Uno

¿campamento de chicas u hogar temporal diseñado para convertirme en lesbiana?

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Mis ojos miraron hacia la sudorosa y sucia lista escrita debajo de mi casi-bronceado brazo. La tinta de un simple y barato bolígrafo era apenas legible mientras entrecerraba los ojos en el intento de poder leer mi propia escritura.

Con los nervios de punta, ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Leyendo la lista por sexta vez desde que entré en el vehículo, trato de calmarme, colocándome los auriculares sabiendo que sería la última vez por las próximas tres semanas.

La tranquila melodía de una banda de rock indie fue interrumpida por un brazo golpeando hacia mi muslo y una voz nasal, hablando en voz alta.

—¡Jesse! ¡cariño!—aguanté la respiración, con la esperanza de no suspirar en tanto me quitaba los auriculares.

—¿Sí, mamá?—le dije lentamente, controlando cada respiración.

—¿Tienes tu cepillo y pasta de dientes?—suspiré.

—Sí.

—¿Shampoo y acondicionador?

—Sí.

—¿Ropa?

—Por supuesto.

—Zapatos.

—Mmhmm—mi paciencia se hacia cada vez mas delgada, como la cabellera de mi padre.

—¿Ropa interior?—me quedé boquiabierta.

—Por el amor de Dios madre, ¡sí! Tengo todo—mi madre seguro que sabe como hacer fácil un adiós. No es que me decepcione el dejarla. Las filas sobre filas de maíz que cubren Indiana y la falta de personalidad no me atraen exactamente.

—No te quieras pasar de lista conmigo, señorita. Y cuida tu lenguaje. El nombre de Dios es sagrado—ella me regaña como si fuera una pequeña niña.

—No estaba utilizando su nombre de esa manera. Simplemente decía que si lo amas entonces deberías darte cuenta de que tengo todo—murmuré, objetivamente.

Haciendo caso omiso de mi comentario, ella asomó la cabeza entre los asientos para mirarme con una inquietante sonrisa en el rostro.

—¿Vas a extrañar a mami?

Rodeé mis ojos.

—Casi tengo dieciocho años. Puedo tener sentimientos tristes por la ausencia de mi madre a corto plazo, pero no 'extrañaré a mami'.

Frunció su rostro y labios mientras me miraba.

—Deberías apreciarme más, Jesse. Podrías venir con nosotros a Indiana. Estamos siendo lo suficientemente buenos para dejar que vayas a un campamento, sólo por el simple de que te amamos—parpadeé lentamente, sin mostrar emoción alguna.

—Gracias.

—Creí haber dado a luz una niña, no una piedra—rodando los ojos de nuevo, presioné mi frente sobre la ventana, mirando árbol tras árbol pasar frente a mí en un barrido color marrón y verde. Ella gruñó y volvió a su posición anterior al frente, con las manos en su regazo.

—Jesse—la voz de fumador que podría ser sólo de mi padre, habló—. Realmente deberías probar y mostrar un poco de agradecimiento—suspiré, mojando mis labios.

—Gracias, mamá y papá. Realmente odio Indiana, así que muchas gracias—mis palabras fueron obligadas, pero verdaderas sin embargo.

—¿Qué es tan malo de Indiana? ¡Viviste allí durante 12 años!—mi madre preguntó por lo que creo fue la cuatro mil quinientos sesenta y cinco vez.

—Sí, mamá. Viví en Indiana. Y era perfectamente bien para ti. Sin embargo, yo aborrecí cada momento. Ahora, regresando a lo otro, estaré en el campamento durante tres semanas y después de eso me quedo con Stevie—dije. El tema de Indiana fue bastante desconcertante.

—¿Quién es Stevie? ¿Es un niño? No vivirás con un chico—mi padre rugía, apenas manteniendo el coche sobre la acera.

—No, no. Stevie es una niña—suspiré internamente en la satisfacción de que el momento de "chico" había terminado. Una mujer de mi edad no debería tener que lidiar con eso.

—Bien, ya que estamos hablando de eso—diablos—. He leído la lista. Hay un par de muchachos alrededor de tu edad trabajando allí. Uno de ellos es el hijastro del dueño. Es un año mayor que tú—mi rostro se deformó de una manera que no puedo explicar.

—¿Cómo sabes que su hijastro está trabajando allí y cómo sabes su edad?—le pregunté, deprimente; no sorprendida.

—Bien, llamé para preguntar acerca de ellos. Específicamente para decirles que se aseguraran de que no anduvieras alrededor de los muchachos demasiado...

—¡Mamá!

—...porque yo te he enviado a un campamento de chicas por una razón—calmé mi respiración.

Para volverme gay, pensé.

—Así que será mejor que no escuche acerca de cualquier negocio divertido o salidas nocturnas—gruñí.

—¿Cuánto tiempo más hasta que sea liberada de esta prisión?—murmuré, con la esperanza de escuchar, "¡Estamos aquí!"

En cambio, recibí un:

—¿En serio? ¿No vas a vernos durante semanas y te estás quejando por estar con nosotros?—podía oír la voz de mi madre quebrarse—. Bien—yo quería romper mi cráneo con la fuerza de golpearlo repetidamente contra la ventana del auto—. Voy a extrañarte. Espero lo recuerdes—ella estaba, a este punto, llorando.

Esto sucede mucho, si soy honesta. Cada día, por lo menos.

A veces varias veces al día.

Encantador.

—Te voy a extrañar también ma—me forcé a decir. Por lo menos intenté aliviar su dolor.

—Bueno, si no lo sientes, no lo digas.

¿Cómo podría decir adiós a esto?

(...)

Después de muchas lágrimas, demasiados regaños y abrazos, me encontraba caminando por el campamento; sola. Tenía mucho equipaje; físicamente, a menos que cuente a mis prepotentes demasiado amorosos padres como carga metafórica. Torpemente traté de sacar el papel de mi bolsillo, tratando de mantenerme derecha, causando que todas mis maletas cayeran a la grava.

Miré hacia abajo.

¡Ah, gravedad! Eres una total perra.

Saqué la hoja de todas formas y leí. Cabaña tres. Miré alrededor del campamento abandonado. Pensamientos sobre las películas 'Dejados Atrás' vinieron a mi mente, pero las sacudí lejos.

Ese canal de Jesús me ha vuelto paranoica.

Reuniendo todas las cosas en mis manos, me adentro en la profundidad del campamento. Miré las cabañas, las cuales eran del tamaño de casas pequeñas y entonces llegué a comprender por qué mi cabaña fue llamada "La cabaña naranja." No estaba toda pintada de naranja ni nada por el estilo, tal vez eso era lo que esperaba.

Esperaba también que quizá exportaran naranjas, pero supongo que Nevada realmente no hace eso. Este campamento se llama "Campamento Clementine." ¿Es decir, no tendría sentido?

Como sea, había carcomida y vieja pintura naranja en cada escalón hacia la puerta, y la misma pintura antigua también alrededor de las ventanas.

Caminé hacia la cabina, abriendo la puerta vi las cosas de mi mejor amiga y las de otras cuatro chicas puestas sobre el suelo, sin armarios, e incluso camas. Sin embargo, las chicas pertenecientes de estos artículos no estaban allí.

La cabina era linda. Había una escalera de madera que encaminaba hacia cuatro "camas" por encima de otras dos.

No estaba segura de confiar en esa escalera.

No era como un gran cuarto. Es difícil explicar la sencilla complejidad de la habitación. La mejor manera en que puedo decirlo, es un segundo piso/balcón que se compone de sólo colchones y un vestidor.

Mientras que la cabina estaba vacía de gente, me tomé mi tiempo para sacar mi Polaroid que planeé llevar conmigo todo el tiempo y saqué una imagen de la cabaña. Sonreí hacia mí.

Caminé alrededor de la parte inferior de la cabaña, sólo para encontrar que la cama en la esquina derecha tenía una nota con mi nombre y una sonrisa dibujada, con la escritura de mi mejor amiga.

Coloqué mis mantas y cosas en la cama acogedora, rocié un poco de mi perfume para enmascarar el olor a madera. Era un olor agradable, pero en este momento, quería comodidad.

Me sentí aliviada al recibir una cama que residía en el piso. De esta manera, no tendría que preocuparme por romper una escalera.

Mis pensamientos inteligentes fueron interrumpidos por un fuerte sonido de chicas riendo. Coloqué mis maletas en la esquina de la habitación y comencé a caminar fuera de la cabaña.

Después de cerrar la puerta, bajé por las escaleras, casi cayendo encontré una oruga, nombré a la oruga Marijuanita, accidentalmente tiré la oruga, tuve un emotivo funeral para Marijuanita y mientras tarareaba 'Amazing Grace' a su tumba, finalmente llegué a una puerta. No sabía a donde llevaba, pero podía escuchar voces viniendo de adentro. Giré la pequeña perilla, entrando rápidamente en el largo establecimiento que asumí era "La Gran Casa" de la que Stevie había hablado.

Cuando abrí mis ojos y miré alrededor habían fácilmente más de 30 pares de ojos mirándome directamente. Mis ojos se ensancharon y me empujé hacia atrás contra la puerta, con la bilis aumentando en mi garganta. Me puse nerviosa hasta hablando con una cajera en Walmart, así que esta experiencia fue definitivamente una fabulosa.

Inhalé rápido, observando a todas las personas con sus miradas todavía en mí. Una masculina risa juvenil se escuchó desde la esquina de la habitación y miré para ver a un chico alrededor de mi edad con las manos detrás de su espalda en la parte delantera de la multitud, junto con lo que supuse era el personal. Su sonrisa era nada menos que deslumbrante, sin embargo, él se reía de mí, lo cual tiende a atenuar su atractivo, pero joder. Abrió su boca para hablar, y yo involuntariamente parpadeé.

—¿Elegantemente tarde?—preguntó, en un bajo tono británico. ¿De dónde diablos salió un muchacho británico? Esto es Nevada, ¿qué? Todas las chicas se rieron, algo forzado, pero se rieron sin embargo. No entiendo por qué se reían, porque lo que él dijo ni siquiera sonó divertido, pero supongo que es porque él es el único pene que tendrán la oportunidad de conseguir en las próximas tres semanas.

—¡Harry!—una mujer de mediana edad con cabello largo y oscuro frunció sus labios y miró hacia la fila de los trabajadores para regañar al muchacho que supuse era su hijo.

—¡Hola!—una voz amable pero profesional hizo que desviara mi mirada. Giré mi cabeza para localizar el origen de la voz para encontrar a un hombre alto, de cabello oscuro con aparentes canas apareciendo sobre su cabeza, pero de alguna manera haciéndolo lucir mejor. Me sonrió con sus ojos marrones—. Yo soy el Sr. Davids, ejecuto el campamento, ¿su nombre?—mi voz estaba perdida al momento, con todas las miradas en mí, hasta que logré modular.

—Y-yo.. M-mi nombre es... J-Jess—Harry se echó a reír otra vez.

—¿Hablas español correctamente?—aunque me di cuenta que sólo lo estaba diciendo para verse divertido, cool o como un idiota o lo que sea, todavía dolió un poco. Decidí ignorarlo, porque en ese momento miré hacia abajo para ver a mi mejor amiga sonriendo hacia mí con sus piernas cruzadas en forma india.

—Se cortés, Harry—el Sr. Davids lo regañó. Harry rodó sus ojos esmeralda y asentí internamente.

Te entiendo, hermano. Incluso si estás siendo un idiota conmigo. Entiendo el tener que rodar los ojos. Está bien, hombre. Déjalo salir.

Pero, ¿qué puta clase de nombre es Harry? ¿Podemos hablar de esto?

Harry. Harry. Harold. Harry.

No se pone mejor.

—Señorita Jess, puede encontrar su cabaña y sentarse. Luego le explicarán todo lo que se perdió—asentí, corriendo torpemente entre chicas sentadas con las piernas cruzadas, extendidas, juntadas a su pecho, recostadas, todo para finalmente llegar con mi mejor amiga.

La sala estaba realmente llena, y no había espacio para mí para poder sentarme junto a ella. Ella me miró con cara de disculpa. Sonreí, sentándome sobre su regazo, sólo para recibir un gruñido por parte de ella. Sonreí con orgullo, giré mi cabeza para mirar grandes ojos marrones sonrientes. Reí y dirigí mi atención hacia el frente, donde Sr. Davids ya había comenzado a hablar. Mi mirada sin querer se postró en nadie menos que en Harry, quien guiñó hacia mí. Me retorcí un poco, hasta sentir palmas golpear mis muslos.

—Presta atención, tonta—Stevie susurró en mi oído. Retuve mi risa, y traté de cambiar mi atención.

—No habrá ninguna relación amorosa entre las campistas y el staff. Si se sienten atraídas por alguno de estos tres chicos, o cualquiera del staff femenino, entonces esos pensamientos deberán dejar el campamento junto con ustedes, sin rechistar. Tengo una política de tolerancia cero para eso. No serán castigadas por coquetear, estoy al tanto que nuestro Harry es "irresistible"—el Sr. Davids estaba inmutado ante la sonrisa arrogante de Harry—. Serán castigadas si se hallan interactuando físicamente con el otro. No creo que tenga que explicar lo que eso significa. Al hacerlo, resultará en expulsión inmediata del campamento—miré a mi alrededor, sosteniendo la risa, observando la cara de terror de las demás chicas. Incluso las que asumía debían tener doce. Sí, porque es muy difícil contenerse, seguro.

—Eso es todo lo que tengo para decir. Si llegaron tarde, lo siento, pero su asesora de cabaña y consejeros...—froté mi trasero sobre Stevie.*

—¡Ya basta!

—¿Por qué? ¿Te enciendo?—reí.

—...les informarán de todo lo que se perdieron. Muy bien. Pueden retirarse a sus cabañas.

***

HI

Primer cap. al fin publicado. Disfruten bebés (:

*En inglés en vez de "pero" dice "but" lo cual Jess hace burla con "butt" que es trasero en inglés, por eso es que frota su trasero con Stevie, sólo de broma.

Liv.

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