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Frio.

Era curioso, la gran mayoria de su vida habia sentido frio, aun cuando el sol le daba en la piel, o en los dias calurosos de verano.

Ahora podia traducirlo de varias maneras: Miedo, tristeza, Soledad.

Incluso cuando observo la sonrisa de Luzu por primera vez, tenia frio, aun cuando lo salvo y le dio una vida decente.

La unica vez que el frio parecia disminuir era cuando estaba arriba, tomado de los trapecios mientras todos le miran asombrados por lo que hace.

Le dan ganas de decirles que cierren la boca, que se les meteran las moscas y terminaran por ahogarse, pero al mirar la carpa y recordar que era su unico lugar seguro, sonrie.

De la manera mas verdadera que puede, la gente aplaude y el sigue con su trabajo.

Viene la parte divertida, le gusta asustar a la gente, haciendo que el trapecio vaya mas hacia atras, quedando tecnicamente sobre las personas, si se concentra lo suficiente, puede encontrar su mirada con algun niño en las gradas altas y sonreir, le dejara un buen sabor de boca al niño y su madre, seguramente regresarian al año siguiente.

Respira hondo, intentando concentrarse con el ruido.

Cuando abre los ojos, todos le miran atentos, las jovenes le buscan la mirada, en busca de poder presumir algo al salir del circo, las evita lo mas que puede, no queriendo parecer interesado en alguna en especial.

Y antes de que se de cuenta, sin oemsarlo demasiado, sabiendo de memoria cada movimientos y respiracion necesaria, ejecuta el truco.

Terminando por colgarse de las piernas por el trapecio, quedando de mirada al publico.

Pero no se encuentra a un niño, nisiquiera a una joven emocionada.

Solo encuentra un par de ojos verdes mirandole con asombro, mientras mechones castaños se le cruzan por la mirada.

Brillan, tanto que por un momento, y solo un momento, deja de sentir frio, desaparece y por un momento el aire se siente calido, siente el calor de la carpa y se pregunta como la gente lo soporta.

Falta solo una fraccion de segundo, para que el frio vuelva y pierda de vista la mirada verde.

Se siente dormido, como si su mente de hubiera olvidado en un segundo de todo, pero la presion que ejerce el trapecio lo hace salir del trance.

¿Que?

Los aplausos lo aturden y la mirada azul del Luzuriaga lo observa preocupado.

—¡Dios mio Samuel!—Le murmura, pero las palabras apenas parecen cobrar sentido en su cabeza.—,Estas bien? Te quedaste en blanco!—Le pregunto, solo atino a asentir.

Siente un escalofrio recorrer su cuerpo.

Tiene frio, mas frio que nunca.

Busca con la mirada a Ruben, y lo observa en las gradas deborando con un toque infantil sus palomitas, seguramente Akira tuvo que llevarle mas.

Lo mira y el frio para.

¿Que demonios le pasaba?

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