Castigo de un omega.
Nada más llegar a la casa Luzu, fue despojado de sus prendas, nunca habló, o se movió sin que el alfa le ordenace, los castigos para los omegas, son humillaciones, son para recordar quién es la raza que está arriba. Luzu era un niño de 10 años, quien iba a recibir su primer castigó.
Era un castigo horrible, si se puede llamar así, consiste en recibir el olor de 5 alfas llamándolo; el llamado es lo que hacen los omegas y betas cuando se necesitan, sueltan su olor, para que el omega llegué hacía ellos, al estar expuesto a varios olores el cuerpo de lo omegas no aguanta, menos en una edad muy temprana. Luzu no veía casi nada su visión se había nublado, su boca se abrió cesando.
— calor, quiero — el omega se acercó a un alfa al que tuvo más cerca
— no Luzu haz sido un omega muy malo — el alfa, se inclinó hacía él — o me equivoco
— soy un omega malo — Luzu no sabía lo que decía
La exposición a tantos olores pueden provocar, una sensación muy parecida al celo, haciendo al omega necesitado de un alfa, pero luzu al no haber tenido su celo no podía secretar lubricante.
— serás un buen chico Luzu — uno de los alfas se acercó también liberando más olor, haciendo que el pequeño cuerpo de Luzu no pueda mantenerse en pie. — párate — otro utilizó su voz de alfa para que obedeciera, lo cual hizo el omega.
— s-sí — respondió parándose,
— si que Luzu, no te escuchamos — hablo otro alfa abrumado al niño
— s-si a-alfas — Habló con su voz entrecortada — ah~ — un alfa se acercó olfateando el cuello del pequeño mientras acaricio sus piernas
— suelta tu olor Luzu — el omega obedeció, el olor a miel se esparció por aquella habitación.
Los alfas se sintieron encantados por aquel olor, querían comerse al pequeño cuerpo, sin compartirlo cada uno lo quería solo para él, querían morderlo, marcar cada parte de aquella piel expuesta que tenía Luzu en esos momento, entrar en esa pequeño entrada y hacerlo hasta que él omega, se desmayara, e incluso seguir si eso llegara a pasar.
— alfas felices con Luzu — Luzu sonrió en su lugar
— si pequeño, muy felices — Hablo uno que empezó a acariciar el torso del pequeño
Luzu solo sentía como muchas manos tocando su cuerpo, su boca no para de hacer sonidos extraños para él, pero que parecía encantar a los alfas, no sabía que hacer solo seguía haciendo lo que le indican los alfas, tenían al omega perfecto.
— pero qué demonios — una alfa. Llegó a la sala alterando a los presentes, quienes soltaron a Luzu quien cayó, con la respiración agitada, gimiendo la palabra alfa, inundando toda la sala con su olor. — Luzu — la mujer llegó y cargó al niño entre sus brazos,los alfas gruñeron involuntariamente, la mujer sacó su olor era un olor potente un olor a menta que parecía que te hacía llorar — sentados
La alfa llevó a Luzu entre sus brazos pasando por los pasillos de aquel edificio, entró a un cuarto, donde 2 omegas más se quedaban, quienes se levantaron, a ver a su amigo, llegar en los brazos de la jefa del lugar, lleno de marcas, desnudo y que contrabajo respiraba.
— caliente — Luzu se aferró al alfa,
Ella camino rápido al baño, abrió las llaves para llenar la tina, metió al omega en aquella tina, empezó a lavarlo, para quitar el olor de los alfas, si no lo hacía rápido el celo de Luzu saldría antes o se desmayaria, ninguna de los dos le convenía a la mujer.
Tardó un poco, pero pudo estabilizar la temperatura de Luzu, dejándolo estable, una vez que estuvo consciente lloró, con desesperación y aún en la tina siguió lavandose, hasta al punto de lastimarse, podía sentir las manos, pasándose por su cuerpo, podía sentir el olor todavía en él, lo odiaba, todavía se escuchaba pidiendo más. No estuvo contento hasta que de su cuerpo salió un poco de sangre. La alfa lo sacó, recibiendo un claro rechazo del omega quien forcejeaba, una vez que lo sacó de la tina y lo aventó en medio del cuarto.
— limpienlo y vistanlo — la mujer salió del cuarto, escuchando los sollozos del pequeño.
Luzu lloro tapándose con lo que pudo, su "hermano" se acercó y lo tapó mientra lo abrazo con todas su fuerzas, Luzu nunca había hecho nada malo, que pudo haber hecho que mereciera tal castigó, que solo recibían los omegas de 18 años.
— Willy — hablo Luzu llamando a su hermano — quiero irme de aquí, Willy quiero que deje de apestar — Willy abrazo más a su hermano, si bien era cierto que tenían la misma edad, Willy solía meterse en más problemas que cualquier otro omega de ahí
— quiere que saque mi olor — hablo Willy tallando la cabeza del su hermano, recibió una negación por parte del él
— Luzu quieres un poco de agua — preguntó el otro omega
— si traele un poco Alex — el omega asintió, pero la mano de Luzu impidió que se moviera
— no te vayas ellos siguen afuera, Alex quédate aquí — Luzu lo miró espantado, — Luzu fue un mal omega, Luzu hizo algo malo, Luzu no quería ser malo, — Alexby tomó la mano de Luzu — Luzu solo quería salvar a los Betas, — Alex lloro en el pecho de Luzu
— no hiciste nada malo Luzu ellos son los malos — Alex dijo
— ellos me dijeron que fui un mal omega, por eso tocaba castigó, liberaron su olor, y me empezaron a decir que me quedara quieto, — Luzu se aferraba a las manos de su hermano
— que hicieron que — una alfa entró a la habitación escuchando lo que dijo el omega.
Ella era la segundo al mando del lugar, se voz se escuchó molesta, haciendo que los omegas temblarán en su lugar, la alfa se acercó y tomó al pequeño omega, quien seguía resistiendo.
— Tranquilo Luzu — lo acomodó en una de las camas que habían ahí — los dejaré solos, nadie vendrá a molestarlo
La mujer salió, escuchó los gritos de aquel omega, su alfa se estremeció al escuchar el grito de dolor de aquel niño, no era un grito, como los que solía escuchar, era más bien un aullido pidiendo por su familia.
Enojada la alfa se dirigió a donde se supone que estaba su amiga y ahí la encontró, con 4 alfas arrodillados y uno en su manos lleno de sangre, la recién llegada camino hacia su amiga, tomó al que tenía en su brazos y lo siguió golpenando. Sacó un pequeño cuchillo y se lo enterró en la pierna al otro alfa.
— pongamos las cosas claras, — la alfa hablo tirando del cabello del alfa — como se supone que piensas reponer uno de nuestros mejores productos que tenemos — movió el cuchillo de un lado a otro en la pierna del hombre — ese niño, era el mejor omega, de la casa — sus ojos, se iluminaron y sus colmillos empezaron a salir — nuestro comprador vendrá en 5 días, viene por un omega, y te jodiste a nuestros mejor producto.
— lo lamento lo arreglaré — habló el alfa
— te das cuenta de cómo está Luzu, no quiere ver a ningún alfa, no quiere sentir algún olor — lo tiró al suelo — por algo los castigos, tienen límites de edad. — la mujer agarró un trapo de su chaleco, limpió la sangre que tenía en sus manos — esto es un desastre, arreglare el problema con Luzu — la mujer se acercó a la otra alfa y le sonrió — tú arregla este desastre
Salió del cuarto, caminó hacia su oficina, una vez dentro, tomó una trago de su botella de vino.
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