Capítulo 3: ¡Hey, basta ya! ¡Mi hermanita está de visita!
Cade se sentó en su camastro de su departamento rentado, la verdad es que aún ese departamento era muy caro para él, lo único que tenía era un baño más o menos funcional y eso era todo, tenía un viejo sillón que se lo había regalado un inquilino que se había mudado. Y una Laptop que había sacado de su casa antes de marcharse, la vida en Brooklyn era difícil, sobre todo si Cade la comparaba con su vida en Montauk, en la mansión de su familia tenía sirvientes, tenía una PlayStation, una Smart TV y bocinas. Y un refrigerador lleno de comida. Pero en su departamento de Brooklyn solo tenía una laptop, la contraseña de internet de su vecino prostituto y una dotación de un año de ramen instantáneo.
El muchacho sacó su Smartphone. Había encontrado algo de dinero y como todo buen hombre los gastaría en prioridades. Cade sacó su teléfono y marcó el número.
--¿Papa Marcus?, ¿Qué me das por 200 dólares?... ¡Así es 200 dólares, oíste bien proxeneta de mierda!... ¿Desiré?...No, todavía no le operan de la manzana de Adán. ¿Qué tal Alejandra? Ella tiene un buen cu...¿Cómo que la deportaron?, ¡Otra vez! , Me estás matando aquí Marcus. ¿Me vas a dejar con las bolas azules?, ¿Qué tal Star?... ¿Ósea cómo? ...¿Porn-Hub la contrató? , Marcus, no quieres que mejor te de los 200 dólares, parece que tú los necesitas más que yo...
Entonces Cade escuchó que alguien tocaba a la puerta, el muchacho caminó hacia ella, talvez debía ser de nuevo el prostituto del piso superior que no podía ver su cuenta de netflix ya que Cade la estaba usando.
--No Marcus, Cinamon no me gusta,...¡Porque está gorda!, ¡Maldita sea sé que body-positivity esto y body-possitivity aquello, pero mi pito no es lo suficiente guerrero de la justicia social como para que...--Cade abrió la puerta, ahí estaba ella...Kristi. De larga cabellera castaña y ojos verdes, luciendo un pullover rosa y jeans azules. Llevaba una mochila azul claro en la espalda y una diadema rosa en su cabeza. —Marcus voy a tener que hablarte luego...Cade colgó el teléfono.
--¿Es un buen momento? —preguntó Kristi. –No quisiera importunar a cualquier escort que hayas invitado.
"No, las mujeres de Marcus no tienen la suficiente decencia para ser consideradas escorts "
--Maldita sea, ¿Qué haces aquí Kristi? y más importante, ¿Cómo fue que diste conmigo?
--No fue muy difícil, llamé a unos amigos en la Asociación, un poco de trabajo detectivesco y jaqué las cámaras de seguridad eso hubiera hecho si simplemente no me hubiese metido a Instagram. --respondió Kristi y luego sacó del bolsillo de su pantalón el nuevo IPhone y le mostró la foto a Cade. Era una selfie tomada por La Detective Underground, con Cade inconsciente atado a la silla y con Unterbite haciendo una cara graciosa a la cámara. La leyenda bajo la foto leía "Aquí con Cade, un nuevo miembro de la Agencia Underground #Herolife #Aha #Indiehero #AgencyUnderground #CadeBurke"
--Maldita sea. —respondió Cade al ver la foto.—Bueno pasa ya.
La chica entró a ver el departamento destartalado de Cade, entrando la chica golpeó una botella vacía de whiskey. Que rodo hasta debajo de la cama del muchacho.
--Es muy...pintoresco, bueno sea como sea estoy contenta de que hayas logrado unirte a un nuevo equipo de héroes. Sobre todo, después de lo que pasó con Xilos Zaga. –respondió Kristi.
--Eso no explica cómo encontraste donde vivo. —respondió Cade.
--¡Oh! Eso fue muy fácil, solo tenía que pensar donde iría un alma incomprendida y que además estuviera no tuviera dinero. Y la respuesta fue simple en Brooklyn y en la parte más pobre de Brooklyn. —respondió la chica. –Además no iba a ser tan difícil rastrearte, lo único que hiciste fue cerrar tus cuentas de redes sociales y cambiar tu número de teléfono. Y eres el único superhéroe que usa su nombre real como su apodo.
--¿Y qué es lo que estás haciendo aquí?
--A si es cierto, casi lo olvidaba, hice muchas galletas y decidí traerte algunas. —dijo la chica. y luego puso su mochila sobre la cama de Cade, y sacó un envase con las galletas y se las pasó a su hermano.
--¿Me estás diciendo que viajaste desde Mountauk hasta Brooklyn solo para darme unas galletas? —le preguntó Cade, el muchacho sabía que Kristi le estaba ocultando algo, habían pasado tres años desde la última vez que se vieron.
--Vine volando, entonces no fue mucho tiempo, tal vez unos 15 minutos cuando mucho. no sabía bien en que barrio de Brooklyn estaba esta calle. Además Hice galletas de mantequilla de maní...Son tus favoritas. —dijo la chica. Cade abrió el envase, las galletas aún estaban tibias. Cade tomó una y la mordió el interior de la galleta estaba suave, la mantequilla de maní y la canela se combinaban bien.
Cade reconocía que Kristi siempre había sido buena para cocinar, a ella le encantaba desde que había sido niña, solía despertarse todos los fines de semana muy temprano y se colocaba el delantal de mamá y comenzaba a cocinar toda clase de panqueques en el desayuno. Apuntaba sus mejores recetas en una libreta. A otras niñas les gustaba patinar o sacarse mil selfies, jugar soccer o bailar, pero Kristi, ella era una chica hogareña, le gustaba la jardinería, le gustaba cocinar, y coser.
--Están buenas. —respondió Cade.
--Aw, gracias hermanito, ahora necesito con tu ayuda en algo. —respondió la chica.
"Pero por supuesto"
--No me puedo ni terminar las galletas, ¿Qué necesitas Kristi?—preguntó Cade.
--Verás tengo pensado inscribirme en una universidad aquí en la ciudad y esperaba que pudieses ayudarme.
--Okay, siempre es bueno tener una carrera universitaria. Y si alguien tiene potencial de hacer algo bueno con su vida además de ser una superheroina, esa eres tú Kristi. ¿Qué es lo que quieres estudiar?
--No lo se, estaba pensando en algo como comunicación o Artes liberales.
--Wow, que bueno que eres una heroína rango S, porque sino pasarás el resto de tu vida trabajando en un Starbucks.
-- Ja, ja. Muy gracioso Cade, pero ya en serio, necesito salir de casa, mamá y papá están...las cosas se pusieron muy difíciles desde que apareció ese superhéroe Helio. Están desesperados porque no pueden conseguir más patrocinadores y porque a su edad no podrán conseguir buenos empleos.—respondió Kristi.
--¿Qué papá no es vendedor de autos?, ¿Y mamá cirujana?
--Sí claro, cuando has visto a papá convencer a alguien de comprar un auto y mamá trabaja 3 horas al día, ¡Tres horas!, ¡Ningun doctor tiene un horario de tres horas nada más!—exclamó Kristi.
--Tienes razón en eso...--respondió Cade, entonces comenzaron a escucharse gemidos y el sonido de los resortes en el piso superior del complejo departamental...
--Cade...esto me está incomodando. —respondió Kristi.
--Traquila, yo lo arreglo.—respondió Cade, el muchacho entonces tomó una escoba que tenía en una esquina de la recamara y golpeó con la punta el techo.
--¡HEY Ustedes dos ya basta! ¡Que mi hermanita está de visita! —exclamó Cade Burke. Todo quedó en calma por un momento. —Ahora sí Kristi, será mejor salir de aquí y ver las escuelas.—dijo Cade. El muchacho tomó su chaqueta y salieron del complejo departamental.
Cuando cerraron el portón, Kristi dio un par de pasos en el pórtico y luego comenzó a levitar...Cade se quedó viendo.
--Kristi, sabes bien que no puedo volar. —respondió Cade.
--Pero no quiero tomar el metro.—respondió Kristi.—Hay mucha gente y siempre me andan pidiendo autógrafos.
"Nunca antes nadie me ha pedido un autógrafo" pensó Cade.
--Sí bueno...pues yo no puedo volar así que tomaremos el metro porque no tengo dinero para uber.
--Por dios, ¿Qué tan quebrado estás? —preguntó Kristi.
La solución de Kristi al problema era muy bueno, a veces olvidaba que volando por la ciudad sin filas ni retrasos en el metro porque algún millennial depresivo se lanzó sobre las vías del tren. Era incluso relajante...o lo sería si Kristi no lo estuviese cargando como si fuese una muñeca de trapo. Y siendo humillado por todos los oficinistas que miraban desde lo alto de los rascacielos sacando fotos y videos de Cade, el muchacho ya se veía siendo un meme que tomaría control del internet en las horas siguientes. Kristi aterrizó en campus de la universidad de Columbia.
Sin embargo, había una conmoción en el lugar, los estudiantes estaban corriendo por los jardines tratando de ponerse a salvo cuando apareció aquella villana. Tenía toda la pinta de una mujer que tenía que estudiar artes liberales...o Estudios de género. La chica era una mujer caucásica de cabello morado, rapado de los lados, con un antifaz color verde, y un top de malla casi transparente, con cruces de cinta adhesiva en los pezones...por suerte... era de complexión robusta con tatuajes en los brazos torneados por el uso de las pesas.
--¡Defensores del Patriarcado temedme!, ¡Yo soy Feminazi! ¡Mujeres del mundo unidas!
Cade no pudo evitar reírse con ese nombre. en las manos tenía una aspiradora que escupía un gas rosado que provocaba convulsiones en los estudiantes varones cercanos. Los guardias de la universidad fueron los primeros en ir tras Feminazi. Desenfundaron sus pistolas de electrochoques. Los ojos de Feminazi brillaron en una luz rosada y los hombres se quedaron inmóviles.
--¡Tontos!, ¡yo no soy defensora de los derechos de la mujer también soy una Pactista! —respondió la mujer. —Mi pacto me permite doblegar a cualquier hombre en mi presencia. –La mujer volvió a activar su pacto. Y los guardias de seguridad se arrodillaron ante Feminazi.
--Así es ¡Arrodillense ante su reina!
Entonces llegaron otros dos guardias de seguridad que se acercaron a Cade y a Kristi, pidiéndoles que se retirarán.
--Busquen refugio, nosotros nos encargamos de esto.
--Esta bromeando, que no la escuchó, esa mujer puede doblegar a los hombres a su voluntad.—respondio Cade. –De ninguna manera podrán contra esa mujer, que no la oyeron es una pactista.
--¿Y un muchacho todo cringy va a poder contra ella?—le preguntó hirientemente el guardia del campus a Cade.
--¡Hey! Soy un superhéroe.—respondió Cade y sacó su carnet.
--Aquí dice que eres clase D.—respondió el guardia de seguridad.
--¿y?
--Y que podría fácilmente podría disparar mi pistola paralizante y hacer tu trabajo en un abrir y cerrar de ojos. —respondió el guardia del campus.
--Así sabes que, ¡jodete entonces! —exclamó Cade.
Mientras Cade y los guardias de seguridad peleaban Kristi se acercó hacia la villana.
--¡Atrás hermana! ¡Mi lucha no es contra ti! —respondió Kristi. –Lo es cuando atacas a los estudiantes y arruinas mi visita a la universidad. —respondió Kristi. —Y luego apuntó con su dedo hacia los estudiantes convulsionándose en el suelo. –Sí no estas con nuestra sororiedad, entonces eres parte del patriarcado. —respondió Feminazi y lanzó el gas a Kristi. la chica traspasó el gas como si nada y se acercó a la villana, le dio un golpe en la cara y la sacó volando varios metros. La chica perdió el conocimiento cuando se golpeó contra el pavimento. Luego Kristi sopló con fuerza y disipó el gas. La chica luego voló hacia la villana y la tomó por la ropa, la chica la llevó levitando con los guardias del campus.
--¡Hey, tal vez no tenga superpoderes pero si tengo una glock! —respondió Cade Burke.
--Gran cosa, un arma, solo la mitad de los ciudadanos de américa tienen una. —dijo el hombre sarcásticamente.
--Amigos, ya terminé con la villana. —respondió Kristi y dejó el cuerpo inconsciente de la chica. los guardias de seguridad corrieron hacia la chica y la levantaron del suelo.
--¡Cuidado con ella, es una pactista no sabemos cual es su retribución! —respondió Kristi.
--Muchas gracias.—dijo el guardia de Seguridad. --¿Quién eres tú?
--Yo soy Kristi Burke, Superheroina clase S.—dijo la chica. los estudiantes se acercaron y comenzaron a alabar a Kristi. los paramédicos llegaron a ayudar a los estudiantes que se habían estado convulsionando.
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