40
Voy a confiar en ti, quiero confiar en ti.
Aun si me causas terror, aun si me haces sentir indefenso.
Quiero mas de tus miradas amables, de tus sonrisas infantiles, de tus palabras, quiero que te quedes, conmigo.
Asi que; te lo pido.
Enseñame tu mundo,permiteme a mi tambien estar contigo, no te hare daño, ya no dejare que nadie te lo haga.
Estabamos solos ¿No? Somos iguales.
Te entiendo, y me entiendes,asi que te lo pido, porfavor no te alejes.
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Ruben se removio, queriendo mas del calor que las sabanas le bridaban, no sabia cuando habia llegado a la cama, pero tampoco se iba a quejar, estaba calido y era comodo.
Se hubiera quedado tranquilo si no hubiera recordado a Samuel.
Se levanto rapidamente de la cama, causandole un leve mareo al estar derecho, busco con la mirada a Samuel, sin exito.
Sin embargo, encontro un futon perfectamente enrollado en una de las esquinas del vagon.
Se sintio mal inmediatamente ¿le habia quitado la cama a Samuel? El ambiente estaba frio, y solto un pequeño estornudo.
El piso no estaria especialmente calido, lo sabia, y eso significaba que Samuel pudo haber pasado frio por la noche.
—Ah!—Solto un sonidito de exclamacion, al ver su sudadera a los pies de la cama, la tomo con cuidado y se la puso, en busca del calor que le podia brindar.
Se levanto de la cama, poniendose sus zapatos con apuro de no seguir tocando el frio suelo.
Se cerro la sudadera y abrio la puerta del vagon, arrepintiendose casi de inmediato al sentir una rafaga de aire frio en la cara.
—¡Pero miren quien ha despertado!—Dijo Raul alegre, mirandolo con ojos burloned.
—Buenos dias—Murmuro, con la voz un tanto ronca por acabar de despertar.
—Buenas~—Canturreo Raul, sonriendo.
Bajo con cuidado del vagon, y mirando hacia todos lados se encontro con todos despiertos.
Estaban todos, menos Lolito, Mangel y Samuel.
—Buenos dias dormilon~—Saludo Luzu, revolviendole levemente el pelo con la mano, Ruben sonrio-Pasaste buena noche?-Le pregunto.
—Sip—Sonrio Ruben.
—Me alegro, me preocupaba que no pudieras dormir—Le sonrio el mas alto—Hoy hace mas frio de lo habitual—Rio.
Ruben asintio, mirando a todos abrigados, a exepcion de Nieves que vestia de falta y tiras.
—Woa—Murmuro, mirando como no parecia tener una pisca de frio siquiera, Luzu rio al ver su expresion.
—Viene de un lugar muy frio, para ella esto es caluroso—Rio, mirando a Ruben mirarla asombrado.
—Cuando hace calor debe querer morir—Susurro y Luzu asintio.
—¡Ah! Por cierto, ¿Sabes donde estan los demas?—Pregunto Ruben, mirandolo con curiosidad.
—Estan los tres en el vagon de Lolito y Mangel—Le sonrio, el asintio, sin saber muy bien porque estaria Samuel con los chicos.
—Vale—Murmuro, para soltar un suspiro despues de eso, sin embargo un toque amable en su hombro.
—Ruben—Saludo la pelirroja, que habia llegado frente a el en lo que hablaba con Luzu—¿Que tal la noche?—Pregunto, sonriendole con cariño.
—Nieves, hola—Le saludo— Bien, ¿Y tu?—Pregunto.
—Durmio bien gracias por preguntar—-Dijo una chica.
—Uh..?—Ruben la miro, y sus ojitos brillaron al caer en cuenta que era Akira.
—Hola Ruben—Le dijo la ojimorada, con una sonrisita altanera.
—Buenos dias Akira—Contesto, Akira era una chica educada y de caracter rudo, sin embargo era muy bonita, y en los limites habian logrado congeniar en los 5 dias que llevaba ahi.
Akira sonrio.
—Perdoname pero debo robarte a Nieves un momento—Le dijo, tomando la mano de la pelirroja y comenzando la caminata lejos del castaño.
Ruben le guiño un ojo a Nieves, que solo se ruborizo al saber que le hacia burla respecto a sus nervios al tratarse de Akira, le saco la lengua molesta.
—A desayunar!—Escucho que Guillermo gritaba, haciendo que todos se reunieran donde el los llamaba,pudo escuchar una de las puertas del tren ser abierta, y observo como Samuel salia del vagon con Mangel y Lolito detras.
Llevaba un sueter color negro, de manga larga y cuello alto, con unos pantalones igualmente negros, el sueter se le ceñia levemente a la cintura, y se veia guapisimo, no como el, que habia salido en pijama y sudadera, seguramente incluso estaba despeinado.
Quiza lo vio mas de la cuenta, porque su mirada fria de color amatista se encontro con la suya.
Pero al contrario de como creyo, no resivio una mirada indeferente de unos cuantos minutos, si no mas bien, le sonrio.
Sintio su cara colorarse levemente y regresar su mirada al suelo, mientras caminaba en busca de un lugar para sentarse.
Pero solo hicieron falta dos minutos para que una mano le revolviera los cabellos.
—Buenos dias Ruben—Le dijo el mayor, sin quitar la mano de su cabeza.
—B-buenos dias Samuel—Le sonrio.
Definitivamente habian mejorado mucho su relacion en una sola noche.
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