Sentimientos
Atsushi bajó de la azotea de la Port Mafia acompañado de Akutagawa, ambos en silencio. Ni siquiera cuando Kyōka se acercó a abrazar al peligris y le preguntó que qué había pasado, emitió palabra. Sólo se abrazó a la pelimorada y ésta entendió que por el momento, no debía hacer preguntas.
Los tres salieron del edificio de la Port Mafia, encontrándose con la Agencia de Detectives Armados, quienes habían vencido fácilmente a los hombres de negro de la mafia y habían salvado a Gin de ser ejecutada. Akutagawa estaba por dirigirse a ella de nuevo, pero un grito lo alertó a él y al resto de los presentes.
El cadáver del jefe de la Port Mafia, Osamu Dazai, estaba tan sólo unos pasos más allá, y era observado desde la distancia por Chūya Nakahara, la mano derecha del jefe y el que había lanzado el grito.
—¡Tú...!—Chūya emitió un grito ahogado mientras se dirigía rápidamente hacia el cuerpo.
Las manos de Atsushi y Akutagawa lo detuvieron en el acto, impidiendo que diera un paso más.
—¡Nakahara-san, déjelo!—pidió el peligris.
El pelirrojo negaba con la cabeza mientras se debatía en los brazos de ambos jóvenes, tratando de soltarse y llegar donde estaba el cuerpo del castaño.
—¡Suéltame, Atsushi!—pidió el mafioso—. ¡Necesito...!—el pelirrojo tenía los ojos aguados, y rogaba con la mirada poder llegar a su objetivo.
—No necesitas nada—habló Akutagawa—. El hombre de negro está muerto. Yosano-sensei no puede salvarlo, y por lo tanto, tú tampoco.
—¡No!—Chūya, enfurecido, pegó un codazo al pelinegro, quien cayó al suelo de rodillas por el golpe recibido.
Atsushi, para evitar la misma suerte que Akutagawa, soltó al pelirrojo, quien una vez libre, corrió hacia el cadáver. Se detuvo al llegar a su costado y apretó los puños con rabia. Miró el cuerpo:estaba ensangrentado y destrozado. Apenas era reconocible, de no ser por las vendas que aún conservaba, la bufanda roja del líder y el cabello castaño, no podrían haber deducido que el cuerpo era el de Dazai.
—¡Tú, bastardo!—gritó el pelinaranja—. ¡¿Por qué has hecho esto?! ¡¿Por qué decidiste que era un buen momento para cumplir una de tus amenazas de suicidio?! ¿Por qué, por qué?—el tono de voz del mafioso se iba haciendo más débil conforme decía más y más palabras, hasta convertirse casi en un susurro—. ¿Por qué me abandonas?
El pelirrojo se arrodilló al lado del cuerpo, ensuciando su pantalón con la sangre del castaño. Chūya llevó una de sus manos a la mejilla del castaño y pasó su pulgar por ésta en forma de caricia.
Atsushi y Kyōka miraron a su superior con pena y después se miraron el uno al otro, tratando de comprender qué estaban viendo. Fijaron de nuevo su vista en el pelirrojo, quien seguía hablando.
—Leí la carta que me dejaste en aquel sobre—susurró el mafioso—. "Perdóname, Chūya. Espero vivas una vida larga y feliz sin mí ahora que yo dejaré de existir, nuevo jefe de la Port Mafia", escribiste. La verdad, no entiendo porqué pensaste que mi vida sería mejor sin ti en ella. Ya sea porque me gustaba gritarte o porque me gustaba pasar ratos en tu compañía—el labio inferior de Chūya tembló.
Se quitó el sombrero y lo apoyó en su pecho en señal de respeto.
—No creo llegar a saber nunca el porqué hiciste esto—sollozó el pelirrojo—. Pero si lo hiciste, será por alguno de tus estúpidos y bien tramados planes. Por lo tanto, lo respetaré, aunque ahora me duela y no te perdone.
Dos lágrimas cayeron de los ojos de Chūya, una deslizándose por cada mejilla.
—Espero poder cumplir tu deseo de vivir una buena vida sin ti, Osamu Dazai—murmuró el mafioso—. Esperaré volverte a ver en otra vida, donde podamos seguir juntos, como compañeros o...—las palabras de Chūya murieron en su garganta, ahogadas por sollozos.
El pelirrojo bajó la cabeza y comenzó a llorar mientras se llevaba ambas manos al rostro y dejaba que el gélido viento de la mañana secase sus lágrimas.
—Te amo—dijo Chūya antes de esbozar una sonrisa triste y levantarse para dirigirse al edificio de la Port Mafia y pedir a sus empleados que llevasen el cuerpo de Dazai para enterrarlo.
A su paso, Atsushi y Kyōka hicieron una reverencia a él, su nuevo líder. Chūya miró a Dazai una última vez antes de entrar en el edificio.
-MGGBBRAE
Tenía esto guardado desde el mismo día que escribí el drabble de "Compañero". Hace tiempo que quería publicarlo, y pues me he decidido a subirlo hoy porque ya estoy de vacaciones.
Espero os guste y perdonad si hay algún error de continuidad.
Nos vemos 👋
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