Bastián apareció calmado, sosteniendo un libro en la mano. Con un toque suave, golpeó la cabeza de Leo.

- Bastián: Baja eso.

Leo, bajó su espada, permitiendo que todos ingresaran a la sala. Me apresuré a abrazar a Max.

- Leo: Y ahora, ¿qué quieres?

- Bastián, con serenidad, abrió el libro y lo colocó en la mesa, pasándoselo a Leo.

Leo ojeaba el libro

- Helen: ¿Qué pasa? ¿Por qué nos hiciste llamar, Bastián?

- Bastián: Tengo una buena y mala noticia cual quieren escuchar primero

-Geda: La buena, primero

- Leo: << dirigiéndose a Bastián>> "¿Y crees que esto funcionará?"

- Bastián: "Debería."

- Geda: Por favor, ¿nos pueden explicar?

- Bastián: Resulta que, en este libro, se menciona que su nieto fue maldecido por una bruja antes de nacer, y que la maldición puede anularse."

- ¿Y bien, ¿cómo hacemos eso?

- Bastián: Esa es la mala notica, los herederos lo asesinaron antes de que terminar de escribir como anulo la maldición de su nieto, por traición y ocultar a un ilegítimo.

- Leo: Lo siento, pero no puedo embarcarme en una misión que tal vez sea una mentira.

- Pero si es la única manera de salvar al hijo de Esmeralda.

- Leo: No pienso participar en eso. Está claro que cuando un niño nace con la marca defectuosa, es un peligro. Así que, si quieren intentarlo, háganlo. Pero cuando las cosas salgan mal, no quiero que vengan a mí, porque no tendré compasión con ustedes. Y dudo que puedan anular la maldición, antes de que encuentre a Francis y lo haga pagar por desobedecer las órdenes.

-Escucha Leo, se cómo son las reglas, pero danos tiempo, para ver si se puede anular la maldición, si no se puede entonces, haremos lo que tu digas.

Leo me miró con satisfacción ante mis palabras y dijo:

- Leo: Bien, les daré tres semanas. Si en tres semanas no encuentran cómo anular la maldición, actuaré.

Conocía a Leo y sabía que esas palabras lo calmarían, dándonos un tiempo valioso para encontrar una solución.

Como no había tiempo, nos embarcamos en nuestro viaje sin una idea clara de por dónde empezar.

Sin embargo, Bastián poseía una pista valiosa que dejó a todos atónitos.