CAPÍTULO II.
De regreso al Game Fight/ Colapso mental
La chica comienza a caminar, mira el panorama e inspecciona. Lúgubre, único sonido, sus pasos al pisar las ramas y las hojas secas, el ambiente es frío y hasta algo seco, pica la garganta. Lo bueno es que lo pensó, este lugar siempre puede venir con sorpresas, por eso entro con ropa cómoda y un pequeña bolsa de mano mágica regalo de Eywa, con una bufanda dentro y otras cosas esenciales que podría necesitar.
Se ajusta la bufanda y escucha un pequeño ruido se descubre un poco el brazo izquierdo.
Y en un susurro pronuncia. - Sacred weapon - un hacha pequeña aparece en su mano derecha.
El viento pasa por su cabello con suavidad, cierra sus ojos para percibir mejor la presencia y entonces lanza su hacha, se escucha un chillido. Esto seria una cacería al parecer, se acerca a la criatura, pequeña, despellejada con su musculatura y venas a flor de piel, rosada con unos ojos oscuro que la observan mostrando su afilada dentadura y respiración errática. Sus garras estaban afiladas, nunca debe dudar a la hora de cazar bestias peligrosas y esta tenía toda la intención de matarla, por suerte la detuvo antes de que lo hiciera.
Saca el hacha y la criatura deja de respirar.
- Debe haber más como estos por aquí.
Entonces los ruidos son más evidentes, que se hacen grandes y estridentes. El suelo de sus pies empieza a temblar, ella se esconde en un lapida, en contra posición de donde percibía el ruido de la criatura aproximándose. Alguien gigante, <<Es más grande que Borcón, tal vez tres metros más >> se confirmo cuando una bestia que era igual que la pequeña, hecho furia llega al cementerio, este tenía algo más de pelo, pero dispersos sobre rosada y roja piel, un gato mal rapado, eso era lo que era o eso pensaba Cady.
Solo que esta bestia de cuatro patas estaba manchado de sangre, cuando abre su mandíbula sale ríos de sangre y algunos pedazos de animal, olía a muerte, era desagradable. Entonces el cielo truena, oscuridad, lluvia y una bestia asesina tras de ella, sonaba a un reto, más cuando la criatura se encuentra con la más pequeña y lo ve muerto. Su rugido, como profunda pero a la larga se agudiza que duele escuchar, había matado al minino de ese ser.
Ella no sale de su escondite, lo que la criatura se molesta y empieza a mover lapidas y destrozar a todo en su paso. Hasta llegar como un trueno a donde Cady, ella se mueve. de un lado a otro, para huir de sus garras, la chica se fía de sus instintos para luchar con la criatura.
Muestra una sonrisa, pero se borra de inmediato cuando una luz cae al suelo entre ambos. Cierra sus ojos, escucha una especie de crujido y luego un fuerte pitido en sus oídos, la hace cerrar los ojos, cuando los abre, observa que esta cayendo, junto a la criatura, aturdida.
Cayendo a un mundo blanco y extraño, parece que caía hacia la nada misma, hasta que su alrededor vuelve a ver sonido y luego se cubre de verde. Cae entre cuerdas gruesas y verdes, hasta darse cuenta que eran lianas, ruido de naturaleza la invade, era de día, pero estaba nublado. Entonces se ve una manada de ninjas cayendo desde el cielo, se abalanzaron contra la chica y con la base del hacha los lanza lejos a varios de ellos.
- ¿Y esto qué... ¿En dónde estoy? - se pregunto la chica confundida.
Los ninjas la rodean, ella toma una postura defensiva, lucha desde los arboles seria complicado, pero imposible. En grupos de dos o tres, se turnan para pelear, ella desaparece su hacha, para ver su habilidad en lucha.
Una patada la quiere alcanzar, ella se agacha toma al sujeto continuo y lo lanza hacia los demás, bloquea un par de puños con los brazos con firmeza, para que luego le lanzaran una cuchilla, ella salta.
- Primero una bestia asesina y ahora ninjas asesinos, esta prueba no tiene sentido - la toma la cuchilla y la lanza a uno de ellos, el sujeto se mueve rápido y logra esquivarlo.
Entonces la toman de manera desprevenida desde atrás. Ella lo patea en la espinilla de la pierna o en la tibia y la suelta.
- ¡Ah Cady! Me sorprende el verte, ¿Qué haces en mi prueba? - esa voz era la de Ricky que aparece de la nada en una de las ramas de los arboles.
- ¡Eso mismo me pregunto yo!
- Bueno no importa, solo muévete - saca un arma y apunta.
El chico sonríe, a lo lejos con su mirada afilada al igual que un zorro y entonces dispara lejos, para dar en el blanco. Con al menos tres de ellos.
- Cada prueba está hecho para desafiar con el susodicho participante. Y está es la mía así que Cady hazte a un lado - le habla duramente y ella tan solo lanza unos ninjas y decide irse.
Algunos de ellos querían seguirla, pero Ricky les disparó antes de hacerlo.
- ¡Ah no! Ni crean su asunto es conmigo. Saben, es irónico tener que acabar con ustedes, cuando nosotros tenemos íntimamente prohibido asesinar a nuestra presa a menos que un pez gordo lo solicite, pero quién soy yo para cuestionar al sistema - el chico sonríe confiado, si terminaba cuánto antes podría ir a comer con Emery.
•••
Cady logra irse lo suficientemente lejos de ahí. En ese preciso momento escucha a lo lejos a la bestia y antes de dar un salto se detiene, en ese momento aparece la bestia con dientes afilados desde los suelos para alcanzar a la chica que por poco le da un mordisco.
- ¡Otra vez tú! - brama la chica quien dio un salto, con su hacha lo lanza para darle en el blanco la bestia se movió y el suelo tembló.
La chica mantiene el equilibrio como puede, entonces que se escucha el crujir de una rama desde su cabeza y decide moverse par saltar en el aire, ella y esa bestia nuevamente desparecen al espacio en blanco e insólito, lo cual no dura mucho porque la chica cae de repente aun piso frío y de piedra.
Su cara queda estampada contra el suelo - ¡Auch! - se queja la chica que se incorpora nueva mente para ver su alrededor, preguntándose ¿En dónde estará ahora? La chica se pone de pie y observa que era sitio oscuro, solo que este lugar era iluminado por las luces de las antorchas del lugar, tan amplio con grandes soportes de piedra. Cady avanzo sin miedo y tomo una antorcha, necesitada encontrar su arma antes de que la bestia u otra criatura asesina la alcanzará. Entonces un estruendo sacudo sus pies, se quedo quieta sin mover un solo musculo, solo termina por exhalar y escucha el rugido de una bestia, no era la suya, no, una completamente diferente que se aproxima en su ubicación.
La entre cierra los ojos para enfocar bien, un dragón sale entre la oscuridad del lugar. Su gran peso y tamaño era del tamaño exacto del lugar, escamoso, lleno de araños, filosos dientes, y garras de color blanco como la nieve, de llamas azules. La chica maldijo en su interior y se echó a correr, claro la criatura la podría alcanzar en cualquier momento, pero al dar un paso, el piso se hundió al dar el paso y en ese momento salen flecha de todas las dirección para dar con ella.
La chica toma impulso par a dar un gran salto, al tomar un pedestal que sostiene una almohada de terciopelo. La mueve un poco y caen grandes costales de kilos de arena del techo, la chica cae de nuevo al suelo, rueda rápidamente su cuerpo para que ningún costal caiga en ella. Al rodar se tuvo que levantar de un salto, porque casi la alcanza una llamarada azul, la chica en cada rincón del lugar la hacia saltar y correr, pero solo la situación empeoro cuando su bestia sedienta de sangre la empezó a cazar también y trata de atraparla también.
En su agotamiento físico y su poca falta de aire, a su rescate y antes de ser calcinada al estar de frente con el dragón a punto de disparar sus llamas. Un gigante llega a darle un golpe, con gran costal, aturdió a la criatura y eso hizo respirar a la chica de alivio. Cuando enfocó su vista, se encontró que el pelirrojo de Eywa, Borcón.
Apuño y golpes de costales, mantenía ocupada a la bestia, mientras de la boca de su compañeros, se escapaba un grito de guerra, para provocar a su oponente. Fuerte, valiente y activaba las trampas, pero las usaba a su favor para que el dragón dará con ellas. Esto sorprendió a Cady, de lo brillante que era Borcón en su lucha. Y asi como pudo, logró estampar al dragón a la pared y luego a la otra bestia de Cady, antes de que pudiera morder su brazo, con ambas manos, lo toma de su enorme hocico y tumba contra el suelo con todas sus fuerzas que rompe parte del suelo, la criatura se desmaya y Borcón le saca un diente.
Eso dejo helada a Cady, sabia que era fuerte pero no sabia que ese punto.
- Romper diente de criatura de feo aliento - mira en dirección ala chica, quien tenía una sonrisa de tonta y la mirada perdida -. Es la pequeña muñeca, se acerca a ella y la levanta y sacude, no muy fuerte para no lastimarla, pero que así reaccionará -. ¿Cady estar bien?
- ¿Eh? Ah, si. Gracias por ayudarme Borcón - el chico la baja y pone sus manos en su cintura y le dedica una hermosa sonrisa mientras muestra sus dientes blanco y bien cuidados.
Algo salvaje a la hora de soltar golpes, pero de buen corazón. Borcón se hallaba un poco confundido del porque la chica se encontraba en su prueba de él, pero la chica contesto.
- Me encontraba en mi prueba y luego junto con mi presa aparecimos en la prueba de R y ahora en la tuya - le resume sin más. La chica mira a su alrededor, es imposible ver con tan poca luz -. Además perdí, mi arma.
Borcón la detiene antes de que continué hablando. -Yo encontrar esta pequeña hacha mientras distraer al dragón.
Cady sonríe y toma el hacha con entusiasmo, sin duda era su arma y agradece a su amigo de haberla encontrado. Luego se escucha un rugido.
El dragón se había despertado y trata de moverse, Borcón se pone firme y toma de nuevo el costal de arena para luchar. Luego la bestia asesina de la chica se levanta y sacude la cabeza por el golpe del gigante pelirrojo, Cady sabía que vendría por ella .
- Tomar tu arma y llevarte esa bestia - le hablo con firmeza y Cady asintió con la cabeza -. Yo acabare con la prueba del dragón - luego el piso tiembla el piso se abre -. ¡Ahora!
La chica hace alargar el mango de su arma para picar desde esta a su presa, pone fuerza y da un salto, eso enfada a la bestia, va detrás de la chica quien corre lejos de ahí. se topa con una puerta de madera, hace crecer su hacha y de un solo golpe la abre. Cuando sale del lugar hacia el jardín, puede observar que es un castillo, hecho a la antigua.
Un castillo abandonado, imponente de tal vez del siglo X, occidental del completamente de piedra, y a los extremos dos torres de vigilancia gigantes y una enorme puerta fortificada. La chica sale al abandonado, frondoso y espinado jardín, su presa viene detrás de ella. La chica, se centra es caótica y extraña prueba, flexiona sus piernas y entrecierra sus ojos para ver a la bestia, que corre con frenesí para dar con ella.
Y de pronto, el lugar se cubre por una neblina extraña e inusual. Cady mira a su alrededor y escucha, unas risas en el lugar, cercanas y lejanas, difícil para encontrar a alguien.
De repente algo la perfora en la piel de la chica, su pantorrilla había sido perforada, pero sujeto la mano de la criatura con fuerza para jalarla hacia ella, una retorcida muñeca de plástico, con los ojos por fuera con marcas de vasos sanguíneos en esos ojos de cristal sin alma, se burla de ella. La muñeca tira con fuerza hacia atrás y aunque pierde el brazo se va soltando una carcajada.
Cady con el brazo de la muñeca en la mano, la arroja lejos de ella. Así, como puede observar su pantorrilla perforada con un pica hielo. Ella lo saca y no evita soltar un grito. De su bolsa mágica saca unas vendas y como puede trata de cerrar su herida. En ese momento, su bestia desde sus espaldas se acerca de manera sigilosa, aún así no evita a hacer una respiración agitada al oler la sangre de la peli-azul.
La chica, piensa en algo rápido, pero no llega a nada de su cabeza, solo darle con el hacha, sin embargo la alcanzaría a morder, perforar o incluso a arrancarle una extremidad en el peor de los escenarios. Se prepara mentalmente para pelear como pueda con su herida.
Entonces en cámara lenta una sombra oscura lanza algo a la criatura para distraerla y sujeta para llevársela cargando como un costal, pero le salvo su vida.
El corazón de la chica late resonando en sus oídos, sin embargo escucha la voz de su salvador la calma de inmediato.
- ¡Ay Zombie! Esa cosa por poco te toma por merienda - se burla el chico.
- ¿Y qué podría hacer? ¡Una muñeca apareció de la nada y me perforo la pierna, Gabriel!
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