Chapter; .XIX.
Gritar su Nombre.-
Flash Back
Kakarotto observó a su cría en sus brazos, su pareja se la entregó mientras iría a preparar algo de comer, él curvo una pequeña sonrisa, dejó en la cama y arropó a la pequeña revolviendole con delicadeza su cabellera.
-Hisklaer, tu madre es algo alocada pero por ella y ahora por ti, me haré mas fuerte.-Dijo, mirandola con dulzura.
Y los años fueron transcurrieron.
Su pequeña retoño ahora cumpliría cuatro años, a lo que el progenitor se le ocurrió una idea.
-Tendrás una misión de una semana en el espacio, ya organicé todo y los demás te acompañarán, si derrotas a lo menos diez sujetos...
-Serás mi esclavo por un día entero -Interrumpió la infante, este titubeó y la madre le dio la razón. No tenía más remedio que aceptar aquello.
Unas horas después los estaban alistando en naves de una persona, los demás infantes ya tuvieron sus primeras misiones a excepción de la primogénita de kakarotto, quien esperaba que cuando regresaran volvieran con un buen resultado y experiencia.
-Regresa con la cara en alto Hisklaer -alentó su madre, ella asintió metiéndose en la nave para luego cerrarse la pequeña compuerta.
Él solo levantó el pulgar, eso ya significaba mucho para la niña.
Y la vieron partir seguido de los demás.
Unos días pasaron, todos tenían un entrenamiento duro, su enemigo los había retado a una pelea, la pelea definitiva, Kakarotto quería enfrentarse y comprobar la fuerza de Freezer, habían peleado pero no con todas sus fuerzas.
Golpeó su puño con su palma.
Todo estaba planeado.
Ellos estaban confiados en su victoria.
Hîccih tomó la mano de su pareja diciéndole que no quería pelear, aquello ya no le interesaba en lo absoluto, eran una familia, tenían todo, y eso era lo que importaba.
Se alejó de esta, furioso, discutiendo por varios minutos, terminando por tomar rumbos diferentes.
¿Qué le pasaba?, se supone que es Hîccih, la hembra más demente y psicópata de todos, la que aclamaba una guerra y ansiaba gritar en éxtasis entre los charcos de sangre, caminando como la propia muerte, porque eso era ella, al menos lo era antes de ser madre.
En la nave condujeron hasta el Planeta donde Freezer los había retado, llegando vieron que tenía suelos con fuego fluir, observaron más y vieron que todo era desierto y desagradable.
La Saiyajin advirtió que sería mejor que no se confíen, sin embargo estos hicieron oídos sordos, nadie la escuchó, mucho menos él.
Tragó grueso, y caminó hasta estar cerca de su pareja, a pesar de estar aún molesto, tomó su brazo llamando su atención.
-Sé que estas enojado conmigo, pero tengo un mal presentimiento, -él arrugó el ceño-no quiero que te ocurra algo malo, -el agarre en su brazo se apretó,- eres muy especial para mí, no quiero perderte.-Iba a colocar la mano del saiya sobre su vientre, no obstante él se zafó de su agarre y se alejó de ella.
-Mataremos a esa lagartija, -Dijo muy confiado,- si desaparecieras de mi vida, sería más fuerte.
Ella empuñó sus manos, y con un punzón en su pecho, asintió a sus palabras,-Si el caso fuera lo contrario, creeme, enloquecería, Kakarotto.
Él se volteó hacía ella, dispuesto a mirarla pero una risa sádica los hizo salir del trance, todos dirigieron la mirada hacía al frente, su enemigo está ahí, con un ejercito detrás suyo.
Los saiyajin caminaron hasta Freezer, no obstante comenzaron a atacar, comenzó su pelea.
Kakarotto vio a su mujer asesinar a grandes cantidades del ejército de Freezer, no obstante la notó agitada, y muchas veces protegerse a sí misma, en especial su vientre, entonces lo entendió, se estaba agotando demasiado rápido, lograron golpearla, jadeo y quiso ir a ayudarla ya sabiendo la verdad y de sus intentos de ya no pelear, sin embargo sintió un fuerte golpe que lo dejó desvanecido.
Al despertar observó con detalles y todos el asesinato de cada uno de sus compañeros, y que al terminar ver a su mujer morir a manos de Freezer, para después todos marcharse y dejarlo solo.
Su corazón le dolía, sus primeras lágrimas fluían, debería haberla escuchado, sabía que Hîccih nunca se equivocaba, lloraba en furia, su energía incremento demasiado cambiando su aspecto.
Al liberarse fue hacía ella recostandola en sus piernas, eso fue despiadado, su muerte fue tan horrible, y mucho más saber que su muerte se llevó a uno que no pudo florecer.
-Perdón... -Su voz se escuchó quebrado, sus jadeos incrementaron y las lágrimas continuaron resbalando- no pude hacer nada, perdón, Hîccih, lo lamento demasiado,-Se derrumbó, como si su alma se hubiese partido- tú también eres especial para mí...
Gritó con todas las fuerzas que tenía, su garganta dolía como si se cortase sus cuerdas vocales, sus lágrimas continuaban y hipeos salían de su boca.
Fin del flash back
-El hecho de que creas que soy una buena persona, no significa que lo soy realmente, Kakarotto.-Sonrió de lado la fémina, un aura gris la entornaba.
Los demás saiyajin no tardaron en escuchar ese grito dirigiéndose hacía esa habitación.
-¡Papá! -Grito Hiskaer, un gruñido se escuchó y sintieron los presentes un incremento de energía por parte de la humana.
Lanzó una esfera de energía contra la pared de la nave haciendo un hueco en esta y verse un Planeta de color verde.
-Des del principio supe que no eras de confianza,-dijo Thiangza lista para atacar- ¡maldita basura!.-Se abalanzó contra ella.
La de pelos oscuros la esquivó y salió de la nave, todos la observaron y vieron sobre su cuerpo marcas rojas y oscuras en forma de cadenas, Kakarotto empuñó sus manos y supo de inmediato que esa no era su Chîchi.
Sabía que había algo diferente en ella.
Su nave se contrajo y desvaneció a gran velocidad hacía ese planeta estrellándose en cuestión de minutos, todos salieron ilesos.
-Esta guerra, la ganaré yo.-Escucharon esa voz, levantaron la mirada y como lo fue en el pasado también se convirtió en el hoy, Freezer estaba delante suyos con un gran ejercito detrás.
Kakarotto gruño enfurecido con un de repente déjà vú.
-¡Te mataré! -Gritó listo para pelear, Thiangzy y su hija se interpusieron, ambas fueron atacadas a gran velocidad que casi no pudo ver.
-Peleen conmigo, gusanos.-Retó la fémina de cabellos oscuros, vio que la más lastimaba fue su hija, recordó el pasado, el odio y rencor junto a la venganza se mezclaron.
-¡No seas cobarde, Freezer! -Incremento su poder transformándose en en el guerrero legendario, los soldados querían intervenir, los demás saiyajin no lo permitieron dejando el paso libre para que se enfrentase a su peor enemigo.
-Una pelea a muerte, -Escuchó- me agrada.-Negó, no quería que algo le ocurriese a Chîchi, pero tampoco permitiría que la controlasen.
Su batalla contra Freezer comenzaba.
. . . C H A N G E . . .
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