mafioso mientras se sostenía de la pared – n-no resisto

- Lo sé, yo tampoco – dijo oliendo al mafioso – quiero morderte

- N-ni se te ocurra – pidió el mafioso

- Pero ya se me ocurrió... - sonrió Atsushi – está bien si no es ahora, tenemos el fin de semana

- ¡TE MATARÉ JINKO! – volvió a gritar el mafioso molesto pero Atsushi solo le soltó provocando al mafioso quejarse y mirarlo mal, claro que no le duro mucho

Atsushi había tomado un tiempo para poder sacar su miembro, volteo a Akutagawa el cual cargo en sus caderas – ya llego la hora – dijo el albino – seré cuidadoso – agrego. Akutagawa se sentía nervioso ¿realmente había perdido todo el orgullo? ¿Realmente quería ser rellenado tal pavo en navidad por el albino? la respuesta era más que sencilla

- Espera Jinko aun – Akutagawa no pudo terminar al sentir al albino entrar con su miembro en el – du-duele – dijo apretando los hombros del albino – maldición duele – volvió a decir molesto Akutagawa

Atsushi beso al mafioso para concentrarlo en él, tenía gran ventaja, era fuerte y Akutagawa apenas llegaba pesar unos 50 kilos, las estocadas podía llevarlas a ritmo mientras cargaba al mafioso, pero no significaba que buscaba el sofá para sentarse sin desatender al mafioso, Akutagawa gemía fuerte y profundo, Atsushi no pensaba en soltarlo.

Logro llegar al mueble y las estocadas fueron más profundas, incluso intento golpear al albino por tratarlo así, quería matarlo, no, quería más

- Má-más Jinko – pidió el mafioso

- E-eso intento – se quejó el albino – estas apretándome mucho – se quejó en placer

- Ma-más Jinko, muévete más – pidió el mafioso y el agente obedeció, aun siendo apretado, no tardaban ya, era demasiado bueno para ser verdad

Y sucedió, Atsushi termino dentro del mafioso mientras Akutagawa dejo todo su semen en el pecho del agente, Akutagawa no podía moverse, sintió el dolor de aquel nudo dentro de él

- ¿estas bien? – pregunto el albino

- Duele... - dijo con una voz suave

- Es encantador

- ¿Qué?

- Cuando pides más, cuando hablas bajo y tus gemidos – sonrió ampliamente el albino – me gusta mucho

- Idi-idiota – se quejo

A los minutos el nudo desapareció y el albino logro salir, claro que estaban más tranquilos, el celo había bajado su nivel, pero ahora el tigre era el impaciente, apenas había dejado ir a Akutagawa cuando lo acostó boca abajo y volvió a entrar provocándole un gran gemido al mafioso

- ¡¿qu-que haces?! – grito molesto

- ¿te gusto? – pregunto el albino moviéndose y Akutagawa siguió gimiendo

- Me gustas, me gustas dentro y me gusta cómo te esfuerzas – dijo el mafioso entre gemidos

- Me gusta tu voz suave – sonrió el albino – me gustas incluso llamándome idiota

- Me gustas así de idiota

- Incluso me gustas cuando me dices que me mataras – beso su nuca deteniendo sus estocadas un momento – por eso... quiero estar siempre atado a ti

- JI-Jinko... - le llamo asustado pero trago saliva – solo puedo confiar en ti.... ¡así que muérdeme ya idiota! – pidió el mafioso. Atsushi le acerco su brazo

- Muérdelo – le beso la cabeza – esto te dolerá

- Te mataré si me duele mucho – se quejó el mafioso.

Atsushi volvía a moverse, rápido, duro, certero, Akutagawa volvió a gemir, sentía que iba a morir, su trasero había sido ligeramente levantado y sus partes sensibles eran tocadas con gran agilidad por el albino, sintió aquellos espasmos una vez más y lo supo.

Akutagawa mordió el brazo de Atsushi, Atsushi mordió la nuca del azabache mientras se corría por segunda vez adentro. La sangre se drenaba, el lazo estaba completo entre ellos...

...

Lunes en la mañana, Dazai iba tarareando una canción, uso unas llaves especiales y entró a la casa, todo estaba recogido y vio a Atsushi junto a Akutagawa en la cocina

- Te he dicho que así no sé hace maldito idiota – se quejaba Akutagawa

- Lo siento, no suelo cocinar, pero el arroz me queda bien

- Me vendrás envenenando – se quejó el mafioso

- Es cierto, es bueno haciendo arroz – dijo Dazai apareciendo

- Dazai-san – le llamaron los dos al mismo tiempo

- Llego antes, Dazai-san – sonrió Atsushi

- Bueno, quería saber si se habían matado pero veo que no – sonrió el castaño

- Dazai-san nosotros – mencionaba avergonzado el mafioso

- No, está bien, sabía que terminaría así desde que conocí a Atsushi-kun

- ¡¿eeeeeeh?! – grito Atsushi – ¿Cómo?

- No grites idiota – se quejó el mafioso

- Atsushi-kun ¿encontraste tu campo de flores? – pregunto Dazai y Atsushi sonrió abrazando a Akutagawa

- Si – aspiro el cuello del mafioso dejando el rostro de Akutagawa sonrojado – es mi hermoso jardín de flores

- Idiota, suéltame maldito animal – se volvió a quejar Akutagawa pero el dulce olor a café le relajo – bueno... no me molesta que sea solo un rato – dijo el mafioso volviendo a cocinar. Dazai se había sentado

- ¿puedo desayunar con ustedes? – pregunto el castaño

- Claro Dazai-san – sonrió Akutagawa – y... gracias

- Un mafioso que se disculpa – menciono Dazai mirando a sus dos subordinados en la cocina – los gánster de Yokohama no son lo que parecen... - miro su celular - ¿Qué hará Chuuya?

- ¿Dijo algo Dazai-san? – pregunto Atsushi

- Nada, cuéntame todo – sonrió el castaño

- Pues hicimos un lazo y – Atsushi fue estampado por Rashoumon a la pared

- Es un idiota, debo hacerlo todo yo y sonríe siempre que me toca – suspiro el mafioso – es todo un fastidio... - sonrió ligeramente – pero cada minuto me gusta más

- Felicidades chicos – sonrió Dazai – ahora, ¿desayunamos? Después los llevaré a la ciudad

- ¿Pues hasta donde estamos Jinko? – pregunto mirando a su ahora pareja

- Bueno... eso es un secreto – sonrió Atsushi mirando a Dazai

...

Meses atrás, en aquellos primeros días de Atsushi en la agencia, se habian dedicado a conocerlo mejor, es decir, Dazai.

- ¿entonces eres alfa?

- Si – sonrió el albino – una vez de pequeño tuve una experiencia increíble

- ¿así? ¿Cuál?

- Había alguien, creo que fue un sueño...

- ¿un sueño?

- Si, era alguien de cabello negro o quizá blanco, no lo recuerdo bien, su sonrisa era corta pero cálida – el albino sonrió tiernamente al recordar su sueño – olía a un jardín de flores...

- ¿un jardín... de flores?

- Si, muchas flores

- La combinación de muchas flores es asquerosa Atsushi-kun, te lo digo por experiencia, es hediondo

- ¿en serio? Para mi... es lo más dulce que he olido – dijo ligeramente sonrojado el albino

- Ya veo... - sonrió Dazai – te ayudaré con tu jardín de flores

- ¿en serio?

- Si, encontrémoslo juntos – sonrió el castaño – cuando lo hallemos, te dejaré con esa persona

- Me encantaría Dazai-san – sonrió el albino feliz 



¡Hola a todos! En un rato subiré la ultima parte.

¡Gracias por leer! 

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