capitulo 27
Publicada: 26/ 02/ 2018
Editada: 15/ 09/ 2020
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— ¿Te gusta Janna? —cuestiona directamente.
— ¿Y... Y a ti Dipper? —baja la mirada.
Ambos jóvenes evitan mirarse llenos de vergüenza mientras el sonrojo llena sus mejillas, ninguno quería confesarlo, pero como era de esperarse Will fue el primero en retroceder a la presión asintiendo. El rubio no sabía cómo actuar con ello.
—Tendremos que... Ir con la señora Lucitor...
El peliazul suspiro ante eso, pero al sentir la mano cómplice sobre su hombro tomaron camino en dirección a la oficina de la señora Lucitor. Ambos estaban nerviosos, aunque Tom fuera un medio humano hijo de la reina del Inframundo, y un humano común y corriente que le vendió el alma a ella... La señora Lucitor había dejado claro que no iba a permitir que los sentimientos volvieran a interferir en los trabajos de los demonios, pues en el pasado hubo una vez que alguien salvó la vida de un humano, y eso... Ese error no se volvería a repetir, por salvarlo la vida de otro humano, que no estaba destinado a morir, se fue... El demonio fue castigado severamente y aún en ese entonces seguía siendo castigado, por las noches se podían escuchar los gritos de dolor de aquel demonio que rogaba por clemencia llenando los pasillos de aquel castillo. Aunque como era de esperarse, el humano murió tiempo después. Ambos chicos tragaron grueso al estar por fin frente aquella enorme puerta, Bill apenas se acercaba para tocar cuando la puerta se abrió dejando ver al señor Lucitor frente a ellos.
—Bill, Will, ¿Que hacen aquí chicos?
—La verdad... Algo raro ha ocurrido con las marcas de nuestros humanos.
— ¿Phill los robo? —cierra la puerta preocupado.
—No —avanza el peliazul —mas bien... Las marcas se iluminaron.
— ¿Iluminaron? —frunce el ceño — ¿¡Se han enamorado de sus humanos!?
Ambos chicos se miraron con sorpresa y enseguida desviaron la mirada ante las palabras dichas, el señor Lucitor regreso la mirada a la puerta cerrada detrás suyo, y tragando grueso tomo a ambos chicos por los brazos avanzando con prisa hacia una sala solitaria cerca de la oficina principal, llendo a su escritorio les pidió tomar asiento mientras buscaba algunos papeles.
—Son... Janna Ordonia y... ¿Dipper Pine?
El rubio trago saliva cubriendo levemente su rostro avergonzado al recibir sobre él la mirada sorprendida del señor Lucitor quien arreglando su voz se quitaba la corona acomodándola sobre el escritorio.
—Chicos... Ya saben lo que piensa mi esposa sobre ésto, no pueden dejar que sus sentimientos interfieran en su trabajo cómo demonios, Will yo... —une sus manos sobre el escritorio con seriedad —recibí la noticia de que devolviste una de sus alegrías a tú chica, eso... Sabes muy bien que está en contra de las reglas, sin excepción... —observa al rubio —y tú Bill, sinceramente no me lo esperaba, aún no han firmado por completo su trato y gracias a lo que ese chico a pedido —revisa los papeles —has dejado de trabajar ya por un buen rato, no puedes... —los observa con severidad —no pueden, si la nota de muerte llega ustedes no pueden interferir en sus muertes... Será mejor que —se levanta incómodo —no se involucren más sentimentalmente, Bill, tú aún puedes negarte al término del contrato y regresar, creo que sería lo mejor que puedes hacer... No están permitidas las relaciones de Humano y Demonio, no más.
Ellos lo sabían, serían castigados si los descubrían llevando una relación más allá del trabajo con sus humanos. Apenas salieron de aquella oficina Bill apretó sus cabellos con enfado, pues sabía que aquello que sentía por aquel humano no era simplemente un gusto pasajero... Sabía que ese humano, ese humano y él estaban destinados a estar juntos, eso sentía su pecho... Sentía que si se alejaba de aquel chico todo terminaría para él. Will por otra parte no quiera dejarla, no quería verla sufrir por más tiempo, él estaba completamente preocupado... Preocupado por ella, no quería dejarla, no quería apartarse de ella por más tiempo.
Ese día y toda la siguiente semana ese par de hermanos no habían vuelto al mundo humano, nadie sabía de ellos y Dipper no podía preguntarle a Tom por aquel demonio; simplemente no podía Porqué eso haría notar lo preocupado que estaba por ese "Idiota" como le gustaba llamarle. Era viernes, y Janna luego de lo pasado aquella noche se hizo más amiga de Jackie, quien se reponía poco a poco al estar al lado de aquellos chicos. Wendy seguía con Dipper, pero dentro de poco iría a un departamento en el cual se iba a quedar... Tom y Marco se la estaban pasando con la pelirroja y Dipper, mientras que Star y Mabel estaban algo alejadas recientemente, estudiando sin cesar.
—Entonces... ¿Que haremos hoy? —cuestiona Dipper.
—Me encantaría ir por un Skate, ¿Tu qué dices Jackie? —le dedica una sonrisa.
— ¡Eso es lo mío chica!
Elevando la mano chocan los cinco con entusiasmo mientras ríen animadas, Janna mantenía su mirada al suelo pensando en aquel demonio peliazul y suspirando entre el subir de su mirada por las risas, Marco sonreía frente a ella.
—Ultimamente has estado rara... ¿Pasa algo Janna? —rie empujándola —normalmente siempre estás con tu locura de demonios y eso...
—No es nada realmente —observa al pelirosa cerca de ellos —Oye Tom, ¿Sabes algo de Will?
—No realmente... Bill y él simplemente se fueron —rasca su nuca — ¿Será que —observa al castaño en la distancia —Bill rompió el trato contigo Dipper?
Dipper se sorprendió sintiéndose atrapado, pues estaba escuchando aquella plática a escondidas mientras fingía escuchar a Wendy y Jackie; tragando grueso se alejo de aquellas chicas y avanzó hacia los chicos.
—No me dijo nada parecido, él solo se fue... —menciona sin importancia.
— ¿No estás... Ni un poco preocupado por él? —cuestiona el castaño.
—Es un demonio, ¿Que podría dañarlo?
—Mi madre, otros demonios, su hermano mayor —contesta sin más volviendo a la chica —por cierto Janna, si quieres puedo ir al Inframundo a buscar a Will, después de todo necesito darle mi reporte a mi padre.
—Eso... Eso sería genial.
De pronto esa chica sonrío de una manera tan normal y linda, algo que esos chicos jamás habían visto antes, con prisa Janna busco en su sudadera y saco una pulsera tejida por ella misma para darsela enseguida a Tom.
— ¿Puedes dársela si lo ves?
—Si... —duda asintiendo —si, yo se la daré.
Sorpresivamente todos esos chicos quedaron completamente sorprendidos al notar la belleza de aquella chica y su sonrisa, Janna avanzó animada hacia las otras chicas y se sujeto al brazo de Jackie para avanzar a su lado con una genuina sonrisa. El teléfono de Will sonaba avisando que un momento feliz llenaba la vida de Janna.
— ¿Puedes apagar eso? —pedia con enfado cubriendo su rostro con una almohada —quiero dormir todo el día.
—Perdon...
La verdad era que ese demonio no podía dormir ni por asomo, se había pasado el día mirando directo a una pared mientras pensaba en aquel chico que ya casi utilizaba constantemente una bufanda por el brillo de su nuca. Apenas llegaron al parque de Skates Tom se apresuro a alejar a Marco de los otros chicos llevándolo detrás de un pequeño almacén que tenía aquel lugar.
— ¿Que pasa?
—Ire ahora mismo al Inframundo para llegar a tiempo a la cena con tus padres más tarde... ¿Puedo besarte?
—Que pregunta —rie levemente.
Marco tendió los brazos sobre los hombros del pelirosa que animado sujetaba la cintura del castaño mientras acariciaba suavemente su mejilla, sus cuerpos estaban recargados del contrario y entre el mirarse los labios se acercaron para unir sus bocas en un profundo beso apasionado, seguros de que nadie los vería ahí. La muñeca de Marco brillaba, pero eso no parecía ser ninguna molestia para ninguno de los dos. Tom apenas se iba a alejar de tal beso, pero Marco suspiro entre el apresar sus mejillas casi rogando por seguir con aquel beso.
—Estas —sonrie complacido —realmente sonrojado —se acerca a su mejilla —mi pequeño Díaz.
Él ríe buscando sus labios —Tal vez es... Porque besas muy bien.
Con una sonrisa sobre sus labios se unieron en un nuevo beso mientras aquel pelirosa ya pegaba al castaño contra la pared detrás suya para besarlo con ma ferocidad; las manos de Tom dudaban de si entrar o no bajo las ropas de su querido Marco. Con una sonrisa el castaño se alejo de aquel beso y se aferró al cuello de aquel chico abrazándolo con fuerza, para luego alejarse y mirar sus ojos.
—No tardes mucho.
—Claro que no.
Apenas dicho eso Tom se alejo abriendo un portal mientras dejaba ver sus cuernos y cola, Marco sonrío bobamente despidiéndose con la mano mientras aquel demonio sonreía mordiendo sus labios ante sus ganas de volver y besar de nuevo aquellos labios, pero al final solo se marchó.
—Vaayaaa —se acerca mirando al castaño —que beso —sonrie de oreja a oreja.
La piel del chico se erizo mientras pegaba un pequeño brinco por la sorpresa de esa voz, volviendo la mirada al lado pudo ver a la chica que siempre lo asustaba, Janna sonreía como de costumbre lo hacía.
— ¿Star sabe de ésto?
— ¡Janna por favor!
—No se lo diré —rie tranquila.
— ¡Ésto no es lo que piensas! —se acerca aterrado — ¡Es total y completamente un mal entendido! ¡Tenía... Tenía un insecto y yo solo trataba de quitárselo!
—Es la peor excusa del mundo Díaz —eleva la ceja divertida —pero no tengo nada en contra de eso, y hacen linda pareja.
La chica se marchó sin decir mas, y aun que la duda siguiera persistente sobre el castaño, la verdad era que desconocía que tanto había visto esa chica y tambien... Sabía que podía confiar en ella. Aún se sentía nervioso, pero ahora ella estaba con las demás y era imposible acercarse para cuestionarle lo que fuera.
— ¿Todo bien Marco?
— ¿¡Ha!? —lo mira y vuelve la mirada a la chica — ¡Si, si, todo bien!...
—Con solo escuchar tu repuesta —se cruza de brazos —se que no es así... Dime Marco... ¿No crees que últimamente nos hemos estado distanciando? Ya sabes... —toma asiento en la banqueta —Con eso de los chicos y el tema del "crecimiento"... Últimamente solo te la pasas con Tom.
—Y tú lo hacías con Bill. (Yo escribiendo esta frase→ 7w7)
El chico con prisa se sonrojo al escuchar aquello, y Marco frunció el ceño curioso alejando su atención de Janna para mirar a su amigo, con un suspiro Marco avanzó al lado de su amigo tomando asiento mientras cruzaba los brazos sobre sus rodillas y descansaba su rostro contra sus piernas.
—Tom y yo... Realmente nos gustamos.
La sorpresa cayó sobre Dipper, pero todo se desvaneció sobre la plática cuando la Marca en la palma de Marco (siempre se me olvida en qué parte de su mano está) comenzó a brillar de un tono rosa, tomando con prisa la mano de su amigo lo hizo sorprenderse ante tal jalón.
— ¿Por qué brilla? —cuestiona apurado.
—Eso... —avergonzado baja la mirada —Tom dijo que no era peligroso, dijo que era una muestra de que humano y demonio comparten un lazo más allá del contrato que firmaron... O firmarían —lo observa de reojo —por eso se ilumina —aparta la mano —porque Dipper... A mí me gusta Tom.
El chico ni siquiera podía pensar en una respuesta o reacción a la confesión de su amigo pues en su mente solo se repetían aquellas palabras «lazos más allá del trato... Más allá... Más allá» agobiado cerró los ojos y quemándose la cabeza dejó caer ambas palmas sobre su rostro entre su desespero, no quería creerlo, pero... Realmente ese demonio le gustaba, y él lo sabía, en el fondo lo sabía pero no quería creer que era verdad.
—Oye —se inclina sujetando el hombro contrario — ¿Todo bien Dipper? Te has... Golpeado un poco fuerte y estás algo rojo... No solo de la frente y Nariz...
El castaño entro en pánico tras esas palabras y la mirada dudosa de su amigo, con prisa Dipper tomo sus cosas y salió corriendo sin más. Eso era genial, justo lo que ese castaño desanimado esperaba, exhalando un suspiro Marco se dejó caer sobre pasto en su espalda mientras cubría su rostro con sus manos, pero un silbido lo hizo volver la mirada, en la rampa de skate Janna fingía cerrar sus labios con un cierre, aunque seguía siendo algo preocupante... Extrañamente eso le tranquilizaba.
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