Chapter; .III.
Preguntas y Paciencia
Extrañamente a Chichi se le iluminaron los ojos provocando un incremento en el brillo de sus orbes negrisos, sus labios se alinearon en una sonrisa encantadora en cuanto el sujeto totalmente desconocido había extendido su mano hacia su persona, ayudándola a levantarse del frío suelo.
Una gran tormenta de ventiscas fuertes acechaba en todo los lugares provovando que sus cabellos negros bailoteaban entre si, algunas hojas marchitadas se elevaban por sus alrededores, ella no se sorprendió en lo más mínimo cuando por fin captó que él estaba, prácticamente, volando sobre ella, mucho menos que este aún tenía sujetada su diminuta mano que acomparación al varón, contaban como tres dedos de su mano, aquel sujeto era por lo menos medía dos o tres metros de altura, era muy alto y sus claros músculos lo hacian lucir muy intimidante.
Respiró profundo y exhaló.
—H-Hola —Titubeó a su primera palabra hacia el hombre extraño. El de cabellos alborotados miró con extrañeza a la fémina que yasia al frente suyo, sus labios se habían movido y la clara apariencia como la suya exceptuando la cola, era muy extraño ver especies parecido al suyo, poco creíble pero no le dio demasiada importancia, pero poniendo de lado aquella comparativa decidió mirarla y pensar. ¿Le estaba hablando?.
Al parecer, sí. Pero...¿Qué idioma era ese? se preguntó internamente, era obvio que no tenían el mismo idioma, él venia del espacio exterior, había visitado miles de lugares con diferentes idiomas a si que aquella ocación no era una excepción especial.
—¿Te encuentras bien? —Chîchi continuaba hablando sin aun recibir respuesta del otro.
El varón tomo sin permiso la mano de la fémina eligiendo uno de sus cinco dedos hasta elegir el meñique, la princesa no sabía lo que éste tramaba pero más fué la sorpresa que no sentía incomodidad ni miedo en lo absoluto. ¿Por qué?.
—Hmm...—salió un silencioso gemido de los labios de la princesa, el varón había mordido su dedo meñique succionando un poco de la escasa sangre que sobresalía, no supo ni del por qué él hizo aquello tan extraño.
—Tu nombre es Chîchi...tienes dieciséis años...signos de fornicación denegado..sangre real...una princesa....—Él continuaba hablando relatando todo de ella, cada detalle de su vida e inclusive recuerdos de niña que habían desaparecido de sus memorias, escuchaba todo lo que él decía mientras se miraba su dedo meñique. Su voz era tan llamativo.
¿Él conocia todo de ella con tan solo una mordedura en el dedo?. Se preguntó.
—¿Eres una esclava de las personas que te rodean? ¿no? —Aquello la sorprendió—. eres muy debil y llena de pureza e inocencia, ese es tu defecto, esa es la razón por la que no eres libre siendo tu propia dueña—Descendió por completo al suelo, pasando por un lado de la fémina y tumbarse en el suelo. Aun estando ella fuera de si.
El idioma de los humanos era bastante extraño que inclusive tubo que usar el ritual para saberlo.
Pudo haberla matada desde el principio pero no lo hizo, su ley de si mismo era no matar a mujeres y niños que demostraba vulnerabilidad y poca fuerza en las circuntancias debidas, extraña razón que sólo por sus experiencias sabía.
—No puedo hacerlo —respondió al fin Chîchi.
—Eres libre de llorar, no te juzgare —Se rescostó en el césped, esperando alguna respuesta de la fémina.
—No lloraré —Dijo, sentadose al lado de éste— ¿Qué eres en realidad? —curiosamente preguntó mirando la cola del hombre; ¿Podía tocarla?, se veía muy suave.
—Créeme, no te interesa —Contestó.
La oji-negro enarco una de sus cejas.—Oh créeme, me interesa y mucho —en su manera de hablar y expresarse él capto que claramente decía la verdad.
—No diré nada.
—Esta bien —No insistió y un suspiro de decepción se le escapó al ver que la cola del hombre se habia enrrollado en su cadera, lejos de su alcance. Chîchi pudo observar unas que otras cicatrices en la piel de sus brazos, sin esperar nada decidió preguntar— ¿Cómo te hiciste aquellas cicatrices?
—Secreto —Ella hizo un mohín.
—¿Puedo adivinar?
—Ni lo intentes.
—Te caíste de una montaña —Ignorando la respuesta de él comenzo con su teoria con una sonrisa alineado en sus labios— estuviste perdido por días y sobreviviste luchando contra la naturaleza —él no tenia idea de lo que la adolescente imaginaba— aquello es tu vehículo...¿cierto? —apuntó al acercarse al hueco y ver la nave, Kakarotto sostuvo su cabeza y dejó pasar la falta de desconfianza de ella ante su presencia peligrosa.
— Lo dejaré a tu imaginación humana.
— ¿Humana? tú no lo eres ¿verdad?—Chîchi no podia frenar su inmensa curiosidad interrogativa— lo sabia y...
—Cállate.
—¿Cúal es tu nombre? —Chîchi título mentalmente esa pregunta como la más importante que habia preguntado hasta ahora a aquel individuo. El Saiyajin se levantó de su lugar con ella al mismo tiempo, sus miradas se encontraron.
Su estómago sintió un punzo suave, ella era tan pura a plena vista, muy expresiva y llena de vida y curiosidad, era casí poco de creer que un alma pura existiera.
—No es importante —Respondió, estando frente a frente ninguno se sentía incomodo al continuar mirándose fijamente,
—Para mí lo es, aunque si no me lo dices te elegiré un nombre yo misma —Sonrió colocando sus manos por detrás.
Él bufó sabiendo que ella hablaba muy enserio, no tuvo de otra que hablar— Me llamo Ka...
— Goku —afirmo ella con una sonrisa. Después de pensarlo tanto tiempo, que fueron treinta segundos, soltó el nombre, además era el nombre de un protagonista de uno de sus libros, con la única similitud de la cola.
— ¿Goku? —Enarcó una ceja, ella dio una vuelta sobre su eje asintiendo a lo mencionado.
— Si, me gusta mucho ese nombre para tí—le dio la espalda actuando como si de una niña tratara.
—Descansa —murmuró extendiendo su mano, haciendo una técnica para ponerla a dormir, bajó velozmente su mano al momento que ella caía al suelo— cuando esté despierta volverá con las preguntas — caminó hacia ella y la alzó en uno de sus brazos llevándola a su nave y recostarla en la parte trasera y cubrila con una tela guardada— y para eso yo también necesitaré paciencia para soportarla —la deposito en aquel dicho lugar dejándola descansar por el momento.
Mientras este se alejaba unos cuantos metros de la Princesa, se dispuso a pensar en como sería su vida ahora, no podía ser un fugitivo toda la vida.
...C H A N G E...
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