CAPÍTULO 6: HARÉ CUALQUIER COSA POR TI (PARTE 3)
Francis y Esmeralda hablando en voz baja.
- Esmeralda: Ellos lo van a asesinar, porque es un ilegítimo.
- Francis: Tranquilízate, mírame eso no va a suceder mientras yo viva, no dejare que nadie toque a ese niño.
- Esmeralda: Si Leo, da la orden...
Francis, no la dejo terminar
- Francis: Basta, eso no va a suceder. Eres mi hermanita, y
- Esmeralda: << con los ojos llorosos >> Te lo ruego, protege a mi hijo con tu vida, no dejes que lo toquen.
Sin dudar, Francis tomó al niño en sus brazos, dedicándole un beso tierno tanto al bebé como a Esmeralda en la frente.
Francis se puso de pie y notó mi presencia en la habitación al verme a través de la rejilla de la puerta, escuchando cada palabra con atención.
Sus ojos se encontraron brevemente con los míos antes de que él se dirigiera hacia la ventana y se fuera sin que hiciera nada por detenerlo.
Un tiempo después, Leo entró en la habitación y se asomó por la ventana y luego se dirigió así mí.
Leo me agarró del brazo con firmeza, y su mirada se clavó intensamente en la mía.
- Leo: Se ha ido, y tú no lo detuviste. ¿Acaso no ves el peligro que ese niño representa para todos?
- Esmeralda: Basta, Leo.
Leo, sin soltar mi brazo
- Leo: Tú cállate. Ese niño nos va a matar a todos.
Entre forcejeos, intenté liberarme.
- Leo, ¡me estás lastimando! ¡Suéltame!
- Leo: Nunca puedes obedecer órdenes. Si yo te digo algo, lo haces.
En ese tenso momento, Max irrumpió en la habitación y pateó a Leo en el estómago.
- Max: Suéltala.
Luego, se volvió hacia mí y preguntó preocupado.
- Max: ¿Estás bien?
Leo, levantándose del suelo, murmuró con amargura:
- Leo: Así es como me tratan después de lo que hice por ustedes. Sin mí, jamás se hubieran casado. No tienen ni idea de lo que perdí por su culpa.
- ¿Qué dices? ¿Qué perdiste por mi culpa?
- Leo: Olvídalo.
Acto seguido, se encaminó hacia la salida. Sin embargo, al alcanzar la puerta, la cerró de golpe, dejándonos a mí, a Max y a Esmeralda atrapados en la habitación.
- Diablos, maldición, ¡Leo! ¡Abre la puerta! - exclamé con frustración.
- Max: Cariño, quítate.
Max pateó la puerta con fuerza hasta que finalmente cedió y se abrió.
Esmeralda, quien estaba cerca de mí, dijo con debilidad:
-Esmeralda: "Alis, no me siento bien", y procedió a desmayarse en mis brazos.
Max cuidadosamente recostó a Esmeralda en la cama justo cuando Rick y el resto de la familia llegaron apresuradamente.
- Rick: ¿Qué pasa? - preguntó mientras se acercaba a Esmeralda.
Todos, al notar la puerta reventada, me miraron con expresiones que denotaban confusión.
- Geda: Francis... ¿hizo esto?
Leo, entró tranquilamente de nuevo a la habitación y se acercó a Esmeralda, tocándola.
- Leo: Estará bien, quédate tranquilo, Helen la atenderá correctamente.
- Rick: ¿Dónde está mi hijo?
- Leo: Francis lo tiene.
- Rick: ¿Pero por qué?
- Leo: Tu hijo es ilegítimo, y las cosas han salido mal. Francis se lo llevó.
Rick, en un gesto decidido, me tomó del hombro y me dijo con seriedad.
- Rick: Dejo a Esmeralda en tus manos.
- ¿A dónde vas?
- Rick: Voy a buscar a mi hijo.
- Leo: "Igual, no creo que llegue lejos, y ese niño no vivirá."
- Rick: "Leo, no puedes hacer eso."
- Leo: Yo soy el Rey, y que les quede bien claro a todos que yo tomo lo que quiero y hago lo que me plazca. Nadie se atreve a desafiarme, y lo mejor es que nunca conozcas a ese niño. Pueden estar conmigo o en mi contra, pero yo siempre ganaré.
Leo procedió a salir y se alejó sin mirar atrás.
Después de los acontecimientos, me dirigí a mi antigua habitación con Max para cambiarme de ropa.
- Max: ¿Qué quieres que haga?
- Necesito que ayudes a Francis.
- Max: ¿Sabes dónde está?
- No lo sé, pero hay un bar al que siempre suele ir. Ve allí y busca información, averigua si alguien sabe algo.
- Max: ¿Y luego?
- Dile que estoy con él, que buscaré una solución para el bebé.
- Max: ¿Cómo vas a hacer eso?
- No lo sé, pero piensa que puede ser nuestro hijo en el futuro.
Max procedió a abrazarme, reconfortándome.
- Max: Entiendo, tranquila mi amor, todo se va a solucionar.
Max se fue en busca de Francis, y mientras tanto, me quedé con Esmeralda, esperando a que se recuperara.
Rick, Samuel y Lucas también salieron en busca de Francis para ofrecer su apoyo.
Bastián, después de lo ocurrido, desapareció, y nadie sabía dónde se había metido. Esperaba que no estuviera confabulando con Leo.
Mientras tanto, mis otras hermanas y yo nos quedamos en casa, para planear que era lo que sucedería a continuación.
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