CAPÍTULO III.

No te daré a Shile

— Déjame entender... — el muchacho toca el puente de su nariz —. ¿Estamos en el terreno de prueba de Borcón?

La chica le responde que si, mientras trata de mantenerse en pie.

— Hace rato que estoy viajando de un lugar a otro — la chica mueve su pierna herida y con fuerza pisa su suelo, cierra uno de sus ojos por el dolor, al menos disminuyo, ahora se siente como un simple golpe —. Esta por sanar.

El chico se acerca a la chica y le susurra en su oreja:

— Mejor finge que tienes aún la herida ahí, no creo que todos aquí sepan que eres una reserva. No te quites la venda hasta ir a la enfermería.

— Si — le responde en voz baja.

La chica le agradece por haberla ayudado y por el consejo a la vez.

— Tu prueba da miedo, seres que salen de la nada para apuñalarte.

El chico la mira por un  instante y comienza sonreír.

— Al ir de caza en estos días, nos intentaran matar. Siempre estaremos encarando la muerte — contesta el chico y mira niebla —. Ya no combato con criaturas grandes desde hace mucho, mis pruebas suman en numero y de cordura mental.

— Todo adecuado para nosotros — contesta la chica, quien se pone pensativa —. Entonces, ¿Por qué están mezclando las prue...

La risas en la oscuridad resuenan nuevamente, junto con el gruñido de una criatura.

Ambos muchachos se ponen en guardia, la primera prueba de la chica y ocurren cosas extrañas y ya tiene una herida. ¿Esto le afectaría en su calificación? No ha tenido un avance con su presa, no como sus compañeros y eso la hace pensar, de que tal vez lo esta haciendo mal, tal vez no era capaz, que la podrían echar. La invaden, como golpes atrofiados, se apropian de su cabeza, respirar cuesta, te oprime el pecho, la cabeza comienza a apretar, como si alguien le fuera apretar sin piedad su cráneo.

 Gabriel toma su hombro y la chica centra su atención en él. —Si te dejas vencer por esto Zombie, Shile será mío.

La chica se enfada y se para — ¡El ni siquiera te soporta!

— Eso lo sé, es igual a tí, pero si no logras pasar esta prueba, juro que me quedare con él (aunque me saque un ojo) — lo último lo dijo en un susurro.

La chica se levanta de forma violenta y se lanza a la densa niebla, para dar un golpe certero con su hacha, de la nada Gabriel solo ve como un par de cabeza de muñecas de plástico volando, la niebla se disipa, para mostrar que había más muñecas asesinas deformes, sin embargo estos al verla tan frenética, las hizo correr.

— ¡Vengan aquí! —  exclama la chica entre gritos y gruñidos, luego observa al híbrido chico y le bramo: —. ¡¡No dejaré que te quede con Shile!! 

La chica, olvidándose de su dolor de su herida, corre ante la espesa niebla para alcanzar a toda presa que se cruce en su camino. Para el chico, fue algo gracioso, sabia donde darle, aunque al cerrar sus ojos, pensó que la chica era un tanto aterradora. Entonces una muñeca le salta encima, para clavarse una afilado cuchillo sobre su cabeza, el chico mantiene sus ojos cerrados, sin miedo alguno, con sus instintos agudos ladea tan solo un poco para que la muñeca falle, la toma de un pie y sin pensarlo dos veces la estampa con fuerza contra el suelo.

— Estas cosas son muy ruidosas, aunque no tengan la intención de serlo —  (aunque siendo un híbrido, con parte de licantropo, mis oídos son más agudos).

El muchacho se agacho, hizo una pierna par atrás y se lanzo para no perder la apuesta, porque no dejaría que la Zombie ganase.

(...) 

Después de un rato, esto se volvió realmente un caos, violentos donde ambos sujetos con fuerza bruta, deshacen sin piedad a todas esas muñecas terminas destrozadas con restos esparcidos por todo el jardín 

—  ¡Ja! ¡Van doce!

El chico toma dos muñecos y los choca entre si hasta el punto de quebrar su cabeza, con un chorro de sangre coagulada salpicando por el piso. — ¡Catorce! — El chico los suelta y sacuda sus manos por el líquido asqueroso.

La chica, maldecía entre dientes, de que la rebasará por dos números. La chance es conseguir una oleada de esas cosas para pulverizar a todos sus presas de una o cazar a uno más grande.

— Si consigo el grande me llevo doce puntos.

El chico se ríe por el desafío. — Solo si lo consigues — sonríe hasta mostrar sus afilados colmillos y blanca dentadura. 

La chica no pierde tiempo y busca, a la enorme bestia, que ahora se encuentra escondida en la densa niebla, pero que poco a poco se va reduciendo gracias porque ambos se deshicieron de varias muñecas. Cuando se disipo lo suficiente para distinguir quien se encontraba ahí. Ademas del chico vampiro que la superaba con ahora seis puntos de más y soltaba un bostezo como si nada, entre tanto, la chica de cabello azul que estaba saltando de coraje de una manera graciosa para buscar una solución de manera inmediata.

La presa, de la prueba de Cady no aparecía. Se mantenía oculto, era más listo de lo que pensaba la chica, silencioso, pero su tamaño y su sed de sangre lo podía delatar. Al meditarlo, y al ya no sentir dolor en su pantorrilla, decidió hacer algo arriesgado, algo que en su cabeza le aseguraba que la bestia estaría por salir, si tan solo lo provocaba.

— ¿Seguirá hambriento? — la chica se pregunta con la mirada un tanto pérdida y darse fuerza. 

La chica se tira el suelo y se queja un poco, Gabriel se acerca un tanto preocupado por ver a la chica en ese estado. Fue en ese momento que con el acercamiento del chico, la chica saca algo de su bolsita mágica. Sin pensarlo se acerca al oído del chico, de manera lenta, para soltar un leve suspiro.  

— Shile será mío — pronuncia en un susurro.

El chico con una mirada rápida, ve como la chica esconde detrás de ella una pequeña navaja que gotea un poco de sangre. Entonces, entre los arboles de un bosque, un tanto a llegado al enorme jardín, se escucha, como la sádica y asquerosa criatura ruge.

Lentamente se acerca a ambos muchachos, a pesar de verlo relamer sus labios al percibir el aroma de la sangre de la joven. La chica sonríe, su plan estaba a punto de funcionar, pero no contaba que habría un temblor, un cambio en el ambiente. Un especia de glitch ocurre a su alrededor, se transforma en un ambiente en blanco que se sienten flotar a lo desconocido por unos instantes. 

— ¡Que diabl...— cuando el chico estaba a punto de terminar de maldecir sin previo aviso, regresaron al jardín del castillo, aunque la chica cae encima de él —. Cady — la llama al tener su cra tan proxima a la de él —. ¿Podrías bajarte de mí? Pesas muuuucho.

Ella lo empuja en respuesta para termine en el suelo y ella se levanta por cuenta propia.

La chica toma su hacha y decide observar a su alrededor, ya no ve a la bestia por ningún lado. Sin pausas la tierra se empieza a mover de nuevo, no conforme con eso Borcón sale a duras penas por una ventana y detrás de él un enorme dragón lo persigue, destruye las paredes del castillo para poder alcanzar al gigante, cuando cree alcanzarlo lanza una gran llama para volverlo cenizas, por suerte, el pelirrojo se escapa a su fuego ardiente, para caer bien parado al suelo del jardín, a pesar del movimiento brusco de la tierra.

Cady mira la escena con asombro, sus sentidos se distraen por tan increíble escena y así la bestia gatuna sin mucho pelo salta a por ella. Abre su inmensa boca, la chica apenas voltea a verlo, Gabriel trata de correr para por lo menos intetar algo, mientras grita el nombre de la joven. Por si fuera poco, el suelo se fracturo entre las piernas de Cady y se abre el suelo por completo.

Una escena en cámara lenta, el temblor, una bestia con fuerte aroma  a metal, como el de una barra de hierro abre su boca en su totalidad, para lo próximo en ver los ojos de la joven tan solo su lomo y a caer de espaldas hacia el vacío. Gabriel se tira de pecho para alcanzar a la chica, por que gracias a que se abrio el suelo, se hizo un agujero que daba a lo desconocido. Por fortuna, logra tomarla de la pierna.

— ¡Te tengo! — el chico la sostiene con fuerza.

Cady pensó en lo cerca que estuvo en morir en todo.  Cuando ladea un poco, entrecierra sus ojos para ajustar a su vista para ver las pequeñas manchas que se movían sin parar, mientras seguía colgada.

Eran un montón de hadas con ligeros cuernos atacan a alguien, con pequeños tridentes, lanzan luces anaranjados, amarillos y morados contra una chica. Que al percatarse era Eywa, que lanza luces que salen de sus manos una luz azul y las aparta.

— ¡Eywa! — grita Cady para llamar la atención de la chica que estaba ya casi próxima a ella en ese vacío metafísico, espacial.

— ¿Eh? — la chica de cabello gris, voltea a ver a la dueña de la voz y se pone sonriente al verla —. Hola Cady, ¿Qué tal tu prueba? Muy del revés al aparecer.

— He estado viajando por la pruebas de todos.

— Yo también, hace rato ya pase por la prueba de la jefa, de nuestro peque R o una mansión abandonada cubierta de neblina y luego me quede en este vacío luchando con mis presas.

La chica flota para acercarse a Cady, la toma por los hombros y la ayuda a salir de ahí. Así saluda a Gabriel al verlo. 

— Ah Gabriel, ¿Qué tal estas? 

— No me quejo, pero ya quiero terminar con esta prueba tan extraña.

— Opino contigo, no es normal que las pruebas se mezclen así — se cuestiono la chica de cabello gris. 

— ¿Ah no? — se pregunta Cady. Ella creía que era algo normal eso ocurriera la verdad su experiencia en el Game fight siempre fue raro.

— No es así Zombie, este lugar siempre así raro, creado por una mente con un ingenio sin igual e imaginación robusta, pero que cometa esta clase de error si que es extraño. Es único, íntimamente exclusivo de nuestro sector. 

— ¡¡Errores !! ¡¡Errores se corren en el Game fight!! — se escucha la voz del creador de repente, que viaja como si pasara por miles de bocinas que taladran por los oidos de los muchachos —. ¡Al terminar la prueba se le solicita a los concursantes salir por portal de cada participante en el Game Fight, pero esto es solo si logran cazar su presa! ¡¡SUERTE CAZADORES DE UMBRA Si sobreviven... — la último que estuvo a punto de decir hizo que la voz de creador se distorsionará por completo y se apagará.

— Esas palabras son nuevas — menciona la bruja que se tensa al ver un horda de hadas que salen del vacio y se arremolinan por el cielo del castillo y tiñen todo de rojo.

En eso se escucha el ruido de una gran maquinaria, que se acerca con frenesí, sale del bosque cortando un gran árbol a su paso, una ola de vapor ciega de la vista de la apariencia de la gigante criatura solo unos faros rojos, resaltan de la neblina del vapor gris cuando se acerca lo suficiente. 

Gabriel demuestra su disgusto al ver que una gran rareza llena de cilindros, tuercas, un gran numero de tren de ruedas, que es una gran serie de engranajes y tubos de escape donde sale todo ese vapor. Estaba horriblemente cubierto de telas sucias y rotas con caras, ropa y partes de muñeca mal cosidas y al centro de la cosa tenía una cabeza de plástico de un bebé con un solo ojo de vidrio azul claro en lado derecho, mientras el otro ojo y la parte por donde debería estar su boca que parece haber sido arrancada con violencia, eran iluminados por un foco de un intenso rojo. Al fijar la mirada en el muchacho, lanza un especie de grito o más bien un chillido mientras el vapor escapa en todas direcciones de su cuerpo.

— ¿Y eso? — se pregunta Cady, al ver esa cosa de maquinaria extraña. 

— Esa cosa es mío, produce desde su interior más de esas muñecas asesinas — contesta el chico, que hasta ese momento, vio que era mejor idea, por fin de sacar un arma con bastantes balas.

— ¡El Game Fight, necesita una revisada y arreglar sus desperfectos por cuenta propia es por eso que si se quedan por más tiempo cerrare las puertas de este lugar mis queridos cazadores! ¡Tienen una hora! 

—  ¡¿Una hora?! — exclama la peliazul, preocupada —. Ni siquiera me he podido acercar a hacerle ningún rasguño a mi presa...

Eywa la toma del brazo para dedicarle una bella sonrisa. — Lo harás bien — le dijo entre labios.

Ojalá tener la confianza que Eywa tenía en ella. Sobre todo, cuando gran parte de su cuerpo le pedía a gritos un respiro y su cabeza se producía fuertes golpes en su frente como un tambor. Exhala con los nervios carcomiendola.

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