Chapter; .XIV.
Aprender a Vivir.-
Chîchi
Transcurrieron meses desde la revelación, mi liberación de las manos del Rey, desde que Goku me reveló su especie, sus transformaciones y su nombre, ahora no era más que una humana tratando de encontrar la fortaleza para enfrentar al mundo una vez que mi entrenamiento haya concluido.
Para sobrevivir, hemos aprendido juntos, a cazar, trabajar, incluso sufrido de hambre y en los días lluviosos no teníamos con que cubrirnos y mucho peor en los inviernos. No fue fácil, ser independiente no es fácil.
Pese a toda las circunstancias que hemos pasado, nos hemos mantenido unidos, aunque a veces me regaña y otras yo lo hago, es mi parte preferida porque lo arreglamos con algunos castigos, unos tranquilos, otros eróticos, y la mayoria de veces en piedra papel o tijera.
Suspiro.
Kakarotto duerme en el futón desnudo y apenas le cubre la manta, hemos estado trabajando en el cultivo toda la semana y eso agotó sus energías, también las mías pero él hizo casí todo el trabajo cansado.
Vivíamos en la casa pequeña del fondo del bosque, como yo frecuentaba ir a un mercado cerca del bosque, ayudé a una mujer de avanzada edad a comprar algunas verduras y como agradecimiento me regaló unas semillas de vegetales, eso fue el inicio de nuestras entradas de para ganar dinero, por supuesto al inicio fue difícil ya que ninguno tenía idea alguna de como siquiera se plantaba una semilla, pero tuvimos ayuda de algunos campesinos y gracias a ellos lo logramos.
Así que nos dedicamos a la agricultura.
Y con lo que hemos ganado nos compramos un futón y algunas ropas, teníamos que administrar bien nuestras ganancias y él no sabía nada de ello.
Otro suspiro, cruzada de brazos con mi espalda en el marco de la puerta viéndolo dormir siendo pasado el medio día, y hoy, es mi cumpleaños número diecisiete.
—Hîccih...—Vuelve a susurrar ese nombre, suspiro pesado apretando mis labios, volviendo a sentir esa incomodidad ardiente.
—Kakarotto, despierta.—Hablo frunciendo el ceño, me da la espalda, esta teniendo sueños eróticos.
Camino rápidamente y coloco mi pie en su espalda moviéndolo mientras gruño entre dientes, pronto su cola envuelve mi pierna, pestañeo sin reaccionar y pronto jala, cayendo muy duro contra el suelo.
—Chîchi...Hîccih...Hmm...—Apreto mis puños incrédula y con los ojos bien abiertos por la furia, mis mejillas hervidas por la cólera me siento cruzando mis piernas. Esta soñando conmigo y con ella, ¿es posible tener esos encuentros entre dos personas?, eso sería indebido, tres personas no pueden tener intimidad, creo.
—Bobo...—Murmullo, su cola envuelve mi cintura sin permiso, acarolada de la rabia intento quitármelo pero me apreta, jadeo y después su cola se mete entre mis pantalones y acaricia mi intimidad por encima de mis bragas mandando una expansión de emociones deliciosas.
Inclino mi rostro cerrando mis ojos dejando salir los jadeos que su cola me produce, me siento húmeda, impulsa, arriba y abajo, pronto me vendré y es lo menos que quiero, hasta el momento no he logrado hacerlo venir, y eso me frustra.
Aspiro fuerte, semi grito su nombre cuando la corriente eléctrica se descarga en olas y olas calientes húmedas fluidas. Mientras recupero la respiración, él por fin despierta sentándose de imprevisto con las mejillas en un rojo vivo.
Gira la mirada hacía mí, olfatea—¿Te has tocado? —Desvio la mirada. Bufa—Mujer —se coloca de cuclillas frente a mí, trago mi saliva, su mirada me pone nerviosa— hazme algo de comer, tengo hambre —cae de espalda con las manos extendida, su estomago gruñe, y yo, con el orgasmo entre mis piernas elevo un puño y le doy un golpe en la cabeza.
—¡Sínico!
Kakarotto
—Eres muy celosa Chîchi, controla tus hormonas.—la sigo, ella camina muy apresurada, su olor es de enfado y de excitación, aunque quiera acercarme a ella, sé que esta molesta, y solo se molesta cuando nombro a mi ex-mujer,— ¿hice algo malo?.
Llegamos a la laguna que tiene una cascada muy agradable, suelta su pelo mientras me responde.— Eres muy cruel, un insensible, —maldice, me alarma, se quita de mala gana su polera y voltea cuando esta por quitarse el pantalón.— largo bestia.
—Tú no dices malas palabras, mucho menos estas enojada por más de dos minutos conmigo, tampoco me gruñes bestia y mucho menos te da pena desnudarte frente a mí, —enumere mis dedos— habla, voy a escucharte.—Hace un mohín enojada, lo siguiente que digo la enfada más.— ¿Estas en tus días?.
Tiembla, quizás por rabia, reúne algo y pronto grita.— ¡Eres un tonto!.—corrijo, ella parece muy molesta conmigo.
Las horas siguientes las cosas siguen igual que en la mañana, debí haberla cagado en grande para que ella no me dirigiera la palabra, y vaya hambre que tenía.
Al menos me trajo frutas.
Chîchi
Me mira con demasiada seriedad, tal vez enojo u fastidio, frunzo mi ceño y me incorporo en posición de pelea, cierro los ojos, respiro y exhalo, al abrirlos él ya no está delante mio, presiento su ki por mi alrededor.
Me concentro, esto es complicado, mucho más cuando estamos peleados y estamos teniendo un enfrentamiento de entrenamiento.
—¡Tks! —se escucha mi chasquido, me cubro con mis brazos cuando apareció queriendo darme una patada, se la detuve— ¡Transformate! —lo hace enseguida, vuelve a desaparecer.
Su velocidad y poder han incrementado, no obstante no es todo su poder.
Logra encestarme unos golpes, y he detenido la mayoría, esta midiendo su fuerza para no lastimarme, logro agarrar su brazo, jalo, flexiono mi pierna y la elevo hacia la suya jalandola, cae de espalda, junto mis manos creando una esfera de energía y la lanzo, explota y todo lo que se ve es polvo.
Toso, atenta ante cualquier movimiento suyo, escucho su voz, veo entre todos los lugares, no lo encuentro, de pronto un brillo azul se aproxima y me doy cuenta que ha creado una técnica.
Es muy poderosa, un fuerte punzón en mi cabeza me hace caer de rodillas, y lo siguiente que siento es una corriente eléctrica envolviéndome, sintiéndome diferente.
Y en los siguientes minutos no me percato de nada, hasta volver en sí.
Un hervor sale de mi piel, siento quemaduras por mi cuerpo sin embargo no me duele, lo disfruto, parte de mi vestimenta se hizo añicos, solo quedaron pedazos que cubren mis intimidades, viéndome caótica.
Kakarotto frente mio, con una expresión fría y una espada creada por su ki, ¿qué es lo que hace? ¿quiere matarme?.
—¿Quién eres? —jadeo, lo miro confudida— ¡contesta! —me sostiene del cuello, tiemblo, él nunca me había apretado tan fuerte.— ¡por qué tienes su ki, dímelo! —se a quién se refiere pero no logro entender sus preguntas.
Me mira, ¿sorprendido?, siento ira, odio y ganas de despedazarlo, me desconozco totalmente, gruño y a cuestas me libero de su agarre, luejo junta sus manos acercandolo a su boca, escuchandose una melodía, algo indescriptible, suave y lleno de melancolía, caigo al suelo sin saber más.
Kakarotto
Chîchi no despierta, pero su corazón late.
He curado sus heridas, cambié sus ropas e incluso hice la cena, pero no despierta, ¿por qué?, ya esta bien, no tiene ninguna herida, ninguna contusión, ¿qué es lo qué le ocurre?, tonta.
Sus manos se mueven, un extraño alivio me recorre pero me sorprendo ante el repentino cambio de olor, presencia y poder. Despierta.
Toca su cabeza, las manos, brazos, y su cuerpo, parece sorprendida y en shock.
—Kakarotto —esa voz, áspera, cortante y fría— Y...¿Dónde estamos? —pausa— Hisklaer, ¿dónde esta nuestra hija? —pregunta tratando de ponerse de pie, no obstante casí cae pero se sustenta de la pared.
Logro decir ante mi asombramiento—Tranquilizate...
—¡Como! ¡despierto y no se donde demonios estoy! ¡Habla Kakarotto! —En un segundo me acerco a ella, recordando todo lo que hemos pasado, como no pude salvarla, la culpa, la desgracia que me sentí me dan el impulso para envolver mis brazos hacía ella.
—La única explicación, es que hayas utilizado la reencarnación —se tensa— o el cambio —veo detrás suyo, su cola trasparente. Hîccih.
—¿Y dónde están los otros?, —coloca su mano sobre mi pecho para tomar distancia— ¿y los niños?, quiero verlos...—decae, al parecer sus piernas no pudieron sostenerla por mucho.
—Hîccih, no te esfuerces demasiado—hace una mueca de dolor, pero me exige que le responda.— escucha, los otros...incluyéndote fueron asesinados, —sus pupilas se hacen chicas, se ve pálida— y los niños ya no son niños, son jóvenes que trabajan para...
—Freezer —completa, con odio.
—Esto es el cambio, ¿no?, —no me mira— dime, ¿cómo lograste el cambio?—vuelve a negar, se recuesta en mis piernas, alza una mano acariciando mi mejilla, muy seca y nada delicado, que me hace un cosquilleo extraño.
Mis latidos son acelerados, sí, lo supe, yo sentí muchas cosas por esta demente, con la que peleé siempre, con la que fornique demasiadas veces sin tener que medir mi fuerza, me dio una hija, y aunque le faltaba autocontrol, yo la quise.
—Recuerdo a una pareja, reyes, que despreciaban a su hija por no ser varón...hubo disturbio y escandalo por ello,...luego se hizo un trato...y...luego... —Habla bajando el volumen de su voz, pronto deja de acariciar mi mejilla y vuelve a cerrar los ojos.
El terror de quedarme en la oscuridad me invade de una manera escalofriante, llamo su nombre, no responde, esto es confuso, alarmante, la aprieto contra mí murmurando su nombre sobre su pelo, y en unos segundo la voz suave de Chîchi es la que escucho, diciéndome que todo estará bien, acaricia mi cabello y me atrae a su rostro, una gota cae en su mejilla y es cuando me percato de lo húmedos que están mis ojos, me sonríe, y antes de unir nuestros labios dice «Te amo».
. . . C H A N G E . . .
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