El reinado era próspero, a los ojos de todos la princesa es la principal que tiene por obligatoriedad ser la palabra perfección; carácter y comportamiento de una noble y bondadosa mujer. Su palabra no era mandataria, debía obedecer a sus superiores tal y como la habían educado.

¿Malas palabras? ¿desobedecer o dejarla tener libertad? ¿amigos?, no, cualquier persona sin aprobación de sus padres es una mala influencia para la princesa, ella no debe ser mezclada ni comparada con las jóvenes malcriadas del exterior. Debia y tiene que permanecer dentro del castillo.

Pero ante todas estas reglas, ¿cómo se sentirá la perfecta princesa?.

Su perfección la llevo a correr a manos de un depredador.

Mirada fría e inexpresiva, ¿sería el depredador tan cruel...o tan piadoso?

— Princesa...—la miró a los ojos— ¿Haz tomado ya una decisión? —Preguntó.

— Si —Respondió. La cercania en ambos era demasiado, tan demasiado y tentador que no dudo en cortarlo— Haz de mí un cambio — susurro sobre sus labios fundiéndose en un beso.

Sería riesgoso, lo sabía, pero ¿a qué consecuencias?.

. . . C H A N G E . . .