34.

Deuteros antes de siquiera Intentar responderle quiso morderle los brazos para drenar toda la sangre de su cuerpo, tuvo la suerte de no bajar la guardia y soltarlo a tiempo.

-¡ Escúchame maldita bestia!- saco de entre su túnica una pistola lo suficientemente grande como para una estaca- Esta es una de las poco armas que no pudieron quitarme, si me escuchas y no me atacas ¡No lastimare a la puta que tienes detrás!

Si no estuviera apuntando a Asmita con esa arma era mas que seguro que ese demonio se le iría encima con tal de matarlo. Trato de ignorar esos ojos verdes que lo miraban amenazantes.

- Eso es, mantente calmado bestia. Tendrás que ayudarme. Ya sabes que pasara si no lo haces.

Quitó el seguro del arma más que confiado que haría todo lo posible por proteger al rubio detrás suyo, y no se equivoco, Deuteros apenas vio que lo amenaza es en serio cubrió con su cuerpo al otro hombre. Si quien empuña esa arma fuera un humano cualquiera no tendría porque tener por la vida de su pareja, pero  Lemur no es un humano cualquiera; es el hijo de un vampiro puro, uno de los mas fuertes y sabia que un media sangre es igual de peligroso que un lobo, tal vez no contaban con los colmillos, demasida fuerza física o algún tipo de poder, sin embargo cada uno de ellos tenian una inteligencia innata que siendo bien utilizada era un arma peor que todo lo demás, y para la mala fortuna de los dos, ese hombre no por nada es el Sacerdote de la iglesia de cazadores.

- ¿Que demonios quieres que haga?

- Salir de aquí, matar a idiota que nos hizo medios hermanos y ya sabes acabar con todo.- la forma en que le enseño sus colmillos después de decir lo último no le gusto- Calma, sabes que tengo buena puntería. En realidad solo necesito sacar a unos idiotas de aquí. Despues si quieres me matas.

Con toda la atención puesta en el arma pudo tirar lejos un objeto que Kokuto tomo entre su patitas apenas toco el suelo. Debía agradecer mucho que ese halcón fuera tan inteligente y no quisiera sacarle los ojos de nuevo.

~•~

Fuera de la cueva muy cerca de la entrada los demás esperaban que apareciera Kokuto para entrar al Nido de una vez, aunque ninguno de ellos tenia la garantía de salir con vida, si tenían una cosa  en mente; acabar con sus objetivos costara lo que costara. Dos de ellos tenían un objetivo distinto a Zaphiri, el vampiro de cabellos negros y una cicatriz en el ojo derecho, el tipo que fue el causante principal de la muerte  de Aioros. Tanto Saga como Aioria desean ver su sangre y cuerpo caer, destruir de una vez por todas a ese vampiro  y vengar  la muerte  de ese ser querido que tienen común.

Kardia no tenia la mente tranquila, sabia que si entraban al Nido saldría con su padre pero si su amado pelirrojo, pensar en esa posibilidad lograba que se le apretaba el corazón y la rabia y frustración quisiera dominarlo. Dégel se daba cuenta  de que todo esto no es fácil para él, su muerte es una que ya fue anunciada, nada podría detenerla, lo sabia bien porque paso años de su vida tratando de encontrar una manera de acabar con su padre sin que los afectará a ellos.

- Kardia.- hizo saltar al cazador del susto que le dio cuando dejo su mano en su hombro- Necesito que te concentres, te necesito aqui, no con la mente en busca de una solución que no existe. Ustedes cinco deben salir con vida, nosotros nos sacrificaremos esta vez.

- No lo vuelvas a repetir ¡No te vas a sacrificar, no te lo permito!

- Kardia...- esa calma con la que pronuncio su nombre fue una aterradora- siempre me haz dicho que tú decides como acabara tu vida, pues bien yo ya decidí como acabara la mía. Así que tu prohibición no sera respetada.

Debería estar enojado a más no poder, prácticamente hirviendo de rabia pero la decisión en la voz de Dégel, esa fuerza que demostraba solo pudo lograr que se le acelerará el corazón ¡Hay estaba el vampiro que lo enamoro! El que no le temía a la muerte, el que se enfrenta a ella. Recordaba perfectamente la veces que lo vio volver herido de una "conversación" con el loco de Zaphiri, como ponia en riego su integridad física con tal de que no le hiciera nada a su mellizo.

Solo una cosa pudo pensar su mente.

- Dégel, ¡cásate conmigo!

Ni siquiera fue una pregunta,  solo pudo boquear como un pecesito por unos segundos, era como si le hubiera reiniciado el cerebro. Cuando al fin pudo hablar salio de su boca una palabra que Kardia no se esperaba.

- ¿Qué...?

- Sé que adelantamos la luna de miel pero...

No tuvo tiempo se terminar de hablar cuando la fría mano de su pareja se poso en su boca, los ojitos violetas lo miraban con cariño.

- Hoy mismo si quieres.

Ninguno de los dos se dio cuenta  de que tenían dos espectadores que los miraban como si fueran unos lunáticos, unos a los que les iban a seguir la corriente de ser necesario.

- Oigan tórtolos, si quieren un sacerdote para su matrimonio lamento decirles que tendrán que buscarlo en el interior, Lemur esta ahí y es el único que los puede casar ahora ¡Esta tan loco como ustedes!

- ¿Como sabes que esta vivo?

- Kokuto volvío con esto.

Saga mostró lo que parecía ser una cruz cualquiera , y lo seria de no tener marcas de dientes, las que Lemur le hizo probablemente sin darse cuenta, o cuando estaba aburrido.

- Bueno si no hay opción. Ya tenemos sacerdote ¿Quien quiere ser el padrino?

🔥

¡Preparen sus estacas de nuevo!
🔥🔪

ScorpioNoMilo.💕

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