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Ruben suspiro cuando noto que aquel hogar no era uno como tal.
Se encontraba en el comedor, junto con su "Familia" que no se diganaba a mirarlo.
Los cubiertos chocando con los platos eran el unico sonido real que podia escuchar en la casa, eso y los ruidosos grillos de afuera, no habia tocado su comida pero realmente no tenia hambre, tampoco tenia sueño....en realidad no podia sentir nada, estaba desolado en aquella casa y no parecia haber escapatoria de ella, mas que la escuela -Que estaba a 2 horas de su casa- y las clases de gimnasia que esta misma ofrecia.
-Compermiso-Murmuro en un susurro, ninguno de los 2 presentes en la mesa le contesto, su madre tan solo levanto la mirada y Ruben supo que esa noche no dormiria en su cama,sin embargo se levanto y dejo su plato en el refrigerador, por si tenia las fuerzas suficientes para recogerlo en la madrugada, sin embargo solto una risita ironica cuando se dio cuenta que aunque las tuviera no vendría por el.
Cuando termino se dirigio al aquel pequeño almacen que podia llamra su cuarto, era pequeño, apenas lo suficientemente grande como para entrar el, una cama induvidual, un mueble de cajones y una mesita de noche con solo 1 metro cuadrado de sobra.
Se avento a su cama y se preparo mentalmente para lo que le esperaba en una hora o mas, dependiendo siempre de su suerte y el estado de humor de su madre ese dia.
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La noche era fria pero Ruben estaba tan acostumbrado a ese hambiente que poco lo noto, las estrellas brillaban y las luciernagas adornaban el campo que rodeaba su casa, tan lejana de todo que aun si gritara de dolor nadie lo escucharía, por eso no solia gritar cuando la soga golpeaba su espalda y no solia quejarse cuando el olor a cigarro lo abrumaba combinandose con los golpes y el dolor de las recientes heridad al ser abierta de nuevo.
En cambio miraba las vias, eran buenas las ocaciones cuando podia perder en el ruido de los trenes al pasar y las luces que se ven a lo lejos.
Aquella noche tuvo mas suerte aun, porque no paso un tren cualquiera lleno de metales o liquidos dañinos para el mundo, se trataba de un tren de colores, azul,amarillo y rojo para ser exactos, su sirena se escuchaba mas alegre y dulce y pudo reconocer unas latras a la legania, pero le fueron imposibles de leer.
Sin embargo solo haberlo visto esa noche, hizo que su dolor fuera menos y que su corazon sintiera una pisca de esperanza.
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