Retirada
Nos dijeron que saliéramos sin que el resto de culpables nos vieran. Me hubiera gustado gritarles un par de cosas más a esas bestias, pero entendí que era lo mejor para ella.
—No creo que estén de humor para tomar clases.— dijo Kirkland —Vayan a dormir o comer o pasear o algo.
Al escuchar la palabra "comer" recordé que no habíamos desayunado.
Deseé leer los pensamientos de Catalina al verla con la mirada inexpresiva fija en la nada. Le pregunté si íbamos al café cercano a la Academia a desayunar algo y simplemente se encogió de hombros y se dirigió caminando a la puerta.
—Si quieres ve, necesito cambiarme de ropa.
—Ni de broma te dejo sola. Entro hasta tu habitación si es necesario.
Para mi alivio sonrió.
—Gracias. ¿Te había dado las gracias?
—La verdad es que no me acuerdo.— acepté.
—Me pregunto si los demás habían desayunado algo. Para agradecerles debería invitarlos.
Por un momento sentí que no los quería con nosotros. ¿Porqué había pensado en eso si ellos me habían avisado en primer lugar y sin ser su asunto se habían arriesgado a una buena paliza?
—Si quieres les mando un mensaje.— ofrecí sacando mi celular —Aunque no tengo el número de Antonio ni de Kirkland.
—¿Porqué a Antonio no lo llamas por su apellido?
—Porque no es mamón.
Ante mi sorpresa soltó una pequeña risa —Tal vez debería dejar de llamarte por tu apellido. Debes creer que te considero un mamón.
—No lo había pensado.— dije sinceramente.
—Es un alivio que aunque no me llames Cathy como todos los demás, no uses mi apellido.
Me sonrojé. Hasta hacía muy poco tiempo no la tragaba, y ahora me avergonzaría si ella supiera que tan mal me caía.
Sin darnos cuenta habíamos llegado frente al dormitorio de las chicas.
—¿Me acompañas?— preguntó tímidamente. Supuse que en otras circunstancias tal petición sería malinterpretada. Pero considerando el poco tiempo que había pasado, tal vez Pamela estaba aún empacando.
Entré sin decir nada y le pregunté a la portera si la había visto. Escuché un suspiro aliviado de Catalina ante la negativa.
—Supongo que parte de su castigo fue irse con lo que llevaba puesto para quince días.— inquirí mientras nos adentrábamos al edificio.
Aunque las visitas del género opuesto no estaban prohibidas, nunca había entrado al dormitorio femenino. Todo estaba silencioso al ser horario de clase y me entró curiosidad por saber que tan bulliciosos podrían ser esos pasillos.
—Adelante.— indicó tras subir dos escaleras y avanzar algunas puertas. No pude evitar estirar la vista mientras abría la puerta y divisé una cama con edredón rosa.
—Esta es mía.— señaló la que no había visto, con la silueta gris de un gato adornando la blanca colcha afelpada —Puedes sentarte o acostarte o como gustes, mi cuarto es tu cuarto.
La miré sonrojado.
—Oh, no quise decir que...— noté que se sonrojaba también.
—Ya sé. Perdón.
Me senté y no pude evitar dejarme caer de costado, me cayó de golpe el cansancio emocional, supongo que mi cuerpo se sintió seguro al entender que estaba en una cama.
Mi anfitriona no se inmutó, me pregunté si para ella eran comunes las visitas masculinas. Encendió un i-Pod conectado a unas pequeñas bocinas y buscó un poco.
—Malcolm Gets.— indicó dándole play —No es un compositor, es actor y su manera de cantar me relaja y me transmite todas las emociones que debería.
https://youtu.be/uvoMh8FedoI
Me sorprendió que de todas las cosas que pudo haberme dicho, decidiera darme una lección más sobre musicales.
—Espero que también te cause ese efecto.— dijo mientras buscaba otra ropa en su lado del clóset.
Entendí que la lección fue para matar dos pájaros de un tiro, si el tal Malcolm Gets la relajaba, era lo que necesitaba escuchar en ese momento.
Cerré los ojos para escuchar y para darle un poco más de privacidad.
Escuché el piano y la voz del hombre. Al principio pensé que no tenía nada en especial, que hasta era un tanto fea y desafinada, nunca aceptarían algo así en una ópera.
Pero en un momento entendí a que se refería con "me transmite todas las emociones que debería". Escuché algo cálido y reconfortante.
Don't you think some flowers, pretty daisies... Might relieve the gloom?
Los musicales no estaban resultando tan malos como siempre había pensado.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
De verdad tengo ese disco en el celular para escucharlo cuando no puedo dormir porque mi mente no deja de sacar preguntas y pensamientos hasta porque vuela la mosca.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top