Chapter; .VIII.

La Revelación

Narrador Normal

La luz de la mañana comenzaba a hacerse presente dando el amanecer del día y como prueba entraba los cálidos rayos del sol por las ventanas de la habitación de la Princesa, logrando despertar al varón, quien liberó de sus brazos a la fémina que dormía plácidamente.

Cada maldita mañana, aquel desgraciado cruzaba por su mente, su objetivo de matarlo era su deseo más anhelado.—Freezer...maldita lagartija—Empuñó sus manos, sus músculos se notaron apretarse, y de pronto, entre la ira y molestia, se escuchó un quejido al lado suyo.

—Du-Duele...—Bajó la mirada donde ella mantenía mirando; su cola apretaba su cintura, no de una manera suave, así que entendió de inmediato y aflojo su cola dejándola libre, ella soltó un suspiro de alivio—Gracias, tienes mucha fuerza. —comentó, estirando sus brazos y bostezar.

—¿Te duele? —Preguntó, evitando contacto visual con ella.

—Siendo sincera, sí, pero no es para preocuparse. —aseguró en respuesta.

—Muestramelo —Dijo, en sus ojos se podia notar la preocupación.

La azabache con un tinte rojizo sobre sus mejillas contestó.—Cla-Claro...—Suspendió un poco su pijama, la sangre subió hasta su coronilla al sentir como sus manos por su cintura hicieron contacto, -logrando estremecerla-, cerró sus ojos con fuerza y mordió sus labios de la misma manera.

—Tu piel es delicada, no tienes ni un poco de resistencia—Le riñó, como un padre a un hijo.

—No tengo defensas, no soy tan fuerte como tú.—Susurró, en tono decaído.

—Me tienes a mí, —dijo— y puedo ayudarte a ser fuerte. —Dicho eso, terminó de curar las marcas del apretón de su cola, ella, aun sonrojada vio el excelente trabajo que Goku hizo. Curarla.

—Eres increíble Goku. —Halagó ella, sujetando su mentón y hacerlo verla a los ojos, ella también tenía unos muy bonitos ojos oscuros profundos.

—Muero de hambre, —Bajó la cabeza al hueco entre su cuello y se fundió ahí, en ese lugar su aroma era mucho más intenso.

—No es por presumir, pero hago unos deliciosos platillos, en especial, en el desayuno.—Kakarotto sonrió de lado, al parecer ella comenzaba a halagarse por su cuenta.

—¿Tú?, —preguntó, en tono burlesco — no te creo.

Ella hizo un mohín de molestia, pero solo logró verse adorable.—Te lo demostraré.

Flash Back

¿Qué...—Sus manos temblaron—sucedió...—Los hizo un puño y miró sobre su hombro a los descendientes de sus compañeros; recientes fallecidos cabe recalcar.—con los demás Capitán, Kakarotto?—.

El aura dorada en su entorno se esfumo volviendo a su apariencia verdadera. Dejó de lado el cuerpo vacío de su pareja asignada disponiéndose de pie.

Veelo por ti mismo.—Miró a cada uno con una frialdad sepulcralEstán delante de sus narices —Apuntó a su alrededor haciéndose a un lado.

Los presentes se asombraron, temblaron, y se sintieron débiles y frustrados.

Sithyng, Meychi, Laxfor, Raditz, y..—chasqueo sus labios y cerró sus ojos por un momento, era tan doloroso nombrarlos, en especial, la última.—Hîccih...—soltó— murieron a manos de Freezer—Recordó de nuevo sus muertes, las torturas que les sometieron hasta perder la vida, todo delante de sus ojos.

Apretó sus puños tanto que clavo sus uñas y de estas surgieron sangre.Sithyng...Raditz....padres —La primogénita de aquella pareja frunció su ceño y evitó a toda costa derramar sus lágrimas—juro que los vengaré.

Thiagnzy, mocosa insolente, no es momento de ponerse sentimental, Hablo con seriedad, más él bien sabía que no era el indicado para hablar de sentimientos.

—¿Qué pasara con nosotros, Capitán?—Kakarotto evitó poner gesto de asombro al ver los rostro de los tres descendientes de Meychi y Laxfor, tales que sus ojos estaban abiertos a su totalidad sin ningún brillo, todo en ellos daba muestra de tristeza.

—Se quedarán conmigo, creo que es lo más razonable en esta situación, ¿escucharon?—Todos asintieron.

Kakarotto buscó con la mirada a la faltante en el grupo de descendientes, escuchó su voz, dió la vuelta y la miró, aún una niña, a lo menos cuatro años, su rostro no demostraba nada, pero las lágrimas salían de sus ojos sin parar, recostada en el regazo de su madre.

Hisklaer, es hora de irnos—No quería admitirlo, no quería aceptarlo, pero en el fondo le dolía aquella escena, hija presenciando a su madre muerta. ¿Quiën podría ser fuerte ante esa situación?

Jaló el brazo de la pequeña saiya. Ésta se zafó y volvió de nuevo con su fallecida madre. Él chasqueó sus labios y gruñó.

—¡Hazme caso maldita sea!

—¿Dime que hiciste? —la pequeña comenzó a hablar, los demás niños estaban en un vidrio delicado que daba a un borde de lágrimas—¿Por qué los mataron?. Se supone que eres el más fuerte que todos ellos ¡¿Por qué no los ayudaste?!

—¡Tú crees que no lo intente!...

—¡Por tu culpa murieron, por tu culpa...mamá murió....Díme entonces donde estabas cuando todo sucedió, ¡¡¿donde?!!—Gritó, Kakarotto miró hacia un lado.—¿donde....papá?—.

Y los demás comenzaron a llorar, el Capitán no sabía que hacer en esa situación, tenía que ser fuerte, aunque sea tenía que disimular, aunque le resultaba difícil, y era aun más cuando su unica primogénita estaba ahí, delante suyo, mirándolo sumanente destrozada.

Le dolía.

Un catástrofe cambio los abrumó de la peor manera posible.

Fin del Flash Back

Kakarotto

El caos se ha desatado, desde que el Rey ha vuelto a colocar sus manos en ella, todo surgió y a como petición de la Princesa, su cambio se realizaría ahora, como una revelación al renunciar a su corona de Princesa, ahora, ella teniéndome como su protector, he de protegerla de todos.

El eco se escucha de nuevo, mis manos cálidas por las concentraciones de energías, mi sed de muerte fluir en una adrenalina exquisita, el temblor, los rincones y escombros caídos. Todo estaba de maravilla hace unos momentos, ella y yo dirigiéndonos a la cocina para probar su comida, pero, el Rey se hizo presente al momento que íbamos a comer y arrojó los trastes, la comida y en elevada voz la asustó, Chîchi estaba aterrorizada ante las palabras que éste le decía, y como lo sensible que es a las palabras hirientes, tuve que intervenir al momento que le daban un golpe en su mejilla.

En ese momento, desataron mi ira.

—¡Chîchi, si te atreves a salir de estos muros, olvidate de tu futura gobernación como princesa, olvidate de todo!.

Lanzo otra bola de energía haciendo silenciar al estúpido humano. Su castillo esta desordenado con algunas explosiones por el desastre que ocacioné, no usé mucha fuerza en las concentraciones de energías, o sino ya el castillo estaría hecho polvo.

Ella llega a mí de pronto, su debilidad, su vulnerabilidad, su falta de resistencia y sobre todo su sensibilidad es todo para sujetarla de la cintura y su nuca, sus ojos mirándome en terror. —Detente Goku...—La beso, delante de todos estos incompetentes humanos, me alejo mirando fijamente al "Rey"; ésta más que furioso, y yo lo estoy más.

En ordenación y proclamación, declaro—¡¡Desde ahora Chîchi no le pertenece ni a usted ni a nadie!!—Espeto—¡queda entendido, viejo de mierda!—Me teletransporté delante suyo sosteniendo su cuello apretándolo y elevándolo. Tose, su saliva ensucia mi rostro, gruño y creo un esfera de energía, lo mataré.

—¡Para de una vez Goku! —La humana jala mi brazo, fuerza inútil y débil—¡No le hagas daño a mi Padre!—Sus ojos vidriosos, su súplica me hacen recordar a Hisklaer, quien suplicó que no me matarán, y como lo hizo esa mocosa conmigo en una ocación, esta escena se repite pero con la humana.

—¡No! —Con mi cola sostuve su cintura y la arrojé lejos de mí estampándose en la pared, tose y de sus labios sale un poco de sangre, creo un cubo protector para tenerla allí y no escuchar sus lloriqueos. Estoy una mierda de furia.—Ahora tú....—De pronto unos humanos me rodean, ¿qué planean?, lanzan unas cosas raras saliendo de estas humo, haciendo que mis ojos ardan.

Deshago la energía y boto por cualquier parte al insignificante Rey, aguanto la respiración y comienzo. Mato a todos los que me rodearon de una incrustada en el pecho, entre ellos la Reina, que se interpuso en mis instintos de cacería, tengo límites de tolerar a un mocoso y una mujer.

El castillo ésta hecho más que un desastre, un zona de matanza. Esto es divertido, mato, mato, mato, no hay nada como mancharme las manos de sangre, increíble.

—¡Mamá!...—De pronto, me detengo, la voz quebrada de Chîchi trae recuerdos desagradables en mi ser, recordándola a ella. Me giro y la veo, la azabache en el cubo golpea lo susodicho, con la mirada en su progenitora, destrozada, y no evito recordarme en ella cuando mi mundo se derrumbó. Pero esto he de concluir.—Mamá...lo siento...—se deja caer de rodillas.

Camino hacía ella, deshago el escudo y la cargo en mi hombro, no forcejea, no habla, no hay movimientos de negación en ella, parece estar en un estado de inconsciencia, unos humanos interceptan mi camino, de igual manera los mato con unas concentraciones de energías filosas.

—¿Por qué? ¿por qué lo hiciste?... —susurra.

—Porque ahora yo soy tu protector.—Dicho esto salimos del camino y me la llevo muy lejos de este lugar, hasta llegar a un lugar lleno de rocas y árboles podridos.

La dejo sobre unas rocas, no ha dejado de hipear, su cuerpo tiembla y se ve mucho más pálida de lo que ya es.—¿Esto es el cambio?—Tomo su mentón y la hago mirarme.

—Lo de hace unos momentos, una revelación, ahora, justo ahora...—acaricio su labio con mi pulgar, haciendole un leve corte con mi afilada uña, en deseo y excitación, lamo sus labios y susurro contra ellos;—Comienza el cambio.

. . . C H A N G E . . .

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