Ocho
tomando un chapuzón con el engendro de ariel y tarzán
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Harry y yo continuamos la mañana así. Afirmando cosas raras sobre el otro. Mucha de nuestra conversación consistió en bromas, lo cual fue bueno, ya que pude haberme sentido incómoda de lo contrario. Burlarme de la gente era simplemente mi forma de conversar, la cual no era la habilidad social más útil, ya que algunas personas no pueden notar cuando tu estás sólo bromeando.
Sin embargo Harry no fue grosero, y creo que yo tampoco. Las bromas era juguetonas, y no realmente insultantes.
Tuve la oportunidad de ver Friends, por lo cual quedé satisfecha, aunque hayan sido sólo dos episodios. También tuve la oportunidad de traer en conversación su pequeña actuación en el desayuno. Los rubores en la plática consistieron mayormente en eso.
—¿Hiciste eso para mí?
—No.
—Awh, ¿por qué no?
—Obtendrás una actuación especial más adelante.
Honestamente, fue uno de esos momentos en los que estuve absolutamente halagada y encendida, pero también muy sorprendida; en realidad esas son las emociones que tengo alrededor de Harry el 99,9% de las veces, pero esta vez, me entró el pánico y le di una bofetada. Parecía sorprendido al igual que yo, mirando hacia abajo en mi mano como si estuviera controlándose por sí sola. Amplié mis ojos mientras rompía contacto visual con mi mano para mirarlo a él, al mismo tiempo que tartamudeaba con mis labios entreabiertos.
—Yo... yo lo siento. No tengo ni idea de lo que me pasó, yo... lo siento mucho—él asintió lentamente, hasta que empezó a reír, lo que me permitió ver el humor en la situación.
Mi día fue muy relajante. Mis preocupaciones se dejaron de lado y una sensación se apoderó de mí, la cual no sentía muy a menudo; felicidad. Hace años, me di cuenta que lo que me separaba de la felicidad no era una mala vida, sino mi descontento, y por un par de horas, había estado tan satisfecha como una niña pequeña, y fue más que un alivio.
Realmente terminamos jugando veinte preguntas, y hasta este día, no puedo decir lo que me preguntó, pero recuerdo reír, reír mucho. Me caí de la cama y me golpeé la cabeza con la mesa auxiliar en un punto, abriendo una pequeña área en mi línea del cabello. Me dolió mucho, pero contuve las lágrimas y reí, aunque estoy segura de que él se dio cuenta de que sólo estaba tratando de no llorar delante de un niño tan bonito.
Cuando el almuerzo llegó, encontré a una desaliñada Stevie sobre su cama, durmiendo. Me reí, agarrando mi gastado bolso, colgándolo alrededor de mi hombro. Me acerqué a mi bella durmiente, dando ligeros golpecitos y sacudiendo sus hombros.
—Hey, Steff. Despierta—demandé a la ligera, en un tono tranquilo y silencioso—. Bebé—dije, un poco más fuerte—. Stevie, levántate—hablé ahora con mi tono normal de voz, sacudiéndola—. Stevie, coño despierta ya, pequeña idiota—empujé su cuerpo con dureza, sólo para escuchar un fuerte gemido y ver su cabeza permanecer pegada como alquitrán a la suave almohadilla, saturada con dibujos de mariposas en ella.
Me di por vencida, regresando a la sala de almuerzo. De pie en la línea, miré mis opciones.
Pavo, jamón o queso. Demasiadas opciones. Decisiones que alteran la vida.
Mientras me dirigía a tomar el sándwich de pavo, sentí algo ser metido en mi bolsillo de atrás, y absolutamente agarrando mi trasero también. Empecé a dar la vuelta, ansiosa por ver quien en la tierra acababa de tocar mi trasero, pero la mujer que estaba detrás de la barra del almuerzo con una red para cabello no estaba de humor para bromear.
—Eliges ahora o no eliges nada—sonreí secamente, murmurando mi elección.
Consiguiendo el resto de mi comida y apresurándome a sentarme sobre una mesa me tomó demasiado tiempo para mi gusto impaciente, mientras metía la mano en mi bolsillo a toda prisa y sacaba el misterioso objeto con mi lengua entre mis labios.
Lo que encontré cuando saqué el pequeño artículo del bolsillo de mis shorts fue una arrugada y pequeña pieza de papel azul que decía lo siguiente:
Jess,
Ya que no podemos textear, encontré esto como un sustituto en pleno funcionamiento. Espero que estés interesada en llevar tu comida de cinco estrellas al lago, donde estaré, en lugar de pasar mi almuerzo contigo, viendo a chicas jóvenes apenas vestidas jugar en el agua, también conocidas como salvavidas. Siéntete libre de aparecer en bikini.
Con hambre,
Harry x
PD. El "con hambre" fue mi manera de sugerir que me traigas algo de comer de tu cabaña.
PPD. Sí, he encontrado tu escondite de chucherías. Pensaste que podrías mantenerlo en secreto, ¿verdad?
PPPD. Creo que voy a comenzar a escribir una serie de libros acerca de cómo soy en realidad el hijo de Sherlock, porque soy literalmente muy inteligente.
PPPPD. He terminado. Lo juro.
PPPPPD. ¿Estás leyendo esto con acento británico, verdad?
Sacudiendo mi cabeza y riendo, doblé cuidadosamente la nota y la metí de nuevo en el bolsillo.
Una vez llegué a mi cabaña, comencé a rebuscar a través de mis cosas, encontrando la parte superior e inferior del traje de baño, junto con un par de shorts diminutos. Apenas y podían ser considerados ropa, pero estaban allí sólo para llevarlos por encima de mis trajes de baño regulares, los cuales despreciaba.
No era en realidad una persona de bikinis, siendo un poco consiente de mi cuerpo. Había perdido una cantidad considerable de peso el pasado año, aunque no es que yo fuera masiva. Mi traje de baño era simplemente negro, de corte bajo, con toda honestidad. También agarré una manzana y unas rosquillas de azúcar de mi escondite de chucherías, oculto de todos.
Me deslicé en dicho traje de baño y una gran camiseta de Guns n' Roses, o más bien vestido, teniendo en cuenta que primero perteneció a mi hermano de casi dos metros. Y en sí ya era demasiado grande sobre él.
Lógica: dársela a tu hermana que mide un metro y medio.
Una vez que la bolsa colgaba libremente en mi espalda con todo el resto de mis contenidos necesarios, comencé a salir. El canto de los pájaros llenaba el aire, los árboles tambaleaban y las hojas caían debido al movimiento, volando a través de las ramas.
Pronto mis pies estuvieron plantados sobre húmedo y empapado suelo, vi algunas chicas nadar en el agua del lago, y dos jóvenes sentados en el interior de un inflable, claramente estrecho. Parpadeé lentamente, acercándome a los despreocupados adolescentes descansando sobre el flotador amarillo. El de cabello oscuro continuó jugando con los mechones exigentes de su compañero, corriéndolos con sus dedos enfundados de anillos, una sonrisa frívola se hacía presente entre sus abismales hoyuelos tallados en sus mejillas. El pelirrojo parecía disgustado con el crecido chico revolviendo su húmedo y enmarañado cabello. Si hubiera podido silbar, lo habría hecho en ese momento para ganar su atención.
Después de pararme por unos momentos, los ojos de Harry finalmente me encontraron, mirándome de arriba abajo antes de verme a los ojos y sonreír. Una sonrisa vertiginosa fue pintada a través de mis labios cuando di un paso adelante. Harry se sumergió, confundiendo a Oliver hasta que me vio. Él esbozó una sonrisa y me saludó con la mano, hasta que Harry apareció fuera del agua, con el cabello sobre su cara. Él sacudió su cabeza, haciendo que su cabello volara en todas partes, antes de atarlo en un chongo desordenado.
¿Debería molestarme el hombre chongo? ¿No debería verse mal? ¿Debe verse mal, o yo sólo estoy diciendo cualquiera?
Alcé las gafas negras arriba sobre mi cabeza, empujando mi cabello.
—¿Tienes mis bocadillos?—rodé los ojos.
—Sólo para eso me quieres, ¿no? Comida—lo miré a los ojos, aunque no podía verlos. Llevaba gafas de sol también. Puse una expresión de dolor en mi rostro, aunque traté de hacerla como si estuviera conteniéndola.
Traté, ¿a quien engaño? Soy una jodida gran actriz.
—Te lo advertí cuando empezamos esto, que yo no quería otra cosa más que tus bollos tostados—parpadeé lentamente, curvando los labios entre mis dientes. La sonrisa amenazaba con apoderarse de mi rostro, lo que significaría que nuestra pequeña fachada habría terminado, y yo no quería eso. Me encantaban las pequeñas cosas como esta, pero no podía retenerla.
Comencé a reír en voz alta, avergonzándome mientras murmuraba "bollos tostados" a mí misma. Él se rió también, mirando mi reacción a su broma.
—No, pero en serio, ¿dónde están tus bollos?
(...)
Después de que Harry se comiera las donas en una silla reclinable frente a la mía, el Sr. David vino a vernos, y ordenó a Harry volver a su puesto de salvavidas, por lo que él trató de hacer un regreso suave, pero terminó viéndose bastante raro mientras vergonzosamente se alejaba a trote.
Me quedé a solas con mi sándwich, lo cual era bastante aburrido. Cuando pasaron alrededor de cinco minutos, vi a Stevie salir del camino más bien ruta para encontrar el "pozo de agua". Ella me vio y se sentó sobre mis piernas, cayendo sobre mi pecho.
—Me dijeron que no debemos tener relación sexuales, Stevie—ella rió y presionó su cabeza en mi cuello.
—Pero no me puedo resistir, pequeña.
—Esto se está poniendo ligeramente pedófilo muy rápido—reí, moviéndome para ponerla de lado, así como yo. Mientras que nuestra estrecha proximidad no me avergonzaba, quizá parecía un poco contradictoria para espectadores, al ver dos chicas en traje de baño encima de la otra.
Ella rió.
—Llámame mami.
—Está bien, mami—rió—. ¿Quieres castigarme, mami?
—Señoritas—Stevie saltó ante la voz, golpeando su cabeza contra el reposabrazos.
—¿S.. sí, señor Davids?—miró nerviosa hacia el hombre de mediana edad. Me senté allí con los brazos detrás de mi cabeza, sonriendo hacia él.
—¿Qué está pasando aquí, chicas?—su voz era severa.
—Estábamos... uhm... estoy so...
—Sólo un poco de unión amistosa. Estoy segura de que mi madre, cuando llamó, mencionó que hemos sido amigas desde que teníamos doce. Y tú, de todas las personas sabe cómo una estrecha amistad puede verse. Tengo entendido que Harry y Oliver no tienen ningún problema de estar desnudos delante del otro—seguí sonriendo, mirando sus ojos marrones. De pronto, una lenta sonrisa creció en su rostro y dejó escapar una risita.
—Sí, lo hago. Pero, por favor manténganlo en un mínimo. No quiero ningún doble sentido aquí—reí, levantando mi mano.
—Tienes mi palabra—él asintió con la cabeza, alejándose.
—Jesse—Stevie gritó, golpeando mi estómago con una mirada furiosa—. ¿Cómo sabías que no se iba a enojar?
—Yo...
—¡Así es, no sabías! Tienes que pensar antes de hablar. Por lo que sabemos, podría tener...
Cubrí su boca con mi mano.
—En primer lugar, gracias, mami—me miró—. Y en segundo lugar, me dijeron cómo actuar a su alrededor, o más bien encantar mi manera de salir de situaciones con él—su rostro cayó y removió mi mano.
—¿Por quién?
—Harry.
—Oh, por supuesto. Mientras eso suena lindo, necesitas tener más cuidado—puse mis ojos en blanco—. ¡Jesse Flynn, lo digo en serio! ¿Crees que esto es una broma?
—No, mami.
—¿Estoy interrumpiendo algo?—gracias a Dios.
Stevie y yo respondimos simultáneamente, sólo que con respuestas opuestas. Oliver rió y acercó una silla reclinable, relajándose junto a nosotras.
—¿Cómo están bellas damas?
—Stevie es muy difícil—murmuré, cerrando mis ojos y recargándome en mi silla.
—Estoy tratando de protegerte—protestó.
Caí en una ligera siesta después de eso, arrullada por el sonido del agua, risas, chicas y conversaciones. Cuando me desperté, fue por la tortura china del agua, al instante que sentía pequeñas gotas de agua caer sobre mi frente. Cuando abrí los ojos, vi a Harry con una sonrisa en su rostro, mirándome con el cabello empapado. Mientras una gota de agua caía sobre mis labios, farfullé, empujando su cara. Una carcajada brotó de él. Su rostro se veía exactamente como un rayo de sol cuando se reía.
Quería llorar.
—¿Eso era realmente necesario?—regañé, poniéndome de pie.
—Has estado dormida por un rato y finalmente estoy libre de mis prisiones heroicas.
—Todo lo que hiciste fue mirar a chicas flotar en poca ropa.
—Heroico—reí y rodé mis ojos.
—Bueno, iré a nadar, así que, si quieres dejar la zona en la que estabas 'cautivo', lo entenderé—murmuré, quitando mi camiseta.
—N..na-no. Yo me quedaré aquí—di la vuelta a tiempo para ver sus ojos volar hasta la míos, pintando una rápida sonrisa en su rostro.
—Aburrido—comenté—Stevie, ¿te gustaría venir conmigo?—le grité a la chica yaciendo con la cabeza boca abajo, colgando sin fuerzas sobre la silla.
—Sí—se levantó lentamente, sacudiendo su cabeza de las estrellas que probablemente flotaban alrededor de ella. Me reí mientras sacaba su top de natación, revelando un traje blanco con una capa de encaje sobre él. Ella me sonrió, agarrando mi brazo mientras caminábamos, con Harry por detrás de nosotros.
Cuando había llegado a la orilla del río, todo se desvaneció. Mirando hacia abajo en el agua, vi mi reflejo. No literalmente, por supuesto. No se puede ver nada en el agua. No, yo vi el reflejo de una antigua Jesse Flynn. Me vi a mí misma de cuando era niña. Había crecido nadando en ríos y lagos, sin importar lo mucho que mis amigos se estremecieran. Siempre me sentí aliviada por el blando barro siendo levemente empujado entre mis dedos de los pies, y luego arrastrados por el agua. Disfruté encontrar grandes rocas y conchas. Reí ante la sensación de pequeños peces mordiendo mis tobillos. Era la forma en que crecí, y no importaba lo mucho que había cambiado, era una prueba de que algunas cosas se quedaban igual.
—Jesse, ¿vas a estar allí parada todo el día? Porque no me importa tirarte ahora—sentí dos pequeñas manos en mi cintura y reí, empujando a Stevie.
—Bien, cállate—poco a poco sumergí mis dedos de los pies en el agua y chillé—. Está fría. ¿Por qué está tan fría?—chillé más.
—Bueno, verás, Jessica...
—Mi nombre no es Jessica.
—...el sol o calor solar es la fuente de...—Harry fue interrumpido por Stevie dándole un codazo en las costillas, lo cual lo hizo gemir y retorcerse.
Me gusta ese sonido.
—Está bien, voy a entrar—caminé hasta el final del paseo marítimo, donde el agua estaba supuestamente mucho más profunda. Contuve la respiración y salté, sintiendo todos mis nervios volver a la vida.
Santa mierda.
Llegué a la superficie con una respiración ruidosa de aire caliente, sosteniendo los brazos sobre mi pecho.
—Oh, coño, hace frío—gruñí en voz baja.
—Bueno—una voz gritó por encima de mí—. Tus deseos son órdenes para mí—luego él saltó al aire, gritando como Tarzán, y saltando de cañón en el agua, justo al lado mío.
Farfullé el agua que entró a mi nariz, escupiéndola mientras tosía.
Cuando le oí llegar a la cima, rompiendo la barrera de agua, corrió hacia mí.
—Oye, ¿estás bien?
Traté de insultarlo, pero no pude, debido a la tos por la que estaba siendo amordazada.
—¡Jess! ¿Estás bien?—Stevie corrió al final del muelle, lentamente entrando en el agua con un escalofrío y viniendo hacia mí.
En ese momento, gané mi aliento, siendo capaz de ahogar un par de palabras. Asentí con la cabeza, y ella sonrió con satisfacción.
—Sí, estoy bien—estaba bien, pero sonaba como una prostituta de sesenta y tres años que había descubierto los Pall Mall a los catorce.
—Maybe he's right—una voz femenina salió de la boca de Harry mientras suspiraba—. Maybe there is something the matter with me—Stevie y yo nos miramos la una a la otra por una explicación, pero sólo encontramos confusión en nuestros rostros—. I just don't see how a world that makes such wonderful things could be bad—y fue entonces cuando todo hizo clic.
—Oh, rayos no, ¿estás cantando la Sirenita?
—Sí, Harry, deja eso.
—Look at this stuff!—Oh Dios—. Isn't it neat?
Harry siguió cantando 'A Part Of Your World' por los próximos tres minutos, haciendo inmersiones y girando mientras cantaba con voz femenina. Treinta minutos después de que trató de conseguir que lo llamara "Esmeralda la sirenita" todos nos dispusimos a regresar a nuestras cabañas para estar listos para la cena.
Mientras estaba tomando una toalla para mi cabello, tirando de mí para estar de pie, sentí un dedo presionar lentamente sobre mi espalda. Di media vuelta, encontrándome cara a cara con Harry, quien sostenía una tímida sonrisa mirando sus pies, y una pequeña Margarita hecha jirones en su mano derecha.
Para mí.
—Te dije que era un romántico.
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