Su cabello finalmente había crecido lo suficientemente largo como para poder cortarlo.

Aunque esto implicase que lo confundieran con una chica.

Normalmente solía amarrarlo en una cola alta o debes en cuando, trenzarlo.

Pero lo que más le encantaba, era cuando Kyouka jugaba con su cabello.

Pues cuando estaban ellos en su departamento, Kyouka solía peinarlo o desenredar su cabello; cosa que disfrutaba y no podía evitar soltar pequeños suspiros de satisfacción o quedarse dormido en su regazo.

El día en el que según se cortaría su cabello llegó, y con ello la indecisión. No quería dejar de sentir las caricias que Kyouka le brindaba en su cabello.

Miró otra vez las tijeras, dejándolas a un lado. Sería otro día. 

-Traumada Taisho