Mis niños.

La noche cayó, como un espectro cubriendo todo con su oscuridad. La segundo al mando de la casa de omega, caminaba por los pasillos de la casa, caminó hasta llegar al cuarto, donde era requerida; entró, sin tocar la puerta, sus semblante serio, pero tranquilo, se podía sentir, junto con su olor a manzanilla, tan tranquilizante para los omegas que estaban en aquella habitación.

— Alex — dijo amablemente poniéndose a la altura del menor — muestramelas

El menor le mostró las manos, viendo como estas estaban llenas de heridas, claro está que ninguna de esas heridas dejará cicatrices. Tallo las manos del niño con cuidado viendo como el pequeño, soltaba pequeñas lágrimas.

— lo lastimas — Willy alejó al pequeño de ella, mientras lo abrazaba

— vengó a curarlo Willy — se quedó en su lugar esperando a que los omegas se dieran a su ayuda — por favor

Willy la miró por un largo rato, mientras mantenía abrazado a Alex, no quería dárselo a ella, aunque aquella mujer nunca les haya hecho nada hasta ahora, pero Willy sabía que no es bueno confiar en alfas, menos en las dueñas de ese lugar.

— señorita — hablo Alex con lágrimas en los ojos, escondiéndose en el pecho de su hermano — usted puede quitarme el dolor — tocaba sus manos, con dolor, con sus ojos llenos de agua

— claro Alex, yo te quitaré el dolor, y te contare la historia de la otra vez, si me dejas curarte — dijo la alfa sonriéndole, haciendo que el menor se soltara con ella.

Por una razón Amidala se encargaba de cuidar a los omegas, su olor y apariencia amable la hacía más apta para ese trabajo, quién diría que es una de las alfas más fuertes y respetables de toda la casa. Por eso se puso furiosa, cuando su compañera no tuvo quitos a los alfas y humilló a Luzu enfrente de betas y alfas, ahora castiga a Alexby y quien sabe que le pasaba a Willy que ella no sabía.

Curó las manos de menor, consumo cuidado, como siempre Willy viéndola, que no hiciera nada malo a su hermano, como lo que le hicieron a Luzu.

— terminó — Willy la veía con coraje mientras tenía los brazos cruzados guardando distancia

— casi, Guillermo, alzate la camisa — dijo mirándolo a los ojos,

El omega negó con miedo, se hizo hacía atrás, mientras sus ojos derramaron lágrimas, sus manos se aferraban a la tela y se tiró al piso llorando.

— no, déjame no te acerques — Willy pataleo cuando Amidala lo cargó y lo puso en la cama — por favor ya no — alzó la camisa del niño, al cual estaba llena de heridas y chupetones, ya viejos, pero aún se veían — ya no quiero

— ya ya pasó Willy — abrazó al omega y soltó su aroma a manzanilla, calmando el dolor del pequeño, aferrándose al niño como si todo lo demás no importaba. Ellos eran sus niños, nadie tenía derecho a tocarlos, ellos no estaban en edad, ellos eran sus hermosos bebés; sus ojos cambiaron de color a un tono rosado — nadie te tocará otra vez, — le susurró en el oído, tallando la cabeza del niño — yo me encargare de eso

Con su olor calmó a los omegas, entonó un delicada melodía, logrando dormir a los niños, los arropó y besó sus mejillas. Ella sabía que se había encariñando más de lo que debía con esos niños, pero quien la culpaba, ella se había enamorado de un omega y le fue arrebatado junto con su hija, que ahora debería de tener la misma edad que ellos; ella ve a su niña, a través de esos omegas.

Salió de aquella habitación, entonces su semblante calmado se fue, sus ojos brillaban de rosado, su olor inunda todo el pasillo, una de las alfas que pasaba por ahí, saltó en su lugar al sentir la presencia de aquella mujer, Amida se le acercó poniéndose a lado de ella.

— quiero a todos los alfas que tocaron a los niños de la habitación 6, en la sala oeste — su voz sonó aterradora y ni siquiera estaba utilizando su voz de alfa y pudo atemorizar a aquella persona —si alguien cubre a alguno, le irá peor a esa persona — la alfa asintió frenéticamente — como se encuentra Luzu

— e-está dormido, en la enfermería, como ordenó nadie tiene permitido entrar — su voz tembló levemente, pero después la compuso

— bien, dile a Lana que su hijo se encuentra bien, — ordenó sin mirarla, sus ojos aún brillaban intensamente

No es culpa, de aquella alfa en tener curiosidad, después de todo nunca había visto, tanta preocupación por un simple beta, como la tenía ella por ese niño y solo fue un instante pero por su mente cruzó, que aquella alfa era débil

— ¿Porque tanta preocupación por ese beta? — soltó sin pensarlo

— ese niño, podría ser nuestra ruina, pero todos parecen ignorarlo, — habló por fin viendo a la alfa a los ojos — si ese niño llega a morir, no podríamos controlar las revueltas que se harían en nuestras tierra — concluyó y siguió caminando

Amidala no era una mala persona, tampoco era una buena, ella era un ser humano, que se vió envuelta en los estatutos de su sociedad, no odia a los Betas, pero tampoco quiere su libertad y no es como si quisiera a todos los omegas, ella solo quería con el alma a esos omegas, por eso antes no importaba si un niño era abusado, eso a ella no le importaba.

Es egoísta, y ella lo sabe, pero que ser humano no lo es y como cualquier Alfa, defendería a los que ama, con sus garras y colmillos.

Ella amaba ser Alfa, sobre todo ser de una raza superior de los Alfas, amaba sobretodo ver el terror de los alfas inferiores, reflejado en sus ojos, aunque no lo admitiera en voz alta era la verdad, así que haría que todos lo que tocaron a sus niños se retorciera de dolor en el piso, como la puta escoria que eran.

— Amidala — escuchó la voz de Alexa,

— hablaremos luego, — le dijo sin importancia y pasó a lado de ella como si fuera una basura

No quería hablar con ella, después de todo ella también le había causado dolor a su niños y eso no se lo podía perdonar.

— ¿Qué piensas hacer? — paró en secó al escuchar aquella pregunta

— te pedí una cosa, que no tocaras a mis niños y dime Alexa, que hiciste — Alexa la confrontaba con una sonrisa — en cierto nada, pues ahora voy a castigar a cada maldito Alfa que no pudiste controlar, — le soltó un cachetada, que hizo que Alexa volteara la cara y que resonará por todo el pasillo — eso es por Luzu

— te estas encariñando demaciado — le dijo a su amiga, sonriendo mientras tocaba su mejilla — recuerda Amidala los omegas son solo accesorios,

— tal vez, pero, mientras yo tenga poder, lo voy a ejercer, — siguió caminando después de eso. — el comprador llega en 3 dias, voy a regalar tu desastre también.

Alexa se tomó la mejilla y sonrió, amaba demasiado a aquella mujer, eran tan pura y desquiciada, cuando se lo propone.

Sabía que en ese mundo, no podía ni siquiera proponérselo, pero quien sabe tal vez en otro mundo con diferentes reglas, pero a quien engañaba, ella no estaba hecha para una mujer así de increíble, ni ahora ni nunca, tal vez por eso odiaba a los omegas, por que ellos, sí pueden recibir el afecta de ella.

Les gustó,
Espero que sí

Willy sufre de abusó casi siempre, pero el ya se acostumbro, con el pensamiento que nadie lo va a salvar.

¿Hibridos?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top