Llevaba tanto tiempo atrapado en ese lugar que perdió totalmente el sentido del tiempo, quizá llevaba más de cuatro años siendo el consorte de un vampiro, pero no una cualquiera sino del Líder, un ser tan antiguo que incluso vio alzarse la cuidad en la que él vivía antes con sus hijos y su mujer, una hermosa rubia que murió por una enfermedad dejándolo solo con sus dos terremotos.

Sus niños ¿Como estarían? No, ¿Como estaría Milo? Vio llegar a ese lugar al menor de ellos a Kardia, el que peleaba con su captor por todos los medios posibles para escapar, lo vio desde lejos quiso correr para ayudarlo pero su propio verdugo lo sujeto de los hombros evitando que lo ayudara.

Aun recordaba su rostro mezcla de impresión y miedo cuando sus miradas se cruzaron, quiso llorar porque ese infeliz de Zaphiri mordió su muñeca frente a su niño, vio como sacaba armas que solo portaban los cazadores, estaba dispuesto a enfrentarse a cualquiera para salvarlo, muchos vampiros se le fueron encima y no lo vio más. ¿Estaría vivo?, ¿Seria prisionero como él? O ¿Logro escapar? Una noche se formo un total alboroto dos personas se fugaban, nunca supo quienes fueron pero si que Zaphiri enfureció.

Casi un año de eso, el tiempo que llevaba envidiando a esas personas, ellos pudieron volver a tener su libertad, algo que el mismo no podía tener.

- ¿Que tienes?

Sintió su fria mano recorrer su rostro, no quiso verlo o hacer algo, tenia claro que de hacerlo las cosas de podían poner feas para él.

- Nada.

- Aun piensas en esos niños... si te sirve de algo, sé que el mayor es un cazador que espero no se acerque a este lugar, no me gustaría matarlo frente tus ojos.- daba vueltas por la habitación, como rodeando a su presa.

Apretó los puños, Zaphiri conocía perfectamente quienes era sus hijos, sabe donde vive el mayor de ellos y posiblemente también conocía el paradero de Kardia. Con esa información lo tenia atrapado, haría cualquier cosa con tal que no los tocara.

- El menor esta vivo en alguna parte, tal vez en otra ciudad no tengo ni la menor idea, se fugo con uno de mis últimos hijos...

Esa informacion lo dejo tranquilo por alguna razón, no le importo que se fugara con un vampiro lo importante para él era ya que no estuviera en este lugar, que fuera libre de nuevo. Rogaba porque no se le ocurriera volver a buscarlo.

Su mano fue tomada por el mayor, venia una nueva sesión de su tortura.

~•~

- Maldita sea.

Corría todo lo que le daban sus piernas con su presiada carga en los brazos, no tenia ni la menor idea de como la gente de ese lugar se entero de lo que en verdad es su pareja. Dégel casi no salia de la casa en la que habitaban con tal de no exponerlos, con suerte salia en las noches para cazar algún animal, no siempre se alimentaba de su sangre.

Pero ese día una gran cantidad de gente estaba frente a su puerta, mujeres rezando para purificar el lugar, hombres y niños armados con estacas, alcanzo a identificar a algunos cazadores. No tenia ni la menor idea de quien los delató pero serian obligados a salir.  Iban a escapar por la puerta trasera pero ahí los esperaba el sacerdote de ese pueblo, no supo en que momento pero algo arrojo al rostro del pelirrojo, lo escucho gritar y nada más.

Ni siquiera supo como pudo derrotar a ese tipo y quemar la casa, lo que les dio el tiempo necesario para escapar. Cuando creyó estar lo suficientemente lejos acomodo al mayor bajo la sombra de un arbol.

- Dégel, vamos Deggie reacciona.

Lo escuchaba gruñir como un animal herido, pocas veces lo había visto así y sabia que era peligroso acercasele, por eso no supo como lo dejo cargarlo para escapar tal vez ni él se dio cuenta. Lo cubrió con una gabardina que alcanzó a tomar.

- ¿Kardia, donde estamos?- volver a escuchar su voz fue un alivio demasiado grande.

- En el bosque, aunque no sé exactamente en que parte, corrí en cualquier dirección. ¿Estas bien?- tomo entre su manos las del otro, apartandolas despacio de su rostro.

- No te veo...

Sintio su corazon apretarse y la rabia subir: tenia una quemadura que le abarcaba la parte superior del rostro, esa herida no estaba sanando con su velocidad normal, algo que solo podía lograr el agua bendita mezclada con algo más, sumandole la poca cantidad de sangre humana que estaba bebiendo.

- Puede que no se cure por completo...- corto su muñeca, el olor a sangre llego de inmediato a la nariz del mayor.- Ten.

- No, bebi de ti ayer, de nuevo no.

-Hazlo.

- Kardia no...

- ¡Que lo hagas! No te lo estoy pidiendo es una orden, tenemos que salir de aquí y por tu propio bien bebe la cantidad necesaria para aunque sea se cure tu piel y el sol no pueda dañarte con tanta facilidad.

De forma algo torpe acerco su mano a la sangrante de Kardia, sus colmillos picaban ansiasos de clavarse en su piel, no tardo en hacerlo escuchando un pequeño gemido de dolor del rubio. Succionó lo más rápido que pudo para no lastimarlo demasiado. Cuando termino comenzó a lamer la herida para cerrarla.

- Lo siento.- susurro.

- No lo sientas, lo importante te es que estés bien, vamos seré tu guía.

Le ayudo a ponerse de pie, y a cubrirse lo suficiente del sol. Ninguno de los dos sabia en que parte del bosque estaba metidos solos que tenían que alejarse para que la gente o los cazadores no pudieran encontrarlos.

- ¿Sabes a donde tenemos que ir?

- Aun estamos lejos, es lo único que te puedo asegurar, nunca había estado aquí.

- Vaya guía que tengo.

- Oye, agradece que...espera.

Lo acerco a su cuerpo y se escondió tras un arbol, alguien los seguía.

- ¿Kardia?

- Voy a cazar tu cena.

🔥

Zaphiri malvado que lindo, ya veremos quien es peor si el vampirito de cabellos negros o Lemur.

Amo a Kardia en modo protector 😍

ScorpioNoMilo.💕