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Ruben se miro en el espejo que le brindaba la rubio de ojos violetas con emocion, Samuel acababa de terminar de cortarle el pelo y estaba nervioso de ver el resultado, sin embargo, se sintio increiblemente emocionado al dislumbrarse en el espejo.

—¡Es genial!—Dijo divertido, levantandose del banquito emocionado.

Su bello antes revuelto y sin orden, se veia ordenado y arreglado, los mechones largos que llegaban por de bajo de sus orejas habian desaparecido, y el flequito que le tapaba los ojos de forma inconsisa ahora era remplazado por un fequillo corto del lado derecho, que solo le ocultaba levemente la parte superior del ojo.

Sonrio, pasandose la mano por debajo del flequillo con un coqueteo tonto.

—Tontito—Murmuro Samuel, mirandolo con diversion todavia con las tijeras en la mano.

—¡Te ha quedado genial! ¿Como es que sabes hacer estas cosas?—Pregunto emocionado dandose la vuelta mientras lo miraba con ilusion.

—¡Samuel sabe hacer muchas cosas!—Le respondio Akira— ¡Es como la esposa perfecta! ¡Sabe coser, cocinar, peinar, limpiar, hacer la contaduria y un monton de cosas!—Dijo alegre, tomando las manos del castaño con ilusion.


—Dejen de hablar de mi como si no estuviera aqui—Suspiro Samuel, guardando las tijeras en uno de los cajones del mueble de la pelirubia.

—Pero es que es impresionante Samuel—Festejo el ojiverde mirandolo impresionado sin soltar las manos de la ojivioleta.

—¡Lo es! Serias perfecto si tan solo fueras chica~—Suspiro Akira, llevandose una mano a la mejilla con decepcion, Ruben rio bajito sabiendo que los gustos de Akira eran muy alejados de lo que el azabache era.

Samuel suspiro rindiendoce ante las declaraciones que brindaban a expensas de su persona.

—Muchas gracias Samuel—Escucho detras de el, y miro a Ruben de reojo que le sonreia con inocencia.

—No es nada—Murmuro, jurando que por un segundo la voz dulce del menor se habia repetido en su cabeza como un eco.

—Te ves guapisimo—Dijo la rubia, tocandole el hombro a Ruben que sonrio agradecido por el cumplido.—Vamos a enseñarle a los demas!—Festejo la mayor, tomando la mano del ojiverde y saliendo del vagon sin siquiera despedirce de Samuel.

Suspiro divertido, mientras observaba el suelo.

—Me alegra que te gustara—Murmuro, dejando salir una risita inocentona.

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