- Extra -
— Parte (2/3) de 30 De Diciembre hasta 1 De Enero.
— Ningún acontecimiento ocurrido dentro del Extra afecta la trama principal, es decir, no es parte de la historia.
Luzu es una molestia desde que salen del vagón. Rubén, cubierto de todas las poleras que había podido encontrar en la habitación y aquella sudadera de la que no se desprendía nunca, mientras él se las arreglaba con la térmica de cuello alto que usaba siempre, aún cuando podía morir de calor.
El castaño había llegado dando brinquitos al desayuno, empujándolo sin siquiera dejarlo terminar de desayunar a su oficina, donde tuvo que detenerse para no quejarse por su comida. Que de todos modos no tenía muchas ganas de probar, pues era Raúl el que se había encargado de hacerla.
— ¿Que quieres? — Pregunta, cruzándose de brazos mientras fruncía ligeramente el entrecejo. Ya se hace una buena idea de que es lo que quiere, pero por el bien de su buen humor, decide darle la oportunidad a la duda y esperar hasta que el mayor le diera una respuesta más precisa.
— Primero; Quita esa cara. — Dice, sin quitar la sonrisa de su rostro como si no fuera a ofenderlo diciendo aquello. Sonríe, sarcástico , tratando de burlarse de lo pedido y evitarse un regaño que es demasiado temprano como para recibir. Pero Luzu hace una mueca, y tiene que suspirar antes de relajar su gesto, alzando las cejas para decirle al castaño que ya estaba bien de hacer tan largo el pedido. — Bien. Estaba hablando con Raúl, — Oh no — y decidimos que, dado el presupuesto, es una buena oportunidad para festejar la navidad este año — Dice, sonriéndole con cierta malicia.
— No. Gracias — Contesta, dispuesto a darse la media vuelta. No quiere, definitivamente no, no está ni cerca de desear algo como eso, y jamás lo estara.
— ¡A Rubén seguro le gustaría! — Ataca el ojicastaño, haciendo que se detenga. ¿Realmente cree que lo puede comprar con eso? ¿Para empezar porque le pide permiso? Simplemente podrían pasar de su opinión y hacerlo de todos modos. Como casi siempre.
— No creo que le moleste — Dice, dándose media vuelta para sonreírle tranquilamente. Como si él comentario no fuese un intento mordaz por qué lo dejara en paz.
El mayor suspira, llevándose una mano al puente de la nariz como si estuviera pensando en algo.
— En realidad, es porque lleva un tiempo preguntando. — Aclara, comenzando una explicación que no sabe porque le incumbe, pero que se dedica a escuchar sin demasiado reclamo — Raúl lo menciono, y se vio interesado por todo eso. Sus ojos estaban brillando tanto cuando le dijimos que existía una fecha así, que si ahora no lo festejamos me sentiría fatal — Agrega, levantando la mirada.
— ¿Y que quieres que haga? No me pidas permiso. Loco — Refunfuña, sintiéndose ligeramente aturdido. Si las cosas hubieran sido diferentes en un pasado, el también se habría sentido emocionado cuando descubrió aquello.
— Pensamos, que sería bueno, si podemos llevarlo a la cuidad. — Piensan mucho; Pero no era una mala idea de todo, casi siempre, las cuidades eran decoradas y no habría una manera mejor de enseñarle la festividad de una manera más completa. — Pero los chicos quieren comprar regalos, así que, si vienes con nosotros.... — Alarga la última palabra de una forma unitil. Cosa que le causa cierta ansiedad.
— ¿Solo es eso? — Pregunta. Y Luzu asiente. Suelta un suspiro, realmente odia poder imaginarse la mirada de alegria de Rubén en ese momento,porque es lo único que lo lleva a aceptar el pedido del mayor.
————
— Y no te separes de mi. Si te pierdes, no voy a buscarte — Le advirtió el ojivioleta al menor, que, como un niño pequeño, asintió de manera enérgica mientras todos los demás lo veían con burla.
— Ya, de paso, ponle correa — Murmura David, comentario que provoca ligeras risas en el ojiverde albino que se encuentra a su lado.
— Te cállate — Amenaza el ojivioleta, envolviendo la bufanda foja alrededor del cuello del menor, que pese a los comentarios, se queda quieto, dejando que Samuel le arregle la ropa tanto como quiera mientras mira el piso cubierto de aguanieve, no quiere caerse, así que le provoca cierto miedo.
— Me quiero ir ya~ — Gimotea el pelirrojo, tomado del brazo de Mangel, que ya tiene un cigarrillo entre los labios, parece ansioso, aunque siempre está ansioso. — Llevas media hora dándole indicaciónes — Agrega, haciendo una mueca. Exagera. No llevan ahí media hora, pero para lo desesperado que es, debe resultar en una eternidad.
— Bueno. Vámonos ya — Anuncia divertido Luzu, que lleva colgando a Raúl del brazo, que se ha negado a soltarlo desde que salió del vagón, a causa del frío. Parece una pelusa de cabellos azabaches debajo de su chamarra carmín, demasiado grande.
Ruben parece regresar al mundo real en ese momento, y del bolsillo de su sudadera, saca un pequeño listón color rojo. Todos comienzan a caminar hacia la salida de la estación de la feria, y está dispuesto a hacer lo mismo cuando siente las manos, cubiertas por un par de guantes lilas que le ha obligado a ponerse, de Rubén jalar su mano.
— ¡Tuve una idea! — Le Anuncia emocionado, enseñándole el listón con una sonrisa. No entiende, pero lo deja ser mientras le ata un extremo del listón a la muñeca. Solo siente sus mejillas sonrojarse cuando observa como después le extiende la mano y el listón para que se lo ate.
— No es una correa. Pero así no me voy a perder. — Menciona, sonriéndole. Rubén tambien piensa, que es la cosa más cercana que tendrá a tomarle la mano al ojivioleta en público. Porque él nunca deja que lo toque.
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