CAPÍTULO 3: ¡QUE SE LO QUITE, QUE SE LO QUITE! ( PARTE 3)
La habitación estaba llena de hombres que se encontraban sentados alrededor, disfrutando de sus bebidas y riendo con música a todo volumen, mientras observaban a un grupo de mujeres desfilando en lencería.
Una de ellas se alzó con gracia y comenzó a moverse alrededor de un tubo, llevando a cabo un seductor baile.
- Chico: "¡Sí, así, cariño, muéstrame más piel, eso es!"
Inmediatamente reconocí la voz de Francis
- Francis: << Gritando con entusiasmo>> "¡Que se lo quite, que se lo quite!." << Procedió a lanzar dinero>>
El dinero, volaba por todo el cuarto
La mujer, procedió a bajarse del tubo y se acercó a Francis.
Francis, puso su mano en la garganta de la mujer y sus ojos me miraron
Francis, procedió a empujar a la mujer
- Francis: Quítate, maldita zorra
- La mujer: ¿Qué pasa?, no te gusto
Me acerque a Francis,
- ¿Es enserio?
- Francis, mirando desconcertado en el lugar que se encontraba procedió a decir: "Nose que hago aquí"
- Cómo que no sabes que haces aquí
- Otro hombre: Francis, ven ven amigo siéntate, deja a la camarera hacer su trabajo
Francis lo mira serio,
La mujer tomó el antebrazo de Francis y dijo:
- Mujer: Ven, cariño, hoy vas a disfrutar.
Francis, visiblemente molesto, apartó a la mujer con un empujón y respondió:
- Francis: Alis, no sé qué hago aquí. Ella me sedujo y me tienen aquí contra mi voluntad. Suerte que llegaste.
- ¿Qué? ¿Piensas que me voy a creer esa estupidez?
Francis se encaminó hacia la salida de la habitación, y lo seguí.
- Espera, ¿no debías estar en el pueblo?
Francis, mientras caminaba, respondió:
- Francis: Déjame en paz, Alis.
Descendimos las escaleras, y Francis se acercó a la barra.
- Francis: Dame algo para tomar.
El bartender, con una sonrisa en su rostro
- Bartender: Estás pálido.
- Francis: Dije que me dieras algo.
Me senté al lado de Francis.
- No sabía que estos eran tus gustos.
- Francis: << Se voltea>> No sabía que veníamos a esto. Ellas me invitaron a una fiesta, pero no sabía que eran este tipo de fiestas.
- Bueno, como quieras. Vine a decirte que tenemos que regresar. Bastián está herido.
- Francis: ¿Qué? ¿Cómo?
- Por el camino te cuento.
Francis se levantó y caminó hacia la salida. Cuando me levanté, el bartender me agarró del brazo.
- Bartender: ¿No estás molesta con tu novio?
- No es mi novio, es mi hermano.
- Bartender: Eres la hermana de ese sin vergüenza.
- Sí, ¿por qué?
- Bartender: Francis sedujo a mi hermana y le dijo que se casaría con ella, y mintió.
- ¿Qué? Él no haría eso.
- Bartender: Mi hermana tiene una hija con él y espera otro.
- ¿Qué?
- Bartender: Necesito saber que él cuidará de mi hermana cuando yo no esté.
- Está bien, no te preocupes, yo me encargaré de todo.
Salí del bar y me reuní con Francis.
- Francis: Muévete, ¿por qué te tardas? ¿Acaso tengo que estar cuidándote todo el rato?
- Puedo cuidarme sola.
- Francis: Entonces vamos.
Procedimos a caminar mientras le contaba a Francis lo sucedido y luego nos fuimos en el carro. Una vez en el castillo, todos estaban reunidos.
- Helen: Solo faltaban ustedes.
- Francis: Alisa, me contó todo. ¿Cómo está Bastián?
- Leo: Él y Max estarán bien. Aun no lo sabemos, hay que esperar a que despierten. También envié hombres para proteger el castillo.
Geda baja corriendo rápidamente las escaleras.
- Geda: ¡Ha despertado!
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