CAPITULO 11

SARELI

Es imposible localizar a Luka.

En la partida de ambulancias en la calle auxiliando a cada invitado y hasta en las dos dotaciones de camiones de bomberos o patrullas por si el temor hizo meterse en uno, tampoco está y el mar de gente que es todo esto por el atentado y sumándose periodistas llegando al lugar buscando una primicia, tampoco ayuda con su paradero.

- ¡Ahí estás! - Mi madre al verme sentada junto al borde de la acera, solloza corriendo hasta donde estoy y pidiendo permiso entre la gente, con papá detrás.

- ¡Mamá! - Me pongo de pie y también lo hago, abrazando muy fuerte su pecho.

- ¿Estás bien? ¿No te hicieron nada? - Palpa mi rostro y escanea de cuerpo entero, dándome pequeños besos. - ¿Duele alguna parte de tu cuerpo, cariño?

- Estoy bien...estoy bien... - Quiero calmarla, enjugando mis ojos como ella.

- Dios...estás bien... - Papá murmura feliz y nos rodea. 

- Andrés...¿Qué fue esto? - Mamá titubea asustada y llena de pánico. - Ese cartel... - Niega sin comprender. - ...y esa bomba... 

- Rose...cálmate, querida... - La estrecha contra él y con cariño. - ...pero lo voy investigar...

- ...los...los del otro partido político? - Mamá insiste.

- ...lo voy averiguar... - Interrumpe y vuelve a decirle papá con una mano en alto llamando a Lucian metros detrás nuestro, que ante su gesto viene a nosotros. - ...pero, necesito a ustedes en casa para estar tranquilo... - Nos besa a ambas e incita que caminemos al coche, al ver como periodistas intentan cruzar la valla amarilla cercada por la policía, que al localizarlo llaman su atención gritando su nombre y hasta el nuestro al vernos por declaraciones, apuntando sus micrófonos y cámaras. - ...yo debo quedarme y ver que la gente está bien y a salvo, como encontrar la causa del siniestro... - Abre las puertas traseras para que subamos, mientras Lucian sube del lado del conductor. - ...llévalas a casa y verifica que todo esté en orden. - Le ordena. - Luego regresa, te necesito. - Es lo último que dice, cerrando la puerta con cuidado de nosotras.

Y quiero negarme.

Quedarme por Luka y seguir buscándolo, porque tal vez lo llevaron a uno de los hospitales.

Él no tiene familia y como amigo, solo a mí.

Apoyo mi cabeza en el lado de mi ventanilla cerrada.

¿Cómo diablos su padre querido, va a saber o enterarse que le pasó algo?

¿Cómo, le puedo avisar yo?

Y mi mirada se pierde con una jodida lágrima deslizándose por mi mejilla por tanta preocupación, viendo como unos paramédicos en una camilla llevan un hombre asistiéndolo sin cesar, junto a una mujer caminando a su lado y totalmente llorando, sosteniendo su mano hasta una de las ambulancia.

Me incorporo limpiando mi rostro con un puño y tratando de ver lo más que puedo con el auto ya en movimiento mientras nos vamos, porque logro reconocer la mujer cuando es ayudada a subir a la parte trasera como la camilla.

Es la misma señora del otro día en la cafetería, que parecía enferma y con cierto desorden mental, confundió a Luka con su hijo fallecido o algo así.

¿Conocen a papá?

¿Amigos o solo mismo gremio político?

¿Y qué, le pasó al señor?

Sacudo mi cabeza y me desmorono contra mi asiento, porque condenadamente demasiado para procesar.

Ya que en esta fatídica noche con tanto sucedido a nosotros, esa pareja y Luka desaparecido.

¿También metido ese hombre sin rostro, que resultó ser la misma persona en el robo de la bicicleta y tienda?

Y algo pincha mi pecho, haciendo que apriete mi mano esa parte de la tela de mi vestido.

¿Será que papá tenía razón y es mala persona?

¿Y tuvo algo que ver con este atentado?

Quiero negarlo, pero muchas casualidades.

Y me pongo triste dejándome caer al regazo de mamá, que lo toma natural y acaricia mi cabeza suavemente con sus dedos, como cuando era niña.

Porque, él me besó.

Y me gustó.

Tanto, que aún puedo sentir la tibieza de sus labios en los míos.

¿Pero, si resulta que es malo?

¿Un villano?

Niego para mí.

No, no puede ser, él es bueno.

Si no, no me habría salvado.

Y me prometo a mí, misma, mientras el coche circula por las calles en dirección a casa, que voy a averiguar quién es este chico y encontrarlo.

Claro.

Después que ubique a Luka con su paradero y saber que está bien me digo, sosteniendo todavía su saco y corbata que nunca solté.

C-AM

No voy directo a mi departamento.

Demasiadas dudas.

Cada jodido hueso me duele por lo que fue esta noche.

Sin contar que mi garganta pica como la mierda por culpa de ese gas tóxico.

Sin embargo, me rehúso a irme a descansar por más que el tiempo corre y mañana a hora temprana, no solo tengo que ir como siempre a la pastelería por el trabajo y no levantar sospechas.

Sino, también.

Pensar en que carajo decirle a la pajarito de mi desaparición.

Pero dentro del subsuelo de este determinado estacionamiento, no se hace muy agónica mi espera, porque descansando mi molido cuerpo contra una de las grandes columnas que sostienen este inmenso lugar, algo oculto y masajeando unos de mis hombros por dolor.

Puedo ver arrimado contra esta, como ingresa por la rampa de descenso al interior.

Cierro mis ojos, por unos breves segundos por calma.

Mi coche dejado en el edificio con el nefasto final y lo estacionan como si nada, en uno de los parking exclusive de siempre.

Y la puerta del conductor siendo abierta por mí, de golpe, seguido de tomar su mano para sacarla sin previo aviso, asusta a Fiorella que sin reconocerme al principio por tomarla de sorpresa, quiere reducirme con un ataque.

Pero y pese a dolor de mi hombro, mi brazo en posición defensiva anula el suyo y mi pierna gira y contraataca las de ella, causando que su espalda golpee con fuerza un lado de mi auto con mi brazo y codo, reteniendo su garganta y mi cuerpo sus movimientos.

Y su fuerza y forcejeo, cesa al reconocerme.

- ¡Dios! ¿!Por qué, me asustas así!? - Me recrimina al ver que soy yo, haciendo a un lado mi brazo cuando aflojo su agarre contra ella y también me apoyo contra mi coche para recuperar fuerza y sostener el maldito dolor de mi hombro.

- ¿Cómo lo supiste tan rápido? - Respondo con otra pregunta, girando mi rostro a mi hermana sin abandonar el auto que me sostiene. 

- ¿A qué, te refieres? - Sacude su ropa y la alisa con sus manos por nuestra lucha. - Era lo lógico por lo que sucedió, que fuera por tu coche ante que la policía empiece con la investigación... - Refuta tranquila y cruzando sus brazos con suficiencia.

- ¿El padrino sabía lo que iba a ocurrir, no es cierto? 

- ¿De qué rayos hablas, C-am? - Exclama fingiendo. - Solo cumplí órdenes por posibles situaciones que pueden comprometerte y por tu seguridad o la nuestra, sabes que papá analiza más allá todo y que su mente maestra, jamás descansa...

- ¿Cómo pedirte que me sigas y sepas todos mis movimientos? - Mi pregunta, la toma nuevamente con sorpresa y niego, ante su rostro silencioso sin saber que decirme, abriendo más la puerta del coche para subirme.

- ¿Cómo te diste cuenta? - Me ayuda a acomodarme, al notar mi hombro lastimado. - Yo fui...

- Precavido es nuestro segundo nombre, Fiorella... - Le respondo poniéndome el cinturón de seguridad, seguido a cerrar la puerta y con la llave encendiendo el motor. 

Y sin más, me marcho retomando la rampa para salir al exterior y dejando a mi hermana con un océano de dudas.

Mismas que yo también tengo e intento analizarlas, haciendo a un lado el insipiente dolor mientras conduzco en dirección a mi departamento.

Con lo sucedido esta noche, me percaté que Fiorella era la que me seguía por órdenes del padrino.

Mucho para hilar en algo que siempre unía todo.

Desde que trabajo en esto, es como se lo expliqué a la pajarito sin la palabra Mercader, logística y entrega en la misión de sustracción que te encomiendan.

Nada más.

Pero acá, todo está ligado.

Creo, aún no lo termino de procesar, sin embargo parece como un gran y humano tablero de ajedrez con muchos peones y la reina de todo esto.

El robo de los registros con las actas de nacimiento.

¿Pero, las demás piezas?

¿Y el rey?

Mi cabeza da vueltas.

Suficiente por hoy me digo, ya en mi departamento encendiendo las luces y cerrando la puerta.

Me deshago del saco negro que sustraje de una de las mesas como de mi camisa y abriendo el refri por una bolsa de hielo, me derrumbo contra el sofá y que el frío haga su trabajo en mi omóplato adolorido.


A PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA SIGUIENTE, EN UN SALÓN DE CONFERENCIA POLÍTICA...


Los flashes de las diferentes y sofisticadas marcas, no dejan de disparar una y otra vez por los fotógrafos de las redacciones gráficas como los periodistas, que con micrófonos en mano desde sus lugares sentados y guiados por gente de Andrés, mientras las cámaras de una docena de noticiosos se ubican tras ellos, para una mejor visión y capturar todo el movimiento ante la entrada del futuro legislador, con su rueda de prensa por lo sucedido ante el atentando de la noche anterior en su gala política.

Que ante la presencia de él saliendo de una puerta anexa y su siempre saludo cordial a todos expectantes a sus primeras palabras no se hace esperar estas, frente al único micrófono para que comience con su explicación.

- Antes que todo... - Comienza muy calmo y seguro de si mismo, bajo los flashes que no cesan y ya las cámaras con su luz roja de encendido. - ...muchas gracias por asistir a esta conferencia de explicación por mí, como mi cuerpo político armando esto presto por lo sucedido anoche. - Prosigue. - Aún y siendo tan temprana esta hora de la mañana, no sabemos ni tenemos presuntos culpables por lo de anoche... - Adhiere. - ...pero tanto la fuerza policial, la fiscalía como yo mismo, estamos en ello investigando para que caiga el o los culpables, que jugaron contra la gente inocente de nuestro pueblo sin razón aparente...

- ¿Piensa que pueden ser a causa, del partido opositor? - Una periodista, no duda en preguntar desde su lugar.

Andrés niega.

- Me cuesta creer, que esto sea artilugio de mi partido rival...

-¿Entonces, por quién? - Otro periodista, insiste con su grabadora en mano.

- Repito, no lo sabemos todavía...todo está en investigación... - Intenta calmar, la secuencia de las preguntas que todos hacen al mismo tiempo. - ...lo que importa, es que nadie salió herido de todos los invitados más que daños materiales...

- ¿Cree que esto, causará pérdidas en el radio de votos en sus elecciones? - Otro pregunta.

- Creo que esto, en realidad me da más fuerza para seguir junto a una de mis convicciones de más seguridad a nuestro país, para evitar cosas como estas. - Andrés, responde convincente.

- Sin embargo y pese a ese gas tóxico y de poca visión que utilizaron... - Un reportero de un rincón, consulta. - ...hay testigos de la fiesta que dicen haber visto, un hombre de negro con su rostro cubierto ocultando su identidad, apareciendo justo cuando se produjo el hecho...

- Estamos averiguando si eso es real... - Andrés, parece imperturbable. 

- ...se entiende... - Insiste el hombre, por más que lo interrumpió. - ...ya muchos noticiosos y colegas lo relacionan por la misma temática y con un hilo de tiempo escaso a lo sucedido con su hija y fue fuente de noticias, en el atraco de la tienda ¿Cree que puede tratarse, de la misma persona involucrada?

- Se corre otro rumor de que su hija, también estuvo sometida a otra situación parecida con el robo de su bicicleta días antes... - Otra periodista continúa a lo que dice su compañero. - ¿Puede confirmarnos eso?

- Señores, no nos vayamos a lo que realmente vinimos. - Quiere calmar las ansias de curiosidad de todos. - Mi hija como familia y lo que es cada invitado, están muy bien...

- ¿Pero uno, está internado? - Acota uno del fondo. - ¿Es cierto lo que se corre, que el tipo de la capucha lo salvó de un intento de suicidio?

- También dicen que lo intentó asesinar, lanzándolo por la terraza... - Agrega otro, provocando que el murmullo aumente sobre más preguntas.

- Señores...señores...no lleguen a una conclusión, sin antes las pericias completas de la investigación. - Andrés quiere apacigua. - El ciudadano internado está muy bien y fuera de peligro, no está involucrado en ningún daño y su pronta alta, es en breve como la información personal del hecho que produjo eso y nos dijeron desde el nosocomio...

- Mucha gente está interesada y lo apoya, las encuestas lo afirman. - Otro periodista, habla. - ¿Espera que esto sea compatible y de forma buena, solucionado antes de las elecciones? 

- Siempre lo mejor para el ciudadano, mi objetivo político como promesa... - Andrés responde. - ...se basa en lo que hago, que es cumplir mis palabras, cual muy agradecido por recibir el apoyo de todos ustedes... - Dice esto, mirando a las cámaras. 

- Algunos partidos con lo de anoche lo ven como un político de riesgo, más bien peligroso por el mensaje del cartel en cuanto a su época militar e historial amargo para el pueblo, sin embargo otros dicen... - Habla el primero nuevamente, sobre sus colegas escuchando. - ...que influye positivamente, para los índices de aprobación de la gente en cuanto aumento de votantes con el siniestro...

Y un escalofrío recorre a Andrés ante lo primero, ya que jodidamente sabía que esa mierda podía salir a la luz en unos de los comentarios.

Pero, no se inmuta.

Años pasaron como también mismo tiempo, que si hubo alguna posible enmiendas por haber estado ligado a esa época militar, su legajo es intachable.

Sonríe, mirando a todos y a las cámaras.

- Un buen político, no debe preocuparse mucho por el parecer de los otros partidos, si no, por la opinión de la gente y afortunadamente, tengo muchos partidarios que me animan al igual que personas que me alientan. - Habla plácido y sin dudar. - Lo que ese escrito mencionó con la poca fortuna de pensar, en los damnificados de ese triste periodo pagando nosotros los justos por pecadores... - Su semblante, se entristece. - ...no me va a dejar avasallar. Repito, todo lo contrario. Esto y lo que sea que intente manchar mi excelente y verdadera reputación, solo es un aliciente para seguir adelante, aumentando mis fuerzas y perseverancia... - Convencido y animoso, contagia el ambiente logrando su propósito.

Que lo miren aprobatoriamente.

- ¿Algunos dicen, que esta su base para postularse en años venideros y próxima elección a la presidencia? ¿Podría decir, algo al respecto? - Una de las últimas preguntas.

- Creo que es muy pronto para discutir una cosa así... - Una exhalación interna lo colma agradecido, que cambiaran el rumbo y no siguieran de su pasado militar. - ...primero deseo que se aprueben ganando estas elecciones, que todos mis proyectos se conviertan en leyes para que tanto nuestros hijos y abuelos estén saludables como tranquilos frente a hechos de delincuencia como mejor calidad de vida, eso por ahora es suficiente para mí... - Finaliza, dando por terminada la conferencia.

Docenas de más preguntas apabullan el lugar, intentando cada reportero lograr que responda mientras lo ven como se marcha con un saludo e ingresa por la misma puerta que salió.

- Prepara el auto... - Una vez solos, le ordena a Lucian. - ...necesito que hagamos una visita a un viejo amigo de la policía y luego al Hospital...

- Señor, aún no regresó a su casa, debería descansar... - Su mano derecha interfiere, pero Andrés niega aflojando su corbata como los primeros botones de su camisa ya algo arrugada.

Es verdad.

No durmió ni fue a su hogar, pero no puede pensar en ello hasta que no termine de acomodar las cosas.

- Llama a mi esposa y pide que me envíe ropa limpia... - Se tira contra un sofá. - ...solo necesito una jodida taza de café negro y cinco minutos... - Formula, bajo el asentimiento de Lucian cerrando sus ojos para pensar.

Meditar lo de ahora en adelante y lo que uno de los periodista dijo y él, solo disimuló restarle importancia.

Carajo...

Si lo de los atracos donde su hija Sareli estuvo implicada, también la misma persona involucrada.

Y lo que más oprime su corazón por dudas, porque no se trataría de alguien ajeno por el cartel dedicado a él en el atentado.

El mismo hombre del robo de las actas de nacimientos con ADN, pero sin un puto rostro.


EN EL HOSPITAL...

El clic del control remoto en la mano de Julio, apaga el televisor cuando Andrés termina su conferencia frente a los periodistas.

- Esto...es el comienzo... - Apenas, puede hablar. - ...del fin... - Logra decir, dejando el aparato y procurando llegar al vaso de agua junto a su cama del Hospital, pero Miel calibrando su suero lo abandona para hacerlo por él. 

- No debes forzarte... - Le murmura, mientras lo ayuda a beber.

- Estoy bien...soy médico ¿lo olvidas? - Musita, haciendo seña que ya no quiere más, recostándose nuevamente.

- Y yo, enfermera. - Refuta tranquila Miel, dejando el vaso en una mesita cercana. - Tienes para dos meses... - Le señala su brazo enyesado por quebradura. 

- ¿Los resultados de mi análisis? - Pregunta lo que le importa.

- Aún no están... - Miel a su lado verifica las sábanas que lo cubren. - Te avisarán bien estén Julio, cálmate...

Y lo hace, porque está en su Hospital, pero su ceño se frunce recordando las palabras de anoche de Andrés.

- Se siente amenazado y me pidió que calle a todos en esa etapa... - Solo murmura y capta la atención de Miel que ante lo poco que dice, entiende perfecto y toma asiento a los pies de su cama.

- ¿Y qué, respondiste a ello? - Le pregunta en voz baja, mirando la puerta de la habitación por la pronta aparición de Ana, que fue por un florero para poner las flores que compró con Miel en el camino al Hospital, obligada por su amiga a que descanse unas horas en la mansión.

Y Julio se reacomoda sobre sus sábanas.

- Es el comienzo del fin... - Vuelve a repetir con un susurro, algo agotado.

SARELI

- ¡Sabes lo preocupada que estuve por ti! - Chillo, bien entro a SugarCream y veo a Luka como si nada, tras el mostrador preparando café para unos clientes. - ¡Por qué te fuiste de mi lado, cuando te dije que no lo hicieras! ¿Qué rayos, te ocurrió? ¡Te busqué por todas las jodidas ambulancias!  - Exclamo muy enojada y sin importarme, la mirada de Siniestra con Roger y el mismísimo Luka, que solo se limita con su espantosa gorra.

Hoy de Shaggy y Scooby - doo con una ñoña camiseta azul con el logo de Superman, bajo el delantal de conejitos con volados de la pastelería.

A mirarme sin reaccionar y medio llenar la taza con batido de chocolate tras la máquina cafetera.

- ¿Pero qué, pasa con ustedes? - Karla se nos acerca sin entender.

Y con un bufido intentando calmarme, lo señalo odiosa a Luka mientras le cuento lo sucedido todo anoche a ella como Roger y como desapareció de mi radar sobreprotector mi amigo friki.

- ¡Oh Dios! - Exclama sorprendida Siniestra al escucharme atenta y mirar a su marido.

- En las noticias, no dijeron nada... - Formula Rogers, también preocupado.

- Ya lo harán los buitres de los noticiosos al mediodía... - Gruño.

- Es que...tuve mucho miedo... - Titubea, justificando. - ...ese terrorífico humo blanco, me asustó... - Intenta explicar Luka. - ...y luego, vino una señora que también quería escapar... - Señala su hombro. - ...y me golpeó, haciendo que me duela mucho y lo único que pensé fue en huir y llegar a casa con mi padre...

- Oh, pobrecito... - Karla maternal, acaricia con cuidado el hombro maltrecho de Luka.

- ¿Huiste? - Y a mí, me late un ojo apretujando mi bolso. - ¿Te fuiste sin pensar, que no solo yo estaba preocupada por ti... - ¿Es un chiste? - ...si no, sin pensar por un segundo de mi seguridad? - Me señalo.

Y Luka se encoge de hombros sin comprender, terminando de servir las tazas como porciones de pasteles en platitos para llevar a los clientes.

Dios...

Y me limito a refregar mi frente, aguardando que vuelva de dejar el pedido.

Que al llegar y dejar la bandeja vacía sobre el mostrador, sin pérdida tiempo y agarrando su mano tomándolo por sorpresa, lo arrastro a la puerta que lleva a la habitación de cambio y particular de empleados.

- No te muevas... - Le ordeno decidida y obligando que tome asiento en una de las sillas, mientras regreso adelante y sobre una risita de Siniestra, le pido el botiquín de primeros auxilios. 

- Sácate la ropa, Luka... - Murmuro una vez de regreso, depositando la cajita con cosas de auxilio y abriéndolo muy concentrada.

- ¿Qué? - Exclama cruzando sus brazos muy tímido sobre su pecho, cubriéndose.

Le ruedo los ojos, tomando un paño y una crema muscular.

- Solo la camiseta ¿no dijiste que tienes el hombro herido? - Le recuerdo, parándome frente a él y con mis manos como jarra en la cintura.

- Ya me hice ver... - Se quiere poner de pie pretendiendo escapar, pero mi mano en su hombro obligando a que se siente nuevamente y una mueca de sus labios me acusa, maldición.

Que realmente le duele y nunca, fue al Hospital.

- Mentiroso. - Le digo, olvidando mi enojo por la cierta tristeza que me embarga, recordando que solo es él y su padre. - Solo echaré un vistazo, Luka... - Le muestro el pomo de la crema. - ...es buena si lo tuyo es zona muscular...

Y no entiendo lo que farfulla por lo bajo, poniéndose de pie frente mío y de muy mala gana desatando el delantal de conejos, seguido con ayuda de sus brazos y mano tomando por atrás el cuello de su camiseta, sacársela por la cabeza.

Y Oh, María Santísima de lo más hermoso.

Porque, no solo veo un importante hematoma en parte de su hombro como brazo.

Sino.

Mierda...

Y tengo que obligar a mi mandíbula que no se desencaje, cerrando mi boca rápido por quedar abierta.

Mierda, otra vez.

Al tener a suspiro de mí y por nunca moverme, lo que la altura de mis ojos ven al ponerse Luka de pie.

Sobre sus anchos hombros, su tonificado como dorados pectorales marcados que van y vienen suavemente, por su pacífica respiración.

¡Jódanme, su cuerpo es de verdad!

Preguntándome al notarlo por estar a centímetro de él, su elevada altura por llegar a su pecho y nunca me di cuenta de ello, como lo que también su condenada y tranquila inhalación marca con cada latido más abajo, unas suaves pero bien marcadas abdominales.

- La...crema... - Su voz por demás tímida, me saca de mi ensoñación con su mano abierta para tomarla y con sus ojos castaños fijos en los míos, cuando los elevo.

- Oh... sí...lo siento... - Volteo y me alejo, sacándome mi bolso que aún cuelga de mí.

Cualquier cosa, menos mirarlo.

Porque Dios querido, debo haber quedado como una babosa.

Mis mejillas arden mientras intento sacar mi disfraz de pollo de la bolsa, pero lo dejo de hacer por un momento mirando mis cosas entre mis manos y giro apenas mi rostro sin moverme.

Suspiro.

- No lo vuelvas hacer, Luka... - Mi voz apenas se escucha y alcanzando por mi postura, escasamente a verlo por el rabillo de mi ojo en como se masajea ese hombro lastimado y de un importante color uva por semejante golpe, que me hace preguntar que diablos le sucedió, ya que eso no puede ser solo un simple empujón por una mujer en su escape anoche.

- ¿Irme? - Murmura, también bajito.

Y niego.

- Preocuparme... - Le respondo y me giro hacia él, al notar que vuelve a ponerse su horrorosa y ñoña camiseta de super héroe y procurando que mis ojos no se fijen en lo que descubro también ahora, mientras ata el bendito delantal de conejos nuevamente, en como sus brazos por la fuerza ejerciendo de sus movimientos en ello, marcan su antebrazo tensando unos y que nunca vi, fuertes músculos. - ...quedamos en que iba ser tu mejor amiga e iba a cuidarte, no? - Y huyo sin más, al baño de mujeres, para cambiarme.

Pero tras cerrar la puerta y dejarlo solo, me sostengo contra esta como si se me fuera la vida en ello.

¿Por qué?

No tengo idea.

Lo que sí, intentando tranquilizar mi respiración, porque la mía si está acelerada mientras me alejo.

Y hago una mueca dudosa por no estar segura, deteniéndome y mirando la puerta todavía cerrada.

Pero al no escuchar nada, retomo mi camino al baño, encogiéndome de hombros.

Ya que, juraría que sentí una risita de Luka tras ella.

Creo, dije...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top